03 -Ami 3 - Civilizaciones Internas (español online)


Ami 3 - Civilizaciones Internas
Enrique Barrios

ÍNDICE

PRIMERA PARTE

Capítulo 1: ENCUENTRO Y DESENCUENTRO
Capítulo 2: EN EL BOSQUE
Capítulo 3: EL SEKRETO DE KRATO
Capítulo 4: EL TIRANO DEL MUNDO
Capítulo 5: VIDA NUEVA
Capítulo 6: GORO Y EL OVNI
Capítulo 7: ABUELA CÓSMICA
Capítulo 8: UN BUEN PSIQUIATRA

SEGUNDA PARTE

Capítulo 9: SHAYA-SALIM
Capítulo 10: DELICADOS SECRETOS
Capítulo 11: ROMANCE PRIMAVERAL
Capítulo 12: UN KRATO NUEVECITO
Capítulo 13: SÓTANOS DE LA PP
Capítulo 14: HEXIS
Capítulo 15: APARIENCIAS EXTERNAS
Capítulo 16: AYUDITA

PRIMERA PARTE


Capítulo 1: ENCUENTRO Y DESENCUENTRO

No lo podía creer: por fin la nave de Ami aparecía sobre las rocas de la playa en la noche encendida de estrellas. Mi alma estaba nuevamente feliz. La espera había sido muy larga, pero ahora todo volvía a estar bien en el Universo.

El rayo de luz amarilla se encendió y yo me dejé izar por él hasta que llegué al interior del vehículo cósmico, a la pequeña sala de recepción. En mi mente sólo estaba Vinka, mi novia extraterrestre, mi alma gemela. Nos volveríamos a encontrar luego de una triste separación. Mi corazón iba latiendo acelerado por la alegría.

-Bienvenido a bordo –me dijo sonriendo un extraño joven que apareció ante mí para recibirme. Eso me pareció muy raro, porque yo esperaba ver allí a Ami o a Vinka.

-Ami no pudo venir esta vez. Pero pasa adelante, Pedro, ya hablaremos.

Se trataba de un delgado y esbelto chico, mucho más alto que yo, quien, evidentemente, pertenecía a la raza de Vinka, los swamas. Igual que ella tenía el pelo rosado, los ojos color violeta y las orejas puntiagudas en su parte superior.

-¿Está Vinka a bordo? –le pregunté antes de ingresar al salón de comandos.

-Sí, aquí está. Pasa para que la veas.

Suspiré aliviado y feliz, luego entré. Allá estaba esa mirada mágica, al fondo del recinto. Vinka se veía espléndida. Mi pecho se encendió de cariño y de mi sonrisa brotaron chispitas de luz. Pero… ella no me miró con simpatía sino con frialdad. No mostró la menor intención de venir hacia mí ni manifestó alegría alguna ante el reencuentro, me observaba serie desde lejos. ¡Ni siquiera me saludó! Comencé a sentir una especie de angustia. El joven caminó hacia ella y Vinka le brindó una sonrisa que era toda miel…

¡A él sí y a mí no! Después, él se paró a su lado, se volvió hacia mí, tomó a mi compañera eterna por el hombro y con una cruel mirada de triunfo dijo:

-Hubo un error. No existen almas gemelas de mundos diferentes. Nosotros provenimos del planeta Kía, tú eres terrícola, por lo tanto, ella no es tu alma gemela, sino la mía –y procedió a darle un interminable beso en la boca… mientras Vinka le acariciaba la nuca y le arañaba la espalda con pasión…

Yo sentí que me desgarraba por dentro y quise ponerme a llorar, pero no podía hacer nada, estaba paralizado. Vinka me había dejado por otro chico, uno grande, un hombre ya, de unos diecisiete o dieciocho años, como les gustan a ellas, y no un enano de menos de doce, como yo.

En ese momento escuché unos golpes.

-Pedro.

Con un fuerte dolor en el corazón y en el alma abrí los ojos. Estaba en mi habitación de la casa de la playa.

“Ah… era otra vez esa pesadilla”… me dije, agradeciéndole interiormente a mi abuela por haber despertado, y comencé a sentirme más sereno.

-Es hora de levantarse. Yo tengo que ir a mi clase de Yoga y alguien debe quedarse aquí despierto.

-Ya. Ya voy, abuela.

-Después tengo que atender a una clienta al mediodía, así que voy a llegar un poco tarde para hacer el almuerzo. ¿Podrías encender el horno a las doce? Adentro está el pastel de papas. Yo me ocupo del resto cuando llegue.

-Sí, abuela, no hay problema.

-Entonces hasta la vuelta, Pedrito. Cuídate.

Sí, ése era el estado de mi alma pesimista e impaciente durante aquel tiempo de espera. A medida que los días pasaban sin novedades de Ami ni de Vinka, con mayor frecuencia me asaltaba la misma espantosa pesadilla. Pera sólo eso: un mal sueño, por suerte…

Mi abuela había tenido un “ataque de rejuvenecimiento”. Hacía Yoga, tomaba vitaminas, se vestía más juvenilmente y retomó su antiguo oficio, no sé si peluquera, cosmetóloga, depiladora o algo así. Ahora pasaba mucho menos tiempo en casa, además aprovechaba para trabajar en el balneario haciendo visitas a domicilio. Eso nos permitió disponer de más recursos y pudimos alquilar la casa de la playa por todo el verano. Cuando llegamos, yo pensaba que Ami y su nave espacial estarían de regreso los primeros días de la temporada, pero me pasé inútilmente casi dos meses esperando en el roquería donde nos encontramos en las dos ocasiones anteriores. Ya las vacaciones estaban por terminar, pronto regresaríamos a la ciudad, y todavía nada… Esa triste espera convirtió mi veraneo en algo deprimente, interminable, eterno.

Todos los días me iba a las rocas de la playa y me quedaba observando el cielo durante horas, hasta muy entrada la noche, con el deseo de ver un objeto volador. Cada lucecita que se movía en lo alto me hacía saltar de esperanza el corazón, pero siempre resultaba ser un desilusionante satélite, un estúpido aerolito o un miserable avión, y no la nave de Ami, único medio capaz de acercarme a Vinka.

Vinka… cómo deseaba volver a verla… Se había instalado tan en lo profundo de mí, que me parecía haber estado eternamente unido a ella, a pesar de que nos conocimos apenas unos meses antes y nos vimos sólo durante menos de un día, pero fue suficiente. Entre nosotros se desató una atracción irresistible. Y pocas horas después llegamos a comprender que nuestras almas son dos mitades de un mismo ser: somos almas gemelas. Por eso mismo la separación me afectó mucho, y yo creía sentir que a ella también, y la recordaba todos los días, todos. Desde el momento en que la vi por primera vez, de allí en adelante, siempre estuve pensando en ella, o con la sensación de su presencia dentro de mí a cada instante, hasta que me di cuenta de que eso iba a seguir igual para siempre, y me gustaba, me hacía sentir más vivo, más completo y más feliz; aunque ella no estuviese a mi lado, porque de alguna otra forma sí lo estaba. Claro, porque nos unía el amor, y gracias a Ami comprendí que ésa es la fuerza mayor de todo el Universo. Así me enteré que el amor no es simplemente un sentimiento hermoso, no; es mucho más que eso.

Luego de la visita de Ami, para mí existe un nuevo Dios. Creo que inclusive muchos ateos podrían estar de acuerdo con mi nueva cisión del inventor del Cosmos, que es la misma que tienen en los lugares más avanzados del Universo; de ellos la recibí.

Yo sé que Dios siempre ha sido y será el mismo, pero nuestra manera de verlo va cambiando con el paso del tiempo, con nuestra propia evolución. Al principio, la gente pensaba que el Creador era una piedra o el rayo o el sol. Después aprendimos que no era justamente eso. Y cada vez que lo podemos concebir de una forma más elevada es como si se transformase para nosotros en un nuevo Dios, que fue justamente lo que me ocurrió.

Antes de Ami, en mi imaginación Dios era un señor vigilante, vengativo, rígido, severo, castigador e iracundo. Bueno, ésa es la idea que algunas personas me transmitieron para asustarme, y en la misma Biblia lo pintan más o menos así en algunas partes. Debido a todo eso, cuando niño le tenía mucho miedo. Pero después descubrí que si no pensaba en Él, yo no entraba en mala onda, y me pareció más conveniente dudar de su existencia… Pero ahora, para mí es un bondadoso y radiante “Ser-Presencia-Inteligencia” quien dirige el Universo. De Él me enteré gracias al amigo que vino desde las estrellas a visitarme en su nave: Ami; él me hizo conocer a Dios Amor.

Ahora sí que le presto atención, porque dejó de ser una idea imaginaria y se transformó en algo que yo puedo sentir, vivenciar y experimentar. Claro, como el Amor es Dios, cada vez que siento amor estoy experimentando a Dios. Sencillo.

Sencillo para las almas simples, quiero decir; porque si hablamos del tema con un viejo

de espíritu va a salir con complicaciones teológicas e intelectuales que lo enredan todo y que, a fin de cuentas, nos alejan de Dios. Lo que pasa es que en este planeta somos medio retorcidos por dentro, por eso nos cuesta comprender las cosas simples. Es lo mismo respecto al manejo de este mundo.

Yo viajé a Ofir, un mundo evolucionado, y también a otros. Así supe que las civilizaciones avanzadas del Universo comparten todo con cariño, como si se tratara de una gran familia planetaria. Sencillo. Y como resultado, eso parecía una fiesta permanente porque toda la gente andaba contenta. Pero aquí uno sale a la calle y ve una cara alegre y cien caras de vinagre… Y casi todos piensan que sus problemas los resolvería el dinero, pero mientras más rico es un lugar, más vinagres y más de piedra las caras…

Lo que pasa es que lo material es solamente “la parte de afuera”, pero la felicidad tiene que ver con “la parte de adentro”, y eso a su vez tiene que ver con el Amor. Ése es justamente el Principio Guía de los mundos más adelantados que el nuestro, el Amor; debido a eso, allá se mira la vida desde un “nosotros”, mientras que aquí sólo importa el “yo”. El egoísmo es nuestra conducta más natural, y de allí deriva nuestro estilo de vida, impulsado por el viejo y cruel “motor” de esta “civilización”, la famosa “competitividad”, que no es más ni menos que la prehistórica “ley de la selva”, expresada en palabras elegantes…

Pero los mundos evolucionados ya no están en la prehistoria. Allá no se compite, allá de comparte.

Debido a ésa y a otras razones, las civilizaciones cósmicas consideran que nuestra humanidad todavía no es civilizada o evolucionada. Para esa gente, nosotros somos una especie más bien primitiva, aunque nosotros nos consideremos “modernos” (la gente del año 1200 y de todas las épocas se ha considerado igual)… Y no podemos comprender por qué los tripulantes de esas silenciosas naves que se ven cada vez con mayor frecuencia, que poseen una tecnología que aquí ni se suela todavía en alcanzar, no nos consideran dignos del menor contacto a nivel oficial.

Bueno, tampoco los catedráticos de las universidades van a entablar contacto con los salvajes de las selvas, ¿para qué? ¿Mandarles instructores? Seguramente terminarían acribillados por dardos venenosos… Mejor sería dejarles al alcance algunos libritos con ilustraciones fáciles de comprender, con el ABC de lo que se les desea enseñar.

Otro ejemplo: si usted va a visitar a un malhechor peligroso, él va a pensar que usted lo apoya… Y si va a decirle que su conducta no es correcta, mejor vaya con chaleco antibalas… Además sería inútil, porque él sabe muy bien lo que hace. También en ese caso es mejor que le deje los libritos por ahí cerca (y no olvide poner en ellos balazos y peligros, muchas angustias, odios y tristezas, porque si no, se aburre y lanza el libro lejos)…

Pero a pesar de todas las oscuridades y durezas de este incivilizado mundo, que justamente por vivir en su prehistoria todavía no respeta ni intuye lo que es realmente el Amor, Ami dice que tengo que vivir con alegría, con buena onda hacia todos, inclusive hacia los científicos que se dedican a traficar con sus conocimientos inventando nuevas armas, o hacia quienes hacen negociados destruyendo la naturaleza (él cree que es tan fácil amar a ciertos humanoides). Según él, esos “benefactores de la humanidad” (yo los metería a todos presos par que no hagan más daño) no es que sean malos, sino que son ignorantes. Debido a eso, la solución no es pelear ni combatir; el remedio no consiste en borrar del mapa ni en meter preso a nadie (lamentablemente), sino en enseñar, en ayudar a cambiar la mente y el corazón, por lo menos de los más jóvenes, que todavía podríamos llegar a ser diferentes (ahora que me doy cuenta, adult-o y adult-erar tiene la misma raíz)… Digo que podríamos llegar a ser distintos y conducir el mundo de una forma más humana alguna vez, pero no es seguro porque en la escuela no nos enseñan a ser mejores personas. Nuestra educación no está orientada a “la parte de adentro”, sino a lo de afuera; por ese motivo, casi lo único que hacemos es memorizar datos, y no justamente datos que nos lleven hacia la felicidad, o que nos hagan comprender el sentido superior de la vida. Acumulando datos acerca de la parte de afuera de todo no cambia nada por dentro, no en un sentido profundo.

Y en lugar de estimularnos a ser solidarios, nos incitan a ser muy “competitivos”, y eso quiere decir a tratar de ganarles a los demás en todo, dejarlos convertidos en puré, aplastarlos, pasarles por arriba. Ésa es nuestra formación filosófica, moral y ética actual. Nos vestimos mejor que antes, por fuera, y andamos con celular. Pero por dentro, de las cavernas a hoy no ha cambiado mucho la cosa…

Ante ese panorama, me parece a veces que mi generación tampoco va a hacer nada

distinto. ¿Habrá otra?...

Yo he cambiado, ahora me interesa de forma muy seria el destino de esta humanidad, pero no gracias al colegio, sino gracias a Ami, y ésa fue otra gran Luz para mi alma, que tampoco me llegó por vía terrestre, naturalmente. Pero “los amigos de arriba” no pueden andar despertando a todos, uno por uno, y como por aquí abajo no hay demasiado interés en el mejoramiento interior de la especie humana, no veo fácil un cambio en este mundo, a menos que produzcamos un desastre tan espantoso que, si sobrevivimos, nos obligue a cambiar, a construir un mundo diferente del actual. Pero Ami dice que la idea es cambiar el mundo sin que haya grandes desastres, y un poco para colaborar en eso se me dio la misión de escribir estos libritos, que muestran lo más elemental y básico de la forma de vivir de los mundos (y de las personas) con mayor evolución que la nuestra. Ya dije que por esas alturas se guían por el “Principio Fundamental del Universo” o “Ley Fundamental del Universo” (otra gran luz de origen no terrenal en mi vida), es decir, el Amor, algo muy sencillo y claro, algo que lleva a buscar el mayor bien posible para todos. Pero, a pesar de lo “romanticón” o “espiritualoide” que podría parecer eso por estas oscuras latitudes del entendimiento, en esos luminosos mundos se trabaja sobre todo en centros de investigación y en universidades, y en ellas se realiza mucha actividad orientada al desarrollo espiritual, porque allá, espiritualidad y ciencia son la misma cosa, y saben que todo depende del Amor. Aquí no, aquí todo depende de la Bolsa de “Valores”, de los bancos…

Lo lógico sería que algo tan delicado y complejo como un mundo fuese dirigido por científicos o sabios, pero en este planeta no nos guiamos por el Amor, y por eso no somos lógicos. Un lector muy intelectual diría que lo que acabo de subrayar es incoherente, porque no tiene nada que ver el amor con la lógica. Sin embargo, aquí va otra Luz aportada por Ami: “el Amor es la suprema lógica”, pero eso, sólo la sabiduría del corazón puede comprenderlo, y como quienes nos dirigen no lo comprenden, y menos todavía lo aplican, aquí sucede algo que de verdad es muy incoherente, esto sí que es ilógico: el destino de la humanidad, nuestro futuro y el de toda la vida planetaria está sometido a las leyes del mercado…

Y así nos vamos deslizando por esta periferia galáctica en nuestra hermosa y comercial nave Tierra; ciegos, espoleados por la cruel competitividad en persecución de un solo objetivo: DINERO, sin importar cómo se consiga. Si el asunto es rentable, nada cuentan la vida, el bienestar de las personas, la preservación de la naturaleza ni el futuro planetario.

Aquí va el resultado de la filo$ofía que rige a nuestro planeta: la mayor parte de la gente no es feliz, o no tiene qué comer, o no tiene tiempo para disfrutar de la vida; la corrupción se cuela hasta en los lugares más sagrados, la violencia y el delito crecen, los dientes y garras se afilan en contra del vecino, haciendo aumentar rejas, candados, revólveres y muros, acrecentando la distancia entre pobres y ricos, mientras suculentos “negocios” destruyen y contaminan nuestro hogar planetaria. ¿Y las necesidades y valores profundos del ser humano? ¿Qué pasó con la amistad verdadera, la ternura, la bondad, el cariño? ¿Qué futuro nos espera si seguimos así?

Pensar en eso no brinda buenos réditos, no es “viable”, a otra cosa. Aquí, las personas son “artefactos productivos y consumidores”, y punto. Y la naturaleza es “mercancía”. “Si me vas a producir ganancia te trato bien y te sonrío, si no, sal rápido de mi vista”… Si seguimos igual nos vamos a aniquilar, y nosotros lo sabemos muy bien. Pero, todo sigue igual…

“Escúchame, Ami, sintoniza mi mente adonde estés, quiero que vengas, necesito ver a Vinka, ven, por favor”, le decía mentalmente sentado en la roca todas las noches, sabiendo que él podía percibir mis pensamientos sin importar las distancias. Pero nada. Yo permanecía concentrado en mis mensajes telepáticos mirando el cielo hasta que se ponía demasiado oscuro, entonces me daba un poco de tristeza, otro poco de miedo, y regresaba a casa bastante desilusionado, pensando que tal vez no vendría ese verano, a pesar de que yo había terminado ya mi segundo libro, “Ami regresa”, porque fue la condición que el niño de las estrellas me puso para venir a la Tierra a encontrarse conmigo por tercera vez, trayendo a Vinka de su mano.

Bueno, en realidad, “Ami” y “Ami regresa” los escribió mi primo Víctor, basado en mis relatos. Él tiene más de treinta años y sabe algo de literatura. Pero este nuevo libro lo estoy escribiendo yo mismo, yo solo, gracias a una maravillosa “ayudita” que recibí y que relataré más adelante. (Paciencia, paz-ciencia)…

Una de esas noches, al llegar a casa mi abuela me preguntó:

-¿Adónde estuviste, hijo?

-En los video juegos de la plaza –le respondí. Siempre me iba a los videos después de la inútil espera en las rocas de la playa.

-Para qué gastas dinero en eso, si puedes jugar a lo mismo en casa con tu computadora?

-No es lo mismo, tal como no es igual cenar solo en casa que acompañado en un restaurante. (Buena comparación, ¿verdad? Me llegó por inspiración)…

-Mmm… Te noto un poco triste, como todas las noches cuando apareces. ¿Qué te sucede, hijo? ¿Problemas con alguna noviecita tal vez?

Sí, se trataba justamente de eso, pero no podía decir que mi noviecita… qué “noviecita” ni qué ocho cuartos; mi amada, mi amor de todas las existencias, mi querida alma gemela, es una chica extraterrestre que vive a millones de kilómetros y que nuestro encuentro depende de Ami, otro extraterrestre, y de su nave espacial. ¿Cómo iba a decirle eso? Y menos cuando mi primo Víctor me tenía amenazado con tratamientos psiquiátricos. Siempre me salía con la matraca siguiente:

-Tienes mucha imaginación, Pedro, y se te ocurren cosas interesantes, por eso me tomo el trabajo de ayudarte a dejarlas en condiciones de ser publicadas; pero no te las tomes en serio, “porque – una – cosa – son – las – fantasías – y – otra – cosa – es – la – realidad” –repetía mil veces el saco de plomo.

-No abuela, para nada; es que no he podido superar un récord en uno de los juegos, no he conseguido poner mis iniciales en el primer lugar –tuve que mentir para no confesar que mi tristeza provenía realmente de la ausencia de mi “noviecita”…

-Sólo he llegado hasta el segundo puesto y eso me tiene mal.

Mis iniciales ni siquiera aparecían en ninguna pantalla del salón de video juegos del pueblo. Es cierto que iba casi todos los días al local de las máquinas, pero no pude conseguir mucha habilidad ese verano por falta de práctica. La mayor parte del tiempo me le pasaba en el roquerío, por si la naves…

-Cómo se reirán los dueños del negocio de videos de quienes están en el primer lugar de sus máquinas…

-¿Por qué, abue?

Porque son los más tontos…

-¡¿Qué?!... Es todo lo contrario –dije, pero no me escuchó.

-Ellos miran la pantalla y dicen: “Éstas son las iniciales del tonto número uno; éstas, las del tonto números dos”, y así sucesivamente, Pedrito.

-Me parece que hablas de lo que no conoces. No tienes la idea de lo diestro que hay que ser para acumular el puntaje que te permita poner tus iniciales en el primer lugar. Es un orgullo lograrlo.

-¿Es un orgullo demostrar ser el más tonto y que se rían de uno?

-Me parece que…

-Ellos saben que quien llegó hasta ese lugar fue lo suficientemente tonto para gastarse una buena suma de dinero y pasarse tontamente horas y horas mirando una triste pantalla, en lugar de hacer algo provechoso con ese tiempo, como estudiar un poco más, leer un libro, rezar o, por último, conversar con los amigos, pasear, ayudar a quien nos necesite, salir con alguien, como hacen quienes son menos tontos que los que tienen sus iniciales en el primer –dijo sonriendo y se fue a acostar.

Encontré que por un lado tenía razón, pero por otro, estudiar, leer un libro, rezar… Qué divertido… Además, ella no conocía lo interesante que es el mundo de los salones de video juegos por dentro. Allí hay estrellas que son admiradas, respetadas y envidiadas por todos. En los videos de la plaza del balneario hay un chico que tiene sus iniciales en el primer lugar de ¡tres juegos diferentes! El famoso EGY, ésas son sus iniciales. No conozco su nombre porque no habla con nadie, siempre está serio frente a la pantalla con varios chicos detrás de él admirando su destreza con los bastones y botones.

Mi abuela no sabía nada acerca de los fabulosos duelos que se arman de vez en cuando en esos lugares fascinantes, como sucedió a la noche siguiente. Después del roquería, desilusionada una vez más, pensando con mayor insistencia en la posibilidad de no volver a ver nunca más a Vinka ni a Ami, luego de cenar me fui a la plaza a dar una vuelta. Allí supe que en el salón había gran revuelo porque un chico bastante bueno para jugar, BUR, estaba por superar a EGY en la máquina de “Terror en el Cosmos”, que es la que estaba de moda ese verano, y que se trataba de ir destruyendo los planetas del Imperio Thor. Fuimos todos la mirar, incluso el mismísimo EGY, que se encontraba presente. Suspendió su juego en otra máquina, la de los “Tiranosaurios Karatecas”, en la que también es un as demoliendo cabezas a patadas, y fue a observar al intruso que amenazaba con desplazarlo del primer lugar, hasta que finalmente lo consiguió, con un puntaje impresionante. ¡Destruyó nada menos que ochenta y dos mundos! Se llevó unas silenciosas felicitaciones cuando su juego terminó, un poco de admiración también y algo de envidia. Sólo un chico abrió la boca y dijo “bien” (en ese lugar no se habla mucho, por el gran ruido de las máquinas), y después, BUR se dio un lujo que yo nunca conseguí: cuando se abrió la maravillosa ventana que te permite dejar grabadas tus iniciales, estampó las suyas en el primer lugar de la lista de los veinte primeros puntajes de esa máquina. Eso es igual que ganar una copa, una medalla o un trofeo. EGY no pudo soportar la ofensa y ahí mismito se puso a tratar de superar al irrespetuoso. Estuvo más de una hora intentándolo, gastando dinero que da miedo (alguien me dijo que la madre de EGY, que era separada, le daba mucho dinero para que la dejase divertirse en paz, también por eso muchos chicos lo envidiaban), pero nada al principio, después le llegó una racha de suerte o genio y se transformó en una bala, en un clarividente del juego, en una estrella, y pudo dejar las cosas en su situación normal: BUR estaba de nuevo en el segundo lugar; EGY en el primero, y legos. Claro, tuvo la fortuna de destruir ¡noventa planetas! Por eso era famoso y envidiado.

Qué iba a entender mi pobre y vieja abuela de esas cosas tan emocionantes…

Al salir del local para ir a acostarme, una bonita coincidencia me hizo gracia: en uno de los últimos lugares de la lista figuraba un tal A.M.I. “¿Cómo se llamará realmente?” me pregunté curioso y me puse a imaginar nombres y apellidos con esas iniciales hasta que olvidé el asunto. Pero a la noche siguiente volví a los videos y me enteré de algo increíble, maravilloso: ¡En el tope de las listas de TODAS LAS MÁQUINAS figuraban las iniciales AMI!... Eran unos puntajes fabulosos, inalcanzables.

Alguien me comentó que cuando EGY llegó al local y vio aquello se puso rojo de rabia, no dijo nada, se retiró y no volvió por allí. Debió haber pensado que un hueso demasiado duro de roer acababa de llegar al balneario, un profesional de todos los juegos, un astro espectacular, Pero el dueño de las máquinas también estaba molesto porque la clientela “profesional” se le estaba esfumando desalentada. ¿Qué ser humano podría superar aquellos puntajes siderales? Está bien intentarlo cuando la diferencia no es mucha, pero esta vez los récords fueron superaos multiplicados por seis y hasta diez veces…

Además, para todos el asunto fue un misterio, porque nadie vio al tal AMI jugando. Las máquinas aparecieron simplemente así esa mañana y nadie supo cómo… pero para mí no había misterio alguno: el travieso de Ami había regresado y andaba por allí, ¡por fin! haciendo de las suyas. Me dejó la señal de su presencia en las pantallas de los videos. Para él es muy sencillo alterar la lista de los puntajes, inclusive a control remoto, y desde otro planeta, si hace falta, con alguno de sus aparatos electrónicos geniales construidos por él mismo.

Salí corriendo como una flecha hacia el roquería sin importarme la oscuridad. Llegué jadeantes a la playa con el corazón saltando de alegría y esperanza. Subí la roca mirando hacia todos lados, pero Ami y su nave no estaban por ninguna parte. Recordé que en su venida anterior me hipnotizó a distancia para que yo no viese el corazón alado grabado por él mismo en la roca en su primera visita. Lo busqué y allí estaba. Encima había una piedra con un papel por debajo.

“¡Un mensaje de Ami!” pensé contento, y así era efectivamente, con sus errores de ortografía tan típicos de él.

Qué alegría inmensa sentí al leerlo, lo maravilloso volvía a ser lo cotidiano. Vinka… Ami…

Un poco después, algo de aquel mensaje me sorprendió: ¡En el bosque! Me pareció muy raro porque no estaba acostumbrado a relacionar la visita de Ami con ningún otro lugar aparte del roquerío, pero luego encontré que era el sitio perfecto, porque entre los lugares cercanos, sólo allí podía hacer descender su nave de día sin ser visto por la gente.

Me fui feliz a acostar. Ahora sabía que estaba a pocas horas de volver a abrazar a Vinka. Mmm… y me puse a pensar en ella, pero me costó mucho quedarme dormido. Casi temblaba de emoción al recordar que el encuentro estaba muy cerca. Al final de dormí y no soñé el horror de las últimas noches, sino algo lindo relacionado con ella, pero eso es asunto personal…

Capítulo 2: En el bosque

Al despertar quise salir corriendo hacia el bosque sin tomar desayuno ni pasar por el baño, pero recordé que tenía una cita con Ami y que él podía llevarme a Vinka, porque su nave es capaz de “situarse” instantáneamente en cualquier lugar de la galaxia, así que me pegué una buena ducha y me lavé el pelo; hasta colonia me puse por primera vez en mi vida, una que dejó por ahí Victor en una visita que nos hizo semanas antes.

Escogí la mejor ropa que encontré, luego quise salir corriendo hacia fuera, pero mi abuela me esperaba ante la mesa del comedor con el desayuno servido.

-¿Por qué tan apurado y tan contento, Pedrito?

-Esteee… No, por nada. Es que el día está muy bonito…

-Está nublado y hace un poco de frío…

-Ah.

Para evitar preguntas que yo no podía responder, me tomé el café de un solo sorbo y salí disparado con un sándwich en la mano.

-Pedrito y sus misterios –alcanzó a decir ella con una sonrisa.

El bosque de pinos no estaba demasiado cerca de la playa. Corrí hacia el pueblo, llegué a la carretera principal de aquellos lugares, la crucé, me interné por una región llena de matorrales y subí una ladera empinada en dirección al bosque. Por el camino me pregunté si vendría Vinka en la nave, pero luego recordé que Ami dijo en su viaje anterior que primero pasaría a buscarme a mí y que después iríamos al planeta de ella, así que iba preparándome mentalmente para un nuevo viaje interespacial.

Las nubes comenzaban a disiparse, el mar pasaba del color gris a un hermoso azul.

Con gran alegría llegué hasta los primeros pinos pensando que en cosa de minutos podría estar nuevamente con Ami y, sobre todo, ¡con Vinka!

Me interné en la espesura mirando hacia todos los lados, imaginando que él me estaría observando por una de las pantallas de la nave, pero como no vi ni escuché nada decidí sentarme a esperarlo en un claro del bosque, sabiendo que el conocería mejor mi ubicación que yo la suya.

Sentado sobre la hierba y con el corazón impaciente se me ocurrió que Ami aparecería

por detrás de mí y que pondría sus manos sobre mis ojos diciendo “adivina quién soy”. Me gustó esa idea, por eso, cuando minutos después sentí que alguien se aproximaba a mis espaldas cerré los ojos y me quedé muy quieto, tratado de dominar mi curiosidad y emoción. En efecto, unas cálidas y cariñosas manos me taparon los ojos, pero Ami no decía nada. Entonces sentí un aroma y una vibración que no me esperaba, que me hizo saltar el corazón y me revivió sentimientos muy hermosos y profundos: el perfume de Vinka…

¡ELLA ESTABA ALLÍ!

Sin abrir todavía los ojos acaricié esas amadas manos de largos y delgados dedos, esos cabellos suaves, esas orejitas puntiagudas. Me puse de rodillas, así estaba ella, me volví hacia Vinka y entonces me encontré con ese alegra e infinito cariño color violeta de sus ojos. No pensé en Ami, no pensé en nada, creo que desaparecí o que me fui a otros planos, a otras dimensiones de la existencia, a las que sólo el más profundo amor nos puede llevar, y sólo me entregué a la poderosa fuerza que nos unía, a esa embriaguez sublime e inexplicable. No podíamos hablar, no hacía falta, además, no nos habríamos comprendido porque yo no tenía puesto el audífono traductor, ella tampoco, y ninguno de nosotros habla el idioma del otro.

Nos tendimos de lado sobre la hierba. Cada vez que nuestras miradas se encontraban no

podíamos dejar de sonreír con alegría, con una felicidad que ninguna otra cosa en el mundo podía producirnos.

Un poco más tarde, luego de un hermoso festival de caricias, ya más habituado al regocijo del reencuentro volví a esta realidad y se me ocurrió pensar en nuestro amigo. Había olvidado que él también existía.

-¿Adónde está Ami? –le pregunté inútilmente, sin recordar el asunto de los audífonos. Ella me miró extrañada y dijo:

-Sdgdlñjfhadr diu zñfiughaer –o algo por el estilo, entonces recordé lo del pequeño artefacto traductor, ella también, y nos pusimos a reír.

Por primera vez me di cuenta de que su voz era muy bonita, me llegaba muy hondo.

-No te comprendo nada, Vinka, pero los sonidos que emites me parecen tan hermosos… Habla, por favor –le dije. Creo que de algún modo comprendió mi idea, porque se puso a hablar mientras yo la escuchaba embelesado, como presa de algún extraño hechizo. Me daban ganas de errar los ojos y simplemente oír para siempre aquella especie de musicalidad cantarina que parecía provenir de su corazón.

-Basta de romances prohibidos, par de pecaminosos –bromeó Ami sonriendo muy alegre. La querida figura blanca venía caminando hacia nosotros. También habló en el idioma de Vinka, debió haber dicho más o menos lo mismo. El corazón me saltó en el pecho al verlo acercarse alegre y luminoso, como siempre. Me puse de pie para saludarlo y entregarle mi cariño, entonces noté que él estaba un poco más bajito de estatura que antes, o que yo había crecido un montón en los últimos meses. Tuve que agacharme un poco para abrazarlo. Vinka permaneció sentada en la hierba muy contenta. Fue un cálido y feliz reencuentro.

Ami nos puso los audífonos mientras decía:

-Te producirá una agradable sensación verte bastante más alto que yo ahora, ¿Verdad, Pedro?

-No, Ami… Bueno, no me disgusta, pero… ¿Tú no te sientes mal por eso?

-No tanto como te va a disgustar a ti cuando veas a Vinka…

No comprendí qué quiso decirme. Observé a mi hermosa alma gemela y no encontré nada fuera de lugar en ella.

-¿Cuándo vea a Vinka? Pero si ya la ví, y no tiene nada raro…

-Ponte de pie, Vinka –le pidió.

Cuando ella lo hizo quedé helado. Como no habíamos estado juntos de pie hasta ese momento, sino de rodillas o tendidos en la hierba, no me había dado cuenta de que ella también había crecido, pero mucho más que yo, que ahora le llegaba sólo a la nariz… Me sentí terriblemente mal, no me esperaba aquello, me acomplejé, pensé que ella estaría impresionada, decepcionada, que dejaría de amarme y cosas por el estilo. Miré hacia el suelo mientras ella me abrazaba con ternura y me besaba en la mejilla, teniendo que agacharse un poco, claro…

-Estos no evolucionados sólo miran lo externo, la apariencia de las cosas, sufren de “racismo óptico” –decía Ami riendo con sus carcajaditas de bebé.

-No te preocupes, Pedro, yo te amo igual que siempre. Tú sabes que lo nuestro va mucho más allá de la apariencia –trataba de reconfortarme Vinka.

-Mmm… Sí, lo sé, pero… debió haber sido una desagradable sorpresa para ti…

-No fue sorpresa –intervino Ami –porque cuando veníamos hacia acá, yo le advertí que tú no habías crecido tanto como ella, y dijo que no le importaba nada, aunque tuviese que transportarte en un bolsillo… Ja, ja, ja.

-Y es verdad, Pedro, aunque fueras del tamaño de mi dedo pulgar, yo no podría dejar de amarte con toda mi alma, y eso lo sabes, pero la diferencia de estatura no es tanta, así que no te hagas problemas. Además, Ami dice que tienes que crecer mucho más todavía.

-Puede ser, en el futuro, y siempre que a ti no se te ocurra crecer todavía más que yo… Pero, ¿y ahora? ¿Te parece que no es mucha diferencia que yo te llegue apenas a la nariz?

-Exactamente al nacimiento de su cabello en la frente –dijo Ami-, pero como te acomplejaste tanto, te encorvaste ante ella y te pareció que eras más bajo de lo que eres, pero si te pones derecho a su lado verás que tengo razón.

Comprendí que era verdad, yo estaba algo encorvado. Me enderecé y vi que la diferencia no era tanta. Ella me abrazó alegremente. Su mirada cálida me hizo sentir que no había motivo para inquietarse. Recuperé la confianza en mí mismo, tomé a Vinka por la cintura y, sacando voz de galán de película antigua le dije:

-Es verdad, nena, aunque seas un poquito más alta, yo soy tu macho recio, y cuidado conmigo, beibi.

Vinka y yo reímos, Ami también, aunque luego dijo:

-Ojalá no te tomes en serio esos machismos prehistóricos.

-Era sólo una broma, Ami.

-Ya lo sé, pero no olvides que el machismo sólo tiene algún sentido en los mundos que viven en estado cavernícola, en donde los músculos y el tamaño son muy importantes para sobrevivir. Allí tal vez convenga que el hombre sea más fuerte y alto que la mujer, por motivos de protección; pero como vuestros planetas ya están superando esa vieja etapa y…

Me pareció que Ami no conocía a fondo mi planeta o a la humanidad que lo habita,

porque aquí una buena estatura y un buen equipo de músculos son casi tan importantes para un varón como la inteligencia o el dinero, y las chicas por lo general están de acuerdo…

Vinka también parecía confundida e interrumpió a nuestro amiguito:

-En Kía nos dominan los terris, Ami, y nos someten justamente porque son más corpulentos que nosotros, los swamas, y tú dices que nuestros mundos están superando esa etapa… No comprendo.

-Tú la superaste. ¿No? A ti no te importa que Pedro sea más bajo. ¿Verdad?

-Bueno, en mi caso así es, pero la inmensa mayoría…

-Nunca te guíes por lo que tú crees que piensa la mayoría, Vinka, sino por lo que te dictan tu propio corazón y tu inteligencia, porque muchas veces la gente simula pensar como los demás por temor a ser diferente o porque no ha alcanzado a ver lo que realmente siente, y en el fondo tal vez piensa igual que tú, y sólo le faltaba escuchar tu opinión para reforzar la suya propia y luego apoyarte.

Consideré interesantes sus palabras. Él continuó explicándole a mi compañera:

-Y si tienes una idea buena, necesaria para todos, pero no tienes el valor de expresarla, entonces esa buena idea jamás va a difundirse ni se hará realidad, y todos perderán, gracias a tu temor –manifestó mirándonos con una sonrisa-, además, tampoco te vas a enterar que no eras la única que pensaba diferente.

-Creo que tienes razón, Ami, pero sólo en parte, porque desde que te conocí y visité el maravilloso mundo de Ofir y los otros lugares evolucionados que visité, me parece demasiado absurdo y cruel que en este planeta haya tanto sufrimiento, cuando todo podría arreglarse fácilmente con un poco de buena voluntad; pero ya me di cuenta que esa simple idea me hace parecer un delirado, un loco. Por eso, ya no toco más ese tema con nadie. Y lo mismo me sucede con tantos otros pensamientos, así que al fin de cuentas cierro la boca y trato de actuar y opinar como todos, aunque no sea verdad, aunque me duela.

-Te comprendo, Pedrito. Como todos actúan igual que tú, callando su verdadero sentir, crees ser el único que piensa diferente y temes que se rían de ti o se enojen contigo.

-Eso, o que me den una golpiza… Ami rió, luego continuó explicando:

-A pesar de lo que pareciera, te recomiendo que hagas la prueba de ser tú mismo cada vez que puedas, que trates de expresar –con serenidad y respeto, sin ofender ni agredir- lo que realmente sientes, sobre todo cuando tu pensamiento esté iluminado por le sabiduría del Amor, y te va a sorprender la cantidad de personas que van a estar de acuerdo contigo, justamente porque vuestros mundos están cambiando.

Todavía el asunto me parecía más teórico que real.

-Si yo dijera todo lo que pienso… No, no me gustaría ser mártir, Ami, no me gusta sufrir.

-Lo que sucede es que ignoras el cambio que comienza está haciendo que muchísimas almas ahora prefieran vivir un poco más de acuerdo con lo que es verdadero y natural. Vinka seguía llena de dudas.

-yo no veo que la gente sea TAN diferente, Ami… en mi planeta, todos se comportan más o menos igual, jóvenes y viejos. Hay algunas personas buenas, pero en general predominan la superficialidad, el egoísmo y el materialismo… No sé si la Tierra es igual, Pedro.

-Es lo mismo, Vinka.

Ami aspiró profundo, sonrió y dijo:

-Se comportan más o menos igual porque tienen que seguir la corriente que imponen los viejos sistemas que guían la vida en vuestros mundos, sistemas que no tienen gran consideración ni respecto hacia los seres humanos ni hacia la vida en general. Esos sistemas no se fundamentan en el Amor, sino en lo material; y como todo aquello que no se sustente en el Amor no puede producir felicidad, la gran mayoría no está contenta, pero cree que el asunto es inevitable y cierra la boca. Y así suma y sigue, y nada cambia, o nada cambiaba, digo mejor, porque el asunto se está dando vuelta. Mucha gente está comenzando a cambiar, y eso se hace sentir en el ambiente. Ustedes deberían sumarse a esa corriente positiva para darle mayor fuerza. No olviden que proteger el bien y la vida es protegerse a ustedes mismos.

No recuerdo exactamente todo lo que nos dijo, pero terminó por convencernos: de ahora en adelante íbamos a tratar de ser más sinceros y no esconder tanto nuestro sentir ni nuestro pensamiento, y no sólo en los libros que debíamos escribir.

-Pero no vivan enojados con el mundo, niños –dijo sonriendo con alegría-, no miren sólo el lado oscuro, porque las sombras son menos abundantes que la luz.

Miramos a nuestro alrededor, y la belleza de aquella mañana de verano en el bosque, ahora completamente despejada y con un sol radiante, nos hizo comprender que es verdad, que uno no debe prestar su atención solamente a lo negativo, porque de lo otro hay mucho más-

Una fresca brisa perfumada de flores, pinos y eucaliptos nos acariciaba el rostro.

Ami decidió sentarse en la hierba con las piernas cruzadas. Nosotros hicimos lo mismo.

-Los veo muy contentos, niños, parecen dichosos de haberse reencontrado. ¿Verdad? – nos preguntó con alegría traviesa.

-Felices –dijimos.

-Entonces se darán cuenta de que no tenían que haber hecho tanto drama en mi nave en el viaje anterior, cuando tuvieron que despedirse. ¿Verdad?

Nos miramos con algo de vergüenza. Él tenía razón, no debimos haber armado aquel rebelde “motín” para ver si podíamos evitar nuestra separación. Ya estábamos nuevamente unidos, y ahora el tiempo pasado parecía sólo un sueño fugaz.

-Es verdad… fuimos unos tontos.

-Bravo, me alegra que lo reconozcan, así no harán ningún escándalo cuando les toque separarse nuevamente hoy…

-¡¿Qué, separarnos hoy mismo!? –exclamamos muy alterados, abrazándonos mientras él se reía de nosotros.

-La chochera inútil otra vez…

Sus palabras me hicieron tomar conciencia de que lo nuestro no era ninguna “chochera inútil”, sino un gran amor, y me pareció demasiado cruel no poder estar junto a ella más que unas pocas horas al año. Iba a decírselo, pero Vinka ya estaba expresándole lo mismo.

-El amor no es ninguna chochera, Ami, y menos el de las almas gemelas, como el

nuestro, por eso mismo nos causa dolor saber que tendremos que separarnos nuevamente.

-Les comprendo, niños, les duele la separación porque todavía no aprenden a disfrutar de los encuentros más allá de sus cuerpos físicas, qué lástima…

Sus palabras me hicieron recordar que yo sentía permanentemente la presencia de Vinka en mi interior, y que muchas noches imaginaba que estaba junto a ella. Esos encuentros imaginarios eran tan intensos que me parecía que estábamos realmente unidos. Se lo comenté a Ami. Al escucharlo, Vinka dijo que a ella le sucedía lo mismo y que también le parecía que en esos momentos estábamos unidos de verdad.

-Estaban realmente unidos, no con sus cuerpos materiales, pero sí con sus almas.

-Claro –dije –pero no es igual…

-El verdadero amor es asunto de almas, no de cuerpos. Es por eso que los afectos que dependen de las formas físicas son transitorios. Aparecen unas arrugas, unos kilos de más o de menos y ya no hay más cariño… Eso no es amor, eso es una atracción magnética pasajera basada en lo externo, sin ninguna profundidad ni fuerza. Pero para el verdadero amor no existe estatura ni edad ni apariencia, es un asunto de alma a alma, es amar la energía que emana del otro, porque esa energía es el resumen de todo lo que esa persona es internamente. Para esa clase de sentimiento no existen las distancias ni el tiempo. Ese amor no se extingue ni siquiera con la muerte.

Ella me miró con ojos humedecidos de emoción. Ambos sabíamos que Ami estaba hablando de un amor como el que nos unía a nosotros. Nos abrazamos y acariciamos nuevamente. Eso nos hizo entrar de nuevo en aquella dimensión sin tiempo que nos hacía olvidar del resto del Universo.

No sé cuantos minutos después, Ami habló con cierta ironía:

-Para ser sincero, es un poco largo este capítulo de telenovela…

Esas palabras nos hicieron volver al presente con algo de vergüenza, pero al observar a mi querido amigo noté que, a pesar de su sonrisa, que trataba de parecer pícara, no podía ocultar la emoción de su mirada.

-Es cierto, Pedro –dijo percibiendo mis pensamientos-, esa chochera inútil lees hace

emitir unas oleadas vibratorias que hacen emocionar hasta a un guarisaurio petrificado.

¡Ja, ja, ja!

De pronto observé que había muchas mariposas multicolores revoloteando por allí.

-¿Y no notaste también que los pájaros cantan más alegres, Pedro?

Presté atención y constaté que era verdad, parecía que todo el bosque estaba cantando y danzando un concierto de colores, aves, insectos y flores dedicado a nuestra felicidad.

-Provocado por vuestra felicidad –aclaró.

-¡Qué fantástico! –exclamamos observando fascinados el alegre alboroto que nos rodeaba mientras permanecíamos sentados en la hierba.

-Es la elevada vibración que ustedes irradian; ya saben que el Amor es la energía más alta del Universo, así que son ustedes quienes generan la “música” que está causando toda esta luminosa “danza”…

Vinka llegó a una conclusión:

-Entonces el amor atrae y produce alegría…

-Por supuesto. Todas las criaturas tienden hacia su Origen: el Amor Universal, que es todo dicha. Y también por eso el desamor aleja.

Así comprendí que la gente desagradable lo es porque no irradia amor…

-Porque no puede o no quiere abrir su corazón. Bien, vamos a la nave –dijo, poniéndose de pie mientras manipulaba el control remoto de su nave, que llevaba en su cinturón.

Capítulo 3: EL SEKRETO DE KRATO

La luz amarilla nos envolvió a los tres. Miré hacia arriba. Allí estaba el majestuoso vehículo cósmico, ahora visible solamente para nosotros. Hermoso, mágico. Giraba plácida y lentamente. Estaba un poco inclinado, más alto que las copas de los pinos. Brillantes reflejos de sol centelleaban sobre su fuselaje de metal plateado. Comprendí que Ami había venido en otra nave ahora, porque ésta tenía un corazón alado por debajo.

-Este “ovni” no es el mismo que el anterior -dije.

-No, Pedro. Por dentro se parece mucho al otro, pero tiene más recursos tecnológicos y es de un tamaño mayor, ya vas a ver.

Con gran alegría me dejé izar, sin temor alguno esta vez. Me estaba transformando en un campeón en materia espacial. No es por jactarme (sino por presumir): los más famosos astronautas, comparados conmigo, no han visto nada, nada.

El hecho de flotar en el aire sin tener ninguna sensación de gravedad en el cuerpo me produjo mucha alegría. Eché un cistazo a medida que iba ascendiendo y vi el mar muy azul y resplandeciente, los bosques allá abajo, el balneario, mi casita. Extendí los brazos para sentirme como un ave liberada. Aquello era mucho más divertido que cualquier juego de un parque de diversiones, y más seguro también. Cuando llegué al interior de la nave y se cerró una plataforma que se deslizó bajo mis pies fui recuperando lentamente mi peso. Igual que antes, me sentí emocionado al estar pisando la suave y mullida alfombra de la sala de recepción. Luego ingresamos a la sala de comandos. Observé que ésta era bastante mayor que la de la nave anterior, además, el techo estaba más alto. Allí cabía perfectamente un adulto de pie; en la otra, no. Miré a través de las ventanas y vi la plaza, el salón de los video juegos. Entonces recordé lo de A.M.I. en las pantallas de las máquinas.

-Qué buena broma fue ésa, Ami -dije, sabiendo que él ya habría echado un vistazo a mi mente. Vinka preguntó de qué se trataba. Le expliqué todo el asunto y a ella le pareció muy gracioso.

-Lo hice para anunciarte mi llegada y también para que algunos de esos pobres chicos, los más enviciados, se desanimen y piensen en otra cosa y puedan disfrutar más de su tiempo, al menos por unas horas, en lugar de gastárselo detrás de una deprimente pantalla de video.

Pensé que se estaba poniendo igual que mi abuela, y él, como es natural, percibió aquello. Se puso a reír y dijo:

-Ella tiene razón: quienes ponen sus iniciales en el primer lugar estampan allí ante todos

que son los más tontos de la lista, no sólo porque pierden más dinero y tiempo que los demás; también porque esos jueguitos tienden a deformar la mente. Allí, los chicos tienen que matar y destruir en forma incesante, y eso va dejando huellas que deforman su visión de la vida y repercuten en sus conductas. Aparte de los espantosos y antinaturales sonidos que sus tímpanos tienen que soportar durante horas. Pobres chicos...

Yo, como buen video adicto hasta cierto punto, traté de explicarles a él y a Vinka acerca de las emociones que se viven allí.

-Todo es cuestión de mundos, de ambientes .dijo el pequeño extraterrestre-. En el mundo de los ladrones, el más ladrón es considerado como el más inteligente; pero en mi mundo es un tonto, igual que quien pone sus iniciales en el tope de esas listas, y lo que se vive allí no son emociones, Pedro, sino simple actividad del ego.

Vinka se me acercó y me rodeó con sus brazos. Entonces sentí que Amí tenía razón, que el asunto de los videos era una estupidez de la que no valía la pena siquiera hablar, comparado con lo que la cercanía de Vinka me estaba produciendo.

-Ésas sí que son emociones -sentenció Ami.

Y yo encontré que él estaba en lo cierto, aunque también pensé que es muy fácil comprender eso cuando el ser amado está presente, como Vinka en ese momento, pero cuando se está solo y lejos del amor...

-El amor siempre está cerca -dijo Ami-, aunque no tengamos a nadie a nuestro lado.

Yo pensé que eso sonaba muy lindo, y que de algún modo debía ser verdad, pero le dije que para mí era medio imposible ser feliz lejos de Vinka. Y ella manifestó que le sucedía lo mismo.

-Lo que pasa es que cuando están solos, ustedes cierran sus corazones a la magia de la vida, a la maravilla que encierra cada instante, y se pierden de disfrutar la existencia. Es como si dijeran: “No quiero ser feliz hasta que él o ella esté a mi lado”... ¿No les parece tonto elegir la tristeza en lugar de la alegría?

Vinka tenía otra visión del asunto:

-No es cosa de elegir la tristeza; ella llega sola cuando el ser amado no está.

-Ustedes eligen que la tristeza “llegue sola” cuando el ser amado no está... -dijo riendo-, mientras que otras personas eligen estar contentas siempre, de a dos o de a una. Ésos sí que son sabios, no dependen de nada ni nadie para ser felices, no tienen adicciones de ningún tipo.

-¿Adicciones?

-Claro, porque depender demasiado de la presencia de otro ser, ya sea que se trate de alma gemela, mamá, hijo, tía, amigo, gato o gusano favorito puede convertirse en una adicción, y las adicciones esclavizan, quitan libertad al alma, y sin libertad en el alma no puede haber verdadera felicidad.

-¿El amor es una adicción? -pregunté, muy confundido.

-No, pero depender de otra persona para ser feliz sí que lo es.

-Pero así es el amor, Ami -dijo Vinka. Nuestro amiguito no estaba de acuerdo.

-Así es el apego, la adicción, la dependencia. El verdadero amor es entregar, es ser feliz con la felicidad del ser amado, sin obligarlo a estar a nuestro lado todo el tiempo, sin ninguna posesividad. Pero ustedes están muy pequeños todavía para comprender ciertas cosas (y sospecho que muuuchos lectores también)...

Vinka era muy persistente y su cariño por mí muy poderoso, así que ignoró las advertencias del pequeño ser de blanco acerca del apego y dijo:

-Ami, yo sé que siempre estamos unidos con Pedro, que podemos conectarnos alma con alma a pesar de la tremenda distancia que nos separa, pero no es igual que cuando estamos juntos personalmente. Cuando hay un cariño tan grande como el nuestro se hace necesario verse, acariciarse, conversar. Por eso te voy a hacer una pregunta muy importante: ¿Existe alguna forma de no separarnos más?

El corazón se me encendió de esperanza por un segundo, pero Ami nos miró con ojos casi tristes y suspiró con resignación.

-No piensen en eso, chicos.

Ambos bajos la vista, desesperanzados.

-No los engañaré: es matemáticamente imposible que ustedes puedan vivir unidos, totalmente imposible, por lo menos hasta que sean adultos.

-¿Por qué, Ami?

-Porque ustedes son niños todavía, por eso dependen de personas mayores. Y para vivir unidos, uno de ustedes dos tendría que abandonar definitivamente su mundo para irse al planeta del otro, ¿no?

-Claro.

-Y para que yo pueda efectuar ese traslado, las Autoridades Galácticas me exigen la autorización de la persona o personas que sean responsable por el niño que va a cambiar de mundo.

-Ehhh, las autoridades de arriba son igual de burocráticas que las de abajo... -protesté.

-”Como es arriba es abajo” dice un axioma, y es verdad, pero hay algunas diferencias. En sus mundos sólo cuentan los documentos, mientras que “arriba” cuenta más el amor. Las Autoridades Galácticas consideran “responsable” por un niño a quien más lo ame, independientemente de apellidos, sangre o papeles.

-Ahhh... Eso es mucho más justo...

-En tu caso, Pedro, sería tu abuelita quien tendría que autorizarte.

-¿Y mi primo Victor?

-Él no, porque no te tiene el cariño necesario.

-Vaya novedad -dije, porque no nos tragamos.

-¿Y en mi caso, Ami? -preguntó Vinka.

-Sería tu tía Clorka, pero como ella se acaba de casar con Goro, y como él siente mucho cariño por ti, resulta que tu nuevo tío también tendría que dar su autorización. ¿Creen que podrían obtener esos permisos?

Al escucharlo, el ánimo se me vino a los pies. Tener que convencer a todo ese gentío... Pero luego recordé que bastaba con que uno solo de nosotros obtuviese la autorización.

-Sólo un permiso es necesario, Ami -dije, tratando de ser optimista.

-Y si Vinka no puede conseguir el suyo, ¿podrías tú irte a vivir a Kía?

Me angustié porque inmediatamente comprendí que yo no podría dejar sola a mi abuelita, aunque ella me diese la autorización. La amaba mucho y eso me causaría dolor. Pero Vinka estaba más entusiasmada.

-Yo creo que mi tía no tendría ningún problema en dejarme partir, porque desde que se

casó ni se acuerda de que yo existo, y mi nuevo tío, bueno, eso es más difícil. Tío Goro es apegado a su sentido de responsabilidad. Y la agarró conmigo, dice que quiere brindarme una educación formal, moral y cosas así. Vigila mis estudios y mis horarios muchísimo más que tía Clorka. Tal vez si no se le explicara toda la verdad....

-Tendría que saber toda la verdad, Vinka. Se trata de afectos, de amor, ¿y qué dijimos que es el Amor?...

-¡El Amor es Dios! -respondimos alegres, recordando sus lecciones anteriores.

-Muy bien. Entonces se darán cuenta de que en los dominios de Dios no puede haber deshonestidad, así que esa autorización debe ser obtenida en forma muy limpia. Y ya que ustedes se aman, les comento que menos todavía puede haber incorrecciones en una pareja, porque apenas se comete una acción indebida, ese amor deja de ser sagrado. Cuando el amor es manchado con falsedades, engaños o traiciones, Dios se retira y deja de entregar la magia, la gracia que brinda felicidad.

Nos observó con una mirada cómplice:

-Supongo que ya se dieron cuenta de que el amor produce felicidad, ¿No? Nos miramos, sonreímos y dijimos que eso es una gran verdad.

-Pero basta cualquier mentira, cualquier engaño u ocultamiento, y una relación que fue maravillosa se transforma en algo vulgar, lleno de roces e insatisfacción. Las reparaciones son difíciles y dejan huellas. Ése es el resultado de combinar deshonestidad con amor, es decir, “ensuciar a Dios”.

-Vaya...

-Lamentablemente, no siempre los humanos recuerdan que el amor es un don divino, que es la mágica presencia de Dios en sus vidas, y que se debe respetar y cuidar.

Yo no había visto eso con tanta claridad hasta aquel momento (tampoco se enseña en la escuela)... por eso le agradecí silenciosamente a Dios por su presencia en nuestras vidas y decidí no ser jamás deshonesto con Vinka, para no “ensuciar a Dios”, y para no perder la felicidad que nuestro cariño nos brindaba.

-Creo que eso, yo lo intuía, Ami. Pero volviendo al tema de la autorización, no puedo

explicarle a mi tío que me voy a otro mundo con un ser de otro planeta... Él está firmemente convencido de que sólo en Kía hay vida inteligente.

-”Semi-inteligente”, más bien, igual que en la Tierra. Donde hay verdadera inteligencia no hay sufrimiento -dijo Ami sonriendo.

Yo estaba más interesado en nuestros problemas.

-Tenemos que intentar convencer al tío de Vinka, no hay otro camino -expresé con firmeza.

-Es inútil, Pedro. Antes de venir le hice un estudio psicológico con la ayuda de una computadora muy avanzada, y el resultado afirma que es im-po-si-ble que Goro vaya a conceder la autorización. Se va a cerrar como una mula.

-No me interesa saber qué es una mula, pero tenemos que intentarlo... o morir -

manifestó Vinka, abrazándome entre lágrimas... las que hicieron aflorar las mías...

-¡O juntos o morir! -dije, con gran vehemencia y emoción.

-¡Qué telenovela! -exclamó Ami entre risas-. ¿Pero en realidad están dispuestos a luchar de esa forma? -preguntó.

-¡Totalmente! -respondimos.

-Bueno, eso cambia un poco las cosas, porque cuando dos personas que se aman se deciden a luchar, allí se genera una fuerza muy poderosa... es la fuerza del Amor... Comenzamos a ver una pequeña luz en nuestras almas.

-Los estudios científicos afirman que es imposible que Goro vaya a ceder, pero ahora

que sé que están decididos a dar la batalla, “a muerte”, como tan dramáticamente afirman, ja, ja, entonces lucharemos a fondo. Los datos científicos pueden menos que el que mueve las galaxias, y ese Ser es alcanzado por nuestra fe, y me parece que ustedes la tienen, porque el amor es la más elevada forma de fe...

Escuchar aquellas palabras nos hizo como elevarnos de alegría y esperanza.

-¡Seguro que la tenemos!

-Bueno, magnífico, eso nos brinda una pequeña posibilidad. No será nada fácil, no se ilusionen demasiado pensando que será sencillo o rápido, pero lucharemos -dijo, acomodándose tras los controles, y la nave comenzó a moverse, entonces nos miró con gran entusiasmo y exclamó:

-¡Vamos a convencer al tío de Vinka, muchachos!

-¡Vamos!

Comenzamos a reír de alegría e ilusión.

Tras los vidrios apareció la neblina blanca que indicaba que estábamos saliendo de la dimensión espacio-tiempo que es habitual para nosotros, y eso significaba que íbamos muy lejos.

-Nave espacial con rumbo a Kía, no hay naves enemigas a la vista -bromeó Ami, hablando como a través de un micrófono-. Yo también he visto esas películas -agregó.

-Vamos a la casa de Vinka, ¿verdad?

-Dejaremos lo difícil para después. Primero vamos a visitar a Krato y luego veremos ese feo y difícil asunto.

-¡Viva! -exclamé contento, porque el viejo Krato era muy divertido y yo había llegado a sentir un gran afecto por él.

Vinka también estaba feliz.

-¡Qué bueno! Volver a ver a Krato, a su bugo llamado Trask...

Se refería a una especie de “perro” muy grande que tenía el viejo, y que más parecía un avestruz de cuello muy largo y cara de gato, pero con lana en lugar de pelo. Entonces recordé que Vinka, igual que casi todos en Kía, comía la carne de unos simpáticos animalitos acuáticos, terrestres y voladores llamados garábolos, y le hice una broma.

-Pero no me van a hacer comer carne de garábolo, como hacen otras... ¡OTRAS!... -dije

mirándola en forma acusadora. Ella rió y luego me miró de la misma manera mientras decía:

-Otras que no son tan sádicas como para comer... ¿Cómo se llaman esos hermosos animalitos que tú te comes?

-Corderos, pero no he vuelto a hacerlo en todo este tiempo.

-¿Ya no comes carne, Pedrito? ¡Fabuloso! -exclamó Ami.

-Estee... Bueno, tanto como no comer nada de...

-¿Nada de trozos de animal muerto? -preguntó riendo el niño de las estrellas. Vinka quiso defenderse.

-Mi tía Clorka no sabe preparar comida vegetariana, y menos ahora que se casó con un terri que como sólo carne y que...

Yo quedé petrificado al escuchar aquello.

-¡¿QUE?!... ¡¿TU TIO ES UN... TERRI?!...

-Claro, Pedro..

-Eso quiere decir que tendremos que convencer... ¡¿A UN TERRI?! -exclamé, lleno de terror y sorpresa. Temor porque para mí, los gorilosos terris eran más bestias que humanos. ¿Cómo lo íbamos a convencer? Y sorpresa porque pensaba que las dos especies humanas de Kía, los swamas, como Vinka, y por otro lado los gigantescos y peludos terris, eran especies enemigas e incompatibles, y ahora se me hablaba de matrimonios entre ellas... y nada menos que familiares de Vinka...

-En Kía existen muchos matrimonios entre swamas y terris -me explicó Ami.

-Yo pensaba que eran enemigos mortales...

-Y lo somos, pero a nivel de especies humanas. Ami aclaró aquello:

-Es como si fueran dos países rivales. A veces el amor puede más que los rencores y se forman parejas de esos países.

-Correcto. A nivel personal nos toleramos a veces, llegando a surgir amistad, cariño y amor en algunos casos. Por eso hay unos cuantos matrimonios entre terris y swamas. Comprendí que era similar a lo que sucede en mi mundo, en algunos países en donde existen conflictos raciales, pero aquí somos todos de la misma especie; allá no...

-¿Y los hijos qué resultan ser?... Si es que pueden tener hijos, claro...

-Sí que pueden, y a veces salen swamas, a veces terris. Mi sorpresa aumentaba.

-¡¿Entonces hay señoras terris que tienen hijos swamas?!...

Vinka me explicaba las extrañas cosas de su mundo como si fuesen de lo más normal.

-Naturalmente, Pedrito. Yo misma soy el producto de uno de esos matrimonios, porque mi madre era swama, mientras que mi padre era terri, pero ellos fallecieron en una guerra cuando yo era bebé y me adoptó mi tía Clorka. que es swama y que acaba de casarse con un terri. Está locamente enamorada y ya ni se acuerda de mí y ni siquiera me...

Mi confusión crecía y crecía. Ami tenía cara de estar divirtiéndose una barbaridad a mis

costillas, pero permanecía calladito observándonos.

-Espera un poco, Vinka -la interrumpí.

-¿Qué pasa, Pedrito?

-¿Escuché mal o dijiste que tu papá era... TERRI?...

-Claro, eso dije -respondió tan tranquila, mirándome con aquellos hermosos ojos color violeta llenos de inocencia.

-¡Y LO RECONOCES ABIERTAMENTE!... Eso quiere decir que entonces tú eres medio... terri...

-No. Soy hija de padre terri, pero no soy terri; soy swama, gracias a Dios.

-Ah, no. Eso no es posible. En la Tierra no se pueden cruzar los gorilas con los humanos.

-Porque son especies diferentes, Pedro -aclaró Ami.

-¿Y swamas con terris no son dos especies distintas?

-No -continuó él-, en Kía existe una sola especie humana: la formada por swamas y terris.

-¡¿Qué?! En el viaje anterior no mencionaste eso... -dije confundido.

-Es cierto. En aquel momento yo no podía tocar ese tema porque todavía no comenzaban las transformaciones. Y con el “gran cariño” que se tienen, la señorita swama, aquí presente, me hubiese reventado si digo que swamas y terris son la misma especie...

Vinka rió.

-Creo que de verdad lo hubiese hecho...

-¿Qué transformaciones? -pregunté.

-Que algunos terris se están transformando en swamas -dijo Vinka.

-¿En serio?

Ami digitó algo en un teclado, y en una pantalla pudimos observar la metamorfosis de una oruga en mariposa.

-Es algo semejante a eso. A los terris que están por transformarse se les ablandan un

poco los huesos y se reducen de tamaño. Los enormes dientes se les caen, y les salen otros más pequeños muy rápidamente. Pierden los verdes pelos del cuerpo, y los de la cabeza se les vuelven rosados, las orejas se les ponen puntiagudas y los ojos color violeta. Y se les producen muchos otros cambios externos e internos. Es toda una extraordinaria metamorfosis en sólo dos o tres días. Además, dejan de ser terris para pensar y sentir, que es lo importante del asunto.

-Y se convierten en swamas, en seres humanos -dijo Vinka.

-Lo mismo está sucediendo en la Tierra, pero allá no se nota tanto por fuera... -agregó Ami riendo.

Ami continuó explicando:

-A raíz de eso, los terris se han ablandado bastante en este último tiempo, a partir del día en que un terri muy importante y poderoso se transformó en swama. Debido a eso y a las evidencias científicas hubo un cambio en las leyes y ahora se comienzan a aceptar a algunos swamas en cargos importantes. En los colegios y otros lugares ya no hay tanta división como antes. Y por otro lado, también terminó la eterna guerra entre terris wacos contra terris zumbos. Ahora hay más paz.

Vinka intervino:

-Sí, pero también se puso peor la cosa, porque se llenó de furiosos terroristas de muchos bandos y andan matando y poniendo bombas por todas partes, y como tenemos un mayor nivel tecnológico, las bombas son cada vez más fáciles de construir. No sé adónde vamos a parar...

Yo estaba muy sorprendido por lo que escuchaba.

-En la Tierra ha ido terminando un antagonismo muy largo y doloroso entre dos potencias rivales, pero también hay mucho terrorismo. Más paz por un lado, más violencia por otro... ¿A qué se debe todo eso? -pregunté.

-Ya les expliqué que la Tierra y Kía atraviesan por procesos evolutivos semejantes, se aproximan a un estado bioenergético superior y comienzan a irradiar energías más finas, que influyen sobre las especies que las habitan. Estas nuevas energías aceleran la evolución, y creo haberles dicho que evolución significa... ¿Recuerdan qué significa evolución?

-¡Evolución significa acercarse al amor! -respondimos alegres, recordando sus lecciones

del primer encuentro. Ese esclarecedor concepto también fue una Luz para mi comprensión de la vida, y tampoco me lo enseñaron en la escuela, claro...

-Correcto. Es por eso que estas nuevas energías favorecen la claridad de conciencia y las expresiones humanas más elevadas, como la paz y la unión.

-Eso no se nota mucho todavía... -dije, al recordar el terrorismo y otras cosas.

-Ya se está notando, justamente porque los procesos evolutivos se han acelerado. Antes, la gente era más insensible, ahora en un poco más sensitiva y más consciente. Eso hace que todo lo que sea deshonesto, todo lo que vaya en contra del Amor se debilite, sea más mal visto, menos tolerado cada vez, más castigado inclusive, ya sea por leyes humanas o universales. Es toda una evolución, un aumento de conciencia, de claridad y de amor; es una cambio gradual, pero rápido y sostenido, hacia una forma superior de civilización.

Capítulo 4: El tirano del mundo

Las palabras de Ami me dieron la impresión de que insinuaban que ya no había nada más que hacer, que se acercaba un Ofir, un Paraíso en la Tierra, que nuestros mundos estaban salvados, pero él percibió mis pensamientos.

-No tan rápido, jovencito, porque así como la conciencia y el amor van aumentando, así como un nuevo mundo va naciendo, sobre todo en los corazones y en las mentes, así también hay un mundo que se está muriendo, también en las mentes y corazones, y no quiere irse, y se sabe en peligro de muerte, pero todavía tiene MUCHÍSIMO PODER... Nos miró de una forma que no anunciaba nada bueno.

-¿Quieren conocer al Tirando del Mundo? -agregó.

-¿Al tirano de qué mundo?

-De la Tierra o Kía, es lo mismo en el fondo. Las “civilizaciones” ... si se pueden llamar así... de ambos planetas están regidas por un ser que es igual en ambos casos.

-¡El Tirano del Mundo!... No sabía que la Tierra tuviera uno... -dije.

-En Kía no hay un Tirano del Mundo, sino un Presidente en cada país...

-Te equivocas, Vinka, sí que lo hay. Miren hacia aquella pantalla.

Señaló una gran lámina de cristal transparente ubicada a un costado, una que yo había tomado por un simple adorno.

-Van a ver una representación arquetípica de cierto ser.

-Representación ¿qué? -preguntó Vinka.

-Arquetípica. ¿No sabes lo que es un arquetipo?

-¿Un tipo que es arquero? -dije. Ami se rió.

-Bueno, no importa, después lo comprenderán. Sólo recuerden que el señor que verán no tiene esa apariencia, pero así lo visualiza o imagina la mayoría de la gente, aunque en realidad se trata más bien de fuerzas, de energías no muy elevadas. Vean.

Comenzó a aparecer una figura humana muy delgada y alta. Usaba una capa roja, larga hasta el piso. Estaba de espaldas, por lo que no vi su rostro. Parecía caminar alejándose, pero la “cámara”, o lo que fuese, lo seguía de cerca. De pronto se volvió bruscamente hacia nosotros y nos miró muy fijo y con cara de pocos amigos, como si nos hubiese sorprendido espiándole. Casi me desmayo, vestía todo de negro bajo la capa roja y...

¡era horrible! Aquella mirada pavorosamente penetrante parecía encerrar la maldad y

crueldad más perversa que es posible imaginar. La parte blanca de los ojos, en él era roja... y sus manos tenían horribles garras...

Vinka dio un pequeño grito y salió huyendo aterrada hacia el recinto posterior.

-¡Apaga eso, Ami, ése es Drácula! -casi grité.

-No; es el Tirano del Mundo -respondió riendo y apagó esa pantalla infernal.

-Puf... menos ma. Ven, Vinka, ya se fue.

-... ¿Seguro?

-Seguro, Vinka, además, no tienen por qué temer. El arquetipo no estaba realmente aquí. Era simplemente una proyección de una representación inconsciente colectiva.

-¡Pero me miró directo a los ojos! -dije.

-Es que él estaba mirando hacia la “cámara” -expresó entre risas.

-¿Cómo es eso del Tirano del Mundo? Yo no sabía que lo hubiese -dijo Vinka, regresando a la sala de comandos-. ¿Dónde vive?

-Existe en el fondo de la conciencia de todas las personas. Vinka se alarmó.

-¿Ese monstruo vive adentro de mí?

-Adentro de la gente existe de todo, Vinka. ¡De todo! Desde Dios Amor hasta la maldad más perversa, pero es cosa de cada cual, de acuerdo con su nivel, expresar en su vida lo horrible o lo hermoso que tiene adentro de sí.

Comprendí que él tenía razón, porque a mí mismo a veces me dan ganas de borrar del mapa a algunos (ya mencionados)... Pero sólo ganas, mientras que otros van y lo hacen. Ésos están menos cerca de Dios Amor y más cerca del Tirano.

Vinka quiso saber a qué se dedica ese ser.

-Ese personaje trata de dirigir, desde las sombras, desde los rincones más oscuros de la conciencia de quienes le sirven, los poderes de vuestros mundos. Él utiliza a personas inconscientes a su favor, poniéndolas en lugares de autoridad para que sirvan a sus fines.

-¿Quieres decir que todos los dirigentes de nuestros mundos son gobernados por él?

-No, claro que no, Vinka. Mucha gente está motivada por el bien y se siente responsable por los demás, por su mundo, por su país o pueblo, y trata de conseguir alguna situación de poder para ayudar a mejorar las cosas, para enseñar lo que es verdad o inclusive para poner trabas a la deshonestidad, y entonces el Tirano les echa su poder encima para tratar de destruirlos...

-Es todo un angelito la alimaña esa...

-Por eso no es fácil la labor de la gente honesta. Además, quienes se atreven a hacer algo bueno, algo que de alguna manera afecte los intereses del Tirano y que produzca cambios de verdad, ésos son minoría. Pero si no fuera por ellos, hace tiempo que la vida humana no existiría, porque no habría ninguna barrera contra el mal.

-Me imagino... ¿Y por qué se dejan dominar por él algunos?

-Ellos no saben que sus pensamientos y ambiciones están sugeridas por él. Es como si estuviesen “poseídos” por el que fomenta las guerras, los crímenes políticos, el terrorismo, el fanatismo, la intolerancia, el delito, la corrupción de los Gobiernos, los prejuicios y hasta la manipulación económica de unas naciones o grupos adinerados sobre el resto.

-¿Y por qué hace eso, Ami?

-El objetivo de ese personaje es uno solo: impedir la felicidad del mundo.

-Ah... por eso hay tantos desastres -dijo Vinka. Para mí, las cosas no estaban tan claras.

-No entiendo, Ami. ¿Para qué quiere que no haya felicidad?

-Por el mismo motivo que los microbios no quieren que llegue el desinfectante.

-No comprendo...

-La felicidad nace del Amor, y el Amor es la Luz de los mundos...

-¿Y?...

-Y así como hay microbios y animalitos que se mueren con la luz, asimismo ese señor sólo puede vivir en medio de las sombras. ¿Comprenden?

-Más o menos...

-Se trata de energías, niños. Cuando la gente es feliz irradia energías altas; cuando es infeliz genera energías o vibraciones bajas. Las criaturas de las sombras no pueden soportar las vibraciones altas, así como un vampiro no soporta la luz del sol. el Tirano no puede permitir que el mundo se llene de energías elevadas porque eso lo mataría.

¿Comprenden ahora?

-Sí. Entonces el Tirano sólo puede vivir cuando hay infelicidad en el mundo, por eso se encarga de tirar mala onda en sus dominios.

-Así es, Pedrito, pero no son sus dominios en realidad. el Tirano es un invasor, como las ratas en un hogar, como una infección. Ese usurpador está al mando mientras no llegue el verdadero gobernante: el Rey del Mundo, y el Tirano lo sabe, por eso hace lo imposible para evitar que llegue, y como últimamente hay un fuerte aumento de la Luz, también hay una fuerte reacción de autoprotección de parte de las sombras. Por eso se están viendo cosas muy lindas y muy terribles al mismo tiempo. Es una guerra en los planos sutiles, en las almas, allí comienza, y luego se manifiesta en el mundo.

¿Comprenden?

-Sí. ¿Y quién sería entonces el Rey del Mundo?

-El verdadero Rey es el mismo que rige el Universo entero: el Amor, Dios Amor.

-¿Y por qué, si el Amor rige a todo el Universo, permite que en nuestros planetas reine esa bestia?

-Eso no lo permite Dios; ustedes lo hacen.

-¿Nosotros?

-Sí, ya les dije que Dios respeta la libertad de las personas y de las humanidades de todos los mundos. El mal gobierna en sus planetas y en el interior de muchas personas, adentro de ustedes mismos en muchas ocasiones, porque ustedes lo permiten.

-Creo que tienes razón...

-Es por eso que el Tirano trata de meter sus pezuñas en la política y en la economía; fomenta el delito y todo tipo de fanatismos, inclusive religiosos y deportivos, Ese arquetipo no es muy buenito, y ustedes no son muy exigentes con respecto a la calidad de la vida, además, tienen el “buen sentido” de no opinar ni meterse en nada, de dejar que otros hagan todo, y por eso vuestros mundos están como están...

-Tienes razón, Ami. Nosotros somos indiferentes y cómodos, y con ese tipo al mando

sin obstáculos, adiós esperanzas de un Ofir en la Tierra entonces.

-Pero toda fuerza tiene su opuesto -dijo Ami, con una sonrisa que hacía esperar algo bueno esta vez. Manipuló de nuevo el tablero. Ahora, en la misma lámina de cristal apareció una figura blanca, un joven de cabellos ensortijados, sonrisa alegre y una refulgente espada de oro entre sus manos.

-¡Qué hermoso! -manifestó Vinka, un tanto arrobada.

-Ahí tienen al representante de Dios que vencerá al invasor -dijo Ami con entusiasmo.

-¿Eso quiere decir que ese joven va a matar a “Drácula”?

-Digamos más bien que una energía superará a la otra, y repito que eso es algo que sucederá en primer lugar adentro de los corazones, y luego repercutirá en el mundo. Eso ya está plasmado en los registros sin tiempo, no se puede evitar. El problema es cuándo, cómo y a qué precio.

-¿Podrías explicar mejor, Ami?

-Para que el proceso evolutivo hacia una civilización más benigna sea más suave, rápido y menos doloroso, ustedes trabajan en las misiones que tienen, igual que tantos otros servidores. Pero por el momento no se sabe cómo va a a terminar todo eso. Aunque hay signos alentadores.

-¿Como cuáles?

-Ya lo dije: cada día hay más seres, algunos muy importantes e influyentes, que sirven al bien, a la Luz. El Tirano pierde terreno día a día, y, como es natural, se resiste al cambio y trata de prolongar su dominio, pero se da cuenta de que no puede dominar a un mundo de seres conscientes, pero eso trata de fomentar todo aquello que nuble la claridad mental.

-¡Es un animal! -exclamó Vinka enojada.

-No seas ofensiva, contrólate -le dijo Ami.

-Discúlpame, es que me da rabia...

-Pero eso no te da el derecho de ofender a los animalitos, que no hacen ningún daño, comparándolos con esa sabandija... ¡Ja, ja, ja!

Recordé que Ami una vez había dicho que nadie es totalmente malo, y se lo dije.

-Yo hablé de seres humanos, Pedro, no de este tipo de entidades. A este especímen no le importa nada el futuro de la humanidad, al contrario, ya les dije que su objetivo es impedir la llegada de la Luz, por eso trata de difundir por todos los medios el arma más mortal, más destructiva y más embrutecedora de todas. Esa arma genera las tinieblas más espesas sobre las personas y sobre el mundo, las energías y vibraciones más bajas.

-¿Cuál es esa arma, Ami? -preguntamos, llenos de susto.

-La DROGA... -respondió, mirándonos muy fijamente a los ojos. Nos resultó terrible esa palabra en labios de Ami.

-Con una juventud drogadicta, el futuro podría llegar a estar dominado por seres

manipulados por el enemigo de la humanidad, porque cuando una persona está drogada o embriagada, su inteligencia se nubla y sus sentimientos quedan bloqueados, entonces se conecta con las peores dimensiones de sí misma, y allí el Tirano la puede manipular a su antojo. Es por eso que las personas que están en ese estado pueden cometer acciones espantosas.

Nos estremecimos.

-Las pobres víctimas de un vicio tan poderoso se transforman en un potente foco de irradiación de energías negativas, es decir, justamente lo que al Tirano le conviene, porque mientras mayor oscuridad haya en el mundo, más seguro estará él dominando.

-Claro...

-Y otra forma de “drogar” a las personas es hacerlas luchar con violencia y deshonestidad por ideales egoístas.

-¿Como cuáles?

-Hay gente cuya única motivación son ellas mismas, o su familia, sus hijos.

-¿Y es malo eso?

-No, al contrario, nuestros seres queridos deben ser cuidados y protegidos, naturalmente.

-¿Entonces en dónde está lo malo?

-En la palabrita “única”. Porque hasta las fieras defienden a sus crías, eso debe hacerse sí o sí, y no hay un gran mérito en hacerlo, porque sería abominable no hacerlo, pero ¿y los demás?...

-Comprendo.

-Es lo mismo con pequeñas o grandes entidades o agrupaciones. El Tirano les hace creer a algunos que lo “único” importante es defender su “bando”, llámese grupo racial o étnico, nacionalidad, religión, clase social, club deportivo, partido político, grupo ideológico o espiritual, empresa comercial, mafia, pueblo, barrio, calle, esquina, etcétera.

-A mí me gusta mucho mi equipo deportivo, Ami, y me pongo muy contento cuando va ganando, incluso quisiera hacerme socio y contribuir para que tenga más dinero y pueda contratar mejores jugadores. ¿Es malo eso? -pregunté.

-No, Pedro. Es bueno desear el bien de lo que elegimos como nuestro y trabajar por su

mejoramiento, eso es necesario inclusive, porque las cosas que amamos son una parte de nosotros mismos.

-Ah, menos mal...

-Pero cuando se piensa que eso es lo “único” que cuenta, entonces no hay respeto ni amor por el resto, sino indiferencia o algo peor, como el odio, la violencia o la deshonestidad, y ésa es la señal de que allí están metidas las pezuñas del Tirano, que busca la división, la agresión, la falta de solidaridad y afecto entre los seres humanos.

-Claro... Entonces parece que el Tirano también está en mí, porque deseo que pierda el equipo rival...

Ami se puso a reír.

-Eso es normal, es parte de la competencia. Pero sé sincero, Pedrito. ¿Te gustaría que ese equipo desapareciera para siempre?

Yo me imaginé el torneo sin la presencia de “enemigo”, y sentí una especie de soledad, porque tengo varios amigos de ese cuadro. ¿De quién me iba a reír cuando estábamos en lo alto de la tabla de posiciones? ¿Con quién iba a jugar que me enfurecía cuando nos ganaban? Entonces comprendí que ese equipo era una gran fuente de emociones para mí, y que sin su presencia, el torneo iba a ser algo mucho más desabrido.

-Tienes razón. No me gustaría que no estuviese más... ¡Pero que sean más limpios! ¡Y que no se pavoneen tanto cuando ganan!...

Ami y Vinka se rieron de mí.

-Ésa es la señal de que no estás bajo la influencia del Tirano.

-¿Qué, cuál, Ami?

-Cuando se desea eliminar definitivamente al rival, entonces se está bajo la influencia de la oscuridad. Las ganas de destruir al otro, con las excusas y justificaciones que sean, son la señal de la influencia del Tirano.

-Ahhh.

-Nosotros, por allá arriba, no utilizamos la competencia, sino la cooperación. Pero en esta clase de mundos las rivalidades, cuando son sanas, son un estímulo aceptable, además, canalizan en forma menos dañina que las guerras ciertas energías internas. Pero el Tirano trata de meterse en ese terreno y les hace creer a algunos que sus preferencias deportivas o de otro tipo deben ser motivo de odio hacia el rival, y les pinta esos odios como “causas sagradas”, como “nobles ideales” y a veces algunos llegan al homicidio... Y lo que la humanidad necesita en estos momentos, por sobre todo lo demás, es su pacificación y fraternidad.

-Tienes razón, Ami.

-El Tirano tiene muchas astucias, y vuelvo a repetir que trabaja en primer lugar en las mentes y en los corazones. Allí se encarga de confundir a la gente.

-Entonces deberíamos unirnos contra sus secuaces y hacerles la guerra y... Ah, no, ahora recuerdo que se trata de enseñar...

Ami se rió nuevamente.

-Claro, porque un “trabajador por la paz y el amor” lleno de odio... Otra víctima del Tirano... Se trata primero de cambiar nosotros, de ser mejores, más honestos, respetuosos y afectuosos, y luego proyectar ese cambio hacia fuera educando, difundiendo valores positivos, energías y conocimientos que ayuden al cambio de conciencia, para que haya cada vez menos servidores de la oscuridad y llegue el día en que el “lobo” no tenga ya a quien morder, a quien manipular, y así se produzca el cambio definitivo de la humanidad.

-Los lobos son esos animales de la Tierra parecidos a los chug de Kía, pero con pelos en vez de plumas. ¿Verdad, Ami?

-Tienes razón, Vinka.

-Entonces no ofendas a los pobres lobos, Ami.

Nos miró sorprendido, con los ojos muy abiertos, como diciendo “soy un tonto”, porque él también había comparado a un animalito con las entidades de las sombras, y nos reímos muchísimo. Él también cometía errores, eso nos hacía sentirle más cercano a nosotros.

Tras los cristales apareció muy grande el planeta de mi compañera. Un poco más tarde nos sumergíamos en la enorme esfera azul, tan parecida a la Tierra, llamada Kía... (Oh, oh... sólo ahora me doy cuenta de que “Kía” al revés suena igual que “aquí”... Pero qué coincidencia tan sin intención)...

Vinka comenzó a pensar en voz alta.

-Mi mundo es muy lindo, pero lo dejaría feliz. Mi amor por Pedro es mucho más fuerte. Yo fui a darle un beso en la mejilla.

-La posibilidad de dejar tu planeta e irte a la Tierra depende de Goro, tu tío terri, que es mucho menos agradable que este kiano que vemos en la pantalla.

En uno de los monitores aparecía el viejo Krato paseando su huerta con cara de estar un poco triste. Me alegré al verlo. Vestía su túnica o manto gris ceniza. Parecía un personaje bíblico, aunque de santo no tenía nada...

En unos minutos llegamos a su casa y nos detuvimos en el aire, en el mismo lugar de la visita anterior. La luz del tablero apagada indicaba que éramos invisibles, pero los animales del lugar, igual que antes, de algún modo percibieron nuestra presencia y se alteraron, hecho que indicó a Krato que su amigo espacial estaba allí nuevamente, en una invisible nave. Su rostro cambió por completo, ahora parecía brillar y estaba mucho más rojizo. Saludó muy alegre hacia nosotros con la mano. Ya conocía el lugar en el que Ami solía dejar la nave suspendida en el aire. Muy pronto llegamos a su lado, abrazándonos felices por el reeencuentro. Trask balanceaba alegre su largo cuello mientras nos lamía aullando de emoción, como los perros terrestres. Nosotros estábamos igual que él, aunque no somos tan demostrativos...

Ami le puso audífono traductor al viejo mientras éste hablaba con entusiasmo:

-Les eché mucho de menos, chicos, así que decidí que viviesen conmigo en forma permanente. Les puse lugar a cada uno en mi mesa y ahora conversamos todas las noches. ¡Jo, jo, jo! Vengan a ver -dijo, llevándonos al interior de su casa. Yo no comprendí qué quiso decir.

Nos mostró su mesa. Era redonda, una enorme rodaja de un gran tronco de árbol toscamente costada, aunque pulida ya por el uso, instalada sobre patas de madera rústica. Había cuatro sillas, cuatro platos, cuatro vasos y cuatro juegos de cubiertos, tres de ellos llenos de polvo.

-¿Ven? Éste es tu puesto, Ami, frente a mí, y los niños a los lados. Esta preciosura

llamada Vinka, a mi derecha, y este campeón llamado “Betro”, a mi izquierda. Qué conversaciones amenas hemos disfrutado aquí al calor de una botella de jugo fermentado. ¡Jo, jo, jo! Pero como a Vinka le molestaba el humo de mi pipa tuve que dejar de fumar, o si no me expulsaba de mi propia cabaña. ¡Jo, jo, jo!

Aquello me conmovió. Comprendí que Krato, por cariño hacia nosotros y para disimular su soledad, imaginaba que vivíamos con él y hablaba solo todas las noches fantaseando que estábamos allí. Observé una húmeda emoción en las miradas de Ami y de Vinka. Yo estaba igual. Y pensar que muchas veces me había preguntado a mí mismo si Krato nos recordaría...

Cuando Vinka pudo controlar sus sentimientos, le dijo:

-No es broma lo del humo del pestozo (así se llama en Kía el equivalente al tabaco):

¡No lo soporto! ¿Pero cómo te pudiste enterar?

-Simples poderes extrasensoriales. ¡Jo, jo, jo! Ami, con un tono misterioso dijo:

-Tal vez sí que nos reuníamos con él...

-¿De la misma forma que Pedrito y yo nos encontrábamos por las noches?

-¡Correcto! Algo así, aunque ahora no podamos recordarlo. Yo quise alegrar al viejo. Muy entusiasmado le dije:

-¿Sabes, Krato? Te has hecho muy famoso en mi mundo.

-¡Guak! ¿En serio?...

-¡Claro!

-¿Y por cuál de todas mis hazañas? ¡Jo, jo, jo!

-Por tu pergamino, por tu receta para obtener amor. ¿Recuerdas? Muchos jóvenes hicieron reproducciones de él y las difundieron, fijándoles en los tableros de mensajes de los colegios, en revistas, o periódicos privados y en muchos otros lugares.

Lo vi serio por primera vez en mi vida. Me miró fijo, conmovido

-¿Es verdad... eso... snif?...

-Pregúntale a Ami. Lo puse en un libro que escribí después de conocerte y que ha tenido mucho éxito en varios idiomas.

Krato, incrédulo miró hacia Ami.

-Es verdad -le dijo éste.

-Y también te hiciste famoso aquí mismo, en Kía, porque yo, igual que Pedro, puse tu mensaje en mi libro y también ha tenido un gran éxito. Y en el tercer libro que voy a hacer indicaré exactamente dónde vives, así que vas a recibir muchas visitas -dijo Vinka muy contenta.

Una sombra pasó por la mirada del viejo.

-¡Oh, no!

-¿Qué es lo que no te gusta? -le pregunté, extrañado.

-Si quisiera visitas viviría en la ciudad... Ami lo miró con malicia.

-¿De qué quieres esconderte, Krato?... El viejo pegó un respingo.

-¿Esconderme?... ¿Yo?... Ja, ja. No me escondo de nada. Me gusta la soledad... -se puso muy nervioso.

-Si te gustara la soledad no te inventarías que nosotros te acompañamos., viejo mentiroso -le dijo Ami sonriendo, tomándolo del brazo con cariño-. ¿De qué te quieres esconder?...

-¿Yo? Ya te dije que de nada...

-No olvides que yo leo el pensamiento y que conozco bien tus historias, Krato...

-¿Eh?... ¡Ah! ¡Oh!... Lo olvidaba. ¡Entonces ya lo sabes!... y no me desprecias. Gracias Ami... ¡Pero no les digas nada a los niños!

Ami reía a carcajadas, aunque nosotros estábamos muy intrigados.

-¿No quieres que ellos lo sepan? Krato se ponía cada vez más nervioso.

-Mejor... mejor hablemos de otro tema. ¿Qué... qué tal el viaje, niños?... Desdichadamente para Krato, Vinka no tenía la menor intención de cambiar de tema.

-¡Ah, no! No me vas a dejar muriendo de curiosidad, Krato. ¿Que quieres ocultar?

¿Mataste a alguien? ¿Asaltaste un banco? ¿Escapaste de la cárcel?

-Qué cosas dices, pequeñita... Nunca fui capaz de hacer nada ilegal. ¡Pero estas cosas no son de niños! Vamos, vayan a jugar por ahí -dijo, intentando sacar un tono autoritario que no convencía a nadie, y menos a Vinka, que tenía la curiosidad en carne viva, igual que yo.

-¿Qué maldad hiciste? Vamos, cuenta, cuenta, dale...

-¿Yo?... ninguna...

-Cuéntales querido amigo, ellos no te van a retirar su afecto por algo de lo que no eres culpable.

-P-pero... no lo van a entender, nadie comprendería...

-Lo que pasa es que eres un viejo desinformado, jamás te enteras de las noticias.

-¿Las noticias? ¡Behhh! No, gracias; no quiero amargarme la vida. Con mi maravillosa huerta, con mi bodega de juego fermentado de muflos y con estos paisajes me basta y sobra.

-Puede ser, pero ignoras lo que sucede en el mundo.

-¡Puaf! Conflictos, guerras, muertos, escándalos, corrupción, enfermedades nuevas. Lo de siempre...

-Sí, y también procesos biológicos que se están acelerando, como el que está haciendo que miles de terris se estén transformando swamas en estos días -dijo Ami, adoptando un aire de niño inocente, pero Krato dió un respingo impresionante al escuchar esa novedad.

-¡¡¡Recontra guak!!!

-¿No sabes nada acerca del tema más importante del momento, Krato? -preguntó Vinka muy sorprendida, casi sin poder creerlo.

-¿Me... me están tomando del pelo?

Ami disfrutaba de lo lindo con lo que allí ocurría.

-No viajamos millones de kilómetros para tomarte el pelo, sino para visitarte y de paso contarte que la ciencia acaba de descubrir que swamas y terris son la misma especie humana, en una encarnación u otra... como te sucedió a ti en esta misma...

-¡¡¡Eres un terri transformado!!! -exclamó Vinka, con una luz en la mirada -¡Qué suerte, siempre quise conocer a uno en persona!

Krato parecía estar en otro mundo (bueno, lo estaba: en Kía)... nos miraba a todos sin

saber qué decir. No esperaba que su “terrible pecado”, su gran “vergüenza”, su “espantoso secreto” fuese tan bien recibido.

-No es sólo eso, Vinka. Además tienes el privilegio de conocer al primer caso de transformación de los tiempos actuales, el primero de los que están vivitos y coleando, el inaugurador de esos procesos en los tiempos modernos: Krato.

-¡Qué maravilla, no puedo creerlo! -dijo Vinka, mientras tocaba y acariciaba al montañés de Kia.

-¿Hubo otros casos antes, Ami? -pregunté, pero Vinka se adelantó a responder.

-Oh, sí, unos tres o cuatro en la historia, pero yo creía que eran fantasía, superstición o algo así. Ahora todo el mundo sabe que eso era una realidad.

-Como tantas “fantasías” que no se atreven a aceptar... Pero no son tres o cuatro, Vinka, sino tres o cuatro MIL, sólo que la mayoría de ellos tuvieron que hacer lo mismo que este ermitaño a la fuerza, tuvieron que esconderse y luego adoptar una identidad nueva para que los terris no los moliesen a palos por “traidores a la especie”, “endemoniados” o alguna lindura por el estilo. Y así, esta humanidad nunca se enteró, hasta ahora, que el asunto es algo perfectamente natural.

A todo esto, Krato escuchaba fascinado, con la mirada perdida en el horizonte, sin poder hablar. Necesitaba de algún tiempo para asimilar su nueva realidad: ya no era el bicho más raro de su mundo, sino un caso especial, pero dentro de la normalidad. Había renacido, ya no tenía por qué ocultarse. Era demasiado prodigio para él en tan poco tiempo.

Ami y yo nos unimos a Vinka y abrazamos al buen Krato, reconfortándolo con palabras

de aliento y cariño hasta que se puso a sonreír y lloriquear como un bebé, contagiándonos a todos, incluso a Ami, a quien dos lagrimitas le caían rápidamente por sus ahora rosadísimas mejillas, mientras que él mismo, un poco sorprendido tal vez por su propio descontrol emocional, no atinaba más que a reír, igual que todos nosotros.

-¡Parecemos viejas lloronas! -exclamó Ami, riendo entre alegres lágrimas.

-Como ya no soy más un especímen digno del museo de errores de la naturaleza, como yo creía, y como ahora puedo volver a la civilización con la frente en alto y sin que me fusilen, esto merece un buen brindis. Vamos a tomar una copa, amigos. Quiero que paladeen la joya de mi bodega: un Cuarenta y Dos Medallas (yo mismo se las concedí), Exposición, Gran Reserva, Reservado, LTD (eso quiere decir limitado, niños), año 39.880, muy buen año para las cepas de muflos de Bodegas San Krato. ¡Jo, jo, jo! Mmm, una delicia. Vamos, y cualquier negativa será considerada como ofensa y desprecio -dijo, perfectamente repuesto ya, quitando un tampón de cartón o cuero a una botella que contenía un líquido rosado.

-Chantaje borrachil... ¿No te parece que los niños merecen algo más suave? Además,

¿no crees que ahora que se acabaron tus penas ya no te hace falta el jugo de muflos?

El viejo se detuvo, nos observó a todos, miró la botella en sus manos y de pronto estalló en risas.

-¡Jo, jo, jo! Tienes razón. Brindaremos con jugo no fermentado, dulce y sano como esta hermosa pequeña.

Fue hacia la cocina y regresó con una bandeja conteniendo cuatro vasos con jugo de fruta.

-¡Muy bien, Krato! Me alegro de que ya no bebas más -dijo Ami entusiasmado.

-No sé de qué hablas, niño espacial... ¿Dejar de paladear el exquisito nectar?... ¿No volver a alegrar mi corazón? ¿Paralizar la producción de Bodegas San Krato?... Ni lo sueñes. Brindaremos con jugo no fermentado porque aquí hay niños, sólo por eso.

¡Salud! ¡Jo, jo, jo!

-Bueno -dijo Ami resignado-, brindemos y luego nos vamos. No quiero que se les peguen las malas costumbres de este viejo, engendro de la naturaleza. Por algo les dije que este es el swama menos espiritual que conozco, todavía es más terri que swama en muchos aspectos...

Vinka quiso defenderlo:

-Pero se supera poco a poco, ya dejó el pestoso...

-Además, soy el primer caso de transformación de terri en swama de los tiempos actuales, a mucha honra... para ustedes, afortunados. ¡Jo, jo, jo!

Y así, entre alegres bromas, hicimos un sano brindis por la nueva vida de Krato.

Capítulo 5: VIDA NUEVA

-Y ahora que todo ha cambiado para ti, ¿qué vas a hacer? ¿Volverás a la ciudad?- le preguntó Vinka.

El viejo pensó, imaginó varias posibilidades y luego dijo:

-Mmm, la ciudad... el primer terri transformado de los tiempos modernos, mmm... y con lo que detesto la notoriedad... En cambio aquí vivo tranquilo, llevo meses sin ver a nadie, y aquí me ven: muy feliz.

Sabíamos que en realidad se aburría y se deprimía, pero no dijimos nada.

-¿Y no has visto pasar siquiera una patrulla de terris?

-No, desde que terminó la guerra entre zumbos y wacos ya no pasa nadie por aquí.

-¿Y no te aburres, Krato?

-Bueno... Confieso que a veces me siento un poco solo... Eh, Ami, ¿No tendrás un pasaje para el planeta de “Betro”? Por allá debe haber algunas lindas viejitas...

-Pero si no te gusta la notoriedad -reí -no va a ser fácil... Un extraterrestre en la Tierra...

-¿Y para qué van a saber que soy de otro planeta? No digo nada y asunto resuelto.

-¿Con esas orejas, esos ojos tan violeta y ese pelo medio rosado?... Pensarían que eres cualquier cosa, excepto terrestre; la gente huiría despavorida al verte... -dije riendo.

-A menos que se le cambie el aspecto físico... -manifestó Ami dejándonos muy intrigados. Seis ojos taladraron seriamente al niño de blanco.

-¡Eh, no me miren así... que no he matado a nadie!... Quiero decir que nuestra tecnología permite efectuar ciertos cambios en las formas externas de cualquier organismo viviente, pero eso no implica que de verdad vayamos a...

-¡Engórdame las piernas! (Vinka).

-¡Auméntame la estatura! (Yo).

-¡Bórrame las arrugas! (Krato).

Cada uno de nosotros expresó con vehemencia su pedido al comprender las maravillosas posibilidades que estaban al alcance de Ami, quien, como siempre, se moría de la risa.

-Déjense de tonterías. Eso es un asunto muy delicado y no está al servicio del halago de vanidades.

-¿Sino al servicio de qué? -pregunté.

-Hum... No debí haber mencionado el tema... Bien. A veces es necesario que alguien, nacido en un mundo evolucionado, preste un servicio en un planeta no evolucionado. Vinka extrajo rápidas conclusiones.

-Entonces, aunque yo no haya nacido en un mundo evolucionado, tú podrías cambiar mi

apariencia para que yo pudiese vivir en la Tierra. Podrías redondear mis orejas y...

-Ni lo sueñes, me encantan como son -expresé alarmado.

-Y podrías borrar mis arrugas, dejar mi piel como la de “Betro”... ¡Fantástico! Vamos de inmediato a tu cacharro volador a efectuar una cirugía estética... Este... ¿No duele?...

-Ya dije que esa tecnología no es para alimentar vanidades, sino para asuntos de verdadera importancia.

-¿Y no te parece importante que uno se vea más joven, Ami?

-No, Krato. Lo que me parece importante es que cada cual exprese por fuera lo que realmente es en su interior. Lo que es auténtico, siempre es hermoso, inclusive las arrugas.

Krato encontró allí una buena ocasión para salir con otra de sus bromas:

-Ya lo sé, joven maravilla, y las mías me hacen parecer demasiado buen mozo, mis admiradoras no me dejan vivir en paz... Justamente por eso no quisiera ser tan atractivo y tener una fea cara estiradiiiiita... ¡Jo, jo, jo!

-Repito que nuestra ciencia no está al servicio de vanidades.

-Ustedes dicen que mi pergamino ha ayudado a mucha gente... ¿Eso no me hace merecer unos cuatrocientos añitos menos? -preguntó el ermitaño, lo que me hizo recordar que en Kía los años son veinte veces más cortos que en la Tierra, así que calculé que él debía tener unos mil cuatrocientos años kianos de edad, o sea, setenta años terrestres. Pero más adelante supe que era más joven.

Ami no se movió, permanecía serio mirando hacia otro lado, de brazos cruzados.

-¿Trescientos?... Dejé el pestoso... Además, no he dicho malas palabras en estos días, no he dicho ni siquiera “guakaka”... ¡OH, PERDÓN!... Bueno, ¿doscientos cincuenta entonces?....

-Lo que nace del amor no es objeto de transacciones -dijo Ami, siempre sin mirarnos.

-¿Doscientos? El pergamino es el pergamino... -insistía Krato majaderamente, cosa que me hizo sentir vergüenza ajena.

-Para un alma grande, el pago a un gran servicio consiste simplemente en haber tenido la gracia de realizarlo. El servicio no es un favor, sino un privilegio.

-¿Dos días? Hoy me lavé las orejas y recé... -dijo Krato con una voz muy cómica, entonces comprendimos que había estado bromeando y estallamos en risas.

Luego Vinka insistió:

-Y ahora en serio, Ami. ¿Podrías modificar un poco mi apariencia para irme a vivir en la Tierra?

-Está bien, está bien. Sí, puedo, pero no te hagas demasiadas ilusiones, recuerda a tu tío Goro...

-¿Podrían contarme esa historia? -manifestó Krato. Entonces Vinka procedió a relatarle nuestros problemas. El viejo se animó cuando conoció todo el caso.

-Yo iré a hablar con tu tío y lo convenceré, y si no acepta se encontrará con estos duros puños... -Se golpeó la palma de una mano. Aquello no impresionaba a nadie.

-Mi tío es un terri bastante grandote...

-¿Tu tío es un terri?... Hum... Ah... Lo convenceremos por las buenas. Siempre hay que buscar el camino de la paz y la comprensión, niños. ¡Jo, jo, jo!

Allí se me ocurrió una idea alentadora:

-Ami, ¿es posible que Goro se transforme en swama?

-Eso sería hermoso, pero según el estudio que le hice, está muy lejos del nivel de evolución necesario para comenzar a transformarse. Así que olviden esa bella posibilidad.

Al escuchar aquello, Krato fingió ponerse vanidoso:

-No es fácil para cualquier terri llegar a estas exquisitas alturas espirituales... ¡Jo, jo, jo!

-¿Tienes algún plan para convencerlo, Ami, no podrías hipnotizarlo? -preguntó Vinka.

-Ni lo sueñes. Es un grave error ante las Autoridades Galácticas utilizar el hipnotismo para manipular a una persona. No se debe violar la libertad de elección de cada cual por ningún motivo.

-Pero tú hipnotizaste a unos policías en nuestro primer viaje... Se puso a reír ante mi confusión.

-Eso fue un juego, Pedro, no había ningún daño allí para ellos. Tampoco se trata de “extremismo mental”, no hay que tomar todo tan a la terrible.

-Y después me hipnotizaste a mí para que yo no viera el corazón alado sobre la roca...

-Para darte una agradable sorpresa inmediatamente después... -dijo sonriendo alegre.

-Es cierto, pero más tarde hipnotizaste a un terri para que no nos viera...

-Para protegerlos a ustedes, no había ningún mal en eso. Daño se hace cuando se hipnotiza o sugestiona a alguien para que haga o desee algo que en realidad no quiere hacer o no necesita, como el caso de la publicidad, en donde manipulan las mentes de multitudes para que comiencen a desear lo que les quieren vender... No tienen idea del espanto en el que se están metiendo ante las leyes universales quienes planifican ciertas estrategias publicitarias... Y después, lo de siempre: “¿Por qué Dios me castiga taaanto¿ Yooo que naaado malo he hecho”...

-¿Qué quieres decir, niño de las estrellas?

-Que la Ley Fundamental del Universo es el Amor?. Cuando se viola, ay, y si se afecta a muchos, ay, ay, ay... Porque todo lo que se hace regresa a nosotros. Si esos publicistas usaran sus conocimientos y talentos para el mejoramiento de la humanidad, para ayudar a la evolución de las consciencias, recibirían maravillas a cambio, por la misma “ley del bumerang”.

-¿Ley del bumerang? -preguntamos los tres.

-Causa y efecto, acción y reacción, es más o menos lo mismo. Si haces un gran bien, volverá a ti un gran bien; si haces un gran daño, puedes esperar un daño hacia ti mismo del mismo “color” del que tú hiciste. Esa ley funciona en todos los órdenes de la existencia.

Krato se entusiasmó.

-O sea, que no era broma lo de mi pergamino. Eso quiere decir que ahora puedo esperar algo agradable a cambio...

-Sí puedes, la ley se cumple matemáticamente, pero no lo tomes con vanidad.

-Pero no me ha sucedido nada bueno últimamente.

-Qué mal agradecido, decir eso justo cuando acaban de terminarse sus pesares... dijo Ami mirándolo con cierto reproche.

-¡Guak! Eso, sí, es cierto...

-Pudiste haber pasado el resto de tu vida ignorando que ya no había razón para ocultarte, pero “algo” hizo que yo viniese a verte...

-Creo que tienes razón, niño protónico, pero...

-Pero qué.

-Bueno, ya sabes que me siento solo...

-Ahora puedes volver a la ciudad, Krato.

-¿Un viejo como yo? No sabría que hacer, cómo sobrevivir. Además, no conozco a nadie allí, no sé nada del mundo moderno, sería un estorbo. Por otro lado, y esto es lo principal, las únicas personas que amo son tú y estos dos niños. Me encariñé demasiado, por eso me inventaba que vivían conmigo. Creo que ya no podría soportar otra separación.

Vinka y yo abrazamos emocionados al querido viejo.

-Otro dramón más... -dijo Ami sonriendo.

-¿No podríamos vivir los tres unidos de una buena vez? -pregunté.

Contrariamente a lo que pensaba, Ami no se puso a reír, me miró serio y preguntó:

-¿Es ése realmente tu deseo, Pedro?

-Tú sabes que sí, me partiría el alma dejar a Vinka nuevamente, y recordar a Krato hablando solo en este abandono... No, no lo soportaría. Sí, ése es mi deseo, Ami.

-Entonces pídelo, o mejor decide que eso se hará realidad, y luego ten fe en que se hará

realidad, Pedro. Si realmente piensas que eso es posible y que se te concederá, entonces se te concederá, pero si dejas que la duda de apodere de ti... Te diré algo más: los buenos y hermosos deseos provienen de la parte más elevada de tu interior, de la parte de Dios que habita en ti. Y si Él pone un deseo en ti, es porque tienes la capacidad para realizarlo. Pero para lograrlo necesitas de tu fe, de tu certeza y seguridad.

-Entonces estoy seguro de que nos iremos los tres a la Tierra y viviremos cerquita para siempre -dije con gran entusiasmo esta vez.

-¡Yo también -manifestaron felices Vinka y Krato.

-Bien, muchachos, así se habla. Ahora vamos a convencer a Goro -expresó Ami alegremente.

-¿Puedo acompañarlos? -preguntó Krato.

-¡Sí, Ami, que venga con nosotros! -exclamamos Vinka y yo.

-No hay ningún problema. Puedes venir, Krato.

-¡Vivaaa! ¡Jo, jo, jo!

-¿Tienes algún plan, Ami?

-Ninguno, pero nuestro deseo se hará realidad. ¿Verdad?

-¡Verdad!

Ami dijo que saldríamos en un viaje corto hacia la ciudad de Vinka. Aquello significaba ir hacia otro continente en realidad, pero teniendo en cuenta la velocidad de aquel vehículo espacial, se trataba de un viaje “corto”.

Krato estaba feliz en su primera travesía “ovni”. No quería perderse ningún detalle del vuelo, pegando su nariz contra el cristal de una ventana.

-¡Jo, jo, jo! ¡Esto es espectacular!... Pero... ¿No hay peligro? Yo peso bastante y este aparato es una cáscara de “topa”...

Comprendí que esa palabra significaba algo así como nuez.

-Tienes razón, Krato. Esta nave es muy livianita. Sucede que utilizamos materiales ultra livianos, pero no hay problemas, este vehículo puede levantar el peso que sea, porque aquí adentro queda anulada la gravedad exterior, y si nos mantenemos pegados al piso en este momento es porque aquí adentro utilizamos gravedad artificial, que se puede modificar, miran -dijo, manipulando unos comandos.

De pronto quedamos todos flotando en el aire. Habíamos perdido nuestro peso, pero

Ami seguía en su lugar, aferrado a su asiento.

-¡Esto es como nadar en el aire! ¡Jo, jo, jo!

Krato se impulsaba con los pies contra una pared y atravesaba todo el aposento flotando en el aire. Vinka y yo comenzamos a imitarlo. Ella, muy pronto se puso a hacer piruetas como las que he visto en danzas subacuáticas por televisión. Estaba fascinada inventando movimientos artísticos en el aire.

Ami tocó un botón mientras reía y todos caímos nuevamente al piso.

-¡Eh, creo que me partí el cuello! Vas a tener que pagarme daños, perjuicios y hospital. Te va a castigar el bumerang, ¡Jo, jo, jo!

-No soy tan descuidado como para poner de pronto toda la gravedad artificial que traíamos. A propósito, ¿Sabían que el descuido es una forma de maldad?

No me pareció muy evidente aquello.

-Si el piloto de un avión lleno de pasajeros se descuidase... o el mecánico... -dijo. Comprendí de inmediato.

-El descuido puede ocasionar tanto daño como la maldad intencional, por eso, traten de tener siempre todas sus cosas en orden, no sean distraídos. Si tienen mala memoria, anoten todo, háganse rutinas para asegurarse de que todo está bajo control. Sean atentos al cruzar las calles; en fin, no descuiden nada porque el Universo no puede ayudar a los descuidados.

-¿Cómo es eso, Ami?

-Si te olvidas de cerrar con llave y vives en un barrio lleno de ladrones...

-Claro...

-El descuido puede hacer perder grandes empresas, muchachos.

-Entonces no te descuides con esos comandos, niño sideral.

-No te pre-ocupes, Krato, esto puede manejarse solo, por computadora, está programado para no caer ni chocar.

-Pero siempre vale la pena echar un ojo. ¿No? No hay que ser descuidados porque es pecado. ¡Jo, jo, jo!

Un par de minutos más tarde estábamos invisibles sobre la ciudad de Vinka, sobre su casa concretamente. Miramos hacia dentro a través de la pantalla de un monitor. Un terri bastante feo, como todos, se encontraba arrellanado en un sillón leyendo el periódico. Pero este anim... este señor vestía muy formalmente, impecable. Sólo en la cabeza y en las manos se veía su largo pelaje color verde, muy bien cepillado y lustroso, igual que las garras de sus dedos. Una señora swama tejía frente a él.

-¡Mis tíos! ¡Eh, tíos, aquí estoy!...

-No pueden escucharte, Vinka, por fortuna. Si supieran que estás a bordo de una nave espacial...

-Y van a tener que saberlo, no hay más remedio -dije desalentado. Ami estuvo de acuerdo.

-Vamos a planificar algo para convencer a Goro, cosa que puede tomar algunos días... semanas, tal vez.

-¡Tanto!

-O inclusive más, meses... años en el peor de los casos. Nuestras bocas muy abiertas asustaron a Ami.

-Pero no pongan esas caras de horror... Discúlpenme. Habíamos quedado en que tenemos que ser optimistas para pensar y yo mismo lo olvidé. Pero tampoco seamos irreales, estamos ante una persona de mente rígida como piedra, y pongámonos un poco en su caso: no es fácil dejar partir hacia otro mundo a una niña que está bajo nuestra responsabilidad... acompañada de seres espaciales... ¿Se dan cuenta?

Sí, lo pensamos un poco y nos dimos cuenta, y el ánimo se nos vino al piso.

-Pero tampoco perdamos la fe. En fin. Esta noche cada uno de ustedes dormirá en su casa. Mañana paso a buscarlos de nuevo. Haremos lo mismo el tiempo que sea necesario. Y ahora tú vas a procurar conversar con tu tía a solas. Ve preparándola poco a poco, no quieras avanzar mucho en un solo día. Nosotros estaremos mirando por el monitor para ir teniendo datos acerca de su reacción.

-Qué fácil... Van a quedar encantados cuando sepan que me quiero ir en una nave espacial hacia otro mundo... ¡Al manicomio me van a enviar!

-Pero si tu tía viera un “ovni”... -dijo Ami con una sonrisa que infundía ánimo.

-¿Vas a permitir que ella vea esta nave, Ami?

-Si es necesario, y si las Autoridades lo permiten, sí. No hoy mismo, claro... A Vinka la dominó la impaciencia:

-¿No hoy mismo? ¿Para qué esperar más?

-Iremos poco a poco, Vinka. No podemos precipitar nada.

-Creo que no habría ningún problema, Ami, no te preocupes tú ahora. ¡Ja, ja, ja! Mi tía Clorka poco a poco ha ido llegando a creer un poco en lo que le dicto, ya que es ella quien escribe mis libros. Al principio se cerraba, pero ahora está más dispuesta a creer.

-¿A creer que todo lo que escribiste es verdad, Vinka? -pregunté.

-No, tanto como eso no, pero acepta que puede haber vida inteligente fuera de este mundo. Con ella será más fácil, pero con mi tío...

-Tal vez tengamos suerte y todo se resuelva ahora mismo, tal vez esta noche la maleta de Vinka esté en mi casa, nos sobra una habitación... -manifesté lleno de esperaza.

-Es bueno ser optimista, Pedro; pero es malo ser un iluso -dijo Ami observándome con simpatía.

-¿Y cuál es la diferencia, dónde está el límite, Ami? -quise saber.

-Bueno, en realidad, todo es posible...

-¿Todo, todo, todo? -preguntó incrédula Vinka.

-Bueno, excepto los absurdos y las aberraciones, claro, como si alguien quisiera ser un orador famoso y no tuviese lengua... o pretendiera subir a una nave como ésta, con el corazón lleno de odios, celos y envidias... Pero dentro de lo normal, todo lo que se desee de verdad puede hacerse realidad, siempre que se siga el proceso necesario.

-Explica mejor eso, niño estratosférico.

-Así como una semilla de árbol necesita de cierto proceso que tiene que ver con el tiempo, con alimento y cuidado para convertirse en árbol, asimismo se debe tener en cuenta el proceso que necesita todo proyecto, sueño o deseo. Todo es posible, pero todo requiere de un procedimiento que necesita tiempo y esfuerzo.

-Como la fermentación del jugo de muflos. No es cosa de un día para otro -sostuvo

Krato.

Yo estaba más interesado en la posibilidad de que esa misma noche Vinka llegase a vivir a mi lado. Ami captó lo que yo pensaba y retomó el tema.

-El pesimista se equivoca, porque todo es posible; pero el iluso también se equivoca, porque no sabe distinguir entre absurdo y posibilidad real, o porque no tiene en cuenta el proceso ni el tiempo necesario para realizar u obtener algo. Ya te dije que estudié a fondo la mente de Goro y el resultado fue tajante: IMPOSIBLE. Así que estamos metidos en un intento que va en contra de lo que afirma la lógica. No será cosa de pocas horas, Pedrito, pero tampoco pensemos negativamente, debemos tener fe para que todo salga bien, y tú debes cuidarte de tu falta de paciencia. Sea como sea, esta noche irás tú solo a tu casa, tu abuelita te espera.

-¿Tienes una abuela, “Betro”? -preguntó muy interesado el viejo.

-Sí.

-Mmm... ¿Separada... viuda?

-¡Ah, no! Mi abuelita es una santa, Krato, y mi abuelo tiene muy malas pulgas -mentí, porque ella es viuda.

-Procura no mentir, Pedro -me delató Ami.

-Ahhh, no tienes ningún abuelo... Puedes decirme “abue” entonces, “Betro”. Ellos se pusieron a reír, pero a mí no me hizo gracia aquello.

Ami situó la nave sobre el fondo del patio de la casa de Vinka, que estaba lleno de

matorrales altos, allí iba a descender. Le dijo que al día siguiente nos esperase temprano en ese mismo lugar.

Nos despedimos un poco desconsoladamente, como si ella se fuese a la guerra, lo cual hizo reír igual que siempre a Ami; sin embargo, esta vez el niño de blanco estaba equivocado y nosotros en lo cierto: Vinka tenía una fea “guerra” en su futuro inmediato. Nuestro reencuentro no iba a ser tan fácil...

Capítulo 6: Goro y el ovni

Descendió de la nave y se encaminó hacia el interior de su casa. Nosotros mirábamos atentamente por un monitor.

-Hola, tíos -dijo al ingresar, saludando con un beso en la mejilla a cada uno de ellos.

-¡Cómo puede besar a ese engendro! -exclamé.

-Silencio, escuchemos -ordenó Ami.

-Tía Clorka... ¿Crees en los extrakianos? Ami se sintió molesto.

-¡No hace ningún preámbulo!... ¡Qué niña más impulsiva! Además, le dije que hablara con ella a solas... ¡Qué descuidada!

-No, no creo -dijo un poco alarmada la tía, haciéndole señas para que se callase, apuntando hacia Goro, sumergido detrás del periódico. Pero éste escuchó aquello y dijo:

-Y dale con esa obsesión... Hum. Esta chica no va a ser una persona normal cuando

grande. Ojalá no me haga pasar vergüenzas...

-Y si soy tan loca, tío, ¿te importaría mucho que me fuese a vivir lejos de aquí?

El terri pareció pegar un salto, tiró el periódico lejos, la miró fijo y en forma amenazante expresó:

-¡¿QUÉ... ME... ESTÁS... QUERIENDO... DECIR?!

La pobrecita de Vinka se puso pálida, pero encontró una forma para aliviar aquello, para darlo vuelta y ponerlo a su favor.

-Que como en esta casa consideran que soy una loca... que soy una vergüenza... es mejor que me vaya para siempre -dijo, haciendo como si estuviese a punto de llorar. Eso conmovió a Goro, se puso de pie, fue hacia ella y comenzó a hacerle cariño en la cabeza.

-Discúlpame, Vinkita, tienes razón, he sido un poco duro contigo... Voy a tener más

cuidado para que nunca más se te cruce la idea de abandonar este hogar...

-¡Maldición, fue para peor! -exclamé molesto.

-No va a ser nada fácil, nada fácil -manifestó Krato acariciándose la barba.

-Ánimo, muchachos, ánimo -nos alentaba Ami.

Vinka miró hacia arriba, sabiendo que nosotros la observábamos, y puso una cara como de preguntar ¿y ahora qué hago? lo cual nos hizo reír, a pesar de nuestros nervios. Luego se le ocurrió una estrategia nueva y dijo:

-¿Aunque yo crea en la vida extrakiana?...

“Bien, Vinka”, pensé.

Goro trató de hacerla entrar en razón de buenas maneras.

-Hija... vamos... esa obsesión tuya por ese tema...

Ella se puso de pie y lo enfrentó desafiante mientras decía:

-¡YO-HE-VISTO-NAVES!

Eso es alucinación, sueños, fenómenos meteorológicos, hija.

-AH, ¿SI? ¡VAMOS A VER SI LA NAVE QUE VA A APARECER EN ESTE MOMENTO ES UNA ALUCINACIÓN, VAMOS, VAMOS AL PATIO Y MIRA TÚ

MISMO SI ESO ES ALUCINACIÓN! -exclamó, saliendo afuera. Ami se jalaba los cabellos, alterado.

-¡Lo está haciendo mal, lo está haciendo mal, así no!... La culpa es mía. ¿Vieron? No fui lo suficientemente cuidadoso al darle las instrucciones. Qué desastre...

-Es perfecto, Ami, ahora hacemos la nave visible, y listo -dije.

-¡¿Que qué?! Si hacemos eso, Goro se muere o queda loco, y yo no puedo permitirlo. Además, tampoco puedo hacer visible la nave cuando a mí se me antoja. Para eso hay que pedir autorización. Y si las cosas se hacen mal, no me la dan. Vinka tenía que haber ido poco a poco y en forma privada, se lo dije...

Como conozco a mi alma gemela, expliqué:

-Lo hizo a propósito, Ami, fue su impaciencia.

-¡Claro! Qué tonto soy, y qué rebelde es Vinka... Pero la culpa es mía. Me cuesta recordar que estoy ante seres de tan poco autocontrol... Escuchemos.

Goro miró con mucha preocupación a Clorka y le expresó:

-Nuestra sobrina está muy mal. Hay que llevarla al psiquiatra. Esto es un ataque de locura...

-¡VENGAN, VENGAN AL PATIO PARA QUE VEAN USTEDES MISMOS! YO TENGO CONTACTO CON SERES DEL ESPACIO, Y SI YO QUIERO, APARECE UNA NAVE. ¡VENGAN A VER PARA QUE DIGAN SI ESTOY LOCA O NO, VENGAN!

-Pobrecita... sniff -decía Clorka al escuchar aquello, llevándose un pañuelo a los ojos y

nariz.

La verdad es que sí parecía una loca mi pobre amada. Me dio mucha pena verla así, y también me sentí algo culpable al recordar que hacía aquello por nuestro cariño. Los tíos estaban tan seguros de la locura de Vinka que ni se les pasó por la mente la idea de salir al patio para echar un vistazo.

-¡VEN, AMI, APARECE DE UNA VEZ, MUÉSTRALES TU NAVE ESPACIAL A

ESTOS INCRÉDULOS! -decía ella fuera de sí, mirando hacia el cielo sin poder vernos. Ami tomó un micrófono que yo conocía de antes, uno que era capaz de lanzar la voz sólo hacia un punto determinado.

-”Vinka”-dijo. Su voz sonó cerca del oído de mi compañera.

-¡¿QUE?! AMI ESTÁ INVISIBLE HABLANDO EN MI OIDO... VENGAN...

-Pobrecita... sniff...

-Qué vergüenza, qué bochorno. La educaste mal, Clorka, es una descarriada -decía el terri.

-Yo no tengo la culpa, Goro. Mi hermana se murió de repente en el bombardeo cuando yo era casi una niña, y quedé a cargo de una criatura, en plena guerra, y nadie me enseñó a criar niños...

-”Cálmate, Vinka, cálmate” -le recomendaba Ami.

-¿DÓNDE ESTÁS, AMI?

-”Habla más bajo, Vinka. ¿Puedes calmarte? Te estoy hablando desde la nave por un micrófono direccional. Goro no debe ver la nave todavía”.

-Oh, es cierto, sólo mi tía... ¡TÍA CLORKA, VEN INMEDIATAMENTE!

-Oh, no -exclamó Ami-. Le pedí que hablar con ella primero, que la preparara. No puedo producir un avistamiento tan repentino para ella.

-Voy a ver qué le pasa... Pobre niña... ¡Esos libros!... -dijo Clorka.

-Sí, esos libros... Tráela de vuelta adentro mientras llamo a un psiquiatra amigo. Procura que se calle para que los vecinos no se den cuenta.

Clorka salió al patio y abrazó a Vinka, quien sólo miraba hacia arriba.

-Vámos, Ami, haz visible la nave, aprovecha -le pedí. Él tomó los controles y dijo:

-Primero tengo que consultarlo. Hay que calcular si Clorka puede soportar esa visión o no, esperen.

En otra pantalla apareció muy grande la cabeza de la tía, luego el interior de ella. Se veían muchos destellos como de energía de muchos colores, pero Ami no miraba esa pantalla, sino otra, en la que iban apareciendo unos signos extraños. Se escuchó un bip.

-Magnífico. Está en el límite, pero lo tolerará sin sufrir daños. Tenemos autorización. Bien, ahora vamos a darle un “contacto cercano” a la pobre tía Clorka.

La nave se huzo visible, estábamos a muy baja altura. Comenzamos a hacer círculos en torno a ellas dos.

-¡MIRA, TÍA, ALLÁ!

Vinka estaba feliz. La tía no le hacía caso, pero de pronto una luz deslumbrante iluminó el patio y ella no tuvo más remedio que mirar hacia arriba, para quedar con la vista fija y la boca abierta...

-Suficiente -dijo Ami, y regresamos a la invisibilidad. Le habíamos dado a Clorka un avistamiento de unos quince segundos.

-No conviene atraer la atención más de la cuenta -explicó.

-¿Viste, tía? Ésa era la nave de mi amigo.

Goro había observado el gran destello de luz proveniente de fuera de la casa cuando iba a llamar por teléfono y salió al patio. Encontró a su mujer con la boca abierta y los ojos muy grandes mirando todavía hacia arriba. Él también lo hizo, pero ya no podía ver nada más que cielo.

Yo estaba feliz, aunque la tía Clorka estaba a punto de desmayarse. Goro se dio cuenta y

llevó hacia dentro a las dos. Parecía muy preocupado.

-¿Qué te pasa, Clorka, qué viste? -le preguntaba, mientras la ayudaba a sentarse en un sillón.

-Vio la nave de mi amigo, naturalmente.

-Es... es... verdad... Había una... nave espacial... Es verdad, Vinka no está loca. Yo la vi, la vi, Goto. ¡LA VI!...

-Alu... alucinaciones, Clor... Pero yo también vi una gran luz afuera... ¿Qué es esto? Sin embargo, no vi nada en el cielo...

-No, tío, tú no la puedes ver porque no estás preparado, por eso, mi amigo la hizo invisible cuando llegaste tú. Fue para protegerte, para que no te vuelvas loco o te mueras de la impresión.

Goro tuvo que sentarse él también. Cerró los ojos, se puso las manos sobre las sienes y comenzó a pensar.

-Naves espaciales... invisibles... Esto parece una tomadura de pelo... Tiene que tener una explicación lógica... ¿Estás segura de que viste algo, Clorka?

-Sí, Goro, y no fue ninguna alucinación.

-Tal vez fue un aerolito, una estrella fugaz...

-¿De metal plateado?... -dijo Clorka.

-Entonces pudo ser un avión...

-¿Redondo?...

-Un planeta entonces, una estrella...

-¿Haciendo círculos sobre la casa, con luces de colores y con un símbolo por debajo?...

-¿Un símbolo? ¿Cómo era ese símbolo?

-Como el que aparece en mis libros, tío Goro, el corazón alado. Todo es verdad, yo fui realmente a otros mundos en la nave de Ami.

Krato, Ami y yo estábamos felices escuchando aquella conversación.

-Es más, tío Goro, ellos están mirándonos por una pantalla en este momento, están escuchando toda nuestra conversación.

-¿Ellos? Hablaste sólo de uno, del famoso Ami ése de tus libros.

-Sí, pero también está Krato, que es el primer terri transformado en swama de los tiempos modernos, aunque eso no se supo porque él se fue a esconder en las montañas de Utna. Él es de allá. Y también está Pedrito en la nave, que es de un planeta muy parecido a éste. Él es mi alma gemela... Ambos somos misioneros en nuestros mundos, somos servidores de Dios Amor...

El terri se tiraba los verdes pelos de los costados de la cabeza al escuchar temas tan irracionales: naves espaciales, seres de otros mundos, almas gemelas, misioneros, Dios Amor...

-Por favor, Vinkita, dime que todo esto es fantasía, no puede ser más que eso. La

realidad no es tan estrambótica como un cuento infantil. Dímelo, por favor. Si no me lo dices creo que mi cabeza estallará.... Este Universo no es así como tú lo pintas en tus libros. La fantasía, sí, la realidad, no. Y yo no pude haber estado equivocado tantos años, yo y los científicos, la gente seria y razonable... ¿Todos equivocados?

-”Si, Goro, todos equivocados durante milenios” -dijo Ami por el micrófono, haciendo dar un salto al terri.

-¡QUIÉN DIJO ESO!

-Ami, tío Goro. Él tiene un micrófono en su nave, con el que puede hacer escuchar su voz donde quiera.

“Sin mencionar que él puede hablar cualquier idioma”, pensé.

-Tengo miedo... pueden ser espíritus... seres maléficos... -decía Clorka con voz temblorosa.

-No debes temer, tía. Ami es muy bueno, y es de carne y hueso. Es realmente como dice en los libros.

Goro pareció haber llegado a una conclusión.

Quién sabe... Bueno, es evidente entonces que aquí hay una tecnología desconocida, pero no de otro mundo, claro, eso es ridículo... O puede que sí... aunque es una locura pensarlo... No sé... Lo que no es evidente es que tengan buenas intenciones.... Tal vez te estén utilizando... Creo que voy a llamar a la PP. Esto puede representar una amenaza para Kía.

-¿Qué es la PP, Ami? -le pregunté, pero Krato respondió:

-Brrr, la Policía Política.

-Tienes razón: brrr -dije.

-Hay algunos que se eligen cada cosa linda como trabajo... -opinó Krato.

-La labor permanente de cada persona es como una fotografía que revela la calidad de su alma -explicó Ami -.Pero no discriminen -agregó-, ya verán que hasta en la PP hay gente buena.

-¿El amor... una amenaza para Kía? -le preguntó con cierta ironía Vinka a su tío.

-Hay chugs disfrazados de tukos... -manifestó con desconfianza Goro.

-Fijo eso quiere decir algo así como “lobos disfrazados de ovejas” -expresé. Ami se puso a reír.

-Así es, Pedro, para que veas que la desconfianza es universal y que siempre recurre a las mismas imágenes. ¿Ven cómo es la mentalidad terri? Cuando por fin es capaz de aceptar una realidad superior, debe necesariamente rebajarla a su propio nivel; la acepta, sí, pero siempre que sea tan horrible como su panorama mental. Goro medio aceptó por fín que hay vida en otros mundos, pero claro, tiene que tratarse de seres perversos... Si supiera acerca de ciertas hermosas dimensiones de la existencia, acerca de ciertas maravillosas almas del Cosmos...

-Y también hay tukos no disfrazados, tío, también los hay.

-Qué lindo sería... pero no... no puede ser, ¡NO PUEDE SER!

-”No claro” -dijo Ami por el micrófono- “todo en el Universo tiene que ser igual de espantoso que en Kía... NO PUEDEN existir realidades ni seres superiores, NATURALMENTE. Kía es lo máximo de cuando existe entre los millones y millones de estrellas y galaxias. Kía es el punto MÁS ALTO de la evolución de la vida universal.

¿Verdad, Goro?”...

Vinka, yo y Krato reímos, y Goro vaciló un poco al escuchar la burla que hizo Ami a sus pensamientos.

-No sé, yo no hablo con quien no se atreve a dar la cara... si es que tiene cara... Qué sé yo. Tengo que pensar. Me duele la cabeza. Vamos a la cama.

-Pero si todavía no se pone el sol, tío.

-Está bien. Ustedes quédense aquí, yo me voy a la cama a leer tus libros para informarme mejor.

-¿Todavía no los leíste, tío?

-Yo leo literatura seria, no cosas de niñ... Bien, hasta mañana, y dile a tus “amigos” que dejen de espiar por esa cámara oculta, que respeten la vida privada.

Vinka se puso a reír. Miró hacia arriba y dijo:

-¿Escucharon eso, chicos?

Ami tomó nuevamente el micrófono.

-”Hasta mañana, y trate de aceptar un poco que no todo es tan horrible como usted piensa, amigo Goro, y no comente estas cosas con absolutamente nadie, porque todo se podría complicar. ¿De acuerdo?”

-Está bien -dijo Goro a regañadientes y se encerró en su habitación dando un gran portazo.

Ami apagó la pantalla.

-Todo salió mejor de lo previsto, avanzamos mucho en una sola sesión, pero no se alegren demasiado todavía. La mente terri sufre de la influencia del Tirano del Mundo y...

-¿Cómo es eso, niño galáctico?

Ami le explicó todo el asunto del Tirano y se lo mostró por la pantalla mientras yo miraba hacia otro lado.

-Brrr, gracias, suficiente para mí. Veamos mejor al otro.

Apareció el joven de la espada de oro, pero ahora tenía el pelo rosado, ojos violeta y orejas de swama...

-¡ÉSE sí que es un campeón! ¡Reviéntalo a espadazos! Jo, jo, jo.

-Los arquetipos cambian de acuerdo al mundo en que se los imagine -explicó Ami. Yo pregunté si la mente terri recibe también la influencia de ese joven.

-En la medida que se acepta esa influencia se deja de ser terri, poco a poco. Pero más tarde o más temprano, todos los terris dejan de serlo, siempre gana el Amor, y ¿saben por qué?

-No.

-Porque el Amor es Dios. Krato se puso serio y dijo:

-Tienes razón, Ami. Yo lo sé, yo lo viví, fue entonces cuando escribí ese pergamino y dejé de ser terri.

-¿Tuviste esa iluminadora experiencia siendo terri? -preguntó Ami.

-Tan terri como Goro.

-¿Ven? Dios no desprecia a sus ovejas perdidas -expresó Ami.

-¿A sus qué? -preguntó el montañés.

-A sus tukos perdidos.

-Ah, yo tampoco, Ami.

-¿No desprecias a nadie, Krato?

-A ningún tuko que ande perdido por mis montañas, así que cuando agarro a uno, mmm, una delicia rebosada en salsa picante. ¡Jo, jo, jo! A propósito, tengo hambre. Volvamos a casa.

Ami tomó los controles mientras reíamos.

-Yo pensaba llevarte a conocer la Tierra, Krato, para que vieras si te interesa realmente vivir allí.

-¡Fantástico! Enfila este artefacto directo hacia la Tierra entonces, niño electrónico.

Pero... tendría que ser rápido... A menos que tengas aquí adentro un... Yo no sé si ustedes usan esas cosas...

-¿Un qué, Krato? -pregunté.

-Un baño -dijo riendo Ami, porque captó lo que el viejo pensaba. Aquello provocó mi curiosidad.

-En serio, nunca supe si... ¿Usas baño, Ami?

-No pensarás que voy a hacer por ahí al lado de un árbol -dijo entre risas.

-Eso quiere decir que tú también...

-¿Y qué quieres? Todavía no sé nutrirme solo de la energía del Amor, del sol y del oxígeno, como hacen en otros niveles de existencia. Allá atrás tienes un baño, Krato, segunda puerta a la izquierda.

-Voooy -dijo el swama mientras corría hacia el baño. Instantes después volvió diciendo:

-Ehhh, eso no es un baño; no hay nada allí, es un cuarto vacío...

-Oh, tienes razón. Olvidé explicarte. Sólo tienes que entrar allí y cerrar la puerta.

-Montañés seré, pero no sucio, no voy a dejarte ese lugar mojado... ¡Ni siquiera un miserable desagüe hay allí!...

Ami reía a más no poder.

-No, Krato, no. Tienes que entrar y no hacer nada...

-Pero si lo que yo quiero es hacer... ¿Para que voy a entrar entonces? ¿Para no hacer nada?

Ami tenía que esforzarse para dejar de reír y poder explicarle.

-Tú entra a ese cuarto, cierra la puerta y no hagas nada. Después regresa aquí. Entonces verás que ya no tienes ganas.

-Ah, es un lugar para que las ganas se pasen... Pero alguna vez habrá que “hacer”... No entiendo nada, y ya no aguanto. Voy.

Pronto escuchamos su voz desde aquel cuarto.

-¡Ahhh, qué alivio! ¡Ehhh, esto es fabuloso, niños!

-¿Cómo es ese asunto, Ami?

-Nada, entras allí y se activan unos rayos que desmaterializan las sustancias indeseables de tu piel y del interior de tu cuerpo. Este modelo de “baño” es más avanzado que el de mi nave anterior. Esos rayos son capaces de reconocer qué tipo de gérmenes son nocivos o extraños en un organismo y en un ecosistema determinado, y los elimina o inactiva, según el caso, así que también sirve como cámara de desinfección, y se usa antes de que alguien descienda a un lugar en donde sus gérmenes podrían ser perjudiciales para el entorno ecológico.

Yo recordé que en mis viajes anteriores no pude bajar en los mundos evolucionados, sólo mirarlos a través de las ventanas o monitores, porque mis gérmenes podrían causar problemas.

-¿Eso quiere decir que con esta nave yo sí podría descender a un mundo evolucionado?

-Correcto, gracias a esa cámara de desinfección, que también sirve como “baño”, y ése es su uso más habitual.

-¡Eso es increíble! O sea, ustedes no usan rollos de....

-¡Puaf!... Nada. Eso es prehistoria para nosotros, por suerte...

-¿Y para bañarte?...

-Ahí mismo. Se desmaterializa lo indeseable en el cuerpo, cabellos y ropa.

-¡Se bañan vestidos!

-Claro.

-O sea, ustedes jamás se desvisten... Ami reía.

-Dale con el extremismo mental otra vez... Hay que cambiarse la ropa de vez en cuando,

aunque esté limpia; y también es lindo tomar el sol en la piel, caminar descalzo por la hierba, sacarse la ropa para nadar en el agua...

-¿Y se sacan la ropa para?...

-También -respondió, percibiendo que yo quería saber si ellos hacen el amor.

-¡Picarón! -le dije con malicia, pellizcándole suavemente la mejilla.

Él, entre risas me explicó:

-Ése es un tema que se nos enseña a conocer desde muy niños, y lo tomamos con mucho respeto y sin malicia, Pedro. Para nosotros, la sexualidad es una fuerza sagrada, una fuerza que, aparte de generar la vida, permite una forma superior de comunicación, regocijo, crecimiento interior y creatividad entre dos personas que se aman, por eso mismo respetamos mucho esa fuerza. La consideramos el más elevado regalo de amor que le podemos ofrecer al ser amado, y también por eso no la mancillamos o degradamos.

-¡Me siento como nuevo! Entré allí y se me pasó todo... Mi ropa quedó oliendo a recién lavada, mi cabello no está enmarañado... ¡Eso es brujería, Ami!

-Eso es tecnología, Krato, nada más que eso.

Yo quise ir a probar aquel invento. Era como el viejo decía: un prodigio.

-Con un asunto así en casa, yo me bañaría más seguido. No pierdes nada de tiempo, no te congelas, no te resbalas, no dejas el baño mojado, no gastas toalla... ¡Yo quiero que la Tierra sea como Ofir! -exclamé, entre broma y en serio.

-Eso hay que ganarlo, Pedro, ayudando a que reine el Amor, adentro y afuera de ti, para que se esfumen las sombras del dolor y de la mentira, y así el Tirano se debilite y no tenga dónde conseguir servidores. Entonces llegaremos nosotros, porque sólo entonces merecerán nuestra ayuda total, abierta y global... Hemos llegado a la Tierra, amigos.

-Este mundo tuyo es muy bonito, “Betro”.

-Pero nosotros lo estamos destruyendo, Krato.

-Igual que ellos a Kía -dijo el ex terri.

-¿”Ellos”? -expresó Ami.

-Ellos, los terris, yo no; yo nada malo hago en mis montañas.

-Pero tampoco haces nada bueno, no te metes en nada, como si no fuera contigo el asunto. Si nadie hiciera nada bueno, el reinado del desamor se extendería por milenios y milenios...

-Yo no puedo hacer nada, Ami; no voy a salir a matar terris. Y si no se trata de matar, sino de enseñar, ya cumplí, ya escribí el pergamino y ahora tengo derecho a vivir en paz. ¡Jó, jo, jo!... ¿No tienes algo comestible por ahí? Siento como si mis tripas estuviesen vacías.

-Eres un viejo vivo, te gusta cambiar de tema cuando no te conviene. Eso es trampa, Krato.

-¿Qué? Es verdad que tengo las tripas vacías, niño sideral.

Continuaba simulando.

-Y también es verdad que nunca se debe dejar de trabajar, de servir. No basta con hacer algo bueno alguna vez y adiós, “a vivir de las rentas”... Quien están en verdadera sintonía con Dios no puede dejar nunca de trabajar, de servir.

-¿Por qué, Ami?

-Porque no puede dejar de amar... Es por eso que en los mundos superiores nadie se “jubila”, no existen las “huelgas”, nadie le esquiva el bulto a su trabajo, a su servicio a la comunidad.

-¡¿En serio?!

-¡Claro! Pero también es verdad que nuestras autoridades en encargan de que todos trabajemos en aquello para lo cual tenemos más talento, y eso es justamente lo que más nos gusta hacer.

-Ah... Así sí. Aquí en la Tierra no hay tantas consideraciones, que cada uno se las arregle como pueda...

-Y así pierden la labor de tantos y tantos talentos... Hay tantas cosas que mejorar aquí... Para mí, no hay mejores vacaciones que trabajar, ése es mi premio, esto que ahora hago. Sé que por el “bumerang” o ley de causa y efecto, estoy ganando algo bueno, aparte de la satisfacción que me brinda hacer lo que hago; pero jamás pienso en eso, sino en esto. Éste es mi Paraíso y mi Cielo: servir.

Las palabras de Ami me dejaron un poco demolido. Era ciero que yo había escrito dos

libros, pero por otro lado gasté horas y horas en los video juegos, en mi ciudad y en balneario, y también en jueguitos con mi computadora, o curioseando en Internet, o mirando TV demasiado tiempo, sin hacer nada provechoso.

Ami comenzó a reírse de mis pensamientos, aquello me alivió.

-¡Tampoco se trata de eso! No te auto castigues. El deseo de servir es algo que va creciendo poco a poco. Yo fui como tú; tú serás como yo. Todo debe ir madurando armoniosamente. Si todavía no te nace el deseo, el DESEO, de servir en forma más constante, no lo hagas, porque no se trata de servir por obligación, ajena o autoimpuesta. En las cosas del Amor, nada puede ser obligatorio, sino libre, y si no es libre no pertenece al Amor.

-Y cuando la panza está vacía tampoco hay amor. ¡Jo, jo, jo! El viejo tenía hambre de verdad.

-Tráele unas “nueces” a Krato, Pedrito.

Ami se refería a un alimento con sabor a nuez, pero dulce, que me hizo probar en nuestro primer viaje y que me encantó.

-¿Ésto se come?

-Claro, prueba una.

-A ver, mmm... ¡Puaf! Esto es un asco. Parecen “topas” dulces, no tienen picante... Vamos a dejar a este niño en su casa, tal vez su abuela se compadezca de mi estómago vacío...

-Vamos, pero no puedes descender. No sería bueno que por aquí vieran a un ser del espacio como tú, Krato.

-Seres del espacio son ustedes, yo no... ¡Guak! Aquí sí que lo soy... Entonces dejemos rápido a este niño y volvamos a Kía, niño satelital. En casa tengo un garábolo en salsa picante. Lo escucho llorar, está gimiendo: “ven, Krato, ven a comerme pronto, por favor”. ¡Jo, jo, jo!

Llegamos al balneario. La noche estaba llena de estrellas. -Si quieres te acompaño para que me presentes a tu abuelita, “Betro” -bromeó el viejo.

-Ni lo sueñes, capaz que también ella vaya a parar a tu olla en salsa picante...

-¿Por qué? ¿Tiene la carne tiernita? ¡Jo, jo, jo!

-Espérame en el bosque mañana temprano, Pedrito -me dijo Ami cuando yo estaba a punto de abandonar la nave.

Aquella era la primera vez que iba a descender allí sin pena en el corazón. Esta vez no habría una larga separación, ni de Vinka ni de Ami ni de Krato. Sólo sería una noche. Claro que el asunto no iba a ser tan fácil, pero en ese momento yo, por fortuna, no lo sabía.

Ami me hizo descender en el roquerío. Cuando llegué junto al corazón grabado en la roca miré hacia lo alto, pero no se veía nada, excepto estrellas.

Capítulo 7: ABUELA CÓSMICA

Mi abuela me esperaba practicando Yoga en la sala.

-¡Ahora no llegas triste, Pedro! ¡Tienes otra cara, igual que cuando saliste esta mañana!

¿Te encontraste con Ami y con Vinka? -me preguntó...

Yo quedé loco, quedé enfermo, quedé mal... Me tomó demasiado por sorpresa y no pude responderle nada, sólo mirarla con unos ojos grandes como huevos fritos...

-¿Sabes? Creo que todo lo que dices en tus libros es verdad, hijito. Esta mañana mientras tendía la ropa en el patio vi pasar un vehículo redondo y plateado por el cielo. Se alejó hacia las alturas hasta que se perdió de vista. Tenía un corazón con alas por debajo... Me hizo pensar, así que me fui a leer tus libros. Estuve atando cabos... Además, como me cuido y tomo vitaminas logré recordar esas nueces extraterrestres tan ricas que me trajiste un día, y ahora apareces por primera vez contento. Antes llegabas triste porque Ami no regresaba todavía. ¿Verdad?... Sí, creo que de verdad estuviste con él y con la señorita Vinka.

Aquellas palabras me dejaron estupefacto. Por un lado me dio susto, pero por otro sentí una gran esperanza de poder por fin compartir mis secretos con alguien en mi mundo, y si iba a ser mi abuela, la persona más amada por mí, de este planeta, quiero decir, mejor.

-¿En serio, abuela?

-Sí, hijito -respondió con mucha honestidad en la mirada.

-¿Y no se lo vas a contar a nadie?

-Cómo se te ocurre... Claro que no. La gente no cree en esas maravillosas realidades y piensa que uno delira si toca ese tema...

-¿Y me creerías si te digo que yo iba a bordo de esa nave que viste pasar?

-Sí, Pedrito, incluso se me cruzó la idea cuando la vi. Habías partido tan contento...

-¿Y no te dan miedo los extraterrestres? -Yo me entusiasmaba cada vez más.

-No, porque la principal fuerza del Universo es el Amor, por eso pienso que esos seres, que tripulan esas naves tan fantásticas y avanzadas como la que yo vi, deben haber evolucionado mucho más que nosotros también en su camino hacia el Amor, y por eso deben ser más amorosos, más amables, pacíficos y buenos.

La abracé y me puse a llorar en su hombro como un tonto. Sentí que nuevas posibilidades de dicha se abrían para mí.

-Sólo te pido una cosa, Pedrito, un solo favor.

-Lo que quieras, abuela, si puedo, lo que quieras.

-Déjame conocer a Ami cuando vuelva... Volví a abrazarla, riendo feliz.

-¡Mañana mismo lo conocerás!

-¿Mañana mismo? ¿No se fue por todo un año esta vez? -preguntó algo confundida.

Me pareció maravilloso poder conversar abiertamente con ella acerca de esas cosas. Quería saber más y más. Se iba poniendo muy contenta a medida que yo le relataba los recientes sucesos, y un poco intranquila por la posibilidad de que Goro no otorgase su permiso a Vinka, aunque dijo que tuviera fe, que todo se iba a solucionar.

Nunca en mi vida dormí tan feliz como aquella noche; primero, porque ahora tenía una abuela nuevecita; segundo, porque estaba cerca de realizar mi sueño mayor: no separarme nunca más de Vinka.

Al otro día mi abuela estaba tan entusiasmada como yo mismo, tanto, que quiso acompañarme al bosque para conocer a Ami. Le dije que primero le preguntaría a él si era posible aquello. Estuvo de acuerdo.

Llegué al bosque. Esta vez no fue necesario esperar mucho. Sobre mi cabeza vi de pronto la luz amarilla, me dejé elevar en ella y llegué al interior de la nave. Allí estaban Ami y Krato sonrientes.

-¿Y Vinka? -pregunté.

-Sucede que en su continente es más temprano que en el de Krato, por eso pasé a buscarlo a él primero, pero ya debe estar en pie. Ahora volveremos a Kía a ver qué novedades hay por allá.

-Millones de kilómetros como si nada, como ir a la esquina y volver... Qué bárbaro, Ami

-Bi-llones de kilómetros, Pedro, pero igual se sorprendería Colón en tu mundo actual si viera que su famoso viaje se puede hacer hoy en unas pocas horas de vuelo con esos lentos cacharros que ustedes utilizan, que gastan combustibles no renovables y que meten un ruido espantoso. Bien, vámonos, muchachos.

-Pero antes quiero pedirte algo, Ami.

-Ah, acabo de recibir lo que piensas. Tu abuelita ya lo sabe todo y ahora desea conocerme. Me alegro mucho, todo va a ser más fácil así, y por supuesto que yo también quiero conocerla.

Aquello me hizo saltar de alegría.

-Vamos caminando, te acompaño, Pedrito.

-Sí, vamos -dijo Krato, invitándose solo.

-Ni lo pienses, si te ven con esas orejas y esa apariencia te meten preso y te investigan hasta la raíz de ese pelo medio rosado -le advirtió Ami.

-Bueno, que se deleiten admirando mi belleza. ¡Jo, jo, jo!

-Y te examinarán por dentro también, a punta de bisturí...

-... Estaba pensando que me duelen los pies, yo los espero por acá. ¡Jo, jo, jo! Dale saludos míos a tu abuela, “Betrito”.

-Bien, te dejamos. Todos los controles quedan desactivados para que no vayas a cometer alguna tontería y no termines en Andrómeda -reía el niño de las estrellas.

-¿Podrías dejarme encendido un televisor? Me gustaría ver algún deporte de este mundo.

-¿Qué tipo de deporte te gustaría, Krato?

-Algo parecido al roko-toko.

-Eso quiere decir algo así como “cerdo-red”, Pedro, porque el roko es un animalito de Kía parecido a un armadillo, pero muchísimo más veloz, y toko es red -me explicó Ami.

-¿Y en qué consiste ese deporte, Krato? -le pregunté.

-Cada jugador tiene un palo que tiene una red en la punta. Se suelta el rojo y hay que atraparlo con la red, pero no puedes correr más de tres pasos con el animal, así que tienes que tirárselo por el aire a algún compañero, cuidando que no lo atrape el contrario, hasta que se llega al arco, en donde hay que meterlo, y ¡GOL! ¡Es fabuloso!

-¿Y si tu compañero no lo puede atrapar y el animalito cae al suelo?

-Entonces sale corriendo disparado, y es punto en contra, porque atraparlo no es nada fácil.

-Pero el pobrecito se hará daño al caer...

-Ah, no, porque los rokos se transforman en una dura bola acorazada cuando van por el aire y cuando caen, pero después, “agárrame si puedes”. ¡Jo, jo, jo! Yo era la estrella de “Los Fieros de Utna”... Me decían “Roko Rojo”.

-¿Y por qué?

-Bueno, porque muy a menudo “me equivocaba” al lanzar el roko, y esa dura coraza con patas solía chocar con la cabeza del más peligroso de los contrarios... dejándolo fuera de combate. ¡Jo, jo, jo!

-¡Eras muy sucio para jugar entonces!

-No era mi culpa que algunas blandas cabezas se interpusieran en el camino de mi rojo.

¡Jo, jo, jo!

-Te dije que este es el swama menos espiritual de Kía -expresó Ami encendiendo un monitor-. Pero no le creas mucho sus fantasías... Aquí está. Eso que estás viendo se llama fútbol y es el deporte más popular de este planeta. Se juega sólo con los pies y la cabeza.

-Ehhh... cómo agarran a patadas a ese pobre roko pintado...

-Eso no es un roko, sino un blanda pelota. Tomarla con la mano está prohibido. Los azules tienen que meterla en el arco de acá; lo blancos en el contra...

-¡DALE! ¡Vamos blancos! Visten igual que mi equipo de roko-toko, “Los Fieros de Utna”, ¡Borrémoslos del mapa!... ¿Qué cuadro es ése, Ami, el blanco?

-Es el “Rapid”, de Bucarest, Rumania. Están jugando por...

-Estás solo frente al arco... Patea fuerte ahora, ¡ASÍ!... ¡EA! ¡Eso no vale! Iba para dentro, pero un tipo que no es azul agarró la pelota con las manos...

-Es el arquero de los azules, Krato, sólo él puede tomarla con las manos. Ya comprenderás, poco a poco. Oprimiendo esta tecla podrás ir viendo otros canales. Hasta pronto.

-Hasta pront... ¡Qué buena trancada! ¡Cómo voló el azul! ¡Jo, jo, jo!... ¿Qué pasa?

¿Quién es ese tipo de negro que viene con un papel rojo en la mano y mira tan enojado al blanco de la trancada?

-Ése es el árbitro, es una especie de policía del juego, y esa tarjeta roja significa que ese

jugador está expulsado del partido, porque las patadas aquí no valen.

-¡Ehhh!... Si ni lo tocó... El Azul ése está haciendo teatro, Ami, quejándose como un marica sobre el pasto para impresionar al árbitro... ¡CUÁNTO TE PAGARON, ÁRBITRO VENDIDO! ¿NO CONOCE EL REGLAMENTO EL TIPO ÉSE, AMI? ¿TE GANASTE EL CARNET DE ÁRBITRO EN UNA RIFA?...

-Me parece que si Krato viene a la Tierra se va a adaptar muy rápido a ciertas costumbres de mi mundo -comenté riendo mientras descendíamos al bosque.

-Y con su pasado terri, no serán justamente las mejores costumbres...

Como la vez anterior, dos años atrás, la gente miraba con mucho cariño a Ami, creyendo que se trataba de un hermoso niño con rumbo a una fiesta de disfraces tal vez; incluso le acariciaban la cabeza de vez en cuando. Él parecía estar feliz con la situación, yo también, y me sentía mucho menos preocupado que la vez anterior, porque ahora sabía muchísimo más acerca de Ami y de sus capacidades.

Entramos en casa, mi abuela vino hacia nosotros sonriendo. Al mirar a Ami se acercó para abrazarlo con gran emoción.

-¡Cuánta bondad y luz en esa mirada!... Sí, este niño no es de aquí.. ¡Que Dios te bendiga, que siempre te proteja, niño bueno!

Él se puso a reír.

-Siempre me protege, abuela, pero no soy tan niño... ni tan bueno, ja, ja.

-¡Qué dicha poder abrazar a un ser tan avanzado, a un habitante de otro mundo! Gracias por esta maravillosa oportunidad, Dios mío; gracias, Ami, gracias por ser el Maestro de mi nieto.

Aquello me causó gracia, mi abuela creía que Ami era mi “Maestro”... un niño... Me puse a reír. Ella no comprendía nada...

-Ami no es mi Maestro, abuela, sino mi amigo.

Él la miró de una forma especial, ella pareció haber comprendido algo y dijo:

-Oh, sí, tienes razón, hijito. Gracias entonces por ser TAN “amigo” de mi nieto, Ami.

-Para mí es un agrado, mi deber me gusta mucho, lo hago con todo mi cariño. Bueno, nos vamos. ¿Me perdona que no la invite a venir con nosotros, abuela?

-No hay problema. Aunque me invitaras, yo no iría, Ami.

-¿Por qué, le da miedo?

-No es temor, Ami, es que no quiero conocer muchas maravillas porque después me podría parecer muy triste este mundo, como le sucedió a Pedrito, que a veces anda enojado con toda la gente porque encuentra que todos aquí son un poco “tramposos”. Me sentí mal.

-Ésas son cosas privadas, abuela... Es que no puedo evitar compararlos con la gente de Ofir... -me justifiqué.

-¿Y no te comparas a ti mismo con la gente de allá, Pedro? -me preguntó él.

-Esteee...

-Por eso, yo no iría. Prefiero ignorar muchas cosas buenas, y también muchas cosas malas...

-Tiene razón, abuela. Nosotros sabemos que estos viajes encierran ciertos peligros psicológicos. No es fácil conocer un maravilloso mundo evolucionado y luego tener que regresar a vivir a otro en donde no reina el Amor. Y ésa es otra razón que hace que estos contactos sean más bien escasos.

-Llévense este pastelito que les preparé esta mañana. Dejen algo para la señorita Vinka y otro poco para el señor Krato.

-¿El “señor” Krato? Ja, ja, ja. Qué cosas dices, abuela, ése es un viejo montañés...

-El señor Krato, Pedrito. Si él escribió ese pergamino, merece todo mi respeto y admiración.

-¡¿Qué?! No se lo vayas a decir si un día lo conoces, se le va a hinchar el ego... Pero es muy bueno y muy divertido, eso sí. Bien, hasta pronto, abuela.

-¿No se te olvida decirle nada a tu abuelita, Pedro?

-No... ¿Acerca de qué?

-Acerca de Krato.

-No, nada... Excepto que es un viejo bastante feo. Ja, ja, ja. Bueno, hasta la vista, abuela.

-Olvidas darle sus saludos, Pedro.

-Ah, eso... Sí, te mandó saludos. Bueno, hasta pronto.

-¿En serio?... Oh, qué emoción... Un alma tan bonita... y de otro mundo... Dí-díganle que se los agradezco mucho y que se los correspondo... y... y que cuando pueda venga a tomar una tacita de té por aquí para que conversemos acerca de su planeta y del mío... Mi abuela estaba demasiado conmovida por esa tontería.

-¿Té? Si alguna vez viene no será té justamente lo que va a tomar... -dije.

-¿Qué va a tomar entonces, Pedrito?

-Vino... qué sé yo, pero té, seguro que no.

-Oh, entonces voy a comprar vino, por si aparece... Cuídense, maneja con cuidado, Ami, respeta los reglamentos, los semáforos... o lo que haya.

-No se pre-ocupe, abuela -respondió entre risas el pequeño ser vistido de blanco, y nos despedimos.

-Traten de volver con Vinka -dijo desde la distancia.

Cuando llegamos a la nave, el partido de fútbol había terminado y Krato estaba mirando otros programas. Al vernos aparecer vino haci nosotros muy excitado.

-¡¡¡GANAMOS!!! ¡Jo, jo, jo! ¡Les atajamos un penal! Claro que fue un sinvergüenzada del árbitro, porque la patada en la cara la recibió el azul fuera del área. Le bastaba con cobrar un tiro libre, pero como la tenía en contra de nosotros, cobró penal y encima expulsó al blanco. Pero se lo atajamos. ¡Jo, jo, jo! Tuvimos que jugar con dos hombres menos... Tendría que haberse vestido de azul el árbitro. ¡Qué vendido! Además nos anuló un gol hermoso, ¡de “chilena”! El blanco estaba perfectamente habilitado porque se pasó a dos defensas ¡después que la pelota había salido hacia él! Pero el árbitro y el guardalíneas se hicieron los tontos y dijeron que el delantero del Rapid estaba en posición prohibida y lo anularon... Igual les ganamos tres a dos. ¿Qué tal? Tenemos un goleador africano que es una estrella. Se mandó dos de los tres goles que hicimos. Entre paréntesis: a ese chico se le pasó la mano de tanto broncearse, se le puso todo el cuerpo negro, vanidoso el muchacho, ¿no?... El entrenador contrario es un idiota, cuando nos empataron sacó dos delanteros, puso dos nuevos defensas y se cerraron atrás como señoritas miedosas, a hacer tiempo porque el empate les convenía. Pero cuando el africano se mandó el bombazo desde tres cuartos de cancha y le hizo un gol de “globo” al arquero, que estaba adelantado, faltaban sólo cuatro minutos para el final. Ahí el entrenador quería morirse. ¡Jo, jo, jo! Ahora lloraba por tener en la cancha de nuevo a los delanteros que había mandado a la banca. Hay cada entrenador con la cabeza llena de guakaka... ¡Jo, jo, jo! ¡OH, PERDÓN!...

Yo tenía la boca abierta: ¡Krato se había aprendido todo el reglamento del fútbol! Hasta el complicado reglamento de la “posición fuera de juego”, que a mí me había costado tanto comprender, él lo había entendido simplemente mirando un partido...

-Cuando algo nos gusta de verdad, el cerebro trabaja mejor porque entregamos toda

nuestra atención, y la atención es algo muy poderoso, Pedro. Además, este viejo no tiene un pelo de tonto... Lástima que no ponga su atención en cosas más importantes...

-¡El fútbol es muy hermoso, Ami! En Kía hay deportes parecidos, pero nada como esto.

-A mí también me gusta mucho -dije-, pero cuando hay juego sucio me dan ganas de irme a otra parte. No me gusta la brutalidad.

-Ese deporte me parece viril, fuerte, pero no brutal, “Betro”, comparado con otros deportes que vi en esa pantalla, como ése en el que un tipo se enfrenta a una bestia enorme, de cuernos pavorosos... La engaña con un paño rojo y la bestia sigue de largo.

¡Jo, jo, jo! Esos cuernos pasan a centímetros del tipo... Hay que tener valor... Pero al

pobre animal le hacen ¡de todo! Y después lo matan a sangre fría... Eso sí que es brutal.

-Tienes razón, Krato -dijo Ami-. Al animal le clavan banderillas, pequeños cuchillos que lo van desangrando poco a poco, para que se debilite. Y con el balanceo se van abriendo más las heridas, produciéndole un dolor terrible que lo hace enfurecer. ¿Te imaginas ir corriendo con largas navajas que se bambolean clavadas en tu espalda? Hasta el montañés parecía impresionado.

-Tienes razón, Ami. También pude ver otro deporte de este mundo que me pareció muy salvaje.

-¿A qué te refieres?

-Dos tipos se agarraban a golpes hasta que uno caía al suelo medio muerto...

-Ah, eso es el boxeo. Muchos han caído muertos de verdad... Otros quedan mal de la cabeza... -dije.

-Esos deportes dejan un mal ejemplo y, además, generan vibraciones muy bajas - intervino Ami-. Los enardecidos y violentos sentimientos de los espectadores se transforman en vibraciones mentales que llegan a toda la ciudad, y que los demás pueden percibir, aunque sea inconscientemente, y como esas vibraciones son “magnéticas”, provocan o inducen en los demás las mismas vibraciones, es decir, pensamientos y sentimientos del mismo tipo, y así se va empantanando vibratoriamente el mundo... que es justamente lo que le conviene al Tirano...

Krato intervino:

-Por eso me gustó el fútbol. ¡Eso sí que es un deporte! Yo recordé las patadas que pude ver y dije:

-Pero también se pone bastante sucio a veces...

-¡Sucios fueron los azules! -protestó Krato, culpando sólo al equipo contrario al de sus simpatías.

-¿Podrían hablar de algo más provechoso? -preguntó Ami, un poco molesto ya.

-¿Qué es ese paquete que traes ahí, “Betro”?

-Ah, es un pastel.

-Déjame probar un pedazo. Mmm. Chomp... ¡Puaf! Esto es dulce. ¿Todo lo que ustedes comen tiene que ser dulce?

-No todo, sólo las cosas más ricas... -dije, para molestarlo.

-Ese pastel lo preparó para nosotros la abuelita de Pedro... Krato...

-... Ah... Pero está delicioso... Chomp, chomp... ¿Le diste mis saludos?

-¿Eh? Ah, sí.

-¿Y qué dijo?

-Este... que gracias... Ojalá Goro esté más ablandado, Ami.

-No estás siendo completamente sincero, Pedrito. Quien oculta la verdad, también miente.

-No, Ami, sinceramente deseo que Goro esté más ablandado...

-Eres hábil para cambiar de tema, igual que ya sabes quien...

-Está bien... Mi abuela dijo que muchas gracias.

-Eso ya lo dijiste... ¿Y nada más, “Betro”?

-Ah, sí, también te mandó saludos... Qué ganas tengo de ver a Vinka...

-¿Y nada más, “Betro”?

-Nada más... Hace un poco de calor aquí...

-Pedrooo -dijo Ami con un tono reprensivo.

-Ah, sí, le dijo a Ami que respete los semáforos... Ja, ja. ¿PUEDO AHORA HABLAR DE VINKA?...

Ami se puso a reír.

-Estos no evolucionados... Qué terriblemente difícil se les hace decir toda la verdad...

-YA LA DIJE, AMI, YA LA DIJE.

Me estaba alterando.

-Más o menos; es decir, más menos que más.

-LE DIJE TODO LO QUE ELLA HABLÓ, AMI, BASTA YA, POR FAVOR...

-Sólo se te olvidó decir que manifestó un gran respeto y admiración por el autor del pergamino. También ocultaste su emoción cuando ella se enteró de que Krato le enviaba sus saludos, y tampoco mencionaste que ella lo invitó a su casa, y que dijo que iba a comprar el tipo de bebida que a Krato le gusta para atenderlo cuando la visite.

-¿Todo eso?... Qué hermosa viejita... ¿Por qué lo ocultabas, “Betro?

-NO OCULTABA NADA, NO TENGO UNA MEMORIA DE ELEFANTE, BASTA YA DE PERSECUCIONES.

Krato estaba confundido.

-¿Qué le pasa a este niño, Ami?

-Está celoso, Krato. Es un poco posesivo y egoísta en asuntos sentimentales...

-Ahhhhhh...

-¡¿QUÉ?!... ¿CELOSO YO, CELOSO YO... POR MI ABUELA? JA, JA, JA, JA. A MÍ ME INTERESA VINKA...

-Sí, Vinka como compañera, y tu abuelita como abuela -dijo Ami.

-ESO, ESO, NO VEO DÓNDE ESTÁ EL PECADO TAN TERRIBLE.

-Como abuela... pero para ti solo... No la quieres compartir con nadie más. Estás dispuesto a cerrarle toda posibilidad para ella misma con tal de tenerla únicamente para ti. Casi no te importa la felicidad de ella, sino sólo la tuya, Pedro.

Igual que en el viaje anterior, cuando me señaló algunos defectos míos que yo no había visto, caí desplomado sobre mi asiento, pero ahora fue distinto. Esta vez comprendí claramente que Ami tenía razón y no me oculté la verdad a mí mismo, como antes. Ahora, Ami no fue para mí un injusto ni un canalla ni un calumniador, sino un amigo que era capaz de conocerme mejor que yo mismo, mostrándome que yo era un egoísta que quería a mi abuela sólo para mí, sin importarme realmente ella, su propia vida personal. Cerré los ojos, creo que tenía las mejillas rojas de vergüenza. Decidí no decir nada durante unos largos momentos, hasta restablecerme.

Capítulo 8: Un buen psiquiatra

-Oh, llegamos a Kía, niño de los cohetes.

-Sí, pero algo raro sucede, Krato.

-¿Qué pasa?

-Que Vinka no está en el patio... Esto me huele mal. Pegué un salto.

-¿Vamos a mirar al interior de su casa, Ami! -exclamé.

-Sí, ahí está la vivienda, en la pantalla... Mmm ¡No hay nadie en casa!

-¿Qué vamos a hacer, Ami, adónde podemos ir a buscarla? -pregunté, con el corazón angustiado.

-Fácil. Ingreso su código en la computadora y listo. Ahí está.

Apareció Vinka. Estaba tendida en una camilla con los ojos cerrados. Un terri vestido de blanco, sentado junto a ella le hablaba:

-Todo lo que escribiste es fantasía

-Todo lo que escribí es fantasía -repetía ella como una autómata.

-La están hipnotizando... ¡LA ESTÁN HIPNOTIZANDO! -exclamó Ami, bastante alterado.

-¡Oh, no, la llevaron a la PP! -dijo Krato. Sentí que el mundo se me venía encima.

-No, no es la PP; es un consultorio psiquiátrico. ¡Quieren que olvide todo!

-¡Sácala de allí entonces! -Yo estaba desesperado al ver lo que sucedía con mi amada.

-Lánzale un rayo mortal al terri sarnoso ése -dijo Krato muy enojado.

-Esperen, esperen, calma. Voy a conectar mi mente con la de ella, pero a un nivel más elevado.

-Bueno, hazlo de una vez -dije muy inquieto.

Ami se levantó. Caminó hacia el recinto posterior de la nave y dijo:

-Esto tengo que hacerlo en la sala de meditación. Serán sólo unos pocos minutos. Mantengan la calma y no dejen de mirar esa pantalla para que luego me informen.

-¿Tiene aparatos electrónicos allí? -me preguntó Krato cuando quedamos solos.

-No. Va a concentrarse mentalmente, algo así. Escuchemos.

-Todo lo que escribiste es fantasía.

-Todo lo que escribí es fantasía.

-¿Quién es Pedro, Vinka?

-Pedro es mi alma gemela..

-¡Eso Vinka, muy bien! -dije.

-No, no, él no existe en la realidad. Ese personaje es el alma gemela de la protagonista, de Lona, pero tú eres Vinka, no eres Lona.

-Yo soy Vinka, no soy Lona.

-Muy bien. ¿Quién es Pedro, Vinka?

-Es el alma gemela de Lona.

-Perfecto. Ya comprendes que Ami es un personaje ficticio.

-¡Ficticio tu tío! -exclamó enojado Krato.

-Comprendo que Ami es un personaje ficticio.

-Bravo. ¿Quién es Ami, Vinka?

-Ami es un personaje ficticio.

-Magnífico. Ya comprendes que todo lo que escribiste es fantasía.

-Comprendo que todo lo que escribí es fantasía.

-Ahora vas a olvidar todo lo que imaginaste haber vivido fuera de Kía. ¿Comprendes?

-Comprendo.

-¡Se va a olvidar de mí, de Krato, me va a borrar de su memoria! -dije, desesperado.

-No, no se olvidará, Pedro -dijo Ami al llegar-. Logré establecer una comunicación con su mente y bloquear las sugestiones del psiquiatra. Ahora ella va a seguirle el juego para que él crea que le está obedeciendo, pero no olvidará nada, porque ahora está consciente, aunque simule estar hipnotizada.

-¿Seguro que funcionará? -pregunté.

-Absolutamente, Pedro. Vinka acaba de comunicarme telepáticamente que Goro ordenó esto para tratar de alejarnos a nosotros de su vida. Le dijo al doctor terri, que es amigo de la familia y conoce los libros de Vinka, que ella pasa por un estado de confusión en el que cree haber vivido realmente sus historias, y le pidió que la hipnotice para hacerla “entrar en la realidad”. Pero vamos a darle una sorpresa al médico.

Tomó los controles, digitó algo sobre el tablero y dijo:

-Magnífico, tenemos autorización para hacernos visibles.

De inmediato fuimos trasladados automáticamente y aparecimos frente a una ventana de un edificio, en un décimo piso. Detrás de los cristales se alcanzaban a ver las figuras del doctor y Vinka.

-No existen las naves extrakianas -estaba diciendo el terri.

-No existen las naves extrakianas -repetía Vinka. Ami hizo la nave visible, lanzó una fuerte luz hacia la ventana, cosa que hizo mirar al médico y, según indicaciones de nuestro amigo, comenzamos los tres a saludarlo muy sonrientes desde pocos metros de distancia...

-No... existen... los... sí existen... existen... existen -murmuraba fuera de sí el psiquiatra

mirándonos fijamente. Ante sus ojos había una nave espacial, un alegre swama y dos especímenes extrañísimos para él: Ami y yo...

Los sorprendidos transeúntes comenzaban a arremolinarse en la calle mirando hacia arriba. Después, la nave se hizo invisible, luego visible, luego invisible. El terri no quiso saber más, despertó a Vinka y le preguntó:

-¿Quién es Ami?

El niño del espacio tomó el micrófono, lanzó su voz de manera que llegase muy débil al interior del oído de Vinka y dijo:

-”Dile que Ami es ese niño blanco a quien él acaba de ver por la ventana”.

-Ami es ese niño de blanco al que usted acaba de ver por la ventana...

-¡Entonces todo es verdad!

-Sí, doctor, y la hipnosis no puede nada contra la verdad.

Ami volvió a hablar por el micrófono y le dijo a Vinka que le explicase todo lo que estaba sucediendo, son sinceridad. Mucho tiempo estuvo ella contándole la historia al médico, el que escuchaba cada vez con mayor interés. Cuando el relato llegó a su fin, el profesional tomó una decisión:

-Entonces Goro me mintió... Te ayudaré, Vinka. Lo haré porque en esa nave está el motivo de tu afecto, y la ciencia ya sabe que eso lo necesitamos para nuestra salud: el afecto.

-El Amor -precisó Vinka -porque el Amor es Dios.

-Hum... Decir amor... decir dios... -pronunció esas palabras como con asco.

-Son sinónimos, doctor. Amor y Dios es lo mismo, es por eso que lo que más necesitamos es Amor, es decir, Dios.

-En el terreno científico esas palabras no se usan, Vinka, no son bien vistas. Uno puede perder todo su prestigio hablando de... eso... Decir afecto es mejor que usar ese término tan... sensiblero.

-¡¿Amor una palabra sensiblera?! ¡Se trata de Dios!

-¡Y dale con eso! Te haré una pregunta, Vinka: ¿El hambre es Dios?

-No. Claro que no. ¿Por?

-Porque el hambre y el amor son simples necesidades biológicas. Sentimos hambre para no morir de inanición, y sentimos amor para proteger a nuestras crías, para protección de la especia, nada más. Lo necesitamos porque nos produce la sensación de protección, de seguridad y valoración, y porque debemos reproducirnos, pero eso es todo. También sentimos odio y agresividad, y eso también es para protección de la especie, así que si es por hacer comparaciones ridículas, tan absurdo es decir que el amor es Dios como decir que el hambre es Dios o que la agresividad es Dios, o que el odio es Dios. No podemos afirmar cosas sin fundamentos comprobables.

Ami pareció sentirse triste.

-Cuando un alma jamás ha sido iluminada por el Amor, para ella no pasa de ser un concepto abstracto, o si no algo comparable a un vulgar sentimiento instintivo, como el apego, e por eso que para ese doctor es igual el hambre, la agresividad, el odio y el Amor.

Vinka comprendió que el terri tenía unas coordenadas mentales muy diferentes a las suyas.

-¿Y para referirse a Dios, qué término utilizan ustedes?

-Ah, no. De eso no se habla porque no tiene rigor científico. Eso, según mi criterio, queda para la gente supersticiosa e ignorante...

Vinka y yo quedamos muy sorprendidos al escuchar aquellas palabras del terri.

-¡¿Es feo para los científicos hablar de Dios?!

-Claro. Eso es algo que no está comprobado.

-Para mí está perfectamente comprobado que Dios existe -dijo Vinka. El doctor sonrió divertido.

-Ah, ¿si? ¿Qué pruebas existen, según tú?

-Yo -respondió ella.

-¿Cómo? No te entiendo.

-Dios existe. Yo soy la prueba.

La cara del psiquiatra mostraba un gesto de confusión.

-¿Ve usted ese cuadro en la pared, doctor? -Ella señaló hacia una pintura que representaba unas frutas.

-Sí... ¿Y?

-Ese cuadro es la prueba de que hay un pintor que lo realizó. ¿No?

-Puede ser... ¿Y?

-Yo no me inventé esta mano ni estas uñas ni esta voz; por eso, yo soy la prueba de que una inteligencia creadora superior existe. ¿No les basta con eso a los científicos como prueba? ¿No les basta con las estrellas y las galaxias, con el color de los mares y el aroma de las flores? ¿No les basta con su propia inteligencia para deducir que una inteligencia mayor les puso esa capacidad en sus cabecitas?

Me pareció que ella le estaba dando una lección magistral, y sentí mucho orgullo. Pero a pesar de eso, el doctor de Kía tenía una sonrisa burlona y cínica que lo hacía ver más feo que de costumbre.

Ami nos explicó:

-Ella está utilizando la mentalidad analógica, mientras que el terri sólo utiliza su mente lógica.

-¿Mentalidad qué?

-Olvídenlo, no tenemos tiempo para explicaciones. Vinka continuaba hablando.

-¿No les sirve el Amor a los científicos como prueba de la existencia de Dios?

El terri seguía con su sonrisita sarcástica y su cara de malo, como quien escucha hablar a un idiota. Después pareció impacientarse un poco y dijo:

-La verdad es que es muy lindo “filosofar” y hablar acerca de “arreglar el mundo”.

¡Toda una “poetisa” esta chica! je, je. Yo también hago poemas en mis horas libres, je, je... Pero tus tíos están esperando allá afuera y tus amigos también. Veamos; este caso es terriblemente irregular, como tantas cosas que están sucediendo últimamente, pero debemos aceptarlo, por eso te voy a ayudar. Aunque parezca una verdadera locura, una verdadera locura -dijo riéndose nuevamente.

Vinka y todos nosotros estábamos llenos de esperanza.

-Entonces va a convencer a tío Goro para que me dije ir a la Tierra. ¿Verdad?

-Yo no he dicho eso, Vinka. Dije que iba a ayudarte, pero soy un médico, y eso significa que mi trabajo es proteger la vida de mis pacientes, además, soy un ciudadano respetuoso de las leyes. Primero debo comprobar que tu partida a otro mundo será beneficiosa para ti. Tengo que estudiar el caso con cuidado, consultar con expertos en educación infantil, redactar un informe para presentarlo ante la Comisión Nacional de la Infancia, solicitar la autorización de los juzgados competentes...

Nuestros rostros se iban ensombreciendo a medida que él hablaba.

-Tendríamos que ver si el ambiente social y biológico de la Tierra sería favorable para ti, para lo cual tendríamos que establecer relaciones oficiales a nivel de autoridades, para que permitan a nuestros expertos estudiar las condiciones ambientales, y siempre que los entendidos consideren que establecer contacto con la civilización terrestre no va a representar una amenaza para la nuestra; y tampoco sabemos si tu amiguito va a colaborar con ese posible acercamiento... No será fácil, sobre todo porque el tema VEP, vida extraplanetaria, está vigilado por las autoridades de nuestro país, una comisión de la PP maneja el tema y tiene el deber de informar al servicio de inteligencia del país más poderoso de Kía. Ya sabemos que los agentes de la PP no son muy amistosos ni comunicativos, y que tienen sistemas “especiales” para silenciar lo que no desean que se conozca en esta materia... Por algo será... sus buenas razones tendrán... Es por eso que quienes intentan abordar esa temática cuentan con grandes obstáculos para el desarrollo de sus labores. No, no será fácil, pero es el único camino correcto: el camino legal.

Con esas palabras, el futuro hermoso se me estaba viniendo abajo.

-Ese psiquiatra está loco, Ami, es un burócrata, está pensando en complicarlo todo -dijo Krato muy preocupado. El niño de blanco está de acuerdo.

-Tienes razón, si llega a comunicar el caso a las autoridades de Kía, pobre Vinka...

-Y pobre Pedrito -dije yo con el alma en un hilo.

-¿Quiere ayudarme o hundirme? -le preguntó Vinka con angustia en el rostro.

-Ayudarte, naturalmente, soy un médico.

-Entonces hable con tío Goro y listo. ¿Para qué enredarlo todo?

-No, Vinka, yo no hablo más con Goro porque me mintió. Yo no puedo hablar con un mentiroso. Soy un hombre amante de la corrección. No puedo ir en contra de mis principios. Me engañó al decirme que todo era una fantasía tuya, cuando en realidad él sabía muy bien que no era así. Ya no puede ser más mi amigo. Y por otro lado debo comunicar a las autoridades este caso, es mi deber como ciudadano respetuoso de las leyes y preocupado por la seguridad de su patria, de su raya y de su civilización.

-¡Este ser tiene la cabeza más dura que el mismo Goro! -exclamó Ami visiblemente molesto-. No puede darse cuenta de que está ante realidades superiores y, como es habitual en el pensamiento terri, en lugar de actuar con humildad en intentar aprender algo, trata de rebajar lo superior a su propio nivel e imponer sus reglamentos. Ese tipo mandaría preso a un ángel si se encontrara con uno de ellos sin visa ni pasaporte... En realidad no le interesa otra protección que la de sus propios esquemas mentales, de su ego, pero nada en él pasa por su corazón ni por su sensibilidad, porque no la tiene.

-Van a pasar eones de tiempo antes de que se convierta en swama -dijo Krato.

-Puede ser, pero saber eso no nos ayuda en anda... Miren, va a llamar por teléfono...

-¿Con la Central de la Policía Política?

Al escuchar aquello, Vinka, muy angustiada, puso el dedo sobre el gancho del aparato, cortando la comunicación. El terri la miró incrédulo, horrorosamente ofendido.

-¡¿Qué estás haciendo, swama insolente, irrespetuosa?!

-¿Y qué va a hacer usted, delatarme, entregarme a la PP?

-Naturalmente, es lo que le corresponde hacer a un hombre respetuoso de las leyes y preocupado por la seguridad de su patria, de su raza y de su civilización.

-¡Parece un disco rayado el tipo ése! -exclamó Krato muy enojado.

-¿Es ésa su manera de acercarme al amor que necesito para mi salud mental y mi felicidad?

-Por supuesto. Las autoridades, los expertos sabrán qué es lo que te conviene más, y ahora déjame llamar a la PP, swama muerta de hambre.

Ami estaba casi alterado.

-Muy científico será, muchos conocimientos ha adquirido, pero no deja de ser medio bestia todavía...

-¡Tienes que hacer algo, Ami! -exclamamos Krato y yo.

-¡AYÚDAME, AMI, TÍO GORO, AUXILIO! -estaba gritando Vinka. Goro escuchó aquello y trató de ingresar al consultorio, pero un cerrojo estaba echado, entonces se puso a golpear la puerta con furia.

Yo estaba pasando por los momentos más espantosos de mi vida al observar impotente

el sufrimiento y el peligro en el que Vinka se encontraba. Krato tenía ganas de asesinar al psiquiatra. No puedo reproducir aquí lo que gritaba hacia la pantalla del monitor.

-Calma, amigos, calma -decía Ami mientras operaba aceleradamente algunos comandos y botones del tablero. Sus manos se movían a una velocidad incalculable, como en una película en cámara rápida. Se escuchaba un zumbido. ¡Inclusive salía un poco de humo de sus manos! pero en esos momentos me pareció algo normal, dada la gravedad de la situación. Sólo mucho tiempo después recordé aquel detalle que evidenciaba otra de las maravillosas capacidades de Ami: podía realizar movimientos físicos a altísima velocidad.

El psiquiatra intentó llamar nuevamente por teléfono, pero Vinka se colgó de su brazo y le pegó un fuerte y prolongado mordisco en un dedo, cosa que hizo gritar de dolor al corpulento terri, pero luego se deshizo de ella lanzándola enfurecido contra la puerta. El golpe le hizo perder el conocimiento. Los tíos de Vinka escucharon aquel golpe y se desesperaron todavía más, queriendo echar abajo la puerta.

-Por suerte no fue un golpe grave para ella -dijo Ami, tranquilizándonos un poco.

Yo, en medio de mi dolor interior, esperaba que aquello dejaría tranquilo al terri, pero no; mostraba los grandes dientes igual que un gorila ciego de furia y se fue hacia el cuerpo de mi amada con los puños serrados y todos los músculos tensos, como un mastodonte dispuesto a matarla a golpes.

-Los terris tienen muy bloqueados los sentimientos, por eso tienen muy poco control sobre sus instintos animales -dijo Ami mientras operaba el tablero-. Si no lo detengo la va a matar.

En esos momentos observé con alivio maravilloso que el terri quedaba como paralizado o congelado.

-¡Qué bueno, Ami! ¿Qué hiciste, lo hipnotizaste a distancia?

-No, con la urgencia del caso no habría podido concentrarme de la manera necesaria, así que no tuve más remedio que lanzarle un rayo paralizante.

-¡Espectacular, niño intergaláctico! ¿Cuánto le durará el efecto?

-Ese rayo estará activado hasta que yo lo corte. El problema es que el avistamiento que produjimos atrajo a la PP. Siempre van a los lugares en los que se reportan esos sucesos, y ya vienen subiendo, atraídos, además, por Goro, que está desesperado tratando de derribar la puerta del consultorio. No tenemos tiempo para nada más que rescatar a Vinka.

Se levantó y se encaminó hacia la puerta de la nave, que estaba abriéndose, dejando ver un túnel de luz verde que atravesaba la dura pared del edificio y comunicaba directamente con el interior del consultorio. Por allí, por ese haz de luz caminó Ami, como si se tratase de algo sólido, hasta ingresar al recinto del psiquiatra paralizado, pero con un aspecto impresionante, aterrorizador; parecía una verdadera bestia dispuesta a matar.

La PP había llegado y los hombres trataban de derribar la puerta. Mientras tanto, Ami se paró frente al gigantesco terri. Trató de quedar cerca de su rostro, pero la diferencia de estatura era abismal. Entonces simplemente se elevó en el aire hasta quedar a la misma altura.

-¡Guak! ¡Ese niño es capaz de volar, “Betro”!...

-Entre otras cosas, Krato...

Ami miró intensamente al terri mientras le apoyaba un pequeño aparato en la nuca y murmuraba cosas cerca de sus orejas. Comprendí que, igual que en el caso de los dos policías en su primera visita, estaba hipnotizándolo, tal vez para que no recordase nada, pero no supe para qué era aquel aparato, porque antes no usó nada más que su fuerza mental.

La puerta estaba cediendo ante los fuertes golpes. Ami descendió suavemente, tomó a Vinka entre sus brazos y la levantó con facilidad, a pesar de la diferencia de estatura, evidenciando una gran fuerza física -y ése fue otro hecho que me sorprendió sólo mucho más tarde- y se encaminó con ella de regreso por el túnel de luz verde. Una vez en la nave la depositó con delicadeza sobre la alfombra mientras yo corría a atenderla. Ami fue hacia los controles. El rayo desapareció y la puerta de la nave se cerró. Simultáneamente, la del consultorio se vino abajo mientras varios terris vestidos de negro ingresaban al lugar. También en ese mismo instante el psiquiatra recuperaba el movimiento y se abalanzaba en contra de lo primero que vio enfrente de él, es decir, los hombres de la PP, mucho más corpulentos que él mismo...

-Todavía no se le pasa el envión de violencia homicida, y ahora recibirá el “bumerang” el pobre -explicó Ami con cierta lástima.

El terri cayó al piso bajo una lluvia de experimentados y certeros golpes.... Pocos instantes después era conducido esposado hacia la salida mientras vociferaba en demanda de explicaciones. Goro y Clorka también fueron llevados hacia fuera. Ellos, de igual forma se desgañitaban exigiendo recuperar a Vinka. Mientras tanto, otros hombres se quedaban examinando minuciosamente el consultorio, tomando muestras de todo lo que veían, mirando de vez en cuando hacia la ventana, el lugar preciso del avistamiento, pero no podían vernos porque nuestro vehículo espacial estaba invisible.

-Todo se complicó, Ami, por culpa del idiota del psiquiatra ése -se quejaba Krato.

-Y de Goro en primer lugar -precisó Ami-, pero ni uno ni el otro podían hacer algo distinto a lo que hicieron, porque así son los terris, es por eso que la computadora dijo mi-po-si-ble. No será fácil esto.

Yo trataba de reconfortar a Vinka que, para mi alegría, comenzaba a recuperar el conocimiento.

-Ahora todo va a depender de las declaraciones de Goro y Clorka ante la PP -dijo Ami, tomando los controles, entonces la nave partió a gran velocidad.

-Y de las declaraciones del psiquiatra terri también -opinó Krato.

-No, él ya no cuenta para nada porque olvidó para siempre la existencia de su ex amigo, Goro, y de todo lo que tenga que ver con él, Vinka y nosotros incluidos, gracias al pequeño tratamiento al que lo sometí: amnesia parcial definitiva, para eso era el pequeño aparato que puse en su cuello.

-¡Guak! ¡Jo, jo, jo!

Vinka ya estaba repuesta, reconfortada con mi cariño. Tenía un pequeño chichón en la nuca, pero nada más. Le expliqué lo sucedido.

-¡Tienes que proteger a mis tíos, Ami!

-Vamos a hacer todo lo que podamos, Vinka, y para eso justamente estamos yendo a pedir ayuda.

-¿Adónde, Ami?

-A un lugar muy especial.

SEGUNDA PARTE

Capítulo 9: SHAYA-SALIM

Nuestra nave se dirigía hacia una zona montañosa del planeta Kía, mientras Ami hablaba con alguien por un micrófono. Después puso rumbo directo hacia una gran montaña. Nuestra velocidad era terrible, la mole de piedra se nos venía encima… ¡pero Ami no hacía nada por frenar!...

-¡Vamos a chocar! –gritó Vinka muy alarmada. Krato estaba igual.

-¡Detén este infierno… no quiero morir tan joven… ¡Jo, jo, jo!

-No tengan temor, no les sucederá nada. Vamos a ingresar al interior de esa montaña.

El desastre era ya inevitable, en pocos segundos nos estrellaríamos contra la rocosa ladera. Los tres cerramos los ojos y nos protegimos inútilmente con un brazo delante de nuestras caras… Pero no sucedió nada. Lo que vi tras las ventanas me dejó mudo de sorpresa.

-Hemos llegado a la ciudad de Shaya-Salim –estaba diciendo Ami con mucho entusiasmo.

Nuestro vehículo estaba ahora detenido, posado plácidamente sobre una gran pista en la

que también había una gran variedad de naves espaciales. Al fondo, a lo lejos, se veían grandes construcciones de arquitectura futurista, parecidas a aquellas que vi en los mundos evolucionados en mis viajes anteriores. Multitud de pequeñas naves transparentes surcaban lentamente los cielos de la ciudad en todos los sentidos.

No pude comprender qué estaba sucediendo. ¡Aquello era una ciudad perteneciente a una civilización avanzada, pero en Kía, un mundo no evolucionado…

-¡Esto no es Kía! –exclamó Vinka llena de sorpresa.

-Claro que no –intervino Krato-. Parece que con el choque contra la montaña desencarnamos y vinimos a parar al otro mundo, al más allá… ¡Jo, jo, jo!

El viejo no perdía su humor ni siquiera ante la posibilidad de estar muerto…

-No hemos chocado contra nada, Krato. Pasamos a través de esas rocas y luego ingresamos a esta base, que está oculta debajo de la montaña, muy abajo. Esta es una base intraterrena, o más bien, “intrakiana”. Ingresamos a ella por uno de los puntos autorizados, pero elevando la frecuencia vibratoria de esta nave, por supuesto, para pasar a través de la materia sólida.

Yo, muy sorprendido, miré hacia arriba pensando que ya que estábamos debajo de una montaña, arriba tendrían que verse negras rocas en lugar de cielo, pero no. Afuera se veía un hermoso cielo color celeste, igual como si no estuviésemos al aire libre, y un maravilloso, sol…

-No es cielo, Pedro; es una cúpula artificial en la que se proyecta la imagen del cielo allá

arriba. Si afuera está nublado, aquí se ven esas nubes. Si está despejado, aquí también. Y de noche es exactamente igual. Pero aquí dentro no estamos expuestos como allá afuera, sino protegidos bajo una gruesa capa de roca…

Me pareció alarmante pensar que el “cielo” de pesada roca podría venírsenos encima…

-¿Protegidos?... –dijo Vinka, bastante inquieta. Krato tampoco se veía muy tranquilo, miraba hacia arriba con cierto temor. Ami, en cambio, se divertía a costilla nuestra.

-Otra vez asustados. Están pensando que la montaña podría sepultarnos, claro. Pero deben saber que el material que se emplea como cúpula, para contener un posible derrumbe y para proyectar la imagen del cielo exterior, tiene varios kilómetros de superficie, y un metro de espesor. ¿Ahora están más tranquilos?

-¡Un metro! ¡Eso se va a romper! –dijimos los tres muertos de miedo, mientras Ami

simplemente se reía de nosotros.

---Pero no se pre-ocupen tanto. Ni siquiera una de vuestras primitivas, groseras y dañinas bombas atómicas podría penetrar ni un milímetro en ese material. Por otro lado, una cúpula de forma ovoide es una de las estructuras más resistentes de la naturaleza.

¿Trataron alguna vez de romper un huevo apretándolo por las puntas?

-Yo sí, pero no pude –dije.

-Aquí estamos mucho más seguros que allá afuera.

-¿Por qué?

-Porque no nos afectan ni los temporales ni el granizo ni la temperatura, que aquí se regula automáticamente. Aquí no llega la parte nociva de los rayos del sol, ni otras radiaciones que también son molestas. Tampoco llegan los peligrosos aerolitos ni los tornados ni los huracanes; además, los terris ni siquiera sospechan que esta base existe…

Vinka, ya más tranquila, preguntó lo que nos tenía llenos de curiosidad a los tres:

-¿Qué lugar es éste? ¿Cómo es posible que exista una ciudad llena de naves espaciales de otros mundos en mi propio planeta?

-Bases o pequeñas ciudades como ésta existen en todos los mundos en donde hay vida humana, ya sean seres evolucionados o no…

-¿En la Tierra también hay una ciudad como ésta? –pregunté con curiosidad imponente.

-No una, Pedrito, sino varias…

Antes de que Ami pudiera explicarrne más, algo espantoso apareció tras los vidrios: parados en la pista, frente a nuestra nave, dos gigantescos terris nos observaban… Al verlos, Vinka no pudo evitar gritar:

-¡Terris, Ami, terris!

Mientras tanto, Krato se rascaba la cabeza sin comprender nada. Ami continuaba sereno y de muy buen humor.

-Sí, Vinka, son terris, pero terris amigos. A ellos les pedí ayuda para el problema que tenemos. Han venido a ayudarnos. Vamos, salgamos afuera para saludarlos.

-Yo les espero aquí… -dije, sin muchas ganas de acercarme a aquellos monstruos…, aunque se veían amables y sonrientes. Por otro lado, no me cuadraba el hecho de ver a primitivos terris adentro de una ciudad de extraterrestres altamente evolucionados, oculta en territorio de Kía.

Mientras se levantaba de su asiento, Ami explicó:

-Estos terris no son verdaderos terris, sino seres pertenecientes a una civilización superior. Estos amigos fueron sometidos a transformaciones físicas para parecer terris y poder trabajar en la incivilizada Kía, pero no son terris de verdad.

Aquello nos tranquilizó definitivamente. Luego, Ami nos hizo entrar a los tres al

“baño”, él también lo hizo.

-Aquí se eliminan los gérmenes que tenemos en la piel y ropas, y también adentro de nuestros cuerpos, debido a que podrían causar problemas y enfermedades en esta base. Y ésa es otra razón por la cual vale la pena vivir en el interior en lugar del exterior: los ecosistemas quedan más protegidos y son más controlables. Si ustedes pudieran ver la enorme variedad de bichos microscópicos que los rodean por todas partes allá afuera… Cuando estuvimos listos salimos a encontrarnos con los peludos amigos. Fue todo un espectáculo ver al diminuto de Ami saludando alegre a aquellos gigantes, quienes también parecían muy alegres por el encuentro. Los terris demostraban un afecto muy especial por nuestro pequeño amiguito. Éste nos presentó, explicándoles quiénes éramos y qué hacíamos allí, pero ellos no nos estrecharon la mano. Extendieron la derecha a la altura del hombro, con la palma hacia nosotros, y luego se la llevaron al corazón.

Eran muy extraños, sobre todo porque sus miradas y sonrisas irradiaban bondad, sabiduría y alegría, pero al mismo tiempo, con esos pelos y dientes inmensos se veían bastante peligrosos, casi animalescos. Me pareció que algo no concordaba y que los verdaderos terris podrían descubrirlos.

-Tú puedes darte cuenta, Pedro, pero los terris no tienen tu sensibilidad, ellos no ven ni sabiduría ni bondad detrás de una mirada, ellos ven simplemente ojos, así que nuestros amigos no corren peligro.

-No es tan fácil como tú crees –explicó sonriente uno de ellos a Ami-. No es demasiado

fácil mantenerse aquí. Ya sabes que los terris sufren de súbitos e incontrolables arranques de ira, y como son un poco paranoicos, muy a menudo algún alto funcionario suele sentirse perseguido y manda a liquidar a algún “sospechoso” de rango menor… No es fácil este servicio, y menos cuando se trabaja en la PP, y menos todavía en el área VEP, investigación de la vida extraplanetaria. Eso es un nido de víboras… Pero para nosotros es un hermoso e interesante desafío este trabajo..

-Nuestros amigos son asesores del Gobierno en la investigación extraplanetaria –explicó Ami riendo-, pertenecen a la temible PP, aunque están de nuestro lado.

-La verdad es que estamos infiltrados. Somos espías –aclaró el otro con el mismo buen

humor.

Sentí un profundo respeto y una gran admiración por ellos. Allí me pareció comprender que mi servicio y el de Vinka, escribir libros, era un fácil y cómodo juego de niños comparado con lo que ellos hacían. Habían decidido servir en el núcleo mismo de la violencia y del peligro, en la Policía Política, aceptando el riesgo de un trabajo plagado de trampas.

-Y rodeados de las vibraciones mentales y afectivas más bajas y densas –aclaró Ami al percibir mis pensamientos-. Pero no subestimen vuestro propio servicio, chicos; ustedes tampoco viven en medio de ángeles y santos. Vuestros libros colaboran en la creación de un mundo luminoso y fraterno, con un enfoque espiritual y no material, un mundo sin divisiones de ningún tipo, y eso es todo lo contrario a lo que el Tirano desearía. No es bueno para él que esas ideas se difundan mucho…

Aquello nos llenó de temor a Vinka y a mí.

-¿Quieres decir entonces que estamos en la lista negra de “Drácula”? –pregunté espantado. Ami y los terris se rieron al escucharme. El niño de blanco explicó:

-Todo aquel que quiera hacer algo realmente bueno para la humanidad, algo que tienda a elevar el nivel de felicidad en el mundo, está en la “lista negra” del Tirano, naturalmente. Si el servicio no tuviera sus riesgos, abundarían los “servidores”, pero no es así, lamentablemente.

Consideré que Ami tenía razón. No es mucha la gente que está dispuesta a ir en contra

de la corriente, aunque esa corriente lleve al precipicio…

-Pero no teman. El Tirano es una fuerza negativa en los planos sutiles, es cierto, pero allí no hay solamente oscuridad, chicos, allí también están las fuerzas de la Luz, del Amor, y ya saben cuál es la mayor fuerza del Universo. ¿No?

-Ah, claro. Menos mal…

-Es por eso que ustedes están muy protegidos en todo momento. Y por otro lado, para el Tirano, ustedes son simples “mosquitos molestosos”, y él está demasiado ocupado en asuntos de grandes capitales, de grandes partidas de droga, del fomento de guerras y rivalidades, de intentos de corrupción de autoridades, de engaños masivos a grandes contingentes humanos, etcétera. En cambio estos dos amigos sí que están en medio del peligro, y no tienen ningún temor porque saben mucho mejor que ustedes con qué clase de protección cuentan.

-Ustedes son unos campeones, muchachos –les dijo Krato con entusiasmo-. Además somos colegas, porque yo fui espía del ejército malumbo en medio de los rostas, durante la guerra de Mundania. Vamos a celebrar este encuentro con una buena copa, chicos, vamos a intercambiar anécdotas de guerra.

-¿Un swama en la guerra? –dijo incrédulo uno de los gigantes.

-Ahora soy swama, pero antes fui terri. Era más alto y corpulento que ustedes. Me decían “el Terror de Mundania”. ¡Jo, jo, jo! Además, a mucha honra para ustedes, soy el primer transformado viviente de este mundo. Vamos a celebrar eso.

-¿Estuviste en la guerra de Mundania, Krato? –preguntó Vinka.

-Claro, princesa, fui conocido como “el Centauro de los Páramos”. Quienes se encontraban conmigo tenían el buen sentido de apartarse respetuosos. Pero algunos imprudentes no lo hicieron… El infierno está lleno de ellos, ¡Jo, jo, jo!

-Entonces eres terriblemente viejo. La guerra de Mundania fue casi en la prehistoria… No sabía que quedaba alguien vivo de esa guerra.

-Pero yo era apenas un muchacho. Me decían “el Niño Peligro”. ¡Jo, jo, jo! Ami pareció impacientarse.

-Deja ya de contar mentiras, Krato, tu bisabuelo era demasiado joven cuando ocurrió

esa guerra. Recuerda que no tenemos tiempo que perder, los tíos de Vinka están detenidos en la PP y debemos ayudarlos. Si no actuamos rápido las cosas podrían complicarse mucho.

De pronto, un vehículo transparente llegó volando y vino a posarse frente a nosotros. Nadie lo manejaba, pero comprendí que allí existía un alto grado de tecnología y automatización. Una de sus puertas se abrió sola levantándose, como invitándonos a pasar. Krato fue a husmear, a buscar al invisible conductor de aquel vehículo.

-No te escondas, sé que estás por ahí…

-Déjate de tonterías y entra allí de una vez. Vamos, Vinka, Pedro, adentro. Iremos a conversar con nuestros amables amigos en un lugar apropiado.

-Junto a una buena copa, claro –dijo esperanzado Krato.

-No hay alcohol en Shaya-Salim –manifestó sonriendo uno de los falsos terris mientras ingresaba al vehículo.

-¿No hay alcohol aquí?... entonces éste es el lugar más aburrido de toda Kía… ¿Y cómo hacen para alegrar el corazón?

-Nosotros siempre estamos contentos, pero a veces el Íntimo nos pone pruebas para que perfeccionemos nuestras almas, entonces usamos otros métodos para fortalecer el ánimo: ejercicios respiratorios, meditación y contacto con el que mora en el interior de cada ser –explicó mientras el vehículo se ponía en marcha y levantaba suavemente el vuelo.

Krato se impresionó:

-Sí, se nota que, a pesar de sus pelos, este amigo no es terri.

El vehículo transparente se dirigió volando a baja altura y poca velocidad hacia el centro de aquella pequeña ciudad subterránea llamada Shaya-Salim, enclave de civilizaciones evolucionadas del interior del planeta Kía.

Desde lo alto, el lugar se veía tranquilo. Se parecía mucho a Ofir, pero en un espacio reducido. Igual que en todos los lugares evolucionados, la mayor parte de los vehículos que se desplazaban por el lugar lo hacían por el aire.

Allí predominaba una especie humana de orejas como las de los swamas, pero sus

individuos no tenían la piel rosada, sino de un color oliváceo. Sus cabellos y ojos también eran más oscuros, y de estatura eran tan altos como los terris. No tenían pelos en el cuerpo.

-Nosotros, originalmente pertenecemos a esa raza que predomina aquí –aclararon los espías amigos.

También había unas cuantas personas de otras especies, y todos se trataban cordialmente. Eso me hizo pensar que una de las características de un mayor nivel evolutivo consiste en la disminución de las divisiones, separaciones, prejuicios, fronteras, desconfianzas, temores y agresiones. Ami estaba atento.

-Así es, Pedro. A medida que crece nuestra conciencia, a medida que vamos

comprendiendo mejor la vida van dejando de importarnos tanto las diferencias exteriores entre unos y otros, vamos siendo cada vez más capaces de ver lo interior, lo que nos une, y así vamos poco a poco aprendiendo el hermoso arte de abrir nuestro corazones.

Yo miré al gigantesco terri que estaba sentado junto a mí, y que tenía un olor algo extraño, parecido al de un oso en un zoológico que visité alguna vez, pero traté de ver más allá de esa mole de músculos, dientes y pelos que me causaba un temor instintivo. Hice un pequeño esfuerzo para mirarlo de otra forma, como si él fuera un buen amigo mío, y lo conseguí por unos segundos. Entonces sentí que su olor no era desagradable, y me recordó el de un querido perrito que tuve hace mucho tiempo. Él captó algo, porque se volvió hacia mí entregándome todo su afecto en una mirada luminosa y en una sonrisa muy suave, dándome un delicado y cariñoso apretón en la rodilla. Entonces comprendí una vez más que el amor supera todas las barreras externas e ilusorias que dividen a los seres.

-Porque todos los seres son creación y manifestación de Dios Amor, Pedrito. Todos tenemos el mismo origen y el mismo destino.

-Incluso los terris –dijo riendo un terri.

Krato aprovechó la ocasión para salir con otra de sus payasadas:

-Sí, pero a los terris los hizo Dios un día que había bebido más de la cuenta. Cuando se le pasó creó a los swama. ¡Jo, jo, jo!

-Ja –dijo Ami, evidenciando que esa broma no había sido de su gusto. Vinka quiso cambiar de tema:

-No se ve demasiada actividad en esta ciudad… El terri que estaba junto a mí explicó:

-La mayor parte de las instalaciones de este lugar está bajo tierra, pero, en realidad, esto no es exactamente una ciudad, sino más bien, una estación de trabajo, una base. Todos los que viven aquí son profesionales en alguna área específica.

-¿Y cuál es el propósito de esta base? –pregunté mientras descendíamos sobre un edificio que tenía un gran estacionamiento para naves aéreas en su parte superior.

-Aquí, la Confraternidad de Mundos Evolucionados realiza tareas destinadas a

supervisar el desarrollo social de este planeta, cosa que está a cargo de la civilización a la que pertenecen nuestros amigos aquí presentes, y que cuneta con la colaboración de especialistas provenientes de otras civilizaciones, de lugares muy variados y distantes, pero de planetas de características similares a las de éste, es decir, con una fuerza de gravedad similar, una atmósfera constituida de oxígeno y una o más especies humanas de estructuras orgánicas basadas en el carbono y el agua.

-¿No todas las civilizaciones espaciales son así, Ami?

-Claro que no, Pedro. Hay especies inteligentes que viven como los peces de este mundo, en el agua.

-¿Y tienen cuerpos como los nuestros?

-No. Nuestros cuerpos son para habitar fuera del agua, sobre tierra, por eso tenemos piernas y no aletas ni branquias. Además, nuestra forma física no es apropiada para avanzar bajo las aguas, porque opone mucha resistencia; en cambio la de los peces, sí.

-¡Entonces hay seres inteligentes con cuerpos raros!...

-Bueno, ellos dirían que eres tú quien tiene un cuerpo muy extraño… ¡Ja, ja, ja!

-Pero antes tú dijiste que el modelo humano es universal: cabeza, tronco y extremidades…

Ami volvió a reír al hacer recuerdos:

-Aquel era nuestro primer encuentro, y tú estabas lleno de miedo pensando en “monstruos invasores”, ¿recuerdas? Así que no quise asustarte mucho, teniendo en cuenta tu “racismo visual”… y sólo te hablé acerca del modelo humano de mundos como el tuyo, el de Vinka y Krato, el mío, Ofir y los mundos de las personas que ves por aquí. Pero aparte de eso hay muuuuucho más en el Universo. La vida emerge incluso en las condiciones más aparentemente desfavorables, y las formas físicas corresponden a las que mejor sirvan para vivir en un medio ambiente determinado. En fin, en el Universo hay de todo, pero a nosotros debe bastarnos con conocer por ahora aquello que está más cerca nuestro.

Bajamos del vehículo e ingresamos en un ascensor cercano. Uno de los terris dio órdenes habladas y la puerta se cerró, luego nos pusimos en movimiento, después volvió a abrirse en un pasillo, salimos y entramos en un pequeño salón que tenía una larga mesa ovalada y unas diez sillas a su alrededor. La superficie era como de mármol rosado y tenía varias láminas rectangulares frente a cada puesto. Supuse que serían monitores de algo así como video o computación. De fondo había un gran ventanal que daba contra las rocas mientras mar adentro se divisaban goletas pesqueras, y más allá aparecía un pueblito costero. Aquello podía perfectamente haber sido un paisaje de mi mundo, pero no estábamos en él, además, nos encontrábamos debajo de una montaña, y el mar estaba muy lejos…

En mi viaje anterior yo había visto un ventanal semejante en la nave del Comandante que dirige todo el “plan de ayuda” a mi planeta, y que proyectaba imágenes de su mundo de origen. Era un sistema parecido al de la televisión en colores, pero tan real que se hacía imposible para mí diferenciarlo de una ventana común. Aquí pude ver que una embarcación se acercaba hacia nosotros, es decir, hacia el lugar desde donde se estaba filmando. Cuando la goleta estuvo más cerca distinguí que sus ocupantes eran swamas pescadores.

-¿Cómo es posible que podamos ver el mar desde un ventanal que está adentro de una montaña? –preguntó Krato muy intrigado. Vinka le explicó el sistema. Él quedó impresionado y sólo dijo “guak”.

-Bien, sentémonos –dijo uno de los terris. Así lo hicimos. El otro tomó la palabra:

-Los tíos de esta chica están detenidos porque se investiga su relación con el avistamiento de una nave que la raptó. Y el doctor amigo de la familia también será interrogado, aunque no recordará nada. Para él, jamás conoció a un hombre llamado Goro, casado con una swama y tío de una niña de la misma raza. Veamos cómo van las cosas.

Con un peludo dedo tocó la lámina-monitor de TV que estaba frente a él, y se encendieron todas las demás. Aparecieron unos signos que ya no me eran tan extraños, pude reconocer la escritura del idioma de la Confraternidad. Supuse que aquello sería un menú con muchas opciones, pero el gigante, en lugar de oprimir botones, simplemente iba dando instrucciones habladas al monitor.

En las pantallas apareció un gran edificio rodeado de jardines y circundado por un alto y

grueso muro con puestos de vigilancia y guardias armados.

-Aquí está la central de la PP –explicó el terri. Luego la imagen mostró un descenso en picada y nos internamos en el interior del edificio. Como en algunos juegos de video, la imagen avanzaba, doblaba a derecha o izquierda según los movimientos que hacía el falso terri poniendo un dedo sobre unas flechas y otros controles que había en la misma pantalla. Así fuimos recorriendo toda la PP, observando descaradamente lo que sucedía en el interior del organismo “más secreto” del país de Vinka.. Al final, en las pantallas apareció un terri que se veía bastante más gordo y horripilante que los demás. Su pelaje era de un verde sucio muy oscuro, sin cepillado ni brillo, un tanto grasoso y pegoteado… Yo pensé que debía oler a demonios…

-Eres muy intuitivo –dijo Ami, riendo alegre.

-Ése es Tonk, nuestro director. Vamos a ver grabaciones de lo que él ha estado haciendo y hablando durante ésta última hora, para ponernos al día.

Así comprendí que la Confraternidad puede espiar a mucha gente…

Mientras el terri avanzaba y retrocedía las imágenes, atento a lo que el Director de la PP había escuchado y dicho durante los últimos minutos, Ami nos explicó:

-No podemos descuidar las decisiones que los terris tomen en áreas importantes para la evolución de Kía.

Me pareció que, a pesar de todo, ese tipo de espionaje violaba la independencia y libertad en aquel mundo. Ami se dio cuenta de lo que yo estaba pensando y decidió explicarnos un tema complejo:

-No olvides que tenemos bases llenas de gente en estos mundos, y podrían ser afectadas o destruidas si nos descuidamos, así que debemos vigilarlos. También te dije que no podemos permitir que una civilización violenta se apodere de conocimientos que le permitan producir un descalabro cósmico. ¿Recuerdas?

Los terris sonrieron antes mi pregunta. Ami dijo:

-Si estas bases no existieran, vuestras civilizaciones tampoco…

Pensé que quiso decir que si ellos no nos supervisaran, nosotros ya hubiéramos destruido nuestros mundos, pero Ami, atento a mis pensamientos, dijo:

-Eso también, pero nuestra presencia en los mundos no evolucionados tiene una

importancia tan trascendental, que tú ni siquiera la podrías imaginar… Aquello avivó mi curiosidad, quise saber más.

-Pero ahora no tenemos tiempo para ese tipo de explicaciones. Más adelante sabrán todo. Paciencia.

El terri que operaba los monitores explicó:

Tonk no ha decidido nada con respecto a los prisioneros. Pidió consejo al ejército y a la Presidencia. Ahora está esperando órdenes superiores.

Las imágenes iban recorriendo todo el edificio de la PP. Al llegar a una puerta vigilada por dos guardias armados, el terri explicó:

-Aquí están las alas para los detenidos. Ahora vamos a buscar a nuestros amigos.

Atravesamos unos gruesos barrotes de acero y pasamos frente a las narices de los guardias, quienes no podían vernos. Continuamos avanzando y llegamos a un pasillo que tenía varias puertas a ambos lados. Fuimos ingresando en el interior de cada una. Estaban vacías en su mayoría, pero en otras había detenidos. En una de ellas, se encontraba solo y muy alterado el psiquiatra, lleno de magulladuras. Salimos nuevamente al pasillo y entramos en una habitación contigua. Allí estaban los tíos de Vinka. Ella suspiró aliviada al verlos. Aparentemente, se encontraban bien. Estaban sentados en un sillón. Sus rostros denotaban mucha inquietud. No había nadie más allí. Uno de los terris explicaba:

-Seguramente las autoridades superiores muy pronto van a decidir darle a este caso la categoría “Prioridad 1”, así que llegarán a buscarlos para llevarlos a los pabellones blindados. De allí no se sale tan fácil… No sin que tengamos que ir personalmente hasta allá y enfrentar a un enjambre de terris fuertemente armados… Éste es un bueno momento para trasladarlos hasta aquí.

-¡Trasladarlos hasta aquí! ¡¿Cómo?!- exclamé maravillado.

-La teletransportación no es difícil, niño –dijo uno de los terris sin prestarme mucha atención.

-¡Fantástico! –expresó feliz Vinka. Ami intervino:

-Hagámoslo entonces, pero antes deberíamos advertirles a través de un micrófono

direccional acerca de lo que les va a suceder.

-No podemos, recuerda que hay filmadoras en todos los calabozos.

-Ah, es cierto, no podremos explicarles nada porque cualquier cosa que digamos quedará grabada.

El terri nos aclaró otras cosas:

-Los tíos de esta chica no deben vernos cuando estén aquí, por eso nos ocultaremos muy pronto. Es una medida de seguridad inviolable para quienes no pertenecen a labores evolutivas.

Krato era bromista, pero no tonto, así que sacó una conclusión inmediatamente:

-Entonces yo también pertenezco a esas labores. ¡Jo, jo, jo!

-Seguro, Krato, o no te podría haber traído a este lugar. Por ahora no sabes nada acerca de tu futuro trabajo al servicio del Amor, pero ya llegará el momento.

Él nos miró con una divertida cara, levantando las cejas rápido varias veces, como diciendo “más respeto conmigo”…

Yo pensé que allí tendría que haber un error: Krato, un viejo campesino, bebedor y glotón, carnívoro, bastante mentiroso o bromista, ¿al servicio del Amor?... ¡Ja!

Ami percibió lo que yo pensaba y simplemente dijo:

-¿Qué sabe nadie acerca de lo que hay realmente lo más profundo del otro?... ¿Quién aquí conoce los tiempos evolutivos de cada cual?

Yo me ruboricé y no dije nada.

El terri continuó:

-Las personas ajenas al Plan Cósmico tampoco deben saber que estas bases subterráneas existen, no por ahora, así que ustedes no deberán decirles nada acerca de Shaya-Salim a esa pareja ni a nadie sin nuestra autorización. ¿Prometido?

Se dirigía a Vinka, Krato a mí.

-Por mi discreción en la guerra me decían “El Tumba”. ¡Jo, jo, jo! Prometido, no se preocupen.

-Prometido –dijimos también Vinka y yo.

-Bien. Primero tendremos que dormirlos y después trasladarlos. Vamos a la sala de teletransportación.

Capítulo 10: Delicados secretos

Salimos, caminamos por el pasillo e ingresamos en otra habitación llena de aparatos científicos. Ambos hombres accionaron controles e intercambiaron palabras técnicas. En una pantalla aparecieron los tíos de Vinka.

-Listos para la fase de adormecimiento. Cayeron instantáneamente en un pesado sueño.

-Listos para la fase de teletransportación.

La pareja se materializó de pronto frente a nosotros, con sillón y todo, durmiendo como bebés. Vinka quiso ir a abrazarlos, pero Ami la detuvo:

-Debes esperar que nuestros amigos terminen su trabajo.

Los hombres peludos tomaron delicadamente a cada uno de ellos y los recostaron sobre sendas camillas con ruedas, luego procedieron a teletransportar el sillón de regreso a su lugar de origen, justo antes de que la puerta de aquel aposento de la PP se abriese, dejando entrar a varios terris, los que no ocultaron su furia al encontrarse su habitación vacía.

-Este sillón todavía está tibio… ¡Los malditos extrakianos acaban de teletransportarlos! Esos miserables son demasiado astutos…

Aquello me pareció muy extraño.

-Ami, esos terris saben perfectamente que usted pueden teletransportar a personas…

-Así es, Pedro, no es ésta la primera vez que tuvimos que recurrir a este método. Vinka también estaba confundida.

-Entonces nuestras autoridades no ignoran que ustedes existen…

-claro que no, Vinka. Ya sabes que fueron inmediatamente a investigar cuando se produjo e avistamiento frente a la ventana del psiquiatra.

-Yo pensaba que solamente investigaban, pero que no tenían ninguna prueba… ¿Por qué entonces en las declaraciones oficiales hacen como si no supieran nada, incluso se ríen de quienes creen?...

-Por que ocultan lo que saben acerca de nosotros, y lo hacen muy bien. Por eso entorpecen las investigaciones privadas y propalan noticias falsas en torno al tema con el fin de atemorizar y confundir.

-¡¿En serio, Ami?!

-Lamentablemente, así es.

-Yo no siquiera sospechaba que nuestras autoridades supiesen tanto acerca de ustedes…

-Pero podrías haberlo deducido, porque toda persona medianamente informada sabe que las autoridades se ocupan celosamente del tema, y apenas aparece algo interesante viajan al otro lado del mundo si es necesario. Luego, con la colaboración del ejército y la policía local cercan el lugar y sacan sus aparatos para tomar muestras, las que siempre quedan en secreto. Eso se sabe, igual que su negativa a revelar información. Si esas autoridades no tuviesen muy buenos conocimientos acerca del tema no se tomarían tantas molestias. Si de verdad creyesen que el asunto es sólo fantasía no invertirían tanto dinero en averiguar más de lo que saben ni en tratar de ocultar lo que ya saben. Eso podría deducirlo cualquiera que tenga ganas de informarse y pensar un poco.

-¿Y por qué ocultan lo que saben?

-Buena pregunta, pero te la responderé después. Ahora concentrémonos en el problema que tenemos frente a nuestras narices: Clorka y Goro.

Uno de los terris amigos dijo:

-Resumamos: le psiquiatra amigo del Goro no recuerda nada de esta historia. Para él, todo se reduce a que en un momento ingresaron unos gorilas en su consultorio y lo molieron a golpes. Muy pronto los agentes de la PP le preguntarán muchas cosas acerca de una nave espacial que apareció frente a su ventana, y el pobrecito no recordará nada. También le preguntarán acerca de su relación con Goro y Clorka, y él dirá que no sabe de quiénes le están hablando. Al final, luego de exprimirlo a fondo comprenderán que no sabe nada más y, si queda en buenas condiciones, lo dejarán en paz, aunque sospechen que nosotros borramos de su memoria algunos recuerdos, como lo hemos hecho tantas veces…

Ami aclaró ese punto:

-Ellos saben que si queremos podemos efectuar una extirpación definitiva de ciertas partes de la memoria, de una forma que ni el mejor hipnotismo podría reactivar, y eso fue lo que hice con el doctor. Con respecto a tus tíos, Vinka, cuando despierten sabremos cuánto alcanzaron a declarar ante la PP, y después veremos qué hacer…

Uno de los peludos amigos volvió a explicar:

-Repito: ellos no deben saber en qué lugar se encuentran. Nadie que no participe en el Plan debe saber por el momento que estas bases secretas existen realmente.

-¿Entonces no podremos escribirlo en nuestros libros? –pregunté.

-Eso es diferente, Pedro, porque se supone que allí es todo fantasía. Pero de todas maneras, al final de esta historia les diré qué pueden y qué no pueden poner en sus libros.

El terri continuó hablando:

-La idea es que nadie debe sospechar que nosotros dos pertenecemos a la Confraternidad, porque si lo hicieran sospecharían también que hay otros falsos terris en otras áreas gubernamentales, y como realmente los hay, eso sería un desastre.

El otro tomó la palabra.

-Ahora iremos todos a la sala de al lado. Allí los despertaremos.

Salimos. Los terris empujaban las camillas. Ingresamos en un pequeño y confortable salón. Allí había revistas, periódicos y, a un costado, una especie de cocinita en la que había jugos, frutas y galletas, todo lo cual entusiasmó a Krato:

-¿Estás seguro de que no hay alguna interesante botella por ahí?

-Sí que las hay, y contienen jugos de fruta, infusiones de hierbas sanas y agua pura, Krato. Puedes servirte lo que quieras….

-¡Puaf!

Los terris amigos acomodaron a la pareja sobre un sillón y luego uno de ellos nos dijo:

-Esta pareja no debe ver de pronto a Ami ni a Pedro, porque podrían aterrorizarse. Nunca antes habían visto a seres de otros mundos, pero eso, ustedes dos deben salir junto a nosotros de esta habitación, y también Krato. Sólo Vinka estará frente a ellos cuando despierten Nosotros estaremos atentos por los monitores.

El otro intervino:

-Ellos deben creer que se encuentran en un lugar cualquiera, en el campo concretamente. Con ese fin pondremos imágenes adecuadas en esa pantalla, que ahora tendrá la apariencia de ventana. Miren…

El hombre se refería a un negro rectángulo en una pared, el que se iluminó en ese

mismo instante debido a que el terri operó algo en un control remoto que tenía en su mano, y apareció un hermoso paisaje campestre, con aves volando, mariposas e insectos. Casi me pareció sentir los aromas de la naturaleza, pero pensé que era sólo mi imaginación, porque ya sabía que eso era simplemente una proyección.

-Son aromas reales, Pedro. Nuestras cámaras captan las imágenes y, si lo deseamos, también los aromas, y luego se puede reproducir todo.

-¡Qué fantástico!

Uno de los hombres comenzó a darle instrucciones a mi alma gemela:

-Cuando despierte, luego de calmarlos un poco deberás entregarles estos dos audífonos traductores y ayudarles a que se los pongan. Después les explicarás que las respuestas a sus preguntas se las darán tus amigos desde una habitación contigua. Y entonces todo quedará por nuestra cuenta. ¿Comprendido?

-Sí.

-Después, cuando estén preparados, ingresarán en esta habitación Ami, Pedro y Krato. Entonces, Ami deberá conducir la charla; ustedes, sigan sus instrucciones y no improvisen nada. No podemos cometer errores. No vayan a incurrir en ningún descuido que pueda complicar todavía más la situación. ¿Comprendido?

Dijimos que sí.

-Vamos, sígannos.

Nos retiramos dejando a mi compañera allí con la puerta cerrada por fuera. Volvimos a la habitación de los aparatos científicos y en una pantalla pudimos ver a Vinka y a sus tíos dormidos. Los terris comenzaron a trabajar.

-Ahora vamos a despertarlos. Prepárate, Vinka.

Ella escuchaba esa voz por unos invisibles parlantes.

-Estoy lista-. Y nosotros escuchábamos su voz por los parlantes de los monitores.

En el acto, los tíos de Vinka abrieron los ojos. Demostraron gran sorpresa al darse cuenta del súbito cambio de escenario, pero cuando vieron a Vinka, el cariño pudo más que la curiosidad. Se estrecharon los tres en un prolongado abrazo, lo cual me molestó un poco, porque si ese cariño fuese menor, Vinka no tendría tantos problemas para irse a la Tierra…

Ella procedió a ponerles los audífonos a las orejas a sus tíos.

-Esto es para que puedan comprender otros idiomas.

-¿Adónde estamos? ¿Cómo fue que de pronto cambió todo y apareciste tú?

-¡Estamos en el campo, Goro! –exclamó Clorka, contenta al observar por la ventana.

-Yo no puedo responder sus preguntas, pero mis amigos sí. Ellos están en una habitación aquí al lado, nos miran por una pantalla y podremos escuchar sus voces.

-Correcto. Buenas tardes, Goro, Clorka –dijo un terri por el micrófono.

-Ah, la intromisión nuevamente… -manifestó Goro con cara y tono hostil.

-Es necesario que ustedes conozcan a Ami. Él pertenece a otro mundo, por lo tanto, no tiene una apariencia conocida para ustedes. Él va a ingresar en ese salón junto con Pedro, que también es de un mundo diferente, y con Krato, un swama amigo de su hija.

¿No tendrán temor?

-¡Uy, sí! –exclamó Clorka, aferrándose a Goro.

-¡Bah! –dijo éste, haciendo como si aquello le importase un bledo.

-Entonces van para allá.

-¡Qué miedo!

-No temas, tía, mis amigos son muy buenos.

Un terri nos dijo que ya podíamos irnos, y el otro nos acompañó. Abrió la puerta y primero ingresó Ami.

-Bueno, permítanme presentarme. Yo soy el famoso Ami –dijo con una sonrisa alegre. Goro le echó una mirada poco amistosa y desconfiada. Clorka mostró asombro y algo de temor. El terri amigo me tocó un hombro y comprendí que era mi hora de presentarme.

-Mi nombre es Pedro y vengo del planeta Tierra –dije al ingresar. Enseguida vino Krato.

-Y yo me llamo Krato, ahora soy swama, pero antes fui terri. Soy el primer transformado viviente de este mundo.

Goro lo miró agresivamente.

-El primer traidor a nuestra especie, claro, con razón colaboras con los enemigos de Kía…

Krato se puso rojo de ira y apretó los puños mirando fijo al terri. Ami intervino rápidamente:

-Calma, calma. Hace unos minutos, ustedes estaban presos en la central de la PP, iban a ser interrogados a fondo por los agentes, pero nosotros, con nuestra avanzada tecnología, los sacamos de allí, los raptamos. Ahora se encuentran a salvo en un lugar seguro.

Goro no parecía comprender el asunto.

-Yo no tenía nada que ocultar, no veo por qué no nos dejaron en donde estábamos. Nos habrían interrogado y listo, a casa. Ahora seguramente estamos en calidad de prófugos de la justicia… Cada vez me gusta menos este asunto.

-Sólo queremos saber qué fue lo que alcanzaron a decir a los agentes de la PP –dijo

Ami.

-Nada, nos sacaron con la boca tapada, nos metieron en un vehículo y nos encapucharon. Cuando pudimos ver, nos encontrábamos en un sofá en una habitación cerrada. Allí estábamos y de pronto aparecimos aquí. Eso es todo.

Ami se entusiasmó visiblemente.

-¿Entonces no les preguntaron sus nombres, no les tomaron fotos ni huellas dactilares?

-No.

-Magnífico, parece que todavía no saben quiénes son ustedes…

-Pero mi amigo el psiquiatra les habrá contado…

-No se preocupen por eso. El doctor fue sometido por nosotros a un tratamiento de amnesia parcial definitiva. Ahora no recuerda haberlo conocido jamás a usted, olvidó para siempre que le pidió ayuda para que Vinka dejase de lado sus “fantasías”…

El terri instintivamente se sintió agredido, pero la transparente y serena mirada de Ami le transmitió paz, lo cual le permitió ver las cosas con mayor calma y claridad, tal vez por eso mismo se sintió motivado a dar una explicación:

-Bueno… Hice lo que pensé que sería lo mejor para ella… ¿Cómo voy a permitir que una niña tan pequeña, que está bajo mi responsabilidad, ande enredada con entidades de otros mundos?... ¿Cómo sé yo cuáles son las verdaderas intenciones que ustedes tienen?

–dijo mirándonos con sospecha.

-¿Y no leyó los libros de Vinka? Allí aparecen nuestras verdaderas intenciones.

-Sí, lo hice anoche, pero no soy un cándido bebé. Ustedes podrían estar utilizando a mi sobrina para difundir información falsa a través de esos libros…

-Para que la humanidad de Kía piense que somos inofensivos y buenos, cuando en realidad pertenecemos a una civilización perversa, ¿verdad?

-Bueno… Algo así…

A pesar de todo comprendí a Goro. Yo también tuve esa misma sospecha cuando conocí a Ami.

-Eso es paranoia pura. Si alguna civilización de ese tipo existiera no necesitaría tomarse tantas molestias… Si es por darle rienda suelta a los delirios de persecución y a la desconfianza… ¿No ha pensado que su esposa podría también estar fingiendo, esperando un descuido suyo para matarlo? Y que sus padres fingían ser inofensivos y buenos, cuando en realidad eran malignos? ¿Y no ha pensado lo mismo de sus amigos, de toda la gente que usted conoce?

-No, claro; yo conozco a mi familia y a mis amistades, pero a ustedes ¿quién los conoce?...

-Yo los conozco –me adelanté a decir inocentemente- y son buenos. El terri me miró con desconfianza y dijo:

-Tú eres otro de ellos, claro, eres un agente muy importante en esta conspiración en contra de nuestro mundo… Lograste seducir a Vinka… Vaya uno a saber qué clase de monstruo se oculta detrás de esa extraña apariencia de niño indefenso…

Me sentí demolido ante la espantosa sospecha de Goro. Mis mejillas se pusieron rojas, no supe qué decir. Creo que me dieron ganas de llorar, pero me contuve. Vinka exclamó:

-¡Tío Goro!... ¡Por favor!... –y vino a mi lado a tratar de aliviarme. Ami también lo hizo.

-Sí, Pedrito, no es fácil ser misionero entre gente no evolucionada, ante corazones tan cerrados, no es fácil soportar la sospecha, la desconfianza, el temor. Pero te diré un pequeño secreto para que puedas sobrellevar mejor estas situaciones-. Se acercó a mi oído y me dijo en voz baja: “Tienes que verlos como si fueran niños, porque en cierta forma lo son. No les tengas odio. Tú fuiste como ellos, y ahora estás más avanzado, pero que no sospechen que los consideras así, porque se enfurecerían”…

Sentí que Ami tenía razón. Traté de mirar a Goro de esa otra forma y al ver sus ojos que parecían echar fuego comprendí que lo único que había detrás de aquella mirada era simplemente temor; el miedo infundado le hacía ver todo negro, ponerse agresivo y perderse lo mejor de la vida. Mi resentimiento se transformó en compasión, en lástima, en comprensión.

Goro se puso de pie, impulsando a su mujer a hacer lo mismo. Tomó a Clorka por el hombro y a Vinka de la mano y dijo:

-Bueno, quiero volver a casa –y se dirigió hacia la puerta. Trató de abrirla. Cuando

comprendió que eso era imposible procedió a golpearla mientras gritaba:

-¡QUIERO VOLVER A CASAAAAA!

Yo pensé que aquel gorila muy pronto nos mataría a todos. Busqué algún lugar donde esconderme, pero no había ninguno… en esos momentos se escuchó una potente y autoritaria voz que provenía del altoparlante:

-CÁLMESE, SEÑOR GORO, NADIE VA A HACERLE DAÑO NI A USTED NI A SU FAMILIA. SI INTENTA CUALQUIER TIPO DE ACTITUD VIOLENTA TENDREMOS QUE UTILIZAR DE INMEDIATO NUESTRA TECNOLOGÍA PARA DETERNLO, Y ESO NO LE SERÁ AGRADABLE… ASÍ QUE REGRESE DE INMEDITO AL SILLÓN, SIÉNTESE Y RELÁJESE, PORQUE TODAVÍA TENEMOS QUE CONVERSAR CON USTED UN PAR DE ASUNTOS.

Al escuchar aquello, Goro comprendió que no se encontraba simplemente ante unos niños, una mujer y un viejo. Se calmó y resignadamente volvió al sillón.

-Bueno, aquí estoy.

Entonces Ami, en una actitud que me pareció temeraria, con una inocente sonrisa fue a sentarse junto a Goro. Éste, sorprendido, en actitud defensiva se apartó un poco. El niño de blanco le dijo:

-Me parece que usted ignora los métodos de investigación e interrogatorios de la PP.

-No soy tan tonto, todo el mundo sabe que con los subversivos, delincuentes y sospechosos son muy agresivos, pero yo no tengo nada que ocultar, soy un ciudadano respetable, atiendo una farmacia desde hace muchos años. Mi vida es transparente, así que conmigo no iban a actuar con rudeza.

Ami dirigió su vista hacia el techo:

-Eh, muchachos ¿Podemos ver imágenes del interrogatorio al psiquiatra amigo de Goro?

-SÍ, ESPEREN UN MOMENTO –respondió uno de los terris camuflados desde el altavoz.

Unos segundos más tarde se encendió un rectángulo en una pared, en donde antes no había nada. Allí comenzamos a presenciar el interrogatorio al que estaba siendo sometido el psiquiatra, que ahora se encontraba atado sobre una mesa metálica, mojado y completamente desnudo. La escena era tan violenta y cruel, que Vinka y Clorka tuvieron que mirar hacia otro lado. Goro, con los ojos muy abiertos se puso pálido y pidió que se apagase aquella pantalla. Así se hizo.

-Su amigo también es una persona respetable, y con un título universitario además, pero ante la PP, nada de eso cuenta, especialmente cuando se tata de seguirle la pista a civilizaciones más avanzadas del Universo.

-Bueno… es duro… pero es por nuestra protección –opinó Goro. Ami se volvió hacia mí:

-Querías saber por qué las autoridades ocultan lo que saben. Mi respuesta a Goro te lo explicará-. Luego se dirigió hacia el tío de Vinka: -Se equivoca, Goro. Ellos han sido informados acerca de nuestras verdaderas intenciones, que son simplemente educativas, formativas; pero son desconfiados y paranoicos, y no pueden creer que algo tan lindo pueda ser realidad. Para ellos, nada en el Universo podría ser mejor que ellos mismos, así que, igual que usted piensan que todo podría ser un engaño nuestro. Por otro lado, como ya tienen algunas evidencias de nuestra tecnología, no quieren que otros países posean esa información y se les adelanten en el camino hacia los recursos científicos que nosotros tenemos. Por eso no comparten con nadie lo que saben y dicen que nada de eso existe, pero secretamente buscan endemoniadamente hasta la menor pista.

Nosotros comenzábamos a comprender mejor la realidad.

-Su amigo va a pasarla muuuuy mal durante largo tiempo, Goro, y no se sabe si regresará alguna vez a su hogar, tampoco se sabe en qué condiciones… Porque esta temática es de primerísimo importancia para las autoridades del país más poderoso de Kía, y la PP de este país colabora estrechamente con ellos. Los servicios secretos de ese importante país tienen mucha más información que la PP. Eh, muchachos, proyecten imágenes del subterráneo del hangar que está bajo el desierto que ustedes ya saben… Muy pronto apareció de nuevo el rectángulo luminoso en la pared. Avanzamos por unos pasillos atestados de guardias armados, pasamos a través de una gruesa puerta, luego otro, otra y otra, y al final estuvimos en un gran aposento que parecía un museo de horrores. Allí, adentro de vitrinas conteniendo líquidos, vimos los cadáveres de varios tipos de humanoides. Algunos estaban congelados. Vimos restos de naves espaciales, libros o manuales con diversas escrituras, vestimentas, trajes de apariencia espacial y una enorme cantidad de restos de mecanismos averiados y aparatos extraños. Luego la pantalla fue apagada.

Goro se desplomó, ahora no había ninguna duda en él acerca de la realidad. Ami continuó:

-Nosotros no somos perfectos. A veces nuestras naves fallan, a veces tenemos accidentes mortales, a veces han capturado con vida a gente de nuestros mundos que sobrevivió a algún accidente y los han interrogado a fondo. Así se enteraron hace tiempo aquí en Kía acerca de nuestras intenciones civilizadoras, pero no pueden creer tanta maravilla, claro.

El tío de Vinka parecía muy confundido ahora.

-Analicemos su situación, Goro. Si la PP se entera de su identidad, no va a ser fácil que ustedes puedan volver a llevar una vida normal. ¿Se da cuenta de eso?

-Pero yo no he hecho nada..

-Puede ser, pero ellos no lo saben; sólo saben que usted podría ser una pista capaz de llevarles a saber más acerca de nosotros, así que si lo atrapan lo exprimirán sin asco hasta las últimas consecuencias, a usted, a su esposa y a su sobrinita… y podrían hacerle cosas malas a ellas para que usted hable lo que sabe, o cosas malas a ustedes para que ella entregue información…

Goro bajó la cabeza, caviló unos instantes y luego protestó:

-¡MI VIDA ESTÁ DESECHA… Y TODO POR CULPA DE USTEDES!

-Se equivoca, la culpa fue suya. Yo le advertí que guardase estricto silencio acerca de este asunto, pero usted no me hizo caso y metió a su amigo psiquiatra en este lío, y no con la verdad, sino con mentiras. Le hizo creer que eran sólo fantasías de Vinka, cuando usted ya sabía la realidad. Además, trató de violar la integridad emocional y psicológica de su sobrina mediante ese lavado de cerebro que su amigo le estaba haciendo. Usted nos obligó a intervenir para protegerla, y así las cosas se fueron complicando, apareció la PP y aquí estamos.

-El bumerang es el bumerang… -opinó Krato.

A pesar de las palabras de Ami, Goro no se sentía culpable de nada.

-¡USTEDES NO TENÍAN QUE HABERSE METIDO EN LA VIDA DE MI SOBRINA!

-Cálmese, Goro. Es al revés. Si leyó bien los libros de Vinka, entonces usted ya no ignora que ella vino a nacer en este mundo con la finalidad de realizar el trabajo literario que está haciendo. Es usted quien no tenía que haber puesto obstáculos en su labor ni en sus sentimientos.

Vinka vino hacia mí y nos abrazamos tiernamente, olvidándonos de todo lo demás. Cada vez que nos abrazábamos así se nos olvidaba el resto del mundo.

Al contemplar la escena, Clorka sacó su pañuelo, la emoción le humedeció los ojos.

-Es pequeñito… pero parece buen chico… -dijo, poniendo el dedo en mi “llaga”… Goro bajó nuevamente la cabeza y comenzó a sollozar diciendo:

-¡Yo sólo quería protegerla!... Tenían que haberme ido preparando poco a poco para aceptar tantas verdades nuevas, compréndanme.

Aquello me hizo emocionar a mí también. Vinka corrió hacia su tío y comenzó a acariciarle la cabeza. Ami le explicaba:

-Eso es lo que yo traté que sucediera, que usted fuese poco a poco comprendiendo la verdad, pero Vinka es muy impulsiva y metió la pata. Todo ha sido muy complicado en esta historia, pero no se desaliente, Goro, nuestros agentes amigos están averiguando cuánto saben acerca de ustedes en la PP, un poco de suerte y no saben nada, y luego, a casa, a su trabajo, a una vida normal.

Goro pareció reanimarse un poco, una pequeña luz brilló en su mirada.

-Es… ¿Es posible eso? ¿Cómo podemos saberlo?

-Eh, muchachos, ¿cómo va ese asunto?

-ESTÁN BUSCANDO HUELLAS DACTILARES EN EL CONSULTORIO, EN EL AUTOMÓVIL QUE LOS LLEVÓ A LA CENTRAL DE LA PP Y EN LA SALA EN DONDE ESTUVIERON ENCERRADOS.

-¿Y cómo es la ley de este país con respecto a las huellas? ¿Se las toman sólo a los delincuentes, como en los países más avanzados y respetuosos de sus ciudadanos?

-NO, AQUÍ SE LAS TOMAN A TODA LA GENTE CUANDO SACA

DOCUMENTOS, Y COMO SACAR DOCUMENTOS ES OBLIGATORIO, AQUÍ TODOS LOS CIUDADANOS ESTÁN FICHADOS…

-¡Rayos!

-¡Guak!

-¡Demonios!

-¡Cielos!

-PERO NUESTROS AGENTES YA BORRARON TODAS LAS HUELLAS.

-¡Viva! –exclamamos todos muy felices, excepto Goro, claro…

-DEFINITIVAMENTE, LA PP NO TIENE FORMA DE SABER DE QUIÉNES SE TRATABA.

Nosotros estallamos de júbilo y nos abrazábamos eufóricos, pero goro no mostró alegría, aunque estaba más sereno ahora. Abrazó a Clorka y a Vinka, inclusive sonrió por una fracción de segundo, y luego retomó su cada de vinagre habitual…

Capítulo 11: ROMANCE PRIMAVERAL

Nuestros amigos terris dijeron que ahora el mayor peligro para los tíos de Vinka consistía en que son una pareja terri-swama, eso era un antecedente muy valioso para los investigadores, porque aminoraba mucho la búsqueda. Lo primero que la PP iba a hacer era buscar en los archivos del Registro Civil a todos los matrimonios de ese tipo, para luego investigarlos a fondo, y si llegaban a relacionar a la niña que escribe libros de naves espaciales con aquel matrimonio… ¡ay!. Pero los hombres infiltrados manifestaron que acababan de hacer borrar temporalmente de las computadores del Registro Civil los datos de los tíos de Vinka, hasta que la investigación hubiese pasado. Eso lo hicieron mediante la ayuda de otros agentes que trabajaban en esa área.

Allí la pesadilla terminó todos tan felices. Pero de pronto, Goro y Clorka volvieron a quedarse dormidos. Entonces escuchamos nuevamente la vos de nuestros amigos en los parlantes:

-Cuando estén fuera de esta base volveremos a despertarlos.

Luego se abrió la puerta y aparecieron los terris ante nosotros, subieron a la pareja en las camillas y nos ayudaron a llevarlas a la nave. Cuando los tuvieron instalados en sendos sillones de la sala de comandos nos despedimos, agradeciéndoles por su valiosa ayuda. Ellos descendieron y partimos hacia la casa de Vinka, atravesando nuevamente la montaña de roca como si fuese humo.

Apenas salimos de Shaya-Salim, los tíos fueron despertados. Ami no les dio mayores explicaciones ni ellos las pidieron. La novedad de encontrarse de pronto en una nave espacial pudo más.

Clorka se emocionó en su primer viaje en “ovni” y no se despegó de las ventanas, pero Goro dijo que eso era igual que andar en avión y no se interesó en mirar hacia fuera… Qué tipo tan sin gracia, su niño interior estaba completamente muerto, se perdió los alegres y divertidos vuelos rasantes que Ami hizo por entre montañas y valles, y las vistas por debajo del mar, en donde nos zambullimos.

-Si dejan de perder el tiempo estaremos más rápido en casa –fue su único comentario al ver un grupo de simpáticos delfines jugueteando alegres frente a nuestras ventanas…

Poco tiempo después estábamos los seis, Ami, Vinka, Clorka, Goro, Krato y yo cómodamente instalados conversando en el salón de los tíos de mi alma gemela, mientras la nave esperaba invisible y solitaria sobre la casa.

Goro y Clorka se enteraron de las historias que Vinka y yo vivimos junto a Ami, llegando hasta la última aventura en busca del permiso para que se pudiese ir a vivir a la Tierra. Pero cabeza dura es cabeza dura, a pesar de todo…

-Está bien, está bien. Acepto algunas cosas que me han mostrado: la vida espacial más avanzada tecnológicamente, la desconfianza de nuestras autoridades y el interés por esa tecnología y por evitar que otros países se apoderen de ella. Lo otro, el famoso amor y todo lo demás, eso es discutible… Pero está bien. Haré como si me tragara esa píldora, porque hasta Clorka ya parece estar en mi contra… Lo que no entiendo es por qué estos niños no pueden esperar unos años, hasta que sean adultos, aunque sean “almas gemelas” (usó un tonito sarcástico), si esa ridiculez fuera realidad.

-¿Te gustaría a ti ver a tía Clorka sólo un día al año? –le preguntó Vinka.

-Bueno… no, claro… Pero eso es diferente, nosotros somos adult… Bien, entonces lo máximo que puedo llegar a tolerar, y forzando mucho mis principios, es que este diminuto y débil niño (y dale con remover la herida) se venga a vivir con nosotros durante sus vacaciones, y siempre que se le haga un tratamiento para que parezca terri o swama, con esa extraña tecnología que ustedes dicen poseer, porque con esas ridículas orejas redondeadas y esos ojos y cabello oscuro… Yo le pondría una cama en el cuarto que utilizo como taller en el fondo del patio para que él duerma allí esos días, y cuidando que jamás queden solos. Yo soy un hombre respetuoso de la moral y las buenas costumbres.

No me gustó tanta desconfianza.

-Lamentablemente –intervino Ami –nuestro tiempo y nuestra tecnología no están al servicio del turismo o el romance interespacial. Cada vez que las Autoridades Galácticas me han permitido contactarme con ellos ha sido por motivos pedagógicos, todo enmarcado dentro de un Plan elaborado en niveles muy por sobre mí, y que tiene que ver con necesidades evolutivas planetarias, no particulares de tipo sentimental. Aunque yo quisiera, no se me permitiría andar de celestina acarreando enamorados por las estrellas…

Saber eso me hizo comprender mejor que el futuro de mi relación sentimental con Vinka contaba con muy poca protección desde “arriba”. Allá, sólo importaba la vida planetaria, según pensé.

-Tengo muy poco tiempo para mostrarles algunas cosas que ellos y sus lectores deben conocer, y de paso, vemos cómo solucionamos sus lastimeros problemas de separación, pero este último asunto no pertenece al Plan, eso es algo privado.

-¿A las Autoridades que inventaron ese Plan no les importa el sufrimiento nuestro? – preguntó Vinka con gesto de incredulidad, sorpresa y burla-. ¿Nos hacen conocernos, enamorarnos, escribir libros y luego nos tiran por ahí, indiferentes a nuestros corazones rotos?

Ami estaba mucho más sereno.

-Lo que sucede es que las Autoridades saben que inevitablemente ustedes dos están destinados a encontrarse, ya sea en esta vida o en otra. Para ellos, que viven en planos muy cercanos a la eternidad, una vida equivale a lo que para nosotros sería una semana.

-Pero deberían ponerse a nuestro nivel y considerar nuestra propia visión del tiempo, si es que son tan “elevados”… -dije con ironía.

-Ellos también saben que el apego y la impaciencia son contrarias a la sabiduría, y también la falta de respeto –agregándome mirándome directamente en forma muy seria, haciéndome sentir mal.

-Está bien, pido disculpas. Él continuó:

-Y los servidores, como ustedes, se supone que tienen una mayor conciencia de los

planos eternos, un mayor desapego y una mayor paciencia. El problema es que ustedes son todavía niños, por eso no han alcanzado todavía un mayor contacto con vuestro ser interior, pero ya lo harán, y entonces verán que el ser interior es paciente, sabio, comprensivo y sensible. Esa misma sensibilidad superior le permite entrar en contacto con su alma gemela, a pesar de las distancias y del tiempo… Pero a ustedes no les basta con eso…

-Claro que no, porque yo estoy muy lejos de mi ser interior, Ami –dije, un tanto molesto-, y por eso necesito tener a Vinka CERCA.

-¡Y yo también a Pedro! –me secundó ella.

-Por eso justamente estamos intentando ablandar el corazón de tu tío –dijo Ami. Todos miramos a Goro para hacerlo sentir culpable, pero él se puso a la defensiva.

-Quítense de una vez por todas la idea de que yo voy a autorizar a Vinka para que se vaya por ahí a otro mundo sin mi vigilancia. Mientras no sea mayor de edad, olvídenlo, y no hay nada más que hablar. Ya hice demasiado al ofrecer que este niño venga aquí en sus vacaciones. Si eso no se puede hacer, no es asunto mío, yo hice lo que pude, y me lavo las manos como Talikis. Y ahora quisiera ir a descansar. Estos dos días han sido los peores de mi vida, y ya es tarde. Anda a acostarte a tu cuarto, Vinka. Se termina aquí esta historia de locos. Ustedes, desaparezcan definitivamente de mi vida. Ya me han metido en bastantes problemas y peligros con las autoridades como para seguir arriesgando mi pellejo con la visita de entidades espaciales por mi casa. Buenas noches, señores, ha sido un gusto. ¡Hasta nunca más!

Yo me alteré con esas duras palabras, me desesperé en realidad. Ami también estaba contrariado, aunque procuraba parecer amable..

-Espere, Goro, aparte del problema sentimental, yo todavía necesito llevar a Vinka y a Pedro a que conozcan algunos lugares. Todavía falta la principal información que ellos deben poner en sus libros. ¿Puedo pasar a buscarla mañana temprano? Se la traigo de regreso al anochecer…

-dije que esta historia termina aquí, ¡Y AQUÍ TERMINA! ¡ADIOS! A dormir, Vinka. Ella me lanzó una mirada desgarrada mientras era conducida a la fuerza por su tío hacia su habitación. Yo sentí que el alma se me partía en dos. Ami me pidió que me calmase, dijo que en la nave buscaríamos alguna solución, y nos empujó suavemente para ingresar al rayo de luz amarilla que se acababa de encender en medio del salón. Por ese rayo habíamos llegado desde la nave a esa sala. Por allí volvimos, atravesando el techo, hacia la nave, invisible sobre la casa.

-Qué tipo más descortés, ni siquiera nos invitó a una copa de nada, ni una miserable galletita –se quejó Krato-. Mmm. ¿Adónde quedó el pastel de tu abuelita, “Betro”? Aquí está… Chomp… chomp… Noh eghtá tahn mahl degpuég de todo. Crunch, crunch… Glop. Pero ya se acabó… Qué hambre…

-¿Y ahora? –le pregunté a Ami en forma casi acusadora. Él ya no parecía tan optimista.

-Vamos a mi cabaña y con el calor de un buen guiso y de unas buenas copas se nos alegrará el corazón –volvió a decir Krato, relamiéndose.

-¿Qué vamos a hacer ahora, Ami? –insistí.

Nunca antes había visto a un Ami tan poco alegre, tan desesperanzada, tan humano. Casi me arrepentí por presionarlo, pero mi cariño por Vinka y mi temor a perderla para siempre en esta vida fue superior a mis consideraciones hacia el pobre niño espacial.

-¡QUÉ VAMOS A HACER, AMI!

-¡QUÉ SÉ YO! –exclamó, definitivamente molesto, sentado en su sillón mirando hacia el piso.

Aquello me hizo correr un frío por la espalda. Comprendí que Ami no era Dios. Recordé que dijo que a veces tienen accidentes y que en ocasiones mueren en esos accidentes, y que a veces las cosas les salen mal, y ésta parecía que iba a ser una de esas veces… ¿qué solución podría haber? Ninguna. Goro era terco, inflexible, rígido, ya lo había advertido Ami, ya lo había dicho su computadora.

Krato intervino con una de sus ocurrencias:

-¿¡Y si matamos a Goro!? De seguro que tienes por ahí un rayo mortal… Lo pulverizamos y todos tan contentos…

Ami le lanzó una mirada demoledora y no dijo nada, no hizo falta, Krato pareció haberse reducido al tamaño de una hormiga. Pero poco después, Ami pareció haber tenido alguna buena idea. Se le iluminó el rostro y nos dijo:

-Con tanto ajetreo me estaba olvidando de lo que tenemos que hacer en este momento

para que las cosas se soluciones o mejoren… Sí, soy un torpe… Mi evolución no es mucha…

Lo taladramos con nuestras caras llenas de curiosidad y esperanza.

-¿Y qué tenemos que hacer, Ami?

-Pedirle a Dios que nos ayude, claro –dijo, tremendamente entusiasmado, pero Krato y yo no creíamos que eso fuese de verdad a solucionar las cosas y no se nos movió un pelo. Él comprendió que nuestra fe no estaba a la altura de la suya.

-Les diré algo, muchachos.

-¿Sí? –preguntamos, sin mucho entusiasmo.

-¡DIOS EXISTE! –dijo en voz alta, con gran seguridad y alegría.

-¿Y?

-Vamos a pedirle que nos ayude, claro.

-Bueh… -dijimos, como resignados ante un panorama poco divertido. Nos miró como si no nos comprendiese.

-Quiero decir que Dios es un ser… REAL…

-Ah.

-Que está aquí, AQUÍ, al tanto de lo que está sucediendo…

-Ah.

-hum –dijo Ami, un poco desilusionado al ver nuestra falta de entusiasmo-. Con razón en vuestros mundos tienen que meterles a Dios mediante el terror…

-¿Qué dices?

En esos momentos la nave comenzó a sacudirse.

-¡Los mecanismos están gallando! ¡VAMOS A CAER! –gritó Ami. Aquello nos llenó miedo.

-¡¿Y QUÉ PODEMOS HACER, AMI?! –le grité, sujetándome para no chocar con los instrumentos de a bordo.

-¡NADA… YA NO HAY NADA QUE HACER! –dijo, con cara de terror.

Comprendí que había llegado mi fin, porque estábamos a cientos de metros de altura y por las ventanas se veían pasar nubes a gran velocidad hacia arriba, indicando que caíamos… Otro accidente mortal de una nave extraterrestre… Entonces cerré los ojos y me puse a pedirle a Dios que mi final no fuese doloroso, que cuidase de Vinka y de mi abuela, y que nos hiciese nacer más cerca en la nueva vida.

Krato también oraba, pero en voz alta:

-Te pido que cuides de Trask y que alguien llegue a encargarse bien de mi huerta y… En esos momentos escuché unas risotadas. La nave había dejado de moverse. Abrí los ojos y vi a Ami muerto de risa mirándonos.

-¡Qué tremendo! Sólo ante el peligro de muerte se acuerdan de Dios…

Allí comprendimos que nunca hubo ningún peligro, que Ami provocó aquello para hacernos recordar al Creador.

-Tiene una conexión terror-Dios muy clara, pero cuando todo va bien ni se acuerdan de Él, y tampoco cuando tienen problemas un poco menores que la muerte… Comprendimos con claridad que él estaba en lo cierto.

-Bueno, aunque no estén en peligro de muerte, acérquense a Él unos momentos y pídanle que nos ayude. Les repito: DIOS EXISTE.

Ahora comprendimos mejor lo que quería decirnos.

Nos llevó a la salita de meditación ubicada en el recinto posterior. Allí había sólo una pequeña luz.

Krato y yo nos arrodillamos mientras Ami permanecía de pie concentrado.

Yo estaba pidiendo ayuda, y de pronto sentí en el pecho algo muy doloroso: el llanto de Vinka… ¡adentro de mi pecho! Y me llegó una imagen fugaz. Pude verla llorando a gritos en su cama, con Goro y clorka a su lado intentando consolarla. Me incorporé de inmediato.

-¡Ami, Vinka está llorando a gritos! ¡La vi, LA VI!

-Entonces de verdad lo está haciendo. Vamos a mirar por el monitor.

Salimos de la salita de meditación y fuimos corriendo al tablero de comandos. Ami encendió una pantalla. Efectivamente, parecía que le iba a dar un ataque. Clorka lloraba también sin saber qué hacer, y Goro tenía un rostro completamente desencajado, aterrorizado. Me pareció poder leer sus pensamientos, se debatía entre su sentido de lo que es correcto y el temor de que la niña se muriese o quedase loca para siempre.

-Eso es bueno –dijo Ami con una luz de esperanza en sus ojos-. Puede llegar a romper

la gruesa capa de durezas del corazón de Goro…

-¡Y también puede llegar a morir! –dije yo, desesperanzado.

-No, Pedrito, no se va a morir, aunque en estos momentos prefiera morir que perderte, pero es muy bueno que Goro se vea sometido a esas presiones que las durezas de su corazón le están acarreando.

-¡ESTÁ BIEN! ¡BASTA, VINKA! –gritó Goro. Ella se quedó inmóvil, igual que todos nosotros, luego se volvió hacia él con una mirada que le penetró hasta la raíz de cada pelo y de cada diente.

Un gran signo de interrogación, de esperanzada interrogación parecía dibujarse en el

aire frente a Goro, un gran ¿y?...

-Está bien, Vinkita.

-¿Está bien.. qué? ¿Me puedo ir… a la Tierra?

-¡¿ESTÁS LOCA?!

-¡¡¡BUAAAAAAAA!!!

-¡CALLA, VINKA, CALLA! No te doy permiso para que te vayas para siempre, pero sí para que salgas con Ami hasta que les muestre lo que les tiene que mostrar.

Todos nos quedamos en silencio, porque aquello nos tomó por sorpresa. No era como para ponerse a saltar de alegría, pero algo es algo.

-¿Vieron? Dios nos ayudó. Siempre funciona.

-Eso nos da tiempo –exclamó contento Krato.

-¡Claro! –manifesté.

-¿Tiempo para qué? –preguntó el mismo Krato, como sin saber por qué había dicho lo anterior.

-Bueno… para estar con ella… para… para ver si mejoras las cosas, qué sé yo –dije.

-Para que vayamos a donde tenemos que ir y para que, con suerte, se le ablande a Goro todavía más el corazón –dijo Ami, visiblemente entusiasmado.

Clorka sonreía contenta, tal vez no porque aquello fuese una solución, sino porque al menos la niña había salido del ataque y por ahora no se iba a morir.

Una sonrisa comenzaba a formarse en los labios de mi amada.

-¿Prometido, tío?

-Prometido, pero con una condición.

-¿Cuál?

-Bueno… Esteee… Nada de… cosas pecaminosas con ese niño de la Tierra…

Vinka se puso a reír, yo también. Nunca habíamos tocado el tema, pero yo pensaba en hacer las cosas bien, cuando correspondiese, casarnos y cosas así. Y sentía que para ella también era algo muy importante y digno de respeto. Después comprobé que así era efectivamente, que sentía lo mismo que yo. Bueno, por algo somos almas gemelas…

-Prometido, -dijo, acercándose para darle un beso en la cara.

Todos suspiramos de alivio y alegría, y luego reímos soltando la tensión, en la nave y en la casa de Vinka.

-“Gracias, Goro. Mañana te espero donde siempre, Vinka. Buenas noches” –dijo Ami, hablando por el micrófono direccional.

Yo me quedé pensando si sería posible una relación íntima entre un terrícola y una kiana. Tal vez, ellos tendrían otro tipo de órganos, o ubicados en otros lugares… qué

sabía yo. Algo de información acerca del tema había adquirido en el último tiempo. Y no sólo en la escuela, porque entre mis amigos hay algunos que suelen aparecer con revistas… y otros cuentan chistes e historias relacionadas con el tema. No, ya no era tan inocente como antes, pero repito que me interesaba hacer las cosas bien, en su momento apropiado, y en una relación de amor.

Decidí preguntarle en el oído a Ami, para que Krato no se enterase y no saliese con

alguna de sus payasadas, pero no hizo falta.

-Sí se puede –respondió a mis pensamientos –pero no podrían reproducirse, no sin una readecuación genética.

-¿Quiénes, Ami? –preguntó Krato sin saber de qué hablaba nuestro amigo.

No le hicimos caso y pregunté mentalmente: “Y tú nos harías esa adecuación”.

-¿Quieres tener hijos?

-¿Yo? ¡Jo, jo, jo! Para eso, primero necesito una esposa. ¡Jo, jo, jo! “Creo que sí… como todo el mundo”.

-Primero veamos qué decide Goro.

Krato no comprendía nada, y seguía creyendo que Ami hablaba con él…

-Ea… ¿Y qué tiene que ver el Goro ése en mis asuntos privados? “Y si otorga su permiso, ¿nos harías ese asunto genético?”

-Ser misionero es una labor que suele exigir tanto, que no siempre se puede atender bien a los hijos…

-¿Misionero, yo?... Ah, es cierto, niño parabólico…

“Comprendo, Ami… Pero sería lindo tener un bebé con orejitas puntiagudas”…

-Sería más lindo que ningún niño muera con el vientre vacío, y para eso hace falta más Amor en el mundo, y para eso hace falta más trabajo de parte de los misioneros…

-Tienes razón, Ami –dijo Krato-. Cuando descubra qué rayos hago yo metido en todo

esto lo haré. A propósito de vientre vacío. ¿Podríamos ir a mi cabaña? Tengo un hambre…

-Mejor vamos a la Tierra, acabo de enterarme que la abuelita de Pedro, llena de esperanza y optimismo, preparó la cena para cinco.

-¡Jo, jo, jo! Entonces también habrá algo para alegrar el corazón… y una linda viejita… Vamos de inmediato, niño interplanetario. ¡Jo, jo, jo!-. Krato se frotaba contento las manos. Yo, casi sentí celos otra vez, pero fue algo automático que llegó a mi mente por costumbre. Al darme cuenta de eso recordé que no era correcto que yo pusiera obstáculos en la vida privada de ella y me quedé tranquilo, sin sentir ningún malestar.

-¡Muy bien, Pedrito, muy bien! –dijo Ami feliz.

-Gracias, Ami; sólo espero que ella no termine hervida en salsa picante…

Poco después recordé que cuando estábamos en la salita de meditación pude ver a Vinka llorando, y le pregunté a Ami por qué pude verla en mi interior.

-Porque a ustedes los une el Amor, y ante un vínculo tan poderoso, en los momentos de emergencia se activan esos sentidos de los que les hablaba antes. Miren, hemos llegado.

Capítulo 12: Un Krato nuevecito

La nave estaba invisible sobre nuestra casa junto al mar. El sol se había ocultado hacía poco. Era temprano.

Descendimos los tres en la oscuridad del antejardín. Golpeamos la puerta. Cuando mi abuela abrió se encontró primero conmigo solo. Sin decirle nada le puse un audífono traductor en el oído para que pudiese comprender a Krato. Con Ami no era necesario porque él podía hablar en castellano, aunque con un acento un poco extraño. Luego, les hice señas a ambos, que estaban escondidos, y después ella escuchó un triple “¡¡¡SORPRESA!!!” y vio tres alegres sonrisas de oreja a oreja.

Pero Krato no tenía ningún tipo de modales, era un bruto. Se adelantó con una rosa roja en la mano. Al parecer la tomó del jardín sin que lo viésemos, se le acercó a mi abuela y muy al oído, pero con voz fuerte, le dijo la pesadez siguiente:

-¡HE ATRAVESADO EL UNIVERSO PARA ENCONTRAR EL AMOR DE MI

VIDA! –y le entregó la rosa, con una sonrisa llena de dientes y los labios rojos y húmedos. Yo pensé que mi pobre abuela le había despertado apetitos más bien gastronómicos… Pero ella no pareció molesta; al contrario, miró al viejo con gran intensidad y alegría, recibió la flor con emoción y dijo:

-Muchas gracias, muy amable… Pasen, pasen… Ahora tengo la prueba de que Dios es Dios de los terrícolas y también de los extraterrestres…

-Claro, abuela –dijo Ami-. Hay un solo Dios, creador de todo el Universo y de todas las criaturas que lo habitan.

-Por eso pudo concederme ese deseo…

-¿Cuál deseo, abuela? –pregunté mientras ingresábamos al salón.

-que ustedes apareciesen para cenar conmigo esta noche. Si Él fuese Dios sólo de este mundo, sólo Pedrito hubiese aparecido, porque no tendría autoridad sobre Ami no sobre el señor Krato… Pero Vinkita no vino… ¿No le dieron permiso? Claro, ella es apenas una niña…

Luego miró hacia lo alto y continuó:

-Me debes una parte del deseo todavía, San Cirilo, y me lo tienes que cumplir. Nunca me habías fallado… No sé qué te pasa ahora…

-¿No era con Dios la cosa, abuela?

-Sí, pero San Cirilo es como un teléfono que tengo para hablarle a Dios. Es muy milagroso…

-¿Y por qué no te comunicas directamente con Dios, abue?

-Nooo… él está muy ocupado como para molestarlo haciéndolo atender el teléfono por los pequeños y egoístas deseos de una vieja. Como San Cirilo vive cerca de Él, él sabe cuándo puede acercarse sin molestar, y allí le cuenta lo que yo deseo…

-Bueh… -dijo Ami-. En fin, Cada cual se pone los límites que considere más convenientes… Pero le informo, querida señora, que Dios tiene una central telefónica que puede atender directamente y en forma simultánea tantas llamadas como almas existen en el Universo.

-Ya lo sé, Ami, pero también hay que darle trabajo a los santos y a los ángeles. ¿No? Los pobres pueden llegar a sentir que no sirven para nada si no les damos algún trabajito…

Ami rió a carcajadas al escuchar aquello, pero Krato estuvo de acuerdo.

-Tiene toda la razón, querida… ¿Cuál es su nombre, bella dama?

-Lila, pero mis amistades me dicen Lily.

-¡Lily!... ¡Qué hermoso nombre! ¿No tendrá algo para levantar el espíritu por ahí, adorable Lily?

-Oh, sí. ¿La Biblia le gustaría?

-Sólo una vasito, para probar…

Ami y yo nos moríamos de la risa. Después le explicamos a mi abuela que Krato hablaba de algo para beber.

-Oh, sí, no faltaba más. Vino para el señor Krato y…

-Simplemente Krato, Lily, si no le molesta…

-Oh, muchas gracias, Krato… Y jugo de manzana para ustedes, ya vengo.

Regresó con una bandeja que traía dos vasos comunes, con jugos, y una copa muy fina conteniendo vino tinto.

-Espero que esta marca sea de su agrado, Krato…

-Oh sí. Si fue elegida por usted, entonces es de mi agrado… ¡Qué maravilloso color! A ver qué clase de bebidas inventaron en este planeta…

Olfateó, paladeó, puso cara de felicidad y dijo:

-Mmm… ¡Esto SÍ que es bueno! Y muy refinado… Ideal para acompañar carne al jugo. Está hecho de alguna fruta. ¿Verdad?

-Así es, Krato, y por ahora terminó el turismo borrachil interplanetario. Pero mi abuela lo secundaba en sus malas costumbres:

-Y una copita de jerez como aperitivo…

-No, abuela, el aperitivo se lo está tomando ahora.

-Bueno… Entonces un vasito de licor de menta al final de todo, es muy digestivo… Krato parecía feliz, como quien se ha encontrado con un tesoro.

-Una esposa como ella haría feliz hasta a un pobre terri sin dientes… ¿Se volvería a casar, primor de dama?

-Sí, si apareciera el hombre adecuado… -respondió ella, pestañeando coquetamente. Me pareció un tanto ridículo ese romance de geriátrico…

-A tu edad… abuela… Ami intervino:

-A ti te parecen MUY VIEJOS, porque eres un niño, pero ella todavía es bastante joven, Pedrito.

-¡”Joven”!...

-¿Qué edad tiene, abuela?

-Esteee… Acabo de pasar a tener un cinco por delante…

-¡Y a eso le dices “joven”! ¡Ja, ja, ja! –me reí con ganas.

-¡Apenas quinientos años! –exclamó Krato muy sorprendido.

Ami tuvo que explicarles a ambos las equivalencias de tiempo entre la Tierra y Kía. Al final, resultó que Krato estaba por llegar a los sesenta años terrestres, y mi abuela tenía cincuenta.

-¿Yo te calculaba unos setenta años, Krato! –le dije, sorprendido.

-Muy amable… ¿Y tú cuántos años tienes, “Betro”?

-Doce.

-¡Tanto! Yo te calculaba ocho… Me hirvió la sangre.

-No se peleen –intervino mi abuela-. Pasemos al comedor.

Cuando ingresamos creí haberme equivocado de casa. Aquello parecía una mesa de banquete… Mantel blanco con encajes, copas finas, servilletas de tela con bordados, velas encendidas, flores y una gran variedad de platillos coloridos y hermosos. Yo no pude menos que admirar la tremenda fe de mi abuela. Preparó todo aquello sin tener ninguna seguridad de que alguien más que yo llegaría esa noche… Y acertó.

-¡Qué elegancia de mesa, querida Lily!

-Muchas gracias, Krato, ustedes no merecen menos. No cualquiera recibe la visita de seres espaciales a cenar… El pollo está saliendo del horno.

-¡POLLO! No me diga que voy a tener que soportar un acto de canibalismo en esa mesa, abuela.

-Pero a ti te preparé ensaladas, Ami.

-Se lo agradezco… pero igual tendré que ver un espectáculo no muy lindo… ¿Les gustaría ver a alguien comiéndose a un semejante convertido en trozos asados, a punta de tenedor y cuchillo?

-Para nosotros, un pollo no es un semejante, Ami.

-Pero para mí sí, Lily, y eso es cadáver, y ustedes son unos necrófagos. Bueh… Tampoco debo ser un aguafiestas. Pero no me culpen si no tengo apetito.

-no te pre-ocupes, como dices tú, niño astronómico. Estos animalitos son muy buenos, muy serviciales, se ponen felices cuando tienen la dicha de alimentarnos, porque para ellos somos dioses. ¡Jo, jo, jo!

La ocurrencia de Krato no le hizo gracia a Ami.

-¿Y tú te pondrías feliz si tuvieras que alimentar con tu pellejo a algún dios?

-¡Pero por supuesto! Cómo no va a ser mejor alimentar a un dios que a los gusanos…

¡Sería una dicha, un honor! –mintió Krato y luego soltó su risotada.

Cuando estuvimos sentados y el viejo se disponía a hincarle el diente a una pata dorada, Ami dijo:

-Si queremos que nunca nos falte el alimento, agradezcamos a Dios.

-SeñorDioseresungeniomuchasgraciasporestacomidita- dijo apuradísimo Krato, luego le dio un tremendo mordisco a la presa de pollo. Allí se escuchó un “crac” y luego un “ayyyy”.

-¡Esto tiene una pieza adentro! Creo que me partí un diente…

-Eso te pasa por no agradecer como corresponde –dijo Ami con aire travieso.

-Eso es el hueso, Krato; tiene que comer sólo la carne que está alrededor…

-¡Puaf! –dijo Ami dirigiendo la mirada hacia otro lado-. No entren en detalles forenses…

Yo sentí que estaba en una especie de cena sagrada, porque era la primera vez en muchas cosas, por ejemplo, que Ami cenaba en mi casa, que otro extraterrestre, aunque no evolucionado, cenaba en casa, que mi abuelita entraba de lleno en el “romance interplanetario”, y con romance a la vista además. Era como para celebrar; sin embargo, Vinka no estaba allí… Por eso, en el fondo, yo estaba algo triste. Aquello era una fiesta, pero ella no estaba, y no sólo eso, además nuestro futuro estaba en peligro gracias al insensible de Goro, terri, a fin de cuentas…

Ami se enteró de lo que yo pensaba y le contó toda la historia a mi abuela.

-Tienen que tener fe, todo se va a arreglar, así que mañana mismo le preparo su camita a la niña en la habitación que nos sobra.

Casi me lleno de dulces ilusiones al escuchar aquello, al imaginar a mi adorada viviendo en mi casa, pero como las desilusiones duelen, preferí mantener los pies en la dura y real tierra.

-No sueñes tanto, abue, no conoces a Goro…

-No lo conozco, pero a Dios sí, y sé que Él pone todos esos obstáculos para probar la fe, pero es un ejercicio fortalecedor para ustedes. Yo sé que todo se va a arreglar. Él no es tan malo, no iba a ponerlos juntos para luego impedir que estén unidos. Cuando pone la sed, pone el agua por ahí cerquita…

Unos “bips” sonaron en uno de los aparatos que Ami llevaba en el cinturón, interrumpiendo a mi abuela.

-¡Emergencia! –dijo alarmado, y respondió: -Diga. ¡¿QUÉ?!... ¡¿CUÁNDO?! ¡Vamos inmediatamente para allá!

-¡¿QUÉ PASA?! –preguntamos, muertos de nervios.

-Contrariedades. Vamos a la nave.

-¡¿QUÉ PASÓ?!

-La PP llegó a la casa de Vinka y se llevó a los tres al pabellón blindado…

-¡Guak!

-¡Santo Cielo!

Creo que si hubiera tenido más edad me habría dado un infarto.

-¡PERO CÓMO… SI NADIE SABÍA!...

-Una coincidencia desfavorable –explicaba Ami ante la puerta abierta, accionando su control remoto hasta que apareció el rayo de luz amarilla-. Entre los guardias que se llevaron detenidos ayer a los tíos de Vinka desde el consultorio del psiquiatra había uno que vive cerca de la farmacia en donde Goro trabaja. Hizo memoria hasta que recordó dónde lo había visto. Averiguaron en la farmacia y listo, los sorprendieron dormidos. Pero no se desesperen. Tenemos métodos para rescatarlos.

-¿Se-seguro?

-Segurísimo. No se pre-ocupen. Tranquilos, confíen en mí. Vamos, entren al rayo de luz.

-¿Y yo, Ami? Quisiera ayudar… -dijo mi abuela.

-No es necesario, quédese por aquí tranquilita. Krato estaba al acecho:

-Yo me quedo para acompañarla… Ami pensó unos instantes y dijo:

-Está bien, pero no se sabe cuánto tiempo vamos a tardar…

Ahora yo estaba al tanto de que Ami no era perfecto, y que no era imposible que no volviésemos jamás…

-… y no quiero que aparezca gente por aquí te vean esas orejas y llamen a la PP local.

¿Se imaginan? Huyendo allá y aquí… Nooo, gracias, así que ven un momento a la nave, voy a cambiar un poco tu apariencia.

-¡BIEEEEEN! –Krato estaba feliz, pero yo tenía un nudo en el estómago por la suerte de Vinka, aunque, por otro lado, confiaba mucho en Ami. Eso me impidió desesperarme. También sentí mucha curiosidad por ver cómo el viejo de Kía iba a ser transformado. Ami le dijo a mi abuela que estaríamos de regreso en diez minutos y subimos los tres a la nave. Una vez allí se puso a operar una computadora. Apareció una figura de Krato en una pantalla tridimensional.

-¡Ea… Ése tipo se parece a mí!... Aunque es mucho más viejo.

-Ése eres tú mismo, Krato, y así de viejo te ves –le dije.

-Oh… Entonces cámbiame de inmediato esta vieja piel, niño nuclear. Ami comenzó a dar órdenes habladas a la computadora.

-Aplicar plantilla de humano terrestre de raza blanca –dijo, y la figura de la pantalla adquirió rasgos perfectamente normales en una persona blanca de este planeta. Era el mismo rostro de Krato, pero “terrificado”…

-¿Te gusta esa cara, Krato?

-Mmm… un poco más joven… ¿Se puede?...

-Hum… No debo hacerlo. Déjame preguntar algo a nivel de las Autoridades… Digitó algunas teclas, esperó un poco y luego aparecieron signos en la pantalla.

-Sí, estás autorizado.

-¡BIEEEEEEN!

-Creo que se compadecieron…

-¿De mí?

-No, de la abuela de Pedro, que no merece a un viejo tan feo… Ja, ja.

-Muy gracioso… Vamos, estírame esta hermosa cara, niño molecular.

-Difuminar rasgos –ordenó Ami, y la piel apareció bastante más estirada.

-Así, así, otro poco más ahora…

-Sólo eso, Krato.

-Qué egoísta… Y ahora haz que esas canas se pongan muy rosadas.

-Negras, querrás decir…

-Es cierto, por aquí los pelos son de otros colores.

-Oscurecer el pelo dos grados-, y las canas se oscurecieron un poco. Krato no quedó conforme.

-¿No puedes oscurecer quinientos grados?

-Así está bien, y ahora tus ojos serán azules, y no violeta. Ahora párate aquí, magnífico, ya está.

Instantáneamente quedó convertido en el ser de la pantalla. Aparentaba ser un señor de unos cincuenta años de edad, pero muy bien conservado.

-¿No me va a doler, Ami?

-Ya estás transformado, Krato, mírate en ese espejo.

-¡Guak! ¡Jo, jo, jo!.... ¿Pero no me veo ridículo?

-No, Krato, te ves muy bien –lo conforté.

-Y más adelante te conseguiré ropas de este mundo –le dijo Ami mientras regresábamos a casa.

A mi abuela le gustó mucho el cambio.

-Qué buen mozo y joven… Krato…

-¡Jo, jo, jo! Se hace lo que se puede, querida Lily…

-Y ahora nos vamos con Pedro.

-Eh, Ami, cuando andes por Kía échale un vistazo a Trask, no ha comido en todo el día.

-Bien, pero no nos esperen para muy pronto…

-Yo sé que van a volver con Vinkita, y esta misma noche. San Cirilo nunca me ha fallado. Así que vayan con fe, niños. Los esperaré hasta tarde con la cena lista para Vinka.

Ami sintió compasión y no quiso desilusionarla.

-Tiene razón, abuela. Pero si nos demoramos un poco más… un par de días… o más… no se pre-ocupe, Dios nos guía y nos protege, así que, aunque tardemos, igual llegaremos de regreso, y con Vinka sana y salva.

-No me cabe la menor duda, hijito, pero… ¡llegarán esta misma noche!

-¡Seguro, abuela! –exclamamos todos, fingiendo seguridad y optimismo, porque sabíamos que la realidad sería todo lo contrario. Íbamos hacia el peligro, y nadie quiso amargar la despedida. A todos se nos cayeron algunas lagrimitas cuando nos abrazamos.

Capítulo 13: SÓTANOS DE LA PP

Durante el viaje de regreso a Kía, y después de comunicarse largo tiempo con nuestros amigos infiltrados en la Policía Política, Ami dijo que no había personal capaz de ayudarnos ahora porque, debido justamente a este caso, se habían activado las medidas de seguridad más extremas. Todos los agentes estaban muy ocupados y limitados en sus movimientos.

-Tendremos que arreglárnoslas solos, Pedrito.

-Vaya… Un par de niñitos contra uno de los organismos de seguridad más siniestros de Kía…

-¡Pero lo lograremos!... ¿Verdad, Pedro?

-Segu… ro… ¿Y qué plan tienes?

-Voy a descender al interior de los sótanos del cuartel general para intentar raptar a Vinka y a sus tíos, mientras tú te quedas al mando de la nave.

Me pareció que estaba delirando.

-Perdón, Ami, pero estás loco de remate. De allí no puedes salir vivo, y menos trayendo de la mano a Vinka, a Goro y a Clorka…

Él no dijo nada y se puso de lleno a enseñarme algunas cosas sensacionales, por ejemplo, poner la nave visible o invisible, avanzar y retroceder, subir y bajar, lanzar el rato amarillo, operar el monitor para tener a Ami siempre en una pantalla, utilizar el micrófono direccional y otras varias cosas. Por eso digo que los astronautas de la NASA, comparados conmigo… Bebés de biberón….

Ami se entusiasmó al ver lo rápido que aprendí lo que me había enseñado.

-Ya está todo listo para que te quedes al mando de esta nave durante mi ausencia, Pedro; pero confío que no tengas que hacer nada, sino simplemente esperar, y activar el rayo amarillo en caso de necesidad. No tendrás que permanecer solo más de una hora, si todo sale como está planificado.

Entonces se me cruzó una sombra horrenda por la mente:

-¿Y si no regresas más, Ami?... ¿Cómo vuelvo a mi mundo?...

-No te pre-ocupes, ja, ja. Eso no sucederá –dijo, tratando se mostrar una seguridad absoluta, pero no me convenció. Yo supe que esa horrible posibilidad existía, aunque recordé también que es mejor mantener el ánimo en alto, ser más optimista, y no quise insistir en panoramas negros.

Llegamos al cuartel general de la PP. Nos mantuvimos invisibles sobre el edificio en el que se encontraban Vinka y sus tíos, aunque a varios pisos de profundidad y protegidos por paredes blindadas.

-Blindadas con plomo, Pedro, y nuestras sondas vibratorias no pueden penetrar ese denso metal, por eso, tampoco podremos ver a nuestros amigos por los monitores, y menos, teletransportarlos.

-Así que yo no podré ver lo que tú haces allá abajo.

-Correcto, pero iré protegido con esto –dijo, levantando un teclado del tablero de comandos. Debajo apareció una gaveta que sólo contenía un objeto: un delgado cilindro o varita metálica que parecía una lapicera. La extrajo del compartimiento, la puso sobre su palma y tocó un punto con el pulgar, entonces la varita pareció encenderse con una luz dorada, transformándose en un luminoso objeto, encendido como un pequeño y refulgente sol.

-¡Qué cosa más hermosa, Ami! ¿Qué es eso?

-Esto es un arma, Pedrito.

-¡¿Un arma?!... ¡Ustedes usan armas! Comenzó a reír traviesamente.

-Claro, a veces tenemos que defendernos. No siempre contamos con el tiempo necesario para utilizar nuestros poderes hipnóticos, sobre todo cuando se te viene encima una turba de enardecidos incivilizados.

-Que es justamente lo que te podría pasar por allá abajo con los terris de la PP…

No dijo nada. Extendió el objeto hacia mí. De su extremo salió un fogonazo dorado que tocó mi pecho. Yo sentí una dulce corriente en todo el cuerpo y me puse feliz, apaciblemente feliz, encontrando además que la vida era algo muy hermoso, sin temores ni agresividades de ningún tipo. Miré a Ami y me pareció el ser más maravilloso del mundo. Comprendí, desde lo más alto de mi mente cotidiana, que me encontraba ante un alma de gran elevación interior, y valoré el hecho, emocionándome por tener esa suerte.

Pero Ami se estaba riendo de mí. Su sonrisa y alegría me parecieron agradables y contagiosas, y también sonreí, alegre como él, sin preguntarme nada de nada.

Poco después me apuntó de nuevo con el objeto. Surgió un fogonazo que ahora no era dorado, sino de un verde muy claro, entonces volví a mi realidad habitual, a mi mente cotidiana, y desde allí me pareció ahora que aquel artefacto lo idiotizaba a uno.

-Es al revés, Pedro, te conecta con tus partes interiores más elevadas, bloqueando tus zonas psicológicas más primitivas y terrenales. Pero claro, tanto desconecta de las realidades de los mundos no evolucionados, que deja incapacitado para llevar una vida normal en ellos. El efecto dura unas diez horas terrestres, a menos que se desactive, para eso se debe apuntar de nuevo hacia quien haya recibido la descarga luminosa, pero en su modalidad verde.

-Me parece fantástico, Ami, sobre todo cuando los enemigos no son mundos; pero si te ataca una turba no vas a tener tiempo de ir tocándolos a todos, uno por uno…

-Si me ataca un enjambre de terris hago esto:

Apuntó hacia una pared de la nave, esta vez salió del objeto una luz azul intensa parecida a una llama de mechero a gas; cuando tocó la pared se escuchó un suave chasquido y saltaron miles de pequeñas estrellas doradas que se dirigieron a gran velocidad hacia todos los puntos de la nave. Algunas me alcanzaron y volví a encontrar que la vida era algo maravilloso…

-Ja, ja, ja. ¿Ves? Eso es un “disparo de racimo”, pero este racimo de luz no sólo no daña a quien lo recibe, además lo deja “iluminado”. Nirvana sin esfuerzo… Y no afecta a quien tenga este objeto en la mano.

Me disparó una “bala” verde y volví a la normalidad.

-¡Eso sí que es bueno, Ami!

-Es menos prehistórico que los horrorosos artefactos destructores que inventan los “genios” de tu planeta, y no te hace ganar nada espantoso a cambio, como a ellos, de acuerdo con la ley de causa y efecto. Bien, ahora debo prepararme para suplantar al mismísimo señor Tonk, el director general de la PP.

-¿Al monstruo apestoso ése? ¡Pero tú eres un niño, y él es un gigante gordo!

-Olvidas algo, Pedro: nosotros podemos modificar nuestra apariencia.

-Cierto, igual que con Krato. ¡Pero no hasta el extremo de cambiar tu estatura! ¿O sí?....

-Claro que sí.

-¿Con cirugías y prótesis? De nuevo se puso a reír.

-No, Pedrito, simplemente con cambios vibratorios reestructurantes.

-Ah, claro… qué tonto soy… ¿Y cómo vas a hacer para tener más peso, más kilos?

-¿Más masa corporal? No es necesario, basta con que me vea más grande, y eso es muy fácil para nuestros instrumentos, que en menos de un segundo pueden hacer que una persona se vea como desee. Ya viste lo que sucedió con Krato, y el regreso al estado normal es igual de fácil. Aquí en este computador tengo el bioperfil energético del señor Tonk, y con eso basta.

Ami operó unos comandos y apareció la imagen tridimensional del desaseado terri.

-Cuando tú oprimas esta tecla, plop, yo me convertiré en una copia al carbón del jefe del a PP, aunque pesaré lo mismo que en este momento, pero no voy a oler igual que él. ¡Ja, ja, ja!

-¡Fantástico!

-Dentro de exactamente dos minutos, Tonk tendrá una reunión directiva que durará una media hora. Cuento con ese tiempo para suplantarlo, intentar llegar a nuestros amigos y regresar con ellos hasta el rayo transportador de esta nave, que tú activarás, y nosotros cuatro aparecemos aquí.

-¡Ja!... qué fácil…

-Todo saldrá maravillosamente bien, Pedro, ya vas a ver. Ahora, oprime la tecla, y no te asustes cuando vez mi nueva apariencia, seré yo mismo, aunque tenga otra voz inclusive. Vamos.

Cuando lo hice, Ami se transformó ante mis ojos en el espantoso terri, quien dirigió su vista hacia mí. Su mirada no se parecía a la de Ami en lo más mínimo. Con una voz muy fuerte y cavernosa dijo:

-¡TIENES MIEDO, PEDRO?

-¡Uy! Esteee… ¿E-eres t-tú, Ami?

-CLARO QUE SÍ. NO TEMAS. Y AHORA ME VOY HACIA LA LUZ AMARILLA QUE TÚ VAS A ENCENDER AHORA MISMO.

Así lo hice, de acuerdo a sus instrucciones previas. El Ami-terri se dirigió hacia la luz diciendo:

-DESCENDERÉ DE ESTA NAVE POR EL RAYO HASTA APARECER EN EL NIVEL MÁS PROFUNDO QUE ES CAPAZ DE SER PENETRADO, UNOS DOS PISOS POR SOBRE VINKA, DESPUÉS VERÉ CÓMO ME LAS ARREGLO.

Yo sentí escalofríos ante la inevitable cercanía del peligro más espantoso para él y para mí…

-¿Cómo sabes que no vas a ir a parar justo enfrente de un terri que te verá surgir de la nada?

-TOMÉ ALGUNAS PRECAUCIONES. VOY A APARECER EN UNA SALA QUE

EN ESTE MOMENTO ESTÁ VACÍA. DESÉAMOS SUERTE, Y APAGA EL RAYO CUANDO YO ESTÉ ABAJO. HASTA PRONTO.

Miré por el monitor para ver si había llegado. Ahí estaba, adentro de una pequeña enfermería. No había nadie más en ese lugar. Apagué el rayo y escuché la voz cavernosa por un parlante del monitor:

-Cuando pase a los niveles inferiores no podrás verme, entonces deberás tener paciencia, y fe…

Aquellos fueron los momentos de mayor peligro en mi vida. Cualquier error de Ami, cualquier imprevisto, y adiós, a la deriva para siempre en un mundo inhóspito, en una nave que yo no sabía cómo hacer llegar de regreso a mi mundo. En el mejor de los casos terminaría junto a Trask en la solitaria cabaña de Krato, si es que era capaz de llegar hasta allá sin tener ninguna referencia. Pero sin Vinka a mi lado, sabiendo que le sucedió lo peor…

“No, en ese caso prefiero morir de una vez”, pensé.

Escuché la risa del Ami-terri, quien, a pesar de a distancia y de su apariencia, no perdía su buen humor ni su capacidad de leer mis pensamientos:

-Siempre tan optimista, Pedro…

El niño de balnco, ahora convertido en falso jefe de la PP, salió de la enfermería en el preciso momento en que dos terris pasaban por allí, sorprendiéndose ante la inesperada presencia de su jefe máximo en aquellos sótanos. Primer imprevisto adverso…

Se me hizo un nudo en el estómago. Las cosas comenzaron a salir mal desde el mismo comienzo de la operación…

Ami se adelantó a las preguntas de ellos:

-Ea, ustedes dos. ¿Para dónde van?

-AL SECTOR AZUL, JEFE.

-Dejen eso para después. Los necesito conmigo para que me ayuden. Vengan, por favor. Los hombres iban a hacerlo, pero algo les pareció raro. Se miraron un segundo y uno de ellos dijo:

-¡BANDERAS DE GUERRA!

-¿Para qué quieren banderas de guerra? –preguntó inocentemente Ami.

Para mi horror, los hombres sacaron sus armas y encañonaron a mi querido amigo. Comprendí inmediatamente que aquello de “banderas de guerra” era una clave de seguridad, y que Ami desconocía la respuesta, la contraseña. Segundo imprevisto adverso…

-¡MANOS ARRIBA, UN SOLO MOVIMIENTO Y QUEDAS ACRIBILLADO!

Ami no tuvo tiempo de sacar su “arma” de bolsillo, el disparador de rayos de felicidad. Un terri lo tenía tomado desde atrás con un brazo encima del cuello y un arma apuntándole en la sien, mientras el otro le ponía por la espalda un par de esposas en las muñecas. Yo estaba aterrorizado, muerto de miedo.

-No le mires a los ojos, este idiota es uno de ellos. Son capaces de hipnotizar con la

vista.

-¡Mantente mirando hacia la pared, gusano! Si te vuelves estás liquidado. Y tú entra a la enfermería a buscar cinta adhesiva para taparle los ojos y la boca. Después haremos sonar la alarma. El botón está al final del pasillo. Lo principal es que este invasor extrakiano no puedo mirarnos ni decir nada.

Pero la cinta adhesiva no podría tapar la poderosa mente de Ami… Cuando el hombre se alejó pude ver que mi amigo se concentraba intensamente con los ojos cerrados. Entonces, el que lo apuntaba bajó los brazos, guardó su arma con movimientos de robot, metió la mano en el bolsillo de Ami-terri, tomó el disparador de rayos y apuntó hacia la puerta entreabierta de la enfermería. Se vio un fogonazo zul y un hermoso racimo de veloces puntos dorados se esparció por el pasillo y por el interior de la enfermería. De ella salió el otro terri mostrando una apacible sonrisa y una mirada llena de amor…

-Oh… oh… Liberemos las manos de este maravilloso ser… -dijo, y procedió a soltar a mi amigo.

El otro estaba petrificado. Su mente dependía de la voluntad de Ami, pero los rayos no lo habían afectado porque tenía el objeto en su mano. Ami le separó suavemente los dedos, tomó el cilindro y le dirigió un rayo. El rostro del terri se iluminó.

-Oh… Qué ser de altísima evolución… -dijo arrobado mientras se deleitaba contemplando a Ami. El otro lo idolatraba con una sonrisa que me pareció idiota.

-Es un santo… es un ángel… Qué suerte poder contemplar uno de ellos tan de cerca… Entonces recordé que en mi mundo muchos piensas que las cosas espirituales producen debilidad, por eso se alejan de ellas y optan por la fuerza bruta o el poder material como recurso de protección o predominio. Pero allí estaban dos de los hombres más feroces de Kía, quienes, a pesar de los innumerables entrenamientos en artes marciales y en uso de armas que tendrían, se encontraban completamente a merced de Ami, quien no había optado por el camino de la fuerza bruta en su vida, sino por el del desarrollo interior…

-Díganme qué pasó con la clave –les ordenó.

-Oh… Sí. Fue cambiada hace unos minutos. “Banderas de guerra” debe ser respondido por “Flameando orgullosas” –respondió el hombre de la PP, encantado de poder ayudar.

-¿Qué fue lo que les hizo dudar de mi y decidir pedirme la contraseña?

-Oh… Su voz suave y sus modales tan amables… Aquí nadie dice “por favor”, lamentablemente…

-Ah, claro, me cuesta ser tan bestia…

-Además, Tonk tiene un olor muy feo…

-Comprendo. Bien. Ahora, ayúdenme a liberar a mis amigos del caso “Cardumen”.

-No, no. El caso ya no es más “Cardumen”, sino “Emblemas”. También se cambió esa clave.

-Ah, gracias. Vamos llévenme hacia ellos, y traten de comportarse militarmente.

-Oh, sí, y que Dios nos ayuden en tan noble causa… Poder ayudar a un ser de tan alta evolución… ¿Qué estoy diciendo? Yo era completamente ateo…

-Guarden las reflexiones, contemplaciones y alabanzas para un momento de menos riesgo que éste.

-Oh… sí.

-No, nada de “oh… sí”. Digan ¡SÍ, JEFE!

-¡SÍ, JEFE!

-Y quítense esa sonrisa de la cara, recuerden que aquí no se sonríe.

-Oh… sí…

-SE DICE ¡SÍ, JEFE!

-¡SÍ, JEFE!

Comenzaron los tres a caminar por los pasillos. Yo miraba más nervioso que cucaracha en gallinero…

-MÁS RÁPIDO. CAMINEN COMO SI ESTUVIESEN FURIOSOS, PORQUE POR AQUÍ HAY CÁMARAS, Y LOS VIGILANTES OBSERVAN SUS PANTALLAS.

-Oh… sí… Digo… ¡SÍ, JEFE!

Al traspasar una puerta, un par de guardias les pidieron la contraseña:

-¡BANDERAS DE GUERRA!

-¡FLAMEANDO ORGULLOSAS! –Respondió Ami, con una voz más agresiva ahora que la del mismísimo Tonk. Había aprendido la lección.

-¡ADÓNDE SE DIRIGEN!

-¡HACIA LOS PRISIONEROS DEL CASO EMBLEMAS!

-¡ADELANTE!

Yo suspiré aliviado, Ami había logrado poner a su favor las circunstancias adversas, pero… ¿Por cuánto tiempo?

-Parece que “papito” se bañó por primera vez en su vida –comentó con malicia uno de los guardias que custodiaban la entrada por donde Ami y sus dos ayudantes acababan de pasar. El otro respondió:

-Así parece. No dejó su perfumada estela… -y se pusieron a reír disimuladamente. Yo me alegré de que hubiesen tomado el asunto en forma tan liviana…

Más adelante apareció un ascensor, ingresaron, la puerta se cerró, pero yo podía verlos.

-¡BANDERAS DE GUERRA! –Dijo una voz por un parlante.

-¡FLAMEANDO ORGULLOSAS! –Tronó Ami-terri.

-¡AUTORIZADO!

De algún modo supe que si la contraseña no hubiera sido la adecuada, ese ascensor los hubiera llevado directo hacia severos investigadores armados…

Ami observó a los terris, quienes lo adoraban con la vista, tratando de disimular su elevada emoción espiritual; indicó hacia el panel de botones como preguntando cuál oprimir. Uno de ellos lo hizo y el vehículo se puso en marcha hacia los sótanos más recónditos y blindados del cuartel general de la Policía Política, y entonces dejé de verlos.

Mientras miraba la pantalla, yo rogaba que todo saliese bien, pero el tiempo pasaba y

pasaba, y nada. De vez en cuando veía entrar o salir del ascensor a algún terri, pero nada más, hasta que de pronto sucedió lo peor: la alarma sonaba estridente por todo el cuartel…

Inmediatamente, toda una tropa de hombres armados llegó hasta las puertas del ascensor, incluso el verdadero Tonk, que vociferaba indignado mientras esperaba la apertura de las puertas, cosa que no sucedía jamás.

-¡ESTOS HIJOS DE PERRA BLOQUEARON EL ASCENSOR!... ¡QUE VAYA UN PELOTÓN POR LAS ESCALERAS!

Al rato regresó uno de ellos:

-¡EL ENEMIGO BLOQUEÓ TAMBIÉN LAS PUERTAS DE LAS ESCALERAS!

-¡VUÉLENLAS ENTONCES!

-SÍ, JEFE!

Yo estaba desesperado, especialmente cuando comencé a sentir las explosiones, pero instantes después sucedió algo maravilloso: las puertas del ascensor se abrieron y de ellas surgió un fogonazo azul, y luego toda una brillante nube de puntos dorados se fue expandiendo por el pasillo, dejando iluminados de amor a unos cincuenta terris armados que estaban por allí, incluso al mismo Tonk, que quiso besar la mano de su doble cuando éste apareció seguido de Goro, Clorka y… ¡VINKA! Que sonreía feliz. Ellos también estaban bajo los efectos de los rayos espirituales. Entonces activé la luz amarilla para que mis amigos ingresaran a ella, cosa que hicieron de inmediato, mientras cincuenta peludos terris, mansos como corderos, los despedían con bendiciones y los ojos brillantes de emoción…

-Oprime otra vez la tecla de transformación, Pedro –dijo Ami-terri desde la sala de recepción. Habían llegado los cuatro sanos y salvos. Oprimí la tecla y él volvió a su apariencia normal. Fui a abrazar a Vinka, que me miraba como si estuviese viendo a una especie de dios, mientras Goro y Clorka, con caras de arrobamiento idolatraban a Ami. Yo agradecía que todo hubiera salido bien.

Ami les disparó tres fogonazos verdes y ellos recuperaron sus mentes habituales.

Nos abrazamos fuertemente con Vinka. Ella se puso a sollozar de la emoción. Pero Goro pasó del misticismo más dulce a la rabia más intensa:

-¡ESOS ESBIRROS, CANALLAS, ANIMALES, MAL NACIDOS, BESTIAS!...

Comprendí que lo habían tratado muy mal.

-Olvídalos –le aconsejó Ami tomándolo del brazo -, ya estás a salvo.

-Me pusieron corriente en… en… Oh, ¡CÓMO QUISIERA MATARRRRLOS!

-Y te salvaste a tiempo, porque siempre comienzan con los métodos “suaves”; después aplican los sistemas “duros”…

-Por fortuna, no alcanzaron a torturar a Vinka ni a Clorka… No, yo no sabía la clase de bestias que…

Clorka estaba llorando.

-Yo tampoco, Goro, y ahora ¿qué vamos a hacer? Ya no podemos volver a casa… Ami les habló claramente:

-Olviden eso. Tienes que dejar de lado para siempre el pasado, su casa, sus objetos, todo; imaginen que pasó un huracán y arrasó la casa, pero están vivos y a salvo.

-Sí, pero ya no tenemos nada.

-No digas eso, Goro, ustedes tienen algo muy valioso: amor, y eso es lo más precioso del Universo.

Goro meditó un poco y luego abrazó a Clorka y a Vinka.

-Tienes razón, pequeño, esto vale mucho. Pero por otro lado, ni siquiera tenemos ya el derecho de andar libres por la calle. Tal vez debamos pedir asilo político en otro país…

-Ni lo pienses, Goro. Si fueses un político común y corriente, entonces sí; pero estás relacionado con el tema VEP, vida extraplanetaria, y ya sabes que hay mucha paranoia y ambición con respecto a esa temática. No estarías seguro en ningún lugar.

-¡Y QUÉ PODEMOS HACER ENTONCES! –Gritó desesperada Clorka.

-No se preocupen, los llevaré a la cabaña de Krato, en las montaña de Utna. Allá estarán a salvo y podrán descansar hasta que se decida qué hacer.

Ami tomó el control de la nave e instantáneamente nos “situamos” en Utna. Allá estaba amaneciendo. Descendimos en la granja de Krato. Trask fue cariñoso con nosotros, aunque no demasiado con Goro…

-¡Qué divino lugar de campo! –manifestó emocionada Clorka contemplando los matices

del cielo en el horizonte, que iban del violeta al rojo anaranjado, a medida que el sol comenzaba a asomar tras los cerros.

Goro comenzó a mostrar mucho interés por el lugar, aspiraba el aire de montaña mirando hacia todos los lados, prestando atención al maravilloso concierto que producían los cantos de una variedad enorme de aves en la madrugada. Para ellos era como haber pasado del infierno, la tortura y el calabozo de la PP, al paraíso en unos pocos minutos.

-¡Qué hermosa huerta! Mira esos muflos, Goro, esas ambrokas, frindas y melenias; esas burisas, esos árboles de topa, de buro-buro, de jojó…

-Y también hay kikis, guajos y zubayas, Clorka. Yo sólo los había visto en el

supermecado.

-Y yo también. Ésta es mi primera vez en una huerta campestre. Oh, aquí hay hierbas aromáticas, longuchas, tenkas y zumberras. ¡Y también hay flores, Goro! Mira esas pepiyas, esas lurindas tan enorme y coloridas.

Los ojos se les salían de sus órbitas a amobs a medida que nos acercábamos hacia la cabaña.

-¡Aquí hay licor de muflos! –exclamó Goro al ver la bodega del ermitaño-. Necesito un trago y una cama.

-Y yo también –manifestó rendida Clorka.

-Entonces pasen, pasen a la cabaña. Entramos y Vinka les abrió las ventanas.

-¡Qué lugar tan folclórico, Goro! Es igual que en la serie de la tele “La Casita de Montaña”…

-Debo reconocer que esto es muy hermoso, Clorka, pero después de dormir echaremos un vistazo. Me reviento de sueño.

-Aquí tienen un jergón en el piso, allí podrán dormir tranquilos.

-¡Qué cosa más típica! Esteee… ¿no hay rastreras por aquí? –preguntó Clorka con cierto temor.

-No, Clorka. A estas alturas de las montañas no llegan las rastreras, y menos las venenosas –la tranquilizó Ami.

-¿Y patapatas?

-Tampoco, Clorka.

-Pero en ese rincón cerca del techo yo estoy viendo una tela de patapata…

-Ah, sí. Pero esas patapatitas no pican a la gente. Están ahí para comerse a los molestos chupetines y a las zumbozas que podrían llegar volando desde afuera. Aquí no hay nada que les pueda hacer daño.

Goro procedió a tenderse sobre el jergón, que no le quedaba muy cómodo porque no era para un gigantesco terri. Ami se dirigió hacia él:

-A Vinka la necesito en la nave hasta mañana. Está invitada a cenar en la casa de la abuela de Pedro. Ya la cena estará terminan, pero en unos minutos podemos estar allí y reactivar la fiesta, que ahora estará completa con la presencia de Vinka. Y después debo mostrarle algunas cosas importantes. ¿Le das permiso, Goro? Tú dijiste que ibas a hacerlo…

El terri ya tenía los ojos cerrados.

-¿Eh?... Ah, sí, pero que se porte… zzzzzzz…

-Mañana estaremos de vuelta por aquí, y si tienen hambre, allá en la cocina debe haber una olla con un repugnante guiso de garábolo en salsa picante que Krato…

Al escuchar eso, Goro despertó y se incorporó muy interesado.

-¿Garábolo en salsa picante?... ¿Adónde?...

Vinka le indicó a Clorka donde quedaba la cociona, y ella se puso a calentar la olla, feliz de encontrarse en un lugar tan rústico.

-¡Qué maravilla!... ¡Una cocina a leña!... Goro sólo pensaba ahora en el guiso.

-¡Garábolo! Mmm… Delicioso. ¡Mi manjar preferido! Son muy escasos debido a que no pueden criarse en cautiverio. ¿Dónde consigue garábolos Krato?

-Por aquí mismo, tío, esto está lleno de garábolos silvestres. No los viste porque suelen levantarse temprano cuando el sol está un poco más alto. Krato tiene trampas para atraparlos.

-¡Entonces esto es un paraíso! Quédense a cenar con nosotros, aprovechen.

Goro se estaba entusiasmando y hasta trató de ser amable, lo cual me sorprendió.

-No, gracias, Goro. Primero me toca contemplar una sinistra bacanal de un animalito de la tierra descuartizado; ahora es un revoltijo de mutilaciones de garábolo lo que me espera si me quedo aquí. Agradecido, pero no. ¿Por qué no pueden comer sanas y frescas frutas y verduras?

Goro no se sintió disminuído por el comentario de Ami.

-Deberías probar lo sustancioso que es un guiso de garábolo, en lugar de criticar.

-Prefiero no contaminar mi organismo con sustancias de bajísima calidad vibratoria. Muchas gracias por la amable y generosa invitación, pero paso.

Mientras la comida se calentaba en el fogón nos depedimos, Goro estaba tan entusiasmado con el lugar campestre y con la perspectiva de un garábolo en salsa picante, que se le pasó la mano con el jugo de muflos y pareció haber olvidado sus preocupaciones con respecto a Vinka y a la PP. Ahora estaba en otro mundo, un mundo más benigno, con paisajes esplendorosos, una huerta prolífica, gordos garábolos al alcance de la mano y mucho jugo fermentado…

Pronto íbamos de nuevo con rumbo a la Tierra.

-Ya es muy tarde allá –señalé-, mi abuela y Krato deben haberse ido a acostar.

-Te equivocas, Pedro. Acabo de echar un vistazo y todavía están en la charla de sobremesa. Tienen mucho que conversar…

-¡Entonces todavía podemos llegar a tiempo!

-¡Claro! Tenía razón tu abuela. No te haría mal escuchar sus consejos de vez en cuando. Vinka quiso enterarse acerca de ese asunto y le explicamos que ella acertó al pensar que llegaríamos esa misma noche.

-Es muy intuitiva…

-No, no es eso, sino que tiene una muy poderosa fe –le explicó Ami.

-Siento que me va a gustar tu abuelita, Pedro.

-Claro, Vinka, y tú también a ella. Después pregunté:

-Ami, ¿Qué hiciste al salir del ascensor en el sector blindado?

-Nada, me fui lanzando “racimos” por esos pasillos, y los embelesados terris se desvivían por ayudarme. Me condujeron hasta nuestros amigos y me ayudaron a liberarlos, inclusive los mismísimos torturadores de Goro se pusieron cariñosos y dulces conmigo. Pero los guardias que vigilaban por los monitores hicieron sonar la alarma cuando vieron que Tonk estaba en la pantalla y ante ellos al mismo tiempo… Entonces les dije a mis numerosos ayudantes que bloqueasen las puertas y mantuviesen el ascensor detenido. Eso hicieron. Así llegamos hasta el alcance del rayo que tú encendiste y que nos trajo a esta nave. Sencillo.

Sí, sencillo, pero para él…

Después, Vinka retomó el punto central de nuestros afanes:

-Ojalá tío Goro me autorice para vivir en la Tierra… Creo que todo lo que ha tenido que pasar en estos días podría haberle ablandado el corazón.

-No es por ser aguafiestas, Vinka, pero no se entusiasmen demasiado. Yo pensé lo mismo al principio, pero ahora sospecho que Goro está programado para impedir siempre la alegría de los demás. Él sí que es un aguafiestas por vocación.

-Es que tuvo una crianza demasiado rígida y severa el pobre-explicó Vinka-, la alegría es algo prohibido para él.

-Pero todos los sufrimientos por los que ha pasado últimamente podrían hacerle cambiar… -dije.

-El sufrimiento es un maestro –manifestó el niño de las estrellas… pero sus enseñanzas son muy caras, dejan feas heridas en el alma. Y tiene algo de adictivo también. A veces la gente se acostumbra tanto a sufrir que ya no puede optar por otro tipo de vida. Si le falta el sufrimiento es como si le faltara el aire… Y existen todavía otros que piensan que a Dios le encanta ver sufrir a un hijo suyo, y se buscan vidas espantosas… Por eso, el mejor Maestro que existe se llama Amor, y el verdadero Amor es el resultado de un buen equilibrio entre bondad e inteligencia. Pero, lamentablemente, por ahora Goro no está a la altura necesaria.

Capítulo 14: HEXIS

-Ya estamos llegando a tu casa, Pedro, echaremos un vistazo por el monitor.

En la pantalla aparecieron Krato y mi abuela muertos de risa, sentados ante la mesa.

-Entonces agarré a un terri por el cuello con este brazo, al otro lado con el otro brazo y les hice chocar sus cabezotas. Se reventaron como calabazas, pero adentro no había nada, porque adentro de una cabeza terri no hay nada. ¡Jo, jo, jo!

-¡Ja, ja, ja! –Lo secundaba muy alegre mi abuela.

Krato estaba contándole sus mentiras, sus chistes más bien, porque é sabía muy bien que nadie le iba a creer sus exageraciones.

Vinka estaba perpleja:

-Pero… ¿Qué pasa aquí?... Ese señor se parece a Krato, pero no es él…

Le explicamos el cambio al que fue sometido. Ahí mismito ella quiso que Ami le engordase las piernas, pero él dijo que por el momento tendría que quedar tal como está.

-Es decir, toda una belleza de chica –dije, como un piropo. Ella se miró las piernas y no estuvo de acuerdo.

Mi abuela estimulaba a Krato a seguir fantaseando.

-¿Y con el tercer terri, qué hizo usted, Krato?

-Ah, ése… Sí… Ahora lo recuerdo. Era grande y ancho como un toro de esos que vi ayer por la televisión.

-¡Uy!...

-El espantoso terri bufaba, echaba espuma por la boca y chispas por los ojos. Se preparó para atacarme. El odio le chorreaba. Tiró un poco de tierra hacia atrás con una pata, agarró impulso y se me vino encima dispuesto a tirarme por el precipicio; yo estaba en el borde mismo, y sólo contaba con estos puños para defenderme.

-¿Y qué hizo usted entonces?

-Nada. Cuando estaba a un dedo de distancia me hice a un lado velozmente…

-¿Y?...

-Dije “Olé” y el terri se fue por el precipicio. ¡Jo, jo, jo!

-Ja, ja, ja.

-Por lo visto, este parcito es altamente compatible –señaló Ami con una sonrisa cómplice.

Vinka estaba entusiasmada.

-Es una señora muy simpática y alegre, nos vamos a llevar muy bien.

-Seguro que sí, Vinka.

Ami detuvo la nave sobre mi casa de la playa.

-Hemos llegado. Vamos abajo a unirnos a esa celebración. Descendimos por el rayo de luz amarilla y nos presentamos ante ellos.

No podían creer que todo se hubiese resuelto tan rápido y que Vinka estuviese en persona allí. La fiesta recomenzaba, y ahora con todos, no faltaba nadie. Mi abuela miraba admiraba y acariciaba a mi novia.

-¡Vinka es una criatura maravillosa, Pedrito! Un poco diferente por fuera de lo normal por aquí, pero se ve que por dentro es una chica muy buena. Yo sabía que San Cirilo no me iba a fallar. ¿Vieron?

-Eres todo un campeón, niño zodiacal. ¿Cómo hiciste para rescatar a Vinka y a sus tíos

del sector blindado de la PP?

Ami contó la historia y le dimos un alegre aplauso general al niño de las estrellas. Después, él dijo que yo le había ayudado y que también merecía un aplauso, y me lo dieron.

Mi abuela estaba feliz.

-Y ahora, aunque sea tarde, la alegría continúa en esta casa, además estamos en vacaciones y nadie trabaja aquí mañana. Te serviré la cena, Vinka. Ya vengo. Acomódense por ahí. ¡Qué alegría, mi Dios!

-Y yo quiero otro plato –dije, porque antes tuve que comer a medias. Poco después llegó la comida.

-¡Qué buen aroma! Mmmm –dijo Vinka-. Pero no sé si me va a gustar este alimento… aunque huele maravilloso…

-Te va a encantar, Vinka, imagina que es garábolo.

-A ver… déjame probar esta carne que se ve tan tiernita… Mmmm… Sí, me gusta mucho.

-Puaf. Yo regreso enseguida, voy a mi nave a comer mis SANOS alimentos, porque no

he comido casi nada en todo el día. Ya vengo.

-Tráelos para acá y comemos todos juntos –dijo mi abuela.

-Me temo que eso no va a ser posible, Lily, porque al ver y oler lo que comen ustedes se me esfuma el apetito. Pero regreso enseguida.

A Vinka le llamó la atención el color del vino.

-Esta bebida tiene un color muy lindo.

-El “vina” es una delicia, Vinka.

-¿Quieres probarlo? –le preguntó mi abuela.

-Sí, por favor, Lily.

-Aquí tienen, sólo un vasito para los niños. ¿Más vino, Krato?

-Ahora no, muchas gracias, Lily.

Yo me imaginaba que Krato era medio borracho, por eso me sorprendí al verlo rechazar la bebida.

-No me digas que no vas a tomar más vino, Krato…

-No sé de qué hablas, niño terrícola. Sucede que no bebo rápido porque me gusta mucho beber.

-No te comprendo, Krato.

-Cuando bebo lo hago lentamente, “Betro”, paladeando cada sorbo, porque si bebo rápido me da sueño y me pongo a roncar, y esta fiesta está maravillosa, no me la quiero perder, y tampoco deseo privarme de la capacidad de disfrutar del exquisito sabor de este hermoso descubrimiento terrestre llamado “vina”. Debo reconocer que el jugo de muflos, al lado del “vina”, queda al nivel de un grosero brebaje rústico. ¿Cómo se llama la fruta de la que proviene este jugo de los dioses?

Fui al refrigerador y le taje un racimo de uvas.

-Éstas son. Se llaman uvas.

-Qué hermoso racimo, niño extrakiano.

-¡Son maravillosas! Déjame probar una –exclamó Vinka.

-Claro.

-¡Exquisitas!

-Me parece que Bodegas San Krato pondrá una sucursal en este mundo. ¡Jo, jo, jo! Ahora que recuerdo… ¿Le dieron de comer a Trask?

-Sí, Krato. En tu cabaña se quedaron mis tíos, que se encargarán de Trask. Tu bugo simpatizó mucho con ellos y…

-¡¿Qué demonios hace ese terri en mi cabaña?! Ami venía de regreso.

-Era el mejor lugar disponible para esconderlos, Krato. Espero que no te moleste…

-Hum. Esteee…

Miró a mi abuela, quien le sonreía con cariño.

-No, claro que no me molesta. Y así, Trask quedará acompañado. ¿Por cuánto tiempo se van a quedar ahí, Ami?

Krato no parecía muy contento, a pesar de su intento por disimularlo.

-Si quieres regresamos ahora mismo, te dejo allá y me llevo a los tíos de Vinka a otro lado y, hasta la vista. ¿Vamos, Krato?

-Nooo. Lo preguntaba por simple curiosidad. Además…

-¿Además qué, Krato?

-Bueno… Habíamos hablado de la posibilidad de quedarme por aquí…

-¡Que se quede en la Tierra, Ami! Ya está transformado en terrícola.

-¿Y adónde viviría? –nos preguntó el niño de blanco.

-Aquí, con nosotros, claro. ¿Verdad, abue?

-Yo estaría encantada… Vinka dormiría en mi habitación y Krato en la que está libre. Ami parecía estar de acuerdo con esos arreglos.

-Bueno, por mí no hay problema. ¿Estás dispuesto a no volver más a tu cabaña, Krato? El viejo se emocionó.

-Esteee… La verdad es que no me esperaba algo así tan pronto. Y fueron muchos años en aquel hermoso lugar… snif… Pero ya una vez me tocó dejar todo mi pasado atrás, cuando me transformé en swama. Ni el cepillo de dientes pude llevarme conmigo, y les diré que yo era muy, pero muy importante, rico y… No, eso ya no interesa. El pasado siempre se debe dejar atrás. ¿Verdad, Ami?

-Verdad, Krato. Justamente con esa finalidad existe la muerte.

-¿Cómo es eso, niño cosmonauta?

-Ustedes son muy apegados a todo, a sus lugares, a sus seres queridos, a sus pertenencias, a sus adicciones, a sus ideas, a su apariencia, a sus recuerdos, a sus rutinas, a todo. Y el Universo necesita que sus criaturas vayan evolucionando, perfeccionándose mediante otras experiencias, otras situaciones, otros lugares, otras personas, otras ideas. Pero debido a vuestro apego, el único camino que dejan para poder pasar a otras situaciones de aprendizaje, y también de felicidad, es mediante la decadencia y destrucción de sa “ropa”, de ese cuerpo. Y entonces, adiós a los apegos, a otra historia, a dar vuelta de hoja, por fin, y que no les quede ni el recuerdo, excepto muy, muy el fondo del alma.

-¿Y entonces nos morimos? –preguntó Vinka.

-Ustedes no dejan otro camino que el de ser desapegados a la fuerza, pero si fueran menos apegados, como sucede con almas de mayor evolución, no necesitarían de ese duro proceso llamado muerte. Dejarían fácilmente de lado sus apegos y pasarían voluntariamente a las nuevas situaciones que el Universo les tiene preparadas; además, no perderían el recuerdo de la situación anterior. En mi memoria están todas mis vidas anteriores, desde que era medio gorila hasta hoy.

Nos quedamos todos muy pensativos ante la sencilla explicación de Ami. Muchas veces, yo había dudado de la bondad de Dios al pensar que Él había inventado algo tan doloroso como la muerte. Pero ahora, gracias a esa explicación, la muerte adquiría para mí un sentido que no era contradictorio con la idea de Dios Amor, porque es natural que el Amor busque nuestra evolución, nuestro perfeccionamiento, y si nosotros no somos capaces de superar voluntariamente nuestros apegos, no dejamos otro camino que el de ser arrancados a la fuerza de una situación para pasar a otra nueva.

-Tienes razón, niño neutrónico. En algún momento yo tenía que abandonar ese lugar, la separación era inevitable, y si eso es así, entonces que sea ahora mismo. Ya, aquí me quedo para siempre… junto a esta hermosa dama, claro –dijo, tomando a mi abuela del hombro. Ella acercó su cabeza al pecho del montañés, sonriendo complacida. Era evidente que el romance ya estaba armado, pero ahora no me molestaba, al contrario, me gustó la idea de tener siempre a Krato por ahí cerca.

De pronto, él recordó algo.

-Pero Trask… -y sus ojos se humedecieron. Ami se puso a reír.

-Trask va a estar bien. Yo me haré cargo, Krato. Confía en mí. ¿Puedes hacerlo?

-Esteee… snif… creo que sí. Confío en ti, y te lo agradezco, Ami.

-Por nada, Krato. Más adelante me ocuparé de tu inserción en este mundo, ya veremos eso. Bien, es hora de terminar esta reunión tan agradable. Es tarde y mañana tengo que llevarlos a conocer otras cosas, niños.

-La camita de Vinka ya está preparada en mi habitación, junto a la mía.

-Pero no se entusiasmen demasiado, ya saben que Goro es como es. Bueno, yo tengo que ir por ahí y mañana estaré de regreso.

Nos despedimos y me fui a acostar casi sin poder creer lo que estaba sucediendo:

¡Vinka dormiría en mi casa! Mi felicidad no tenía límites, excepto por lo que a Goro se le podría ocurrir… Pero fue un día muy duro y era muy tarde. Apenas puse la cabeza en mi almohada me quedé profundamente dormido.

Al otro día me despertaron unos suaves golpecitos en mi puerta. Yo, todavía medio dormido, no recordaba lo que havía sucedido el día anterior, no recordaba nada, por eso dije:

-Adelante, abuela.

Pero en lugar de mi abuela apareció la hermosa Vinka trayendo una bandeja en sus manos.

Me pareció estar soñando el sueño más hermoso del mundo, pero no era un sueño, mi alma gemela me traía el desayuno en aquella bandeja, el desayuno y todo su cariño.

-Oh… ¡Vinka!... No tenía que haberte molestado… Muchas gracias.

-No es molestia, Pedro, es un verdadero agrado. ¿Dormiste bien? Se sentó a mi lado mirándome con cariño.

-Oh, sí, muy bien… Gracias a ti… ¿Y tú dormiste bien?

-Fue una de las más hermosas noches de mi vida… Sabiendo que estaba tan cerquita de ti…

Mi abuela también apareció.

-Buenos días, hijito. Tienes que apurarte porque Ami y Krato ya están listos y te esperan.

-¿Qué, ya llegó Ami?

-Sí, hace rato.

-¿Y por qué no me despertaron antes?

-Vinka quiso que descansaras un poco más… Te va a cuidar mucho –di8jo, con cierta complicidad.

-Vamos a mirar ahí dentro lo que está haciendo el perezoso de “Betro”, Ami –venía diciendo Krato mientras ingresaba con el niño de las estrellas en mi habitación.

Para mí, que no tengo hermanos y que estoy acostumbrado a cierta soledad en casa, aquella era una situación muy curiosa. Normalmente, nadie entra en mi habitación cuando estoy acostado, y ahora estaban allí Vinka, mi abuela, Krato y Ami… Entonces me di cuenta de que Krato venía vistiendo una camisa playera, pantalón corto, zapatillas y medias blancas, reloj también playero, con correo de plástico rojo, y una gorra con visera. Ahora sí que parecía un terrícola común y corriente.

-¿De dónde sacaste esas ropas, Krato? ¡Ja, ja, ja! Ami se adelantó a responder:

-Yo se las traje. ¿Te gustan, Krato?

-No… Es decir, sí. Pero ese niño se está riendo de mí… ¿Parezco un pajarraco?

-Claro que sí –dijo Vinka riendo. Para ella, esas vestiduras también eran extrañas. Pero mi abuela lo reconfortó:

-Nooo, Krato, usted se ve muy bien vestido así, muy deportivo y juvenil.

-Te ves muy bien, Krato –dije-. Me reía de la sorpresa. De “profeta” a “Playboy playero”… Pero no es burla.

-¿Listo para salir a dar una vuelta por las estrellas, Pedro? –me preguntó Ami sonriendo alegre.

-Todavía tengo que bañarme y…

-No, nada de eso. Basta con que entres a la habitación de limpieza de mi nave, ya la conoces.

-Oh, sí, lo había olvidado.

Me serví rápidamente el desayuno y poco después no estábamos despidiendo de mi abuela.

-¿Quieres pasar a buscar alguna cosa tuya a tu cabaña, Krato, o que yo te traiga algo?

-No, niño dinamita. Yo me morí para Kía, y los muertos no se llevan nada al otro mundo; yo tampoco me traigo nada a este mundo… snif. No te olvides de cuidar al pobre de Trask… snif… y de traer un par de garábolos gorditos y jugosos. ¡Jo, jo, jo!

Otra vez estábamos deslizándonos en la nave por otro espacio-tiempo Ami, Vinka y yo.

-¿Adónde vamos, Ami?

-Quiero mostrarles algo interesante en uno más de los millares de mundos evolucionados de esta galaxia. No nos tomará mucho tiempo. Después iremos a ver qué sucede con Clorka y Goro.

Apareció un planeta completamente seco tras los vidrios. Se parecía mucho a nuestra luna, pero tenía tonalidades más rojizas, es decir, era parecido a Marte. Nuestra nave se dirigía hacia su superficie a una velocidad enorme.

-Ahí tienen: ése es el mundo de Hexis. Aquí hay una civilización mucho más avanzada que todas las que han podido ver hasta ahora.

Como Ami comenzó a recorrer aquella esfera por todas sus partes a una velocidad

impresionante, dando una vuelta completa en menos de un minuto, muy pronto comprendí que allí no había ningún mar.

-Esto parece ser un planeta muerto y seco… Ami estaba muy contento.

-Ah, sí. En su superficie no hay nada más que piedras, pero en su interior…

-No me digas que toda la civilización de este mundo se encuentra adentro…

-Así es, Pedrito. Todas las humanidades que tienen un nivel de evolución como la que habita en este planeta han trasladado sus civilizaciones al interior.

Vinka se interesó mucho.

-¿Quieres decir que los mundos más avanzados ya no viven en la superficie?

-Claro que no. El interior es mucho más seguro.

-¿Por qué?...

-Por lo mismo que les dije con respecto a las bases subterráneas. Allá adentro no llega la parte indeseable de los ratos del sol ni otros rayos molestos, no llegan los aerolitos ni las tormentas, ni el granizo ni los tornados ni nada; se puede regular el clima a voluntad en espacios menores, se pueden construir ecosistemas maravillosos, muy iluminados y llenos de agua y oxígeno, aunque afuera no haya ni atmósfera ni una gota de agua. Se pueden evitar los insectos molestos y otras especies no deseables para esos ecosistemas. Y no se llama la atención de los vecinos no evolucionados… Se puede vivir al lado de un mundo como los de ustedes sin que se den cuenta de que toda una gran civilización existe en el interior de ese planeta vecino, aparentemente muerto y seco… En fin, sépanlo de una vez: vivir en el interior de los mundos es una etapa evolutiva muy superior en la vida cósmica…

-¡Caramba! Esa sí que es novedad, nunca me lo hubiera imaginado. Y ahora que lo pienso, eso podría explicar que todos los planetas de nuestro sistema solar parezcan no tener vida…

-Y lo mismo en nuestro sistema solar –dijo Vinka. Ami se alegró.

-Correcto, chicos. En el Universo hay muuuucha más vida de la que ustedes suponen, pero como vuestras civilizaciones son tan “espirituales”… es mejor que por el momento no sepan lo que existe un peldaño más arriba.

-Me doy cuenta…

-Por otro lado, vivir en el interior de un mundo es un reflejo de una actitud del alma.

-¿Cómo es eso?

-Las humanidades de sus mundos viven en la parte de afuera, ¿no?

-Claro.

-En la parte de afuera DE TODO… Quiero decir, que ustedes no prestan atención a lo interno, que son superficiales, y por eso viven en la superficie de sus mundos. Eso es un reflejo de una actitud de vuestras almas.

-¿Tendrías la amabilidad de explicarlo mejor?

-A ustedes les interesa conocer todo lo que está afuera, muy lejos, por eso hacen grandes esfuerzos para ir muy fuera, para llegar a otros sistemas solares si fuese posible, a millones de kilómetros; pero acerca de lo que existe a poca distancia, en el interior de sus planetas, de eso no saben nada, ni les interesa mucho.

-¡Es cierto!... Existe una NASA que va hacia fuera; pero no existe una NASA que investigue hacia adentro… y eso está mucho más cerca…

-Porque miran sólo lo externo, la apariencia de todo, de los demás y de ustedes mismos, sin prestar demasiada atención a lo interno.

-Qué asunto tan curioso, pero creo que comienzo a comprender…

-Por esa misma actitud superficial de vuestras almas, ustedes no se conocen realmente a ustedes mismos, nunca echan un vistazo hacia el interior de vuestros corazones; les interesa solamente lo externo, lo visible con los ojos, lo material, lo denso; y por eso viven en mundos que son un reflejo de sus almas, en los que lo material predomina muy fuertemente por sobre lo espiritual o interior o sutil. Y también por eso tienen la tendencia a culpar a los demás por vuestros dramas, sin ver que todo tiene su origen en el interior de cada cual.

Vinka sacó conclusiones:

-Entonces Ofir no es un mundo tan avanzado después de todo, y tu mundo tampoco.

-Claro. Las nuestras son civilizaciones exteriores por el momento, pero tanto en Ofir como en Muñeca Galáctica, mi planeta, hace tiempo que se están preparando ecosistemas en el interior. Por eso, cuando los llevé a mi mundo y ya nos íbamos de él les dije que habíamos visitado solamente el exterior. ¿Recuerdan?

-Ah, sí. Recuerdo.

-Yo también. A propósito. ¿Cómo está tu mamá, Ami? –pregunté.

-Perfectamente bien. Preparándose para llegar a Kyria junto a mi padre.

-¡Qué bueno! Siempre recuerdo su consejo: “Los pies en la tierra, la mirada en lo alto y el corazón en Amor”. Mándales nuestros saludos, Ami.

-Así lo haré. Bien. ¿Les gustaría vivir en el interior de un mundo? Vinka dudó.

-A pesar de lo bonito que parece… No sé, me produce una sensación como de

claustrofobia… No poder mirar jamás las estrellas…

-Aquí también se puede proyectar el aspecto del cielo exterior sobre las cúpulas, Vinka.

-Claro… Bueno, debe ser cosa de acostumbrarse…

-Muchos adelantos cuentan con rechazo al principio, pero más adelante, la gente ya no desea perderlos. Por ejemplo con la escritura. Era más romántico escribir con tinta y una pluma de ave, ahora se escribe en teclados de computadoras, pero casi nadie desearía volver a la pluma, tampoco a las carretas ni a las señales de humo.

Ami dirigió la nave en picada hacia la árida superficie de Hexis.

-Vamos a penetrar por una de las entradas autorizadas, igual como hicimos en Shaya- Salim, así que no se aterroricen cuando parezca que vamos a chocar contra el terreno.

Y así fue: nos “desmaterializamos” para ingresar atravesando las oscuras rocas que bloqueaban la entrada, mientras Vinka se tapaba la cara con horror, claro… Inmediatamente después aparecimos en un impresionante mundo de luz y color que parecía no tener límites.

No podíamos creer lo que estábamos viendo.

-¡GUAAAOOOO!

Lagos, prados verdes y de tonalidades naranja, edificios que parecían hechos de cristales multicolores y de una arquitectura futurista que ni siquiera en Ofir yo pude ver. Enormes edificios y de otras formas ¡flotando en el aire! Grandes terrazas pavimentadas o con césped de varios colores, en las que mucha gente practicaba deportes; hermosos estadios, millares de vehículos espaciales, jardines naturales llenos de árboles, arbustos y flores plantadas de manera que conformasen bellos diseños que se apreciaban mejor desde la altura.

-¡Esto es lo más hermoso que he visto en mi vida! –expresaba Vinka llena de alegría. Igual que en la base de Kía, el “cielo” parecía un cielo de verdad, sólo que aquí tendía más hacia el rosado claro que hacia el celeste, y lo más impresionante de todo era que yo no podía ver los límites de aquella caverna descomunal.

-En estos mundos, las poblaciones habitan en oquedades que a veces tienen decenas de kilómetros de diámetro –explicaba Ami-. Allí están construidos sus asentamientos, que nunca llegan a estar tan repletos de gente como vuestras ciudades. Ya les dije que las grandes ciudades no les hacen bien ni a las personas ni al planeta. En estos grandes espacios, todo se ha hecho con armonía con el Universo. Hay muchos de estos asentamientos en este mundo, grandes y pequeños, y todos están intercomunicados entre sí.

-¡Esto es una súper civilización, Ami!...

-Claro. Ahora vamos a ir a ver un concurso de belleza interplanetario –dijo riendo-. Hay muchos visitantes provenientes de una gran variedad de mundos hoy en este lugar.

Me pareció raro aquello, porque los concursos de belleza siempre me dieron la idea de ser algo banal, pero ya me estaba acostumbrando a que Ami nos mostrase inesperadas sorpresas que, a fin de cuentas, no eran lo que habíamos pensado.

Capítulo 15: Apariencias externas

Detuvo la nave en un “estacionamiento” ubicado en una terraza sobre un gran edificio circular. Junto a nuestra nave pude ver una inmensa variedad de vehículos espaciales de diversos tamaños, pero más bien pequeños en general. Algunas personas de movían por allí, yendo o viniendo de sus vehículos.

Me llamaron poderosamente la atención unos enormes seres de grandes cabezas rojas y atuendos multicolores. Sus rostros no eran ni remotamente humanos, y había muchos otros tipos de humanoides. Casi parecía una fiesta de disfraces, pero todo el mundo estaba contento. En muchos casos, yo no sabía si tenían pelos de colores con peinados estrambóticos o si se trataba de adornos o sombreros. Lo mismo me sucedía con algunos detalles de los rostros o de los cuerpos.

-Mira a estos tipos, Vinka –dije al ver unos seres que tenían colas… Ami se reía.

-Esa especie habitó en los árboles en su pasado. Pero es bueno que ustedes no critiquen nada. Tienen que tener sus mentes ampliamente abiertas, porque aquí van a ver cosas que les parecerán muy curiosas o ridículas inclusive, pero que para esas personas son completamente normales. Ahora vamos al cuarto de aseo a desinfectarnos para bajar. Así lo hicimos. Luego descendimos junto a Ami. Caminamos hacia un ascensor cercano. Su puerta se abrió y de el salió una pareja de… Bueno, iba a decir que papagayos emplumados gigantes, pero Ami dice que hay que respetar, así que salió una pareja de seres bastante altos y coloridos del ascensor… Nos saludaron con gran amabilidad en el idioma de los mundos evolucionados y continuaron su camino. Vinka y yo nos pusimos un poco nerviosos porque no sabíamos qué hacer. Una vez adentro del ascensor, Ami se divertía mirando nuestras caras.

-Aquí, nadie les va a hacer daño, niños.

La caja de aquel vehículo, redonda y transparente, era muy grande, y su techo estaba muy arriba. Comprendí que seres muy, muy altos lo ocupaban a veces.

Descendimos hacia el interior del edificio y desde lo alto pude ver un ambiente lleno de… gente… La variedad más increíble de “modelos” humanoides andaba por allí, usando las vestimentas más extrañas que se pueda concebir. Algunos me provocaban gran temor, debido a sus rostros y cuerpos tan extraños, pero todo el mundo parecía muy entusiasmado y alegre.

Cuando las puertas del ascensor se abrieron y salimos, sentí un agradable perfume.

-El lugar está perfumado para que los olores naturales de alguna especie no molesten a alguna otra… Vamos, entremos a la sala, ya comenzó la presentación.

Ingresamos por unas grandes puertas y pude ver un iluminado escenario en el punto central de aquel aposento, rodeado de asientos llenos de… personas. No todas las butacas eran iguales; las más pequeñas, ocupadas por seres de menor tamaño, se encontraban adelante, más cerca del escenario; las más grandes, atrás. Nosotros nos dirigimos hacia el sector de las pequeñas. Encontramos una fila con poca gente. Ami pidió permiso mientras íbamos avanzando entre las piernas de amables… hermanitos del Universo… pero nadie nos prestaba una atención especial. Cuando nos instalamos me puse a ver lo que sucedía allí. Un animador bastante gordo y corpulento, de cara gris y boca muy grande (me recordó a un hipopótamo, pero con todo respeto lo digo)… muy alegre relataba los méritos de la candidata o candidato que se iba a presentar. A través del audífono traductor, yo podía comprender casi todo. Digo “casi”, porque muchas de las cosas que él decía no tenían sentido para mí. Por ejemplo:

-Quien va a presentarse ahora tiene el honor de pertenecer al “cuerpo de amsas blancos” de su planeta, ubicado en el sector “Maj-ok 2”. Todavía no ha ingresado al “elemento intralumínico”, pero sus “urewas” están por clasificar. Aquí está.

Apareció algo así como una lechuga caminante. Se presentó, saludó amablemente, se

concentró y luego se fue. Después vino otro, que hizo más o menos lo mismo, es decir, nada. Y así fueron apareciendo los seres más extraños, y pavorosos en algunos casos, de la galaxia. Caminaban o se arrastraban o se bamboleaban o inclusive volaban a veces.

Sonreían (los que tenían bocas como las nuestras), lucían sus raros atuendos, se concentraban, hacían algunos movimientos frente al público y luego se retiraban.

Yo no comprendía nada, pero el público sí, y a veces exclamaba algo así como “ohhhh” cuando los seres del escenario se concentraban. Yo sentía algo muy bonito en ocasiones, pero, en definitiva, Vinka y yo nos mirábamos sin entender.

-¿De qué se trata esto, Ami?

-Es algo parecido a un concurso de belleza, pero con dos grandes diferencias. En primer lugar, aquí no se compite, nadie gana o pierde. Cada uno muestra lo suyo y trata de agradar al público, y ése es su único premio. En segundo lugar, no es la belleza externa lo que exhiben.

-¿No?

-Claro que no. Como la variedad de formas externas es tanta, para nosotros no tiene mucho sentido decir “esta persona es más bonita o más fea que esta otra”. En realidad, nosotros no le prestamos demasiada atención al exterior de las personas. Lo que en un lado es “bonito”, en otro lado es “feo”, eso es muy transitorio y muy relativo; por eso, nosotros vamos directo al interior. La verdadera belleza es algo de adentro, y eso es justamente lo que muestran los participantes: su belleza interna.

-Ah… ahora comprendo mejor. ¿Pero cómo puede el público ver la belleza interior de los participantes?

-No, no se puede “ver”. La belleza interna no está al alcance de los ojos.

-¿Y cómo la captan entonces?

-Con los sentidos superiores del alma, Pedro.

-Ah… Claro, esta gente es MUY evolucionada. Yo no, yo sólo puedo guiarme por mis ojos, no tengo esos sentidos superiores del alma…

-Y yo tampoco… -dijo Vinka, un poco triste.

-No es tan así, niños. La verdad es que ustedes sí tienen esos sentidos, pero no les suelen prestar atención porque es algo muy sutil, y ustedes están acostumbrados a fijarse sólo en lo estridente… Pero hagan la prueba de sentir lo que estas amables personas están tratando de enviarles sutilmente. Pongan atención.

Apareció un ser muy delgado, de piel negrísima y cabellos lisos que lanzaban reflejos azules, debido a la negrura tan intensa. El espécimen aquel parecía uno de esos palos con greñas para limpiar el piso, pero parado al revés… Yo no supero si aquello era hombre o mujer.

-No es ni hombre ni mujer –dijo Ami, dejándonos estupefactos, pero él, otra vez reía-. No crean que toda la vida inteligente del Universo funciona sobre la base de dos sexos, como ustedes o como yo…

-¿Nooo?

-Claro que no. Ésa es sólo una de las formas, pero hay muchas más, igual que sucede con otras especies animales y vegetales de sus propios mundos. En definitiva, esa alma hermana que ven allí se engendra a sí misma y se reproduce… No… hay tanta variedad que no vale la pena explicarles uno entre todos los posibles métodos de reproducción que existen en el Universo.

Pero Vinka y yo éramos demasiado curiosos y quisimos saber al menos cómo se reproducía ese ser en particular.

-Está bien. Ese ser se reproduce mediante… huevos.

-¡¿Queeee?! ¡Ah, no! ¡Ja, ja, ja! ¡ESE TIPO PONE HUEVOS, VINKA!...

-Shhht. ¿Ven? Ustedes se escandalizan por todo. Sepan que a ese ser le produciría ESPANTO ver la sangrienta y dolorosa forma en que nacen los bebés en sus mundos… Yo pensé un poco y consideré que Ami estaba en lo cierto.

-Todo es relativo, chicos. Vamos, presten atención a lo que esa alma hermana está tratando de enviarles.

El flaco… o flaca… El delgado ser aquel estaba concentrado en medio de escenario. Yo cerré mis ojos y traté de sentir… pero no sentí nada. Creo que eso se debió a que mi mente todavía estaba muy impresionada por lo que había escuchado antes, y Vinka estaba igual que yo, pero el público parecía fascinado. Ami comprendió lo que nos sucedía.

-No debí haber mencionado el asunto. Es sabido que en mundos como los vuestros, la

sexualidad suele ser considerada como un tema “altamente aterrador”… Pero disimulan el espanto con bromas de mal gusto. Bien, tenemos que regresar a Kía. Vamos, chicos, no tenemos mucho tiempo por delante.

Una vez en la nave con rumbo a Kía, Ami dijo:

-Se darán cuenta de que el propósito de este viaje fue mostrarles una civilización en el interior de un planeta, para que vean en forma directa que a mayor evolución, menor importancia tiene lo externo.

-Ah… ¿Sí? Claro, Ami, por supuesto…

-Para ver si les disminuye un poco ese “racismo óptico” del que ustedes sufren. Ja, ja, ja. Y para que comiencen a prestar atención a lo que irradian las personas, en lugar de fijarse sólo en lo que parecen o en lo que dicen. Y también para que se fijen un poco más en vuestro propio interior. Lo verdadero, lo importante de los seres está por dentro. Por eso, las personas evolucionadas miran más lo interno y menos lo externo. Y cuando la evolución es menor se mira más lo de afuera, lo transitorio, en todo tipo de asuntos…

-Claro, pero a nosotros nos falta muuuucha evolución… -dijo Vinka. Ami se estaba riendo.

-Les falta atención, sólo eso, y un poco de práctica.

Kía ya estaba frente a nosotros, ocupando todo el espacio detrás de los cristales.

-Ahí tienen a sus tíos, disfrutando de una tarde de sol en las montañas.

En un monitor aparecían Clorka y Goro caminando abrazados por el borde de una laguna, contemplando arrobados el paisaje, seguidos de cerca por Trask, que balanceaba contento su largo cuello, mientras varios garábolos revoloteaban por allí. Muy pronto llegamos junto a ellos y Vinka corrió a abrazarlos.

-¿Cómo durmieron, tíos?

-Muy bien, muy bien. Con la belleza de este lugar, casi se nos está olvidando que la PP está detrás nuestro, que lo perdimos todo y que no tenemos donde ir…

Ami, sacando un tono entre optimista y misterioso, les preguntó:

-¿Y no les gustaría quedarse por aquí?...

La pareja de Kía tuvo un estremecimiento y se devoró a Ami con la mirada.

-¿Qué… qué quieres decir?... ¿Es posible eso?...

-Claro. Esta cabaña quedó deshabitada definitivamente, porque su morador, Krato, decidió quedarse a vivir para siempre en el planeta de este niño, y ya no volverá nunca más por aquí.

-Se puso de novio con mi avuela ¡Ja, ja, ja! –A mí, todavía me parecía un tanto ridículo aquel romance tan “primaveral”…

Los tíos de Vinka comenzaron a animarse visiblemente.

-La verdad es que anoche y toda la mañana estuvimos pensando en eso, en vivir por aquí y cosas así. A ambos nos gusta mucho la soledad, por eso, casi no tenemos amistades. Estábamos considerando la idea de dedicarnos a la agricultura, hacer una huerta como ésa que tiene Krato aquí, construimos una cabaña, y…

-Ustedes están un poco mayores ya como para tener que comenzar todo desde el principio. Aquí tienen una cabaña lista para ser habitada y decorada por Clorka, y esa huerta ya no pertenece más a Krato. Además, les quedaría todo el equipo par ala elaboración de jugo fermentado de muflos, podrían venderlo, igual que los productos de la huerta, en el pueblo más cercano, que está a unas cuatro horas de camino. Por allí hay una carreta, y Trask es muy fuerte, y él también de ahora en adelante les pertenece –les explicaba Ami. Ellos lo miraban cada vez más entusiasmados, especialmente Clorka.

-Yo, toda mi vida he soñado con vivir en el campo, lejos del ruido de la ciudad, y Goro también, y ahora se nos hace realidad ese deseo secreto… ¡Esto parece un sueño!

-Yo también desde niño soñaba con vivir en la naturaleza, inclusive quise estudiar agronomía para irme a vivir en algún bosque, pero mi padre, que era muy autoritario, quiso que yo trabajase pronto en la misma farmacia a la que él le dedicó toda su vida, y no me financió los estudios. Pero la verdad es que siempre odié esa farmacia y esa ciudad… Sí, si fuera posible, yo me quedaría encantado en estas hermosas montañas y en estos paisajes maravillosos.

-Listo entonces. Ya está. Esta es vuestra tierra y vuestra casa –dijo muy alegre Ami.

Al escuchar aquello, Goro comenzó a sonreír por primera vez en su vida. Le brillaba la mirada. Observaba hacia todos lados como sin poder creer que toda aquella belleza que le rodeaba iba a ser su panorama cotidiano. Miró hacia un hermoso valle allá abajo, con infinidad de matices de verde, sonrió nuevamente, se le cayeron unas lágrimas de feliz emoción y… En esos momentos fue que se sintió mal, se puso pálido y tuvimos que ayudarlo a llegar al interior de la cabaña y recostarlo sobre un jergón.

-No sé qué me sucede… Me emocioné mucho, sentí mareos y…

-Claro –bromeó Ami-, como no estás acostumbrado a las emociones positivas, te enfermaste. Ja, ja, ja.

En ese momento ocurrió algo que me pareció espantoso: el pelo de la cara y de la cabeza de Goro comenzaba a caérsele…

-¡Te vas a transformar en swama, tío Goro, te estás transformando! –vociferaba Vinka, con una alegría inmensa. Ami y Clorka también se pusieron muy contentos, pero yo no sabía qué desastre podría ocurrir allí… si es que sucedía alguno.

-Ningún desastre, Pedro. Esto es más bien algo maravilloso. En dos o tres días más, nuestro amigo Goro quedará convertido en un agradable e inofensivo swama. Evolucionó velozmente gracias a todos los golpes emocionales que padeció en este corto tiempo. También se desilusionó de algunas falsedades en las que creía, y así se hizo espacio en él para valores más verdaderos. Pero el último golpe fue positivo, el que recibió al enterarse que tiene estos hermosos parajes y una vida nueva a su disposición, lo cual comprueba que el amor y la felicidad pueden hacer evolucionar mucho más rápido que el sufrimiento…

-Y ahora vas a ser por fin un ser humano, tío –dijo riendo Vinka. Pero el terri era todavía terri y quiso defender su raza ante la ofensa de Vinka. Iba a decir algo, pero no pudo porque varios enormes dientes sueltos bailaban adentro de su boca… Al final, se puso a reírse de sí mismo al contemplar los dientes sobre la palma de su mano.

Ami estaba muy entusiasmado.

-La PP busca a una pareja terri-swama, así que ya no hay más peligro para ellos. Nadie va a sospechar de una pareja de swamas. ¿No les parece fabuloso? Hasta las huellas dactilares cambian con la transformación. Y las tuyas también te las cambiaré, Clorka, y luego nuestros amigos del Registro Civil de este país les conseguirán una identidad nueva a ambos. Yo me ocuparé del resto.

-Pero nosotros hablamos muy mal el kairoso, el idioma de aquí…

-Bien, entonces les conseguiré documentos de extranjeros residentes legalmente. No se preocupen por nada, yo me encargo. Y también les conseguiré libros para que aprendan el kairoso.

Goro estaba más reconfortado ahora, sonreía satisfecho. Poco a poco se estaba transformando en un swama bonachón, y él se dejaba estar sin oponer resistencia de ningún tipo.

-Por ahora, sólo deberás descansar, Goro, ya sabes que estas transformaciones son inofensivas y que no duele nada, pero vas a estar débil un par de días, por eso tendrás que estar en cama.

El futuro ex terri trató de decir algo, pero el aire se le escapaba dentro de una boca con cada vez menos dientes y no pudo hacerlo, y nuevamente se puso a reír.

-No te preocupes, Goro. Esta noche o mañana tendrás dientes nuevos, pero más chiquitos, claro…

-Dientes humanos –insistió Vinka, para molestar nuevamente a su tío, pero ahora, Goro lanzó una desdentada carcajada que fue coreada por todos nosotros.

-Vamos a ser muy felices aquí –dijo Clorka, llena de emociones nuevas.

Mi alma gemela aprovechó la ocasión para volver al tema central de nuestras preocupaciones:

-Sí, tíos, ustedes van a ser muy felices aquí, pero comprenderán que este no es el lugar apropiado para una jovencita que debe terminar sus estudios. ¿No?...

Vinka acababa de poner las cartas sobre la mesa. El asunto más importante de toda mi vida comenzaría a jugarse allí: la posibilidad de que Goro autorizase a Vinka para irse a mi planeta. Me preparé para largos y tensos tira y afloja, pero Goro estaba de muy buen humor ahora y dijo algo que ni en el más optimista de mis sueños hubiera podido imaginar:

-Tienesh rashón, Vinka. Tu futuro y tu felishidad no están en Kía. Fui un cabeza dura al

ponerte tantos obstáculos y al desconfiar tanto de Ami y de eshe niño bueno que esh tu alma gemela.

Yo no podía creer lo que estaba escuchando.

-¿Entonces, tío? –dijo Vinka con el alma en un hilo.

-Entonshesh eshtásh autorizada para irte a vivir a la Tierra.

-¡¡¡VIVAAAA!!! –Exclamamos todos, incluso Clorka.

Vinka vino hacia mí eufórica de felicidad, con lágrimas en los ojos. Nos abrazamos largamente. Ahora, nada iba a interponerse entre nuestro amor. La felicidad nos esperaba en un radiante futuro lleno de luz.

Mariposas, garábolos y otros bichitos comenzaron a revolotear alegremente por sobre la cabaña.

Ami felicitaba al tío de Vinka:

-Muy bien, Goro, muy bien, y no perderás a tu querida sobrinita, porque cada vez que me sea posible te la traeré para que estén juntos un par de días.

-Grashiash, Ami, muchash gracias… snif…

Yo recordé que él había dicho que no se le permitía andar de celestina acarreando enamorados por el Cosmos, sino solamente prestar ayuda para cosas que tienen que ver con el Plan. Él captó lo que yo pensaba.

-Esta niña tiene que escribir un nuevo libro relatando sus últimas aventuras, y debe ser

editado aquí en Kía y corregido por Clorka. Vinka lo escribirá en la Tierra, pero cuando esté terminado se hará necesario que alguien traiga el texto a Kía. Las autoridades del Universo no me impedirán que sea yo quien haga ese traslado, porque eso es una labor planetaria, no particular. ¿Verdad?

-Claro, Ami.

-Pero Vinka y Pedro podrán aprovechar el viaje, ida y vuelta.

-¡¡¡VIVAAAA!!! –volvimos a exclamar muy felices.

Después, Clorka preguntó cómo iba a llegar el manuscrito a la editorial.

-Yo me encargo, Clorka –dijo Ami.

-Pero la PP…

-Nada. Para ellos se trata de atraparlos a ustedes. Los libro son un asunto aparte. Yo mandaré el texto por Intertoko junto con…

-¿Intertoko? –pregunté.

-El equivalente a Internet en este mundo… junto con un mensaje tuyo autorizando la edición. Allí explicarás que te encuentras lejos por el momento, Clroka. Y cuando la PP vea que apareció un nuevo libro irá a la editorial a averiguar, y allí les dirán que recibieron el manuscrito por Intertoko y que no saben nada más, y asunto cerrado, y así, Vinka podrá cumplir con la misión que la trajo a encarnar a este mundo.

Y todo lo demás sucedió muy rápido. Ami le cambió las huellas dactilares a Clorka, llevándola por nos minutos a la nave. Ella quiso que además le encrespara un poco el pelo… pero él sólo se rió. Luego les pidió a los tíos de Vinka que le preparasen una lista con cosas que iban a necesitar para instalarse en su nuevo hogar. Explicó que él se las traería luego de pasar a dejarnos en la Tierra. Ellos dijeron que no serían muchas, porque su intención era llevar una vida lo más sencilla posible. Ami los felicitó por eso. Después, comenzamos a ayudar entre todos a acondicionar aquella vivienda, cosa que hicimos con cariño y alegría. Limpiamos, eliminamos los chumi-chumi, unos insectos parecidos a las polillas, y sacamos una gran cantidad de trastos viejos. Por allí, Clorka encontró el famoso pergamino de Krato. Vinka quiso llevárselo de recuerdo, pero Goro escuchaba desde lejos y se opuso:

-No, no. Ese pergamino es maravilloso. Déjenlo aquí, donde fue escrito. Yo le haré un marco y lo pondré en el lugar de honor de esta casa.

Todos estuvimos de acuerdo.

Clorka quiso quemar la basura, pero Ami dijo que no era necesario tirar humo a la atmósfera. Fue a su nave y desde allí lanzó un rayo que desmaterializó el montón de trastos viejos. No quedó nada, ni siquiera una huella. Entonces comprendí que, aunque Ami dijera que ellos no tenía armas, sí que las tenían…

-Pero nosotros no las apuntamos hacia las personas –aclaró al enterarse de mis

pensamientos.

Más tarde, Ami dijo que era el momento de partir, porque al día siguiente, él tendría que ir muy lejos a realizar otra misión.

Vinka y sus tíos tuvieron una despedida muy emotiva, pero no triste. La verdad es que mis nuevos tíos estaban demasiado contentos y felices con su cambio de vida; eso le quitó dramatismo a la despedida. Pero yo me emocioné, porque Goro ya no era el Goro de antes, sino un buenazo y pacífico proyecto de swama, que inclusive sonreía y palmeaba la cabeza de vez en cuando, y no pude evitar comenzar a sentir cariño por él.

-Y si esta niña no se distrae y termina su libro muy rápido, entonces muy pronto estaremos de vuelta por aquí.

-¡Mañana mismo comienzo! –exclamó ella.

Una vez instalados en la nave, Ami nos dijo que tenía algo más que mostrarnos antes de dejarnos definitivamente en nuestra casa de la playa, y que eso iba a ser lo más importante de todo cuanto nos había hecho conocer hasta ahora en todos los viajes. Yo pensé que íbamos a ir hacia un mundo diferente, por eso, cuando mi planeta azul apareció inmenso detrás de las ventanas, dije:

-Pero eso es la Tierra, Ami…

-Claro, allá está lo que les quiero mostrar.

-Hum… Seguro que no va a ser nada muy novedoso… Hablaste de mostrarnos una civilización adentro del mar… ¿Se trata de eso?

-No, pero cuando vayamos a Kía a dejar el manuscrito de Vinka podremos visitar una de ellas, y no justamente en la Tierra, y también podremos ir a ver un planeta artificial, y si lo…

-¿Y por qué construyen planetas artificiales? –lo interrumpió Vinka.

-Porque a todo sol le llega su momento de “morir”, entonces estalla, calcinando a todos sus planetas. Pero antes de que eso suceda, los habitantes de ese sistema solar deben ser evacuados en masa. Para eso se construyen esos planetas artificiales, los que pueden ser dirigidos, como si fueran descomunales naves, y llevados a orbitar a algún otro sol. Pero después veremos eso, y si lo desea, podremos echar un vistazo al pasado, pero esto que van a ver es más importante todavía para ustedes.

Hizo descender la nave y comenzamos a avanzar por sobre los montes Himalaya, para luego lanzarnos en picada directamente hacia uno de esos cerros a una velocidad impresionante. Yo comprendí que, al igual que en caso de Shaya-Salim y de Hexis, íbamos a atravesar la materia sólida para llegar al interior, por eso, no sentí temor, pero Vinka sí, como siempre, y cerró los ojos cuando le pareció que el choque era inevitable. Yo no lo hice, porque ya sabía que no iba a suceder nada, y sobre todo porque quise saber qué aparecería detrás de los vidrios mientras penetrábamos la roca: nada, algo negro que duró una fracción de segundo y luego una gran claridad.

-Estamos en territorio civilizado nuevamente, niños –dijo muy alegre Ami.

Yo esperaba ver algo parecido a Shaya-Salim o a Hexis, pero no, esto era completamente diferente. Esos lugares anteriores me dieron la impresión de ser ciudades modernas, mientras que aquí me pareció haber llegado a un territorio de ceremonias o algo por el estilo, porque tras los cristales de las ventanas apareció una ciudad blanca, de edificios pequeños, en su mayoría semicirculares, excepto por una gran construcción con forma de esfera y también de color blanco, que se destacaba imponente y hermosa en el centro de la ciudad. No había otras construcciones mayores. Aquella esfera brillante estaba sostenida por cuatro “brazos” o soportes ligeramente curvos que la sujetaban por su ecuador, y también se apoyaba sobre la tierra por su parte inferior. Ese edificio era lo más importante de la base subterránea. Cuatro grandes avenidas sembradas de árboles, prados y flores, convergían hacia ella, terminando frente a cada uno de aquellos soportes.

Observé muchos desplazamientos de naves y bastante gente allá abajo, pero a pesar de eso, se sentía mucha armonía y paz.

–Esta base se llama Shambalá, niños.

-¡Shambalá! Yo he escuchado ese nombre, Ami… creo que es una canción.

-Puede ser, Pedro, porque Shambalá está presente en muchas tradiciones antiguas, igual que Agadir o Agarti, El Dorado, Shangri-La y otras bases nuestras que todavía no son tan conocidas.

-Y si son bases secretas, ¿cómo es que en las tradiciones se enteraron de la existencia de ellas?

-Muchas tradiciones encierran verdades capaces de iluminar a los hombres en su camino hacia el Conocimiento, Pedro. En ocasiones, nosotros mismos hemos dejado pistas, intencionalmente, pero un poco como si fuese cuento, otro poco como si fuese realidad; algo así como los libros que ustedes escriben…

No podía haberlo explicado mejor.

-Vamos a aterrizar cerca de aquel laboratorio con forma de esfera.

-¿Laboratorio? Yo pensaba que eso era un estadio…

-No, Pedro. Más bien se podría decir que es un templo, porque los trabajos que allí se realizan tienen que ver con lo mismo que sucede generalmente en el interior de los templos, es decir, la generación de niveles más altos de energía espiritual.

No me pareció que fuese ésa justamente la finalidad de los templos.

-Sin embargo, es ésa su finalidad superior, desde un punto de vista no tan terrenal, sin considerar su sistema religioso particular. Es algo así como la electricidad, si ella proviene de plantas térmicas, nucleares, eólicas, solares o de represas, si necesitas encender la luz, poco te importa su origen.

-Claro.

-Bien, quiero que conozcan a un amigo. Prepárense para descender. Sentí claramente que esa ciudad tenía una atmósfera mística.

-Correcto, Pedro-. Notaste que la energía aquí es diferente, más elevada y fina. Eso ocurre porque estamos en un importante centro espiritual del planeta Tierra, y porque estás prestando más atención a tus sentidos interiores.

-¿Cómo es eso? ¿Esta ciudad no es como Shaya-Salim?

-No, Vinka. En los mundos no evolucionados o “incivilizados” hay bases dedicadas a unas labores y otras dedicadas a otras cosas. En Shaya-Salim se supervisa la evolución social y política de Kía, en otras bases se atiende la evolución científica o tecnológica; mientras que Shambalá es uno de los centros dedicados a la supervisión espiritual de la humanidad del planeta Tierra.

El templo estaba posado sobre el centro de una enorme losa o terraza de un material parecido al diamante o al cristal. Nuestra nave se paró encima de esa inmensa joya, en un lugar destinado al estacionamiento de vehículos aéreos.

-Ésta es la mayor plataforma de cristal de cuarzo de este planeta, chicos. Se trata de un cuarzo finísimo. Este cristal tiene la virtud de concentrar y amplificar las vibraciones mentales, y como aquí se realizan muchos trabajos destinados a generar elevadas vibraciones mentales o espirituales, esas energías son proyectadas desde aquí hacia todo el planeta.

Pasamos por el “baño”, descendimos a tierra y nos dirigimos hacia el templo. Los

cuatro brazos que lo sujetaban tenían a sus costados dos delgadas pestañas que eran escaleras automáticas, hacia arriba por el lado derecho, y hacia abajo por el lado izquierdo. Por estas escaleras se llegaba a las entradas, ubicadas en lo alto, en la parte ecuatorial de la esfera. Subimos a una de ellas y comenzamos a elevarnos, pero allí no había barandas, y el ancho de los peldaños no sería más de un metro, y como la altura se ponía cada vez más impresionante tuve que hacer un esfuerzo para que no me viniese un ataque de vértigo, además me apegué lo más posible al lado del muro. Vinka iba delante de mí, me miró con susto, con ganas de ponerse de rodillas. Yo la abracé por detrás.

-No mires hacia abajo, Vinka, y no te pasará nada. Más bien piensa en mantener tu equilibrio interior, en ir serena –le dijo Ami. Ella así lo hizo y se sintió mejor.

Me pareció que aquel lugar era muy peligroso. Si te agarra el vértigo… chao. Pensé que era idiota o sádico no poner barandas allí.

-Aquí adentro se realizan trabajos de elevación de la energía espiritual, chicos, y la calidad de ese tipo de energía depende del buen estado de nuestro cuerpo y de nuestra mente. Quien no tiene los nervios o el cuerpo lo suficientemente bien como para subir por aquí, no merece entrar a ese lugar, porque no podrá irradiar una energía espiritual elevada.

Comprendí, pero pensé en mi abuela, que ni loca subiría por allí, a pesar de ser una

persona muy buena y muy espiritual, y me pareció un poco discriminatorio el asunto. Por supuesto, Ami me “escuchó”.

-Ella es muy buena y muy espiritual, Pedro, pero quienes trabajan aquí tienen una gran responsabilidad sobre la gente de este mundo, ellos deben encontrarse en inmejorables condiciones anímicas y físicas para realizar bien su trabajo, y esta escalera les permite “medirse” a sí mismos antes de ingresar al lugar. Si durante el trayecto se sienten mal, al llegar arriba regresan y esperan otro día, hasta sentirse cien por ciento bien. Un buen estado físico y mental garantiza un buen estado espiritual, porque nuestro cuerpo es una imagen tridimensional del estado de nuestra alma.

Esta vez comprendí. No era discriminación, sino niveles de “profesionalismo espiritual”…

Llegamos arriba, a las puertas del laboratorio-templo.

-Vayan en silencio y con actitud de respeto, niños. Así lo hicimos.

Desde la entrada hacia adentro se extendían pasillos circulares, terrazas con plantas, flores y pequeños arbustos, y sobre todo, lugares con asientos, destinados tal vez a contemplar lo que ocurría allá abajo, en la parte inferior y central, en donde se veía desnuda la losa de cristal de cuarzo. Sobre ella había un hermoso altar bellamente iluminado. Lo más destacable eran siete refulgentes piedras preciosas de unos dos metros de altura cada una, con forma de obeliscos y de diferentes colores. Un grupo de encapuchados vestidos de blanco hacía un círculo alrededor de una de las piedras, la de color violeta. Las enormes gemas estaban instaladas sobre bases triangulares de un cristal tan centelleante que me pareció diamante.

-Es diamante puro, Pedro, para que transmita mejor las vibraciones espirituales de esas personas encapuchadas, desde las gemas a la gran base de cristal de cuarzo, y de allí parten hacia las almas de este mundo.

Había mucha gente, la mayor parte pertenecía a una raza cobriza. Eran de un tamaño muchísimo mayor que el nuestro, pero no tanto como la gente de Ofir, que medía tres metros de estatura. Estos seres medían alrededor de dos metros. Tenía cráneos mayores que los nuestros y cuerpos esbeltos y atléticos. Vestían ropas holgadas y sin cuellos. Los hombres eran lampiños, y la mujeres no eran tan curvilíneas como algunas terrícolas, sus figuras eran muy finas y estilizadas. Sus rostros parecían estirados hacia atrás, como si se hubiesen hecho una cirugía estética, ninguna arruga. Poseían ojos muy grandes y serenos, de los mismos colores que se pueden encontrar en la gente de la Tierra, es decir, negros, marrones, grises, verdes y azules, con toda la gama intermedia. Tenían la piel igual que una persona que se ha bronceado mucho, y el cabello entre castaño y dorado, algo ensortijado. Hombres y mujeres lo usaban muy corto. No divisé a ningún terrícola.

Ami sonrió y me dijo bajito:

-Hay muchos terrícolas por aquí…

Yo no vi ninguno, a menos que hubiese alguno entre los encapuchados de allá abajo, quienes tenían sus brazos en alto y cantaban, oraban o no sé qué, pero emitían notas prolongadas con sus voces. El ambiente y el sonido eran muy hermosos, tanto, que Vinka comenzó a emocionarse. Me miraba con los ojos brillantes y húmedos. A mí se me estaba poniendo la piel de gallina con las extrañas vibraciones del lugar.

-No se emocionen mucho, chicos, tenemos que llegar allá abajo.

Continuamos descendiendo hasta que estuvimos de pie sobre la losa de cuarzo, muy cerca del círculo de personas alrededor de la piedra color violeta. Ami nos condujo hacia una puerta lateral. Entramos y vimos una escalera que llevaba hacia más abajo todavía, a un subterráneo. Bajamos y llegamos a un pasillo iluminado, caminamos por él y luego ingresamos en un salón a la izquierda. Allí había un hombre muy alto que nos esperaba de pie junto a una mesa de conferencias. No era terrícola, sino de aquella raza que predominaba en el lugar. Nos miró con amabilidad, con cariño más bien, y nos saludó extendiendo la palma derecha hacia nosotros, llevándola luego al corazón, igual que como lo habían hecho los falsos terris de Shaya-Salim.

-Bienvenidos a Shambalá, niños. Mi nombre es Shiruk, y soy quien coordina las actividades que se realizan en este laboratorio. Tomen asiento, por favor.

Así lo hicimos, él también. Me hizo recordar un poco al Comandante que habíamos

conocido en el encuentro anterior, es decir, el ser que dirige todo el “plan de ayuda” a mi planeta; pero no, éste era mucho menos impresionante, se veía más humano, más próximo a nosotros.

-Pero pertenece a la misma raza planetaria que el Comandante –me aclaró Ami.

-Es verdad. Por eso me lo recordaba tanto.

Shiruk habló con emoción y respeto acerca del Comandante:

-Pero él, bendito sea, es una de las almas más llenas de Luz de mi raza. Bien. ¿Desean preguntar algo, niños? –nos dijo sonriendo amablemente, en un tono que invitaba a conversar.

No se me ocurrió ninguna pregunta, pero a Vinka sí:

-¿De qué planeta proviene usted?

Ami y Shiruk rieron. Yo pregunté por qué lo hacían.

-Porque a Vinka se le ocurrió preguntar algo perfecto. Le evitó a Shiruk muchos rodeos. Directo al grano. Y la respuesta les va a sorprender…

Vinka no lo creyó:

-No piensen que nos vamos a asombrar mucho, porque ya estamos acostumbrados a conocer extraterrestres nacidos en muchos lugares lejanos.

-Yo no soy extraterrestre, sino terrestre –dijo Shiruk, muy serio.

-¡¿Queee?!

El niño de blanco se rió de nosotros y dijo:

-El primer viaje fue vuestro primer “grado”, el “A”, en el tema “vida universal”, y también para sus lectores. El segundo viaje fue el “B”. Y éste es el “C”. Cada vez han ido profundizando más en estas materias. Ahora prepárense, porque lo que viene es “pura dinamita”…

-Éste es mi mundo –continuó explicando el hombre de Shambala-, aquí nací, aquí nacieron mis antepasados. Yo todos esos hermanos parecidos a mí que habrán podido ver, todos nosotros somos terrícolas…

¡Aquellos seres tan avanzados… terrícolas! ¡Viviendo en nuestro mundo durante generaciones!... Ami tenía razón: aquello nos tomó por sorpresa.

-Pero aquí también hay algunos hermanos nuestros que están de paso, y que provienen

del lejano mundo que dejamos atrás hace tantos milenios.

Shiruk continuó hablando sin detenerse, pero haré un resumen de lo que dijo. Puedo garantizar que, si saber que él era terrícola nos sorprendió, eso no fue nada comparado con la sorpresa infinita que nos produjeron las cosas que fue diciendo después. Comenzó poniendo un ejemplo:

“En mundos como los vuestros, niños, hay hombres que van a lugares desérticos o inhóspitos y solitarios y se instalan allí con sus familias. Crean métodos de riego, siembran, crían animales, tienen más hijos y, con trabajo y tiempo logran establecer un paraje en donde se puede vivir. Más tarde llegan otros a instalarse por ahí cerca con sus familias, el lugar crece y crece y al final surge una aldea, un pueblo o una ciudad, y donde antes no había nada, ellos crearon un lugar lleno de vida. Ésos son los pioneros o colonizadores.

Cuando las naciones están en formación y tienen grandes territorios deshabitados, los Gobiernos suelen favorecer y promover las colonizaciones, financiando y apoyando a veces a los pioneros, porque en la medida que un país crece, se va haciendo más fuerte. Ésa es una tendencia inherente a la vida: esparcirse, engrandecerse, abarcar más, perfeccionarse más y más para sobrevivir en mejores condiciones cada vez, para luego dar la posibilidad a otros, sus descendientes y otros, a vivir cada vez mejor.

La Confraternidad de Mundos Evolucionados, de acuerdo con la voluntad de niveles jerárquicos más altos, y todo ello dentro de un Plan Divino, ha ido sembrando vida por las estrellas desde hace millones de años”.

Yo pensé que Ami no nos había dicho nunca antes que la Confraternidad se encargaba de ir generando vida por la galaxia. Yo creía que ella se producía sola… Pero él captó mi pensamiento y dijo:

-¿Olvidaste Calibur?...

-¡Era verdad! En nuestro viaje anterior nos llevó a Calibur, un planeta de Sirio, y nos dijo que aquello era una estación de creación de especies vegetales, y que allí habitaban solamente ingenieros genéticos. Pero yo lo había olvidado Es que fue justamente allí que Vinka y yo comprendimos que éramos almas gemelas, por eso, mis recuerdos de Calibur están asociados solamente a nuestro amor.

Shiruk continuó:

“La Confraternidad está compuesta por civilizaciones de muchas especies de seres inteligentes, algunas están con nosotros desde muy antiguo, otras se integraron hace menos tiempo, cuando evolucionaron hasta llegar a cumplir con las exigencias que se les piden a todas las civilizaciones para ser consideradas como evolucionadas y, por lo tanto, poder ser aceptadas como miembros.”

Esas condiciones ya me las había mencionado Ami en su primer viaje. Dijo que para merecer integrarse a la Confraternidad, los mundos deben haber dejado de estar divididos por países y fronteras y deben haber alcanzado la etapa en la cual todas las naciones y grupos étnicos logran constituir una unidad, es decir, transformarse en un solo pueblo, dirigido desde un Gobierno Mundial. Pero como una dictadura planetaria también podría ser considerada como Gobierno Mundial, y como no es eso lo que desea la Confraternidad, Ami aclaró que ese mundo debe ceñirse a la Ley Fundamental del Universo, es decir, el Amor, el Amor Universal, y si eso se cumple, entonces ya no hay más injusticias ni sufrimiento, y sólo entonces esa civilización es aceptada como miembro de la Confraternidad.

“Cada civilización aceptada, luego de un tiempo de evolución y progreso, asistida por la Confraternidad, alcanza la etapa en la que tiene el deber de comenzar a trabajar en el perfeccionamiento de la vida en un mundo desprovisto de vida inteligente”.

El asunto se iba poniendo cada vez más interesante.

“Las Autoridades Galácticas les asignan un planeta joven a los nuevos sembradores, un mundo del tamaño y gravedad adecuadas para su propia especie, porque allí deben construir bases de trabajo y habitar en ellas durante milenios y milenios.

Para ustedes, el tiempo tiene una duración diferente que para nosotros.

Hace millones de años llegó mi raza a este mundo. Nos instalamos primero en bases orbitales y construimos ciudadelas subterráneas. Luego nos trasladamos a ellas y desde allí procedimos a trabajar en el perfeccionamiento de los ecosistemas con un objetivo muy preciso. Para ello modificamos algunas especies ya existentes o creamos otras en nuestros laboratorios genéticos, o trajimos algunas desde otros mundos, adaptándolas luego a las condiciones terrestres. También trabajamos sobre los climas y las propiedades de los mares.

Nuestra raza proviene del Cosmos, pero yo y la mayoría de quienes estamos aquí pertenecemos a una estirpe que lleva muchas generaciones habitando la Tierra, planeta al que amamos, así como un labriego ama la granja que ha creado y en la cual habita. Además, este bello mundo es el hogar de nuestros antepasados y de sus descendientes, es decir, nosotros. Es debido a ello que nos consideramos terrícolas, y lo somos de corazón. Nosotros estamos aquí desde mucho antes que ustedes.”

Entonces comprendí que por eso se sentían autorizados a espiarnos. Al parecer, los “invasores” éramos nosotros y no ellos…

Haré un paréntesis aquí para relatar algo que sucedió mucho después, en mi casa junto al mar.

Cuando mas tarde Ami me dio la “ayudita” que mencioné y que pronto relataré, pude enterarme acerca de la Teoría de Darwin, la de la evolución de las especies. Y entonces recordé las palabras de Shiruk, y quise que mi amigo me aclarara un poco más las cosas.

-Ami, cuando estuvimos en Shambalá, Shiruk dijo que ellos habían intervenido en la evolución de la vida en este planeta. Pero… ¿y la teoría de Darwin? –le pregunté, poco antes de su partida.

-La evolución natural es real –respondió-, pero puede ir siendo guiada con un propósito definido para que produzca los resultados esperados. Algo parecido hacen actualmente en vuestros centros de investigación genética. Si quieres producir una manzana o un conejo de ciertas características, no puedes esperar que la naturaleza y la evolución solas vayan a producirlo, porque puede que no lo hagan nunca…

Shiruk prosiguió:

“Así ayudamos a la evolución de los simios, los monos, porque ellos iban a ser los antecesores del motivo de toda esa creación: el ser humano.

El hombre actual es el resultado de cruza –en nuestros laboratorios- de genes de un primate terrestre y genes nuestros, genes provenientes de las estrellas”.

Me recorrió un escalofrío cuando escuché aquello. ¡Ellos nos habían creado a nosotros!... ¡Y con genes de ellos mismos!...

“Y para aliviar y asegurar la supervivencia del hombre fue que ayudamos a la aparición o perfeccionamiento de animales que le serían más tarde tan útiles como el caballo, el camello, el elefante, la gallina y el perro; para él fue que creamos alimentos como el trigo, el maíz, varias frutas, la papa y el arroz”.

Vinka y yo estábamos absortos escuchando las explicaciones de Shiruk.

Ami nos dijo que más o menos lo mismo había sucedido en Kía, pero a partir de otra especie estelar, aquella que predominaba en Shaya-Salim, a la que pertenecían nuestros amigos disfrazados de terris.

El hombre de Shambalá continuó:

“Es por eso que el hombre actual es hijo del cielo y de la tierra, por eso, a veces es infrahumano y a veces sobrehumano. Tiene una naturaleza animal y una naturaleza estelar”.

Eso me despejaba muchas dudas… Luego, Shiruk quiso hacer un resumen:

“La finalidad de la creación de ser humano terrestre fue la de ayudar a la aparición de una nueva especie que, luego de evolucionar hasta llegar al nivel que le permita integrarse a la Confraternidad, sea capaz de cooperar con ella. Y no se trata de colaborar en “guerras de galaxias”, como ustedes podrían pensar, sino en sus innumerables labores civilizadoras y perfeccionadoras de la vida galáctica.

Una vez se integre podrá recibir de parte de la Confraternidad la ayuda científica,

tecnológica y espiritual que le permitirá dejar atrás para siempre el dolor, la injusticia, la inseguridad y la muerte”.

Allí fue como si se me hubiese caído una venda de los ojos. Comprendí todo, el sentido de las visitas de Ami, el de mis libros, el “plan de ayuda”, el sentido superior de las religiones, etcétera.

Después de la partida de Ami y gracias a su “ayudita”, pude informarme también acerca de los antiguos Incas. Entonces me pareció que todo lo relatado por el hombre de Shambalá era perfectamente comparable con lo que hacía ese pueblo. Ellos tenían una civilización muchísimo más avanzada que la de los demás indígenas que habitaban la América del Sur. Pero tenían también otra forma de mirar la vida, desde una perspectiva más alta, sabia y profunda, más integrada a la naturaleza y a las leyes universales. Por eso, no actuaron como lo hicieron otros conquistadores. En lugar de arrasar, dominar por la fuerza y esclavizar a los pueblos menos avanzados que iban encontrando en su camino, los Incas les ofrecieron protección y enseñanza civilizadora. A cambio les pedían su integración pacífica y voluntaria al Imperio, para luego cooperar con él. Así, ese pueblo pudo crecer hasta abracar gran parte de la América del Sur, y allí no había injusticias, no era una dictadura ni una tiranía. Cada ciudadano estaba protegido por el Imperio de una manera tan amplia, que muchos historiadores opinan que la seguridad social en Europa en la misma época estaba en pañales, comparada con el sistema imperante entre los Incas. Pero ellos no pudieron integrar a otros pueblos, como los que habitaban en las selvas amazónicas, porque éstos se encontraban todavía en un nivel demasiado primitivo.

Y nosotros actualmente estamos como esos indígenas amazónicos, somos demasiado egoístas para integrarnos a un sistema tan elevado, en donde todo se comparte fraternalmente, pero si no nos destruimos antes, inevitablemente llegaremos a formas parte de la Confraternidad de Mundos Evolucionados, con esa finalidad fuimos creados. Shiruk dijo también que cada uno de nosotros tiene su cuota de responsabilidad en la evolución de toda nuestra especie, por ello se hace imprescindible que cada uno se esfuerce en superar su parte interior. Recalcó que eso es labor individual, porque sólo a partir de los esfuerzos de crecimiento interior de los individuos, la especie humana entera crece en evolución.

También dijo que nosotros nos encontramos en un punto muy especial de nuestro desarrollo, un punto en el cual, si continúa el predominio de nuestra naturaleza animal por sobre nuestra naturaleza estelas, cosa que ha sucedido desde el principio del hombre hasta el momento actual, es inevitable e inminente el colapso de nuestra civilización, porque sólo ahora todos los pueblos son interdependientes y porque sólo ahora se cuenta con un nivel tecnológico capaz de producir grandes descalabros en la vida planetaria. Dijo que si aplicásemos la tecnología que ya tenemos en la protección y perfeccionamiento de nuestra vida planetaria y de nuestra civilización, como debería hacer una especie que se considere inteligente, entonces en muy poco tiempo podríamos construir un mundo nuevo y feliz para todos.

Después agregó más o menos lo mismo que dijo Ami en su primer viaje, es decir, que en caso de producirse ese desastre, en el cual perderían la vida miles de millones de personas, ellos se encargarían de rescatar y preservas a los individuos que tengan un nivel evolutivo adecuando para transformarse en los iniciadores de una nueva humanidad.

Dijo que lo deseable es que no se produzcan esos cataclismos, y por eso se hace necesario que todos aquellos que ya están conscientes de estas cosas trabajen intensamente en la difusión de la Luz, tanto en sí mismos como sobre su entorno.

Puso énfasis especial en que no nos transformemos en “profetas del Apocalipsis” o “mensajeros de la muerte”, como hacen muchos de quienes creen estar sirviendo a la evolución humana, cuando en realidad lo que hacen es sembrar temor, terror y desesperanza propalando “mensajes” que llenan de angustia los corazones, que sólo contribuyen a rebajar aún más la calidad de la atmósfera mental de la humanidad, con lo cual, las esperanzas de una salvación global disminuyen.

En un momento, Shiruk dijo “ya no hay más tiempo”

Y sentí temor, entonces pensé que él había caído en una contradicción, porque con esas palabras, él mismo parecía un “mensajero de la muerte”. Pero me aclaró que quiso decir que ya no hay más tiempo que perder, que sólo hasta este momento se nos había permitido continuar sin hacer esfuerzos serios por cambiar interna y externamente, y que de ahora en adelante, cada cual debe transformarse en un mensajero del Amor, y que ello debe reflejarse necesariamente en su propia vida.

En ese punto, yo me sentí mal, porque, a pesar de haber conocido muchas cosas elevadas, en el fondo soy un chico normal, como todos, y, aunque no soy un canalla, tampoco me he comportado como se supone que debería hacerlo un mensajero del Amor. No pude hacerlo por tres razones. Primero, porque no tengo la capacidad. Mis “medidas” no alcanzan… Segundo, aunque alcanzaran, no hubiera podido actuar de una manera muy diferente a la de los demás chicos de mi colegio y de mi barrio. En caso contrario me habrían tomado como material para sus burlas, trampas y bromas pesadas… No, gracias. Por eso, actué más o menos como todo el mundo, y eso distaba mucho del comportamiento de un mensajero del Amor… Tercero, mi abuela ya lo mencionó el hecho de haber conocidos seres tan elevados, por un lado me perjudicó, porque de allí en adelante fui capaz de detectar inmediatamente ciertos defectos de mis congéneres, mejor que ellos mismos, porque no podía evitar compararlos con Ami y con la gente de Ofir. Eso me hacía cerrarles el corazón a veces. Y así, en lugar de transformarme en un ser más amoroso, fue al revés. Claro que Ami me hizo ver que no adquirí la misma capacidad para detectar mis propios defectos… Peor entonces…

Las palabras que Shiruk dijo después me confortaron:

-Vuestros errores del pasado y actuales deben ir siendo superados poco a poco, día a día, y eso, sólo puede lograrse comenzando por el principio, es decir, definiendo claramente el objetivo principal de vuestras vidas, que debe ser el de servir al crecimiento del Amor, primero en vuestro interior, y luego tendrán que ir adaptando vuestro comportamiento y acciones a ese propósito principal, sin olvidarlo jamás, como si fuese una idea fija en la mente y una sensación viva en el corazón, hasta que se transformen en seres mejores, más responsables y conscientes, más amorosos y benéficos, tiempo completo. Pero, repito, eso es una labor gradual, poco a poco, comenzando por un defecto y continuando con otro.

Después nos dijo que todavía existe la posibilidad de un cambio planetario global, sin terribles mortandades ni sufrimientos, pero siempre que se comprenda claramente que “ya no hay más tiempo”, es decir, que de ahora en adelante no podremos perder nuestro tiempo.

Después expresó que se hace cada vez más indispensable la alegría, el sano buen humor, el optimismo, la esperanza, el coraje, la inocencia del alma, la fe, el perdón, la responsabilidad, la ayuda al prójimo y el amor verdadero, porque ésas son las energías que necesita la humanidad, y cada cual, para pasar a otro nivel de existencia. Agregó que es necesario que nos alejemos de todo lo que siembra temor, desesperanza y degradación, ya sea que esté adentro o afuera de nosotros. Dijo que debemos ser un poco más severos con nuestras tendencias inferiores, y más exigentes cal momento de elegir nuestras amistades o conductores.

Para terminar, nos mencionó los defectos que debemos evitar a toda costa en nosotros mismos, porque si ellos son muy grandes, nos impedirán formar parte del nuevo mundo. Ellos son:

Envidia – Egoísmo – Violencia – Materialismo – Desear el mal al prójimo – Irresponsabilidad intelectual, emocional, material y sexual – Ingratitud – Mal humor – y todos los Mandamientos señalados por nuestras religiones.

Me llamó mucho la atención que la envidia y el egoísmo estuviesen ubicados en primer lugar, porque para nosotros, eso es algo con lo que coexistimos todos los días.

-Pero ahora se trata de sentar las bases de un mundo nuevo, y esas malas semillas no

tendrán cabida allí, porque tienden a causar división en la familia humana, y lo que se busca es todo lo contrario –me explicó Ami.

Shiruk pudo abrirnos de par en par muchas ventanas del entendimiento. Más tarde pudimos conversar con él de una forma más relajada, allí pude acribillarlo a “preguntazos”:

-Entonces ustedes son nuestros creadores…

-Así es. Pero a ustedes los vemos más bien como hijos nuestros.

-¿Aunque sólo tengamos la mitad de vuestros genes?

-Todo hijo lleva sólo la mitad de los genes de su madre o de su padre, por eso, los consideramos plenamente como hijos nuestros.

-Ah, es verdad, claro… ¿Y todas las razas de este mundo descienden de ustedes?

-Claro.

-¿Y por qué hay tanta diferencia entre ellas?

-Se trata de diferencias superficiales, niños, color de la piel y cosas por el estilo. Ello se fue produciendo porque, al principio, los grupos humanos vivieron muy separados entre sí y son contacto con los demás, y el paso del tiempo, las condiciones ambientales y las leyes de la genética les fueron dando a cada pueblo sus rasgos externos y psicológicos dominantes; pero en el fondo, todos los pueblos de la Tierra tienen un mismo origen y constituyen una misma familia humana.

-¿Y por qué ustedes son más altos que nosotros, y más bajos que la gente de Ofir, que también desciende de ustedes?

-Esas diferencias, igualmente son muy poco importantes, no hay ninguna relación entre tamaño y nivel evolutivo; en caso contrario, los dinosaurios hubieran sido muy inteligentes, pero no era así. Esas diferencias de estatura también tienen que ver con las condiciones del medio ambiente. La energía de Ofir favorece más el crecimiento de la especie humana que la de este joven planeta. Y las condiciones n las que ustedes viven favorecen menos el crecimiento que las nuestras, ya que estas bases constituyen ecosistemas diferentes a los vuestros. Además, aquí adentro nadie compite con nadie – dijo sonriendo-. Más bien, aquí se trata de cooperar, no de competir, y eso hace que nuestra vida sea más llevadera que la vuestra. Nadie aquí muere de infartos cardiacos, nadie está sometido a terribles presiones para sobrevivir.

-Hay otra cosa que no comprendo –dijo Vinka.

-Adelante.

-¿Por qué, en lugar de crear una especia humana nueva, no se dedicaron simplemente a reproducirse entre ustedes mismos aquí en la Tierra o en Kía? ¿No era más fácil?

Shiruk sonrió y dijo:

-Un jardín se vería muy monótono si sólo tuviese flores y plantas de una sola especie…

-Ah… sí… claro.

-El Amor es creador, es fecundo, genera, perfecciona, embellece y se comparte con quienes más pueda hacerlo.

-Además, es lindo tener hijos… ¿No? –agregó Ami.

-Ah… Claro.

-Nosotros estamos muy orgullosos de nuestros hijos –dijo Shiruk, sonriendo con cariño.

-¡¿Qué, orgullosos de nosotros?!... ¡Pero si somos unos salvajes!...

-No es para tanto, niño. No olvides todo lo que han avanzado desde que habitaban en las cavernas; recuerda el arte, el conocimiento científico y tecnológico. Es cierto que todavía no prestan gran atención a lo interno o espiritual, pero el otro lado es destacable: ya tienen naves explorando el sitema solar, ya se adentran en la ingeniería genética; recuerda cuánta gente espiritual ha producido esta raza, tanto científicos abnegados, cuánta belleza han creado tantos artistas, tantos luchadores por el bien, por la libertad, por la paz… No olvides todo lo que ha mejorado vuestra vida. Todavía no es algo perfecto, faltan detalles, y algunos muy importantes, pero ustedes ya están listos para ingresar a la Confraternidad…

-¡¿Nosotros?!...

-Potencialmente, quiero decir, aunque todavía no pueden hacerlo porque no miran los valores que les permitirían organizarse como debieran, simplemente por eso. Lo que les falta lo pueden aprender y poner en práctica muy rápidamente. Vuestra raza es capaz de grandes realizaciones colectivas hacia el bienestar general. Hay mucha buena voluntad en potencia sin ocuparse. Hay mucho heroísmo anónimo en tantas personas, tantas labores desinteresadas, tanta ayuda a los demás. Y tantos que quisieran ayudar, pero no saben cómo hacerlo.

-¿Y qué es lo que nos falta entonces?

-Lo único que está trabando vuestro paso global a un nivel superior de existencia es que todavía no se produce un cambio de punto de vista a nivel general. El enfoque materialista o externo que guía a vuestra civilización debe ser sustituido por una perspectiva que apunte más hacia el perfeccionamiento interior humano.

Aquello me pareció muy evidente en aquel momento.

-Tiene razón, señor Shiruk… ¿Y por qué eso todavía no se produce?

-Porque el timón del mundo lo tienen pequeños grupos que no miran el bienestar colectivo, sino el suyo propio, y como tienen mucho poder, arrastran a toda la humanidad hacia las situaciones que ellos “creen” les convienen.

-¡Ya los va a agarrar el bumerang! –dijo Vinka muy enojada.

-Pero las necesidades planetarias y el aumento general de conciencia muy pronto harán cambiar esa circunstancia, y es allí donde se necesita vuestra ayuda, para que el paso de una situación a otra se realice lo más armoniosamente posible, sin grandes desastres provocados por la resistencia al cambio, y eso, sólo puede lograrlo un elevamiento mayor todavía del nivel general de consciencia; y eso, a su vez es producto del Amor, de la inteligencia orientada por el Amor. Es por eso que nada es más importante que ayudar al crecimiento del Amor en la Tierra.

Nos despedimos de Shiruk con mucha emoción, cariño y agradecimiento, y aprovecho para enviarle un agradecido saludo desde aquí a Shambalá.

Luego regresamos a la nave y partimos con rumbo a mi casa de la playa.

Vinka y yo íbamos muy impresionados y emocionados por todo lo que habíamos aprendido, y sobre todo, porque ahora sabíamos que nuestros mundos no son tan malos después de todo, y también porque el gran cambio no está demasiado lejos.

-Pero si quieren que sea algo lindo y no terrorífico, perfecciónense y trabajen.

Capítulo 16: AYUDITA

Cuando aparecimos por casa, Krato recibía clases de Yoga.

-No sé cómo voy a salir de este nudo, Lily. Seguro que se me va a partir la espal… ¡Eh, llegaron! ¡Jo, jo, jo!

-Basta verles las caritas para saber que obtuvieron esa autorización. ¿Verdad, niños? – dijo mi abuela.

-Claro. ¡Vinka se queda aquí para siempre!

-¡No me digan que el animal de Goro les dio ese permiso! –nos dijo el rejuvenecido de Krato.

-Así es, y además quedó muy contento…

-Pero no puede ser… Ese terri tiene ideas fijas… ¿Qué hiciste, Ami, lo hipnotizaste?

-¿Estás mal de la cabeza? Eso no se hace.

-Ah… Entonces se tiene que haber transformado en swama… Sí. Eso fue lo que sucedió. ¿Verdad?

Quedamos locos. Había dado en el clavo… Ami lo miró muy sorprendido.

-Sí, Krato, eso fue justamente lo que le pasó… ¿Cómo lo supiste? Entonces se hizo el importante:

-Ahhhh, no sólo este niño parapsicológico tiene poderes…

-En serio, Krato. ¿Cómo pudiste saberlo? –preguntó Vinka, con los ojos enormes por la sorpresa.

-Bueno, porque yo fui terri, por eso sé que un terri no cambia sus ideas jamás… a menos que se transforme en un swama… ¡Jo, jo, jo!

Ami quedó pensativo.

-¿Saben, chicos? Me parece que Krato tiene razón. No sé si Goro hubiera dado la autorización si no se hubiese comenzado a transformar en swama…

-Se transformó porque yo le pedí a Dios, a través de San Cirilo, que todo se resolviese, y Dios me escuchó. ¿Ven? Dios existe, niños, existe de verdad.

-Es justamente lo que les decía a Krato y a Pedro.

-Y tienen razón- Pero esto hay que celebrarlo con una buena copa de “vina”.

-Ni lo sueñes, montañés etílico…

-Catador más bien, catador. Soy un caballero para beber, un gourmet… ¿Y qué dijeron Goro y Clorka acerca de mi paraíso? Seguro que decidieron quedarse allí para siempre.

¿Verdad, chicos?

Yo quedé helado nuevamente.

Ami se puso a reír y simplemente dijo:

-Tienes razón otra vez, Krato: están felices. Vinka estaba cada vez más perpleja.

-Estoy pensando que de verdad tienes poderes, Krato…

-¿Y lo dudas acaso?... ¡Jo, jo, jo! Nooo, hermosa niña. Para qué te voy a engañar. Era simplemente lógico. No tenían a dónde ir, y allí había una cabaña con una granja gratuita, llegar y habitar, llena de jugo de muflos y de garábolos además… ¡Una ganga!

¡Jo, jo, jo! ¿Y cómo quedó el pobre de… snif… Trask?

-Feliz también, Krato. Más feliz ahora que tiene “papá” y “mamá”.

-Ah… ¡Bugo traidor! ¿Ven? Los bugos son como las mujeres: ¡Infieles! ¡Jo, jo, jo!... La verdad es que me alegro mucho, chicos. Eso alivia mi viejo corazón… Ah, no, eso era antes. Ahora estoy rejuvenecido, gracias al niño de los planetas. ¿Y me trajeron algún garabolillo?...

-No, Krato. Prefiero ver un garábolo feliz revoloteando por el cielo que despedazado en tu olla…

-Esteee… Creo que tienes razón, niño biónico. Prometo no volver a hacer algo tan dañino…

-¿No vas a comer más carne, Krato?

-Prometo no volver a comer garábolo… ¡Jo, jo, jo!

Claro, como ya no iba a poder conseguir ninguno más por ninguna parte…

-Qué gracioso… -dijo Ami sin reír.

Poco después, el niño de blanco tomó una determinación:

-Comencemos a preparar algunos detalles relativos a vuestra nueva vida en este mundo. Primero, vamos a resolver el problema de la apariencia de esta chica, cosa que haremos inmediatamente. Vamos a la nave, Vinka.

-¡¡¡VIVAAA!!! –exclamó feliz ella.

-yo también voy porque quiero asegurarme que quede…

-Nada, tú te quedas aquí, Pedro. No quiero tener un “consejero” siempre insatisfecho mientras hago mi trabajo. Andando. Y a ti también te necesito en la nave, Krato. Vamos.

-Pero yo ya estoy hermoso, niño de los universos…

-Tengo que hacerte otra pequeña adecuación a este mundo. Cuento con poco tiempo, así que apúrense.

Se fueron y yo me quedé conversando con mi abuela.

-No sé cómo vamos a explicarle a Víctor, cuando aparezca por aquí, acerca de Krato y Vinka, abue…

-No podremos decirle la verdad… y a mí no me gusta mentir, Pedrito…

-Además, no hablan castellano. Él les preguntará de qué país son, ellos le dirán que son de un país equis, y si justo sucede que él conoce algunas palabras de ese idioma…

-Es verdad, y delante de él no podremos llamarlos por sus nombres, porque son los mismos que figuran en los libros…

-Tienes razón, abuela…

-Tampoco tienen documentos… ¿Cómo va a estudiar Vinka? ¿Cómo vamos a casarnos con Krato?...

-¡¿TE VAS A CASAR CON ESE VIEJO MONTAÑÉS?!...

Ella me echó una mirada muy severa.

-Ah… Es verdad, claro, tú eres muy religiosa… El otro problema es qué va a hacer Krato, en qué va a atrabajar…

-Bueno, Dios nos ayudará, a través de Ami y de San Cirilo…

En ese momento se escuchó en la puerta del jardín la potente voz de un hombre que venía ingresando en casa:

-¿Hay alguien por aquí?

La voz habló en castellano, así que se trataba de algún extraño, que no venía solo, porque también se escuchó una voz de mujer:

-No van a creer cuando nos vean…

-¿Quiénes son, abuela?

-No sé… no reconozco esas voces… Ojalá que a Ami no se le ocurra aparecer en este momento porque…

-Hola abuela, estamos de regreso.

Ami acababa de hacer su entrada. Yo me angustié porque pensé que se habría encontrado con el par de extraños. Pero en ese instante apareció también Krato…

-Es muy divertido hablar en castellano. ¡Jo, jo, jo!

Debo haberme puesto verde de la sorpresa, porque Krato venía hablando en castellano perfecto…

-Hola, amoroso Pedrito –dijo una encantadora chica de pelo muy negro, algo ondulado, y grandes y hermosos ojos oscuros.

Vestía un atuendo playero ceñido a su hermoso cuerpo. También habló en mi idioma. Un segundo después comprendí que ¡era Vinka! Su apariencia la hacía ver bastante diferente, aunque muy linda… Mmm… pero su rostro era el mismo. Además, ahora tenía una estatura como la mía…

Ami aclaró la situación antes de que nos diese un infarto:

-Los ojos violeta y el pelo rosado podían hacer sospechar a Víctor, así que ahora es una chica terrestre perfectamente normal. También le rebajé un poco su estatura. Y en cuanto a su nueva capacidad de hablar castellano, en la nave tengo un aparato mediante el cual se puede aprender cualquier idioma en segundos…

-¡Jo, jo, jo! Esto es espléndido, en mi cabeza tengo ahora toda la gramática castellana, todo su vocabulario, dieciocho mil poemas, quinientas cincuenta novelas, un resumen de la historia terrestre, una síntesis de todos los conocimientos de esta humanidad y de los más importantes principios y secretos universales. ¡Esto es fantástico! ¡Jo, jo, jo!

La pronunciación de Krato era casi perfecta.

-¡Y yo también sé lo mismo! –exclamó feliz Vinka.

Cuando me repuse del mi sorpresa y comprendí la situación, quise mirarle inmediatamente las orejas. Ella se levantó el pelo.

-Mmm… orejas normales, bonitas, pero normales. En fin… Estás muy linda, Vinka… Eres algo diferente por fuera ahora, pero por dentro, yo siento exactamente lo mismo, y ya no tengo que mirarte hacia arriba…

Allí nos quitamos los audífonos traductores. Ya no hacían falta.

-¡Además, Ami me engordó las piernas!

-Sí, porque eran más flacas de lo que es normal aquí en la Tierra, no lo hice para halagar su vanidad.

-“Vanidad, vanidad; todo es vanidad” –dijo Vinka.

-¿Qué dices, Vinka?

-Nada, recuerdo la Biblia, una parte del Eclesiastés.

-¿Qué es eso del Eclesiastés? –pregunté.

-Un libro de la Biblia –respondió ella, riéndose de mi ignorancia. Algo comenzaba a no gustarme…

Krato estaba encantado, y se puso a recitar un poema gesticulando con los brazos, como imitando a un actor inglés, pero sobreactuando en forma cómica:

-“hay un momento en el crecimiento interior de todo ser cuando comprende que la envidia es ignorancia

que la imitación es suicidio que debe aceptarse a sí mismo para bien o para mal

como lo que le corresponde”-. ¡Jo, jo, jo! Ralph Waldo Emerson, poeta norteamericano nacido en Boston, Massachusetts, en 1803. ¡Jo, jo, jo!

Vinka agregó muy contenta:

-“que, aunque el sabio Universo esté lleno de bien ninguna cosecha podrá llegarle

sino por su labor cultivada en la porción de tierra

que se le ha dado a cultivar”-. Recitó la continuación del mismo poema, demostrando que ella también sabía ahora lo mismo que Krato. Entonces comprendí con angustia que de ahora en adelante había una enorme brecha cultural entre ella y yo, y protesté:

-¡Ah, no! Ahora ella se ha convertido en una sabelotodo… Voy a ser un ignorante a su lado… ¡Esto es demasiado injusto, Ami!

Nadie me hizo caso.

-¿Te gustan mis nuevas piernecitas, Pedro? –me preguntó ella coquetamente, levantándose un poco la corta falda playera que llevaba puesta.

-¡HUM! –dije molesto y me fui al jardín.

En realidad, no me molestaba el cambio de su apariencia, al contrario, sino el hecho de que ella supiese tantas cosas y yo no. Ami me siguió.

-Tienes razón al estar molesto, Pedro…

-Entonces muchas gracias por el “favor”… Él se puso a reír, y continuó hablando:

-No es conveniente que las parejas tengan niveles culturales o espirituales demasiado desparejos, porque eso perjudica mucho la comunicación y el sentido mismo de estar en pareja, y pareja quiere decir pa-re-ja, no des-pa-re-ja. Ja, ja. Por eso, también tú me vas a acompañar a la nave en este momento, y también tu abuela. Les voy a dar los mismos conocimientos que Krato y Vinka tienen.

Me pareció ver la vida luminosa nuevamente.

-¿En… en serio?

-Claro que sí. Vamos, acompáñame. ¡Venga un momento, por favor, Lily!

Ella vino, y Ami le explicó la situación. No le interesó mucho el asunto, pero nos acompañó.

Una vez en la nave, Ami sacó una especie de casco de un compartimiento, lo adaptó a la forma de mi cabeza y me lo puso, luego digitó cosas en un teclado. Yo comencé a sentir una gran actividad en mi cerebro y sensaciones más bien agradables. Segundo después, Ami dijo que el proceso había terminado, y me retiró el casco. Después hizo lo mismo con mi abuela.

Como yo no me sentí diferente, dije:

-No me ha pasado nada, Ami, ahora sé lo mismo de siempre…

-¿Ah, sí? Dime cuál es el número de teléfono de Robert Jonson, de la ciudad de Washington.

-Bueno, figuran muchos Robert Jonson, tendrías que darme también la dirección…

¡¿Qué?! ¿Cómo puedo saber eso?... ¡Pero lo sé!... ¡Me conozco de memoria todas las guías de teléfono del mundo!

-Y las direcciones de todas las páginas que hay en Internet –agregó feliz mi abuela…

-¿En serio, abue?.... ¡Claro!.... Ami le preguntó:

-Dígame la dirección de la página web del Zoológico Electrónico.

-Claro, -dijo, sin siquiera tener que pensarlo, y yo supe que ésa era la dirección correcta.

Después, Ami nos preguntó una serie de fechas de batallas, descubrimientos, nacimientos de personajes importantes, las partes del átomo, el contenido de novelas famosas, la densidad de nuestro planeta y su peso, los fundamentos de la vida universal, ciertos secretos muy útiles…, etcétera. Yo y mi abuela lo sabíamos todo, ¡todo! Me sentí inmensamente feliz, sobre todo cuando descubrí que de allí en adelante ya no iba a necesitar más la ayuda de mi primo Víctor para escribir mis libros, porque ahora me había convertido en un as de la gramática… Bueno, tal vez no un as, pero sí en una K o una Q… ¡Pero nada menos que eso!

Krato estaba entusiasmadísimo metido en Internet en mi computador. Vinka había ido a conocer el centro del pueblo. E ex montañés dijo que mi alma gemela quiso ir a mirar algo de mi mundo con su nueva apariencia y con su dominio del castellano.

-¿Cómo pudiste meterte en Internet, Krato? Yo no te dí mi contraseña…

-¿Cuál, “AmoaVinka”? Ja, qué original… Se me ocurrió un ingenioso truco que m permite conocer la contraseña de cualquier sistema computacional, Pedro-. Esta vez pronunció mi nombre de manera correcta.

Me sonrojé un poco, no sé si de rabia o vergüenza por su intromisión en mis cosas, pero cuando ví que él estaba hojeando páginas web de la bolsa de Nueva Cork, la curiosidad pudo más y le pregunté:

-¿Qué estás haciendo metido en la bolsa de Nueva Cork, Krato?

-Estoy comprando café colombiano, porque ahora está barato, pero la próxima semana lluvias torrenciales harán estragos en las plantaciones de Colombia, y entonces el precio subirá a las nubes. ¡Jo, jo, jo!

Nuevamente me hacía quedar perplejo.

-¿Y cómo sabes que vana haber grandes lluvias en Colombia?

-Gracias a mis vastos conocimientos sobre meteorología. ¡Jo, jo, jo!

En ese momento pensé en el asunto y de alguna manera comprendí que lo que decía Krato era verdad, que estaban dadas las condiciones para fuertes temporales en Colombia dentro de una semana. Se me hizo claro además que, gracias a la enorme cantidad de datos acerca de este mundo que Ami nos había proporcionado, nuestros cerebros podían deducir perfectamente las condiciones climáticas de un futuro no muy lejano.

-Y las zonas más afectadas serán justamente aquellas en donde se siembran cafetales – dijo mi abuela. Ella también estaba al tanto de esos conocimientos superiores.

-Creo que hemos solucionado definitivamente nuestros problemas económicos, abue… Pero tú no tienes documentos, no tienes nombre legal en este mundo, Krato. Tampoco tienes dinero… ¿Cómo puedes estar operando en la bolsa?

-Yo no tengo nada de eso, pero tú sí. Estoy operando con tus fondos y con tu nombre. Ahora soy responsable de tus cosas porque tú eres menor de edad, igual que Goro era el responsable de Vinka. ¿No, Ami?

-Tienes razón, Krato. Desde el punto de vista de las Autoridades Galácticas, tienes razón.

-Pero yo no tengo dinero, no tengo fondos…

-Sí que los tienes. Cuenta número 432837-1 del Banco Nacional. ¿No lo sabías?

-No, para nada… Creo que estás en un error, Krato.

-Te equivocas, Pedro. Gracias a “mi sistema” pude ingresar al servicio de impuestos de este país. Allí me fijé en la lisa de cuentas bancarias. Te busqué por tu apellido y allí estabas. Así me enteré acerca de los datos de tu cuenta. Y después ingresé en tu banco por Internet, ya sabes comos, y en este momento estoy haciendo una transferencia de fondos hacia Nueva Cork.

Mi abuela intervino:

-Krato dice la verdad, Pedrito. Víctor te abrió una cuenta en donde deposita el diez por ciento de lo que él gana con tus libros… Bueno, según cuentas que sólo él conoce…

-Pero yo no sabía nada…

-Claro, no te dijimos para que no te fueses a entusiasmar con el dinero y ponerte loquito, teniendo en vista tu manía por los juegos de video… Pero ahora debes tener bastante acumulado, unos…

-Dinero suficiente como para comprar una casa y un auto. Nada lujoso, claro –dijo Krato-, pero ese dinero será invertido en café, y la próxima semana valdrá el doble. ¡Jo, jo, jo!

Ami no parecía tan contento.

-Eso es especular, Krato. El dinero de Pedrito es limpio, vino a cambio de un bien prestado a muchas personas; pero el que proviene de la especulación no es dinero bien habido, no ha producido nada, no ha generado nada. Es un robo a la colectividad. Y ya conoces acerca de la ley de causa y efecto, la ley del bumerang…

-Pero esto es algo perfectamente legal, niño de los asteroides…

-Legal antes las leyes terrenales, de acuerdo a sistemas de intercambio de recursos que no son justos, no ante el Universo, y menos con la “trampa” que significa saber mucho más que los demás… Así que es mejor que deshagas esa operación, Krato.

-¡Hum!... el pequeño aguafiestas sideral llegó justo antes de que yo hiciese clic con el mouse en “aceptar”… Está bien, está bien. Pongo el cursor en “cancelar” y anulada la operación entonces. “Clic”…

Vinka venía llegando.

-Esto es maravilloso. Me siento como si fuese otra persona –dijo, y vino a abrazarme. Nuevamente entramos en esa dimensión sin tiempo hasta que…

-Ejem…

-Oh, perdón.

-¿Para qué los interrumpes, Ami? Se ven tan felices…

-Me queda poco tiempo, abuela.

Yo no podía comprender cómo Krato había logrado hacer tantas cosas tan rápidamente, en menos de una hora, y se lo pregunté.

-Qué sé yo… Conozco todo, los números de teléfono, los sistemas mediante los cuales

se organizan las cosas en este mundo; soy un campeón en informática, no tengo nada que preguntar a nadie, y si necesito saber algo, sé perfectamente dónde conseguir la información. Fácil. Creo que me va a gustar mucho vivir en este mundo… ¿El comercio es “pecado”, Ami?

-Depende con qué comercies. Si lo haces con cualquier cosa que haga daño a la gente, sí, es una violación a la Ley del Amor; pero si pones cosas buenas en un lugar en donde antes no las había, y si allí hay gente que necesita esas cosas, y no especulas con el precio, entonces haces un bien, y eso no acarrea nada malo de acuerdo al bumerang.

-¿Acarrea cosas buenas, Ami?

-Sí, la ganancia que se obtiene, pero eso es todo.

-Magnífico entonces, porque me enteré que en Burdeos están ofreciendo una partida de “vina”… de VINO de gran calidad, de acuerdo a la clasificación internacional, a precio de ganga, y ya me enteré que un importador en Australia está interesado en un vino de esas características. El negocio no es tan jugoso como el del café, pero puedo incrementar nuestro capital en un siete y medio por ciento en una sola operación. ¡Jo, jo, jo! Vamos a divertirnos y a ganar mucho dinero, chicos, yo me encargo.

-Lo hará bien –dijo Ami sonriendo–, y muy pronto recordará que nació para algo más que “ganancia”, y entonces entre ustedes cuatro podrán hacer cosas más útiles para la evolución de este mundo, gracias al enorme caudal de conocimientos que ahora poseen. Yo aproveché para mostrarles a todos que ahora también me sabía el poema de Emerson, y recité su continuación:

-“El poder que reside en cada ser

es nuevo en la naturaleza

y nadie sino él sabe qué es lo que puede hacer pero no lo sabrá hasta que lo haya intentado”.

Mi abuela estaba muy contenta.

-Entonces sólo falta que Vinka y Krato tengan una identidad nueva.

-Apenas me vaya haré contacto con gente de la Confraternidad que trabaja en el Registro Civil de ste país, les proporcionaré sus huellas dactilares y sus fotos, así que dentro de pocos días les llegarán sus documentos por correo. ¿Cómo quieren llamarse de ahora en adelante?

-¡James Bond! –dijo Krato muy entusiasmado.

-No seas ridículo. Busca algo que parezca de Europa Oriental, porque ustedes tienen un pequeño acento que podría parecer originario de esa región.

Krato buscó algo en el portentoso archivo de su memoria, lo encontró y dijo:

-Entonces me llamaré Petre Popescu. Provengo de Rumania, de Bucarest. ¡Y soy hincha del Rapid de Bucarest!... ¡Jo, jo, jo!

Todos nos reímos, y Ami consideró que Krato había elegido un buen nombre.

-Trata entonces e aprender un poco más de Rumano, por las dudas…

-Y yo me llamaré Nadia Popescu, y soy hija de Petre Popescu. ¿Te parece bien, Ami?

-¡Perfecto, Nadia!

-Pero mis amigos me dicen Nady… -dijo coquetamente, y nos pusimos a reír.

Todo estaba solucionado, pero de pronto, mi abuela recordó el colegio…

-Ami, en el colegio estos niños se van a aburrir como una ostra, porque ya saben todo lo que les van a enseñar allí… y un millón de cosas más…

-¡Es verdad! Los profesores me van a parecer muy ignorantes… Ami estuvo de acuerdo:

-Sí, sería una tontería enviarlos al colegio cuando ya no son dos niños como todos, pero

pueden dar exámenes privados, y así tendrán mucho tiempo para escribir sus libros y hacer otras cosas importantes para la evolución de este mundo.

-¡VIVAAA!

(No cualquiera se libera del colegio tan fácilmente, y menos todavía tan sin drama, sin que eso sea desgracia, irresponsabilidad, vagancia o sinvergüenzaza… Bueno, tampoco cualquiera viaja a otros mundos ni encuentra a su alma gemela no tiene la suerte de contar con un Ami-go como el mío)…

Llegó la noche, y también el momento de decirnos adiós.

A todos se nos humedecieron los ojos ante la perspectiva de ver partir a Ami.

-¿No… no puedes… snif… quedarte con nosotros… Ami? –le pregunté muy triste. Él nos miró con gran cariño, se acercó, nos abrazó y dijo:

-Este pellejo se alejará por un tiempo, pero si miran adentro de ustedes verán que allí estoy… Siempre estoy.

Como nosotros seguíamos mirándolo con pena, él exclamó:

-¡Arriba ese ánimo! En menos de un año vendré a buscar lo que tengas escrito, Vinka, y los llevaré a dar una vuelta por Kía.

Eso nos reconfortó el corazón.

Un poco después pudimos ver cómo la nave se alejaba y se alejaba, no hacia lo alto, sino hacia el horizonte, transformándose en un punto de luz cada vez menor.

La emoción nos provocó un nudo en la garganta, auque por otro lado estábamos muy contentos, porque para nosotros cuatro comenzaba una vida llena de promesas de felicidad.

El cielo nocturno, sembrado de estrellas, estaba completamente despejado. Entonces se vio una línea de luz rosa que se elevaba desde el horizonte hacia las alturas, de allí

surgió un racimo de corazoncitos de colores, como fuegos artificiales, que se fueron esfumando lentamente.

Antes de alcanzar a ponernos melancólicos, Krato exclamó:

-¡GUAK!

-¿Qué pasa?

-¡YA SÉ PARA QUÉ NACÍ! Ya sé lo que tengo que hacer, lo que tenemos que hacer, digo mejor.

“Meter Popescu” estaba eufórico de alegría. Nosotros lo perforamos con la mirada.

-Vamos a preparar un proyecto para ayudar a sentar las bases de la futura coexistencia pacífica planetaria, de acuerdo con las leyes universales. Cuando esté listo lo presentaremos ante las Naciones Unidas. Luego se puso a reír y agregó: -Y nos mirarán como a locos perturbados. ¡Jo, jo, jo! Pero lucharemos, ¿verdad?

-¡Verdad! –coreamos con gran convicción. Entonces mi abuela dijo:

-Y después prepararemos otro proyecto para ayudar a que se preste más atención a lo interno, al crecimiento interior de la personas, y por lo tanto, de la humanidad.

Todos reímos, sabiendo que en este mundo esas cosas son vistas como grandes delirios, pero nosotros también sabíamos que estábamos tocando la principal necesidad de este mundo.

-Y más adelante presentaremos otro para facilitar un futuro encuentro entre civilizaciones espaciales –manifestó Vinka muy entusiasmada, y todos volvimos a reír al imaginar las caras de los funcionarios de las Naciones Unidas cuando escuchasen hablar de ese proyecto…

-Y por último, uno no tan “delirado” –dije-. Se trata de un plan para incentivar la agricultura en tantas zonas que no se ocupan en el mundo, y así terminen el hambre y la desnutrición definitivamente. Porque aquí no hay sobrepoblación, somos cinco o seis mil millones, pero si las tierras que no se cultivan se trabajaran como se podría hacer con la tecnología actual, aquí cabríamos, felices y gorditos OCHENTA MIL MILLONES…

-¡Es verdad! –exclamaron los tres al encontrar datos en su memoria.-“Muy bien, chicos. Los pies en la tierra…” –pudimos escuchar claramente la voz del niño de las estrellas cerca de nosotros. Usaba por última vez su micrófono direccional.

Como los cuatro ahora sabíamos lo mismo, entre conocimientos terrenales y universales, consideramos que teníamos una hermosa labor por delante, y nos fuimos a trabajar llenos de entusiasmo y alegría.

F I N


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